Partida Rol por web

Sarah miró como se llevaban a la prisionera. La verdad es que no le gustaba la idea que alguien que no fuera Mara e icluso Mara y ellos mismos, sus sombras, se ocuparan de una prisionera tan peligrosa. Pero había aprendido a no responder ni opinar sobre las órdenes que se daban, así que dejó hacer.

Sin embargo algo que dijo Mara le devolvió el buen sabor de boca, había dicho que Mara interrogaría a la prisionera, eso era suficientemente bueno como para tener una oportunidad de ver cómo la prisionera era interrogada, cosa que ansiaba ver.

Luego, cuando comenzó a moverse al interior del recinto, sus sospechas comenzaron hacerse realidad, parecía que irían a interrogarla.

Ya dentro de la instalación, Sarah preguntó a Mara:

- My Lady, ¿quiere que la acompañemos en el interrogatorio? Y si es así ¿dejamos fuera las armas?...o quizás el látigo o una tonfa de energía -Ambas preguntas iban con toda la intención. la primera para que le confirmara su asistencia y la segunda porque a lo mejor para era no portar armas por si las usaba contra ellos.

Dallin asintió ante las ordenes de Mara y se puso manos a la obra coordinando con los mandos las diferentes unidades para la defensa mientras su propio equipo se acababa de aprovisionar y tomar un respiro.

El teniente desplegó un mapa de la base y sus alrededores y comenzó con su exposición. Bien, tenemos la certeza de que el enemigo atacara, solo resta saber cuando... son duros de pelar así que esta vez les daremos con todo.

El perímetro exterior será para los exploradores al mando del teniente Taldor, disponga a sus hombres como mejor convenga con el objetivo de evitar ataques sorpresa. Una escuadra de TIE realizará barridos de vigilancia para reforzar desde el aire.

Tras señalar una circunferencia en el perímetro, volvió su dedo al centro de las instalaciones.

La defensa de la muralla será para la compañía A y el grupo de artillería. Refuercen los puntos débiles de la estructura, aposten toda la artillería pesada que puedan encontrar. La unidad C se encargará de esconder explosivos frente al pasillo de acceso principal y después se dividirá en 2, situándose ocultos en este y este punto.

El teniente señalo dos lugares entre la espesura a ambos flancos de la base, Cuando se inicie el ataque debemos intentar que el grueso del enemigo acabe accediendo por esta ruta, Taldor cuide el repliegue de sus hombres para invitarles a seguir esta ruta... una vez encauzados los explosivos harán el trabajo pesado y mientras la unidad A resiste en la muralla la C hará un movimiento de pinza por ambos flancos del enemigo.

Tras explicar las grandes líneas de la estrategia de defensa Dallin clavo su dedo en el centro de las instalaciones. La compañia B bajo mi cargo directo se encargará de la defensa del interior del perímetro y actuará como fuerza de reserva.

¿alguna duda?

Sonrió satisfecho, pero, nadie podía verlo a causa de su máscara. El casco de explorador negaba la expresividad, en post de una supervivencia por el respirador o por la protección que ofrecía.

- Igual parece que este "navalito" no es tan inútil como parece. De todas maneras no era una táctica novedosa. Era exáctamente la misma que se había explicado en briefing de la misión, y la que habían usado en la anterior confrontación.

- No estaba aportando nada, pero por lo menos, intentaba organizar.

Asintió con el casco, y marchó. En campaña los exploradores no hacían saludos marciales. Estaban prohibidos, porque eso identificaba al enemigo a los líderes, y estos eran víctimas directas de francotiradores observadores ... y espías. Se giró y se puso manos a la obra.

- Vamos chicos, los que ya estén operativos, a minar la línea de acceso y los puestos en los que se pudeda guarecer el enemigo al atacarnos. Tras los árboles, tras las rocas, en los taludes y en las zanjas, y al otro lado, no al nuestro. Donde ellos se esconderían. Señaló al hombre que le había hecho de apoyo. - Coge a tu punto y al binomio A. Seréis el puesto de control, tanto de los tiradores apostados como los binomios de alerta temprana. Además, en el combate anterior, había visto hombres que se habían destacado en el fuego. Sea por su disciplina de fuego o por su puntería. Estos y los heridos serían los que se mantendrían en la línea de avance. Vosotros...suspiró. Apostaos y camuflaos para hacer fuego de supresión con tiro selecto por la ruta de entrada. Tiros precisos y demoledores. ¿Ok?

Las instrucciones a los que se desplegaban en puestos más arriesgados eran los últimos en recibir las instrucciones. Estos, por si tenían que regresar, tenían que saber las posiciones de defensa, de los IED, de las rutas y si había claves. Era por su seguridad. - Chicos, vosotros os deplegaréis como siempre, por binomios. Marchad hasta el punto máximo auditivo. Novedades por turnos en el orden ascendente, cada 4 minutos. Si un binomio no da novedad en el tiempo y tras requerimiento... Señalo a los 4 que serían en punto de control. ...no contesta, se entenderá que han caído. Se replegarán los 6 adyacentes, pero los dos más cercanos, primero explorarán el puesto del caido. Los otros 4 crearán flancos de pasillo, para o cortar la retirada enemiga u hostigar sus flancos y retaguardia. Dio dos palmadas. Ya sabéis, buscar puesto de fuego, apunte selecto, fuego, y repliegue hasta otro punto de fuego seguro. Los miró por turno. Uno a uno y luego les ordenó: - Suerte, y ya sabéis que no tenéis permitido morir.

Con un gesto más de cabeza lo mandó a donde hubiera que estar. Los mandó a una probable muerte. Eran héroes, y ... así lo tendría siempre en su corazón. Entonces él mismo se dispuso a preparar la fortificación. En concreto a ayudar a minar. Se puso a buscar los sectores de fuego de todo el perímetro, y tras eso, con la pareja que siempre le acompañaba, salió fuera, a buscar los puestos de fuego que usaría el enemigo. Un largo pateo, pero que podría indicar los mejores lugares para que el enemigo buscar coberturas, para que el enemigo les disparase y para que estos se escondieran o se replegaran. Había que tener todos los puntos de vista, y los principales eran los propios y los enemigos. Allí es donde puso más bombas, minas ... y demás "sorpresitas".

Luego se acercó a puesto de control, para preguntar como andaba el despliegue y luego regresó con el oficial. Con Dallin, para indicarle como andaba su grupo, minados realizados y los sectores de fuego, para que "blindara" como él pensase los sitios desde los que serían más vistos o atacados, desde el punto de vista enemigo.

Aunque la base era pequeña, contaba con instalaciones de detención e interrogación. Era el estándar en el imperio, donde nunca había mengua de disidentes políticos y "luchadores por la libertad" a los que era preciso interrogar. Por eso, las bases prefabricadas contaban con celdas y salas habilitadas para tortura e interrogación de "sujetos poco colaboradores".

Una usuaria de la fuerza era peligrosa, aún drogada. Habría que mantener una vigilancia estrecha sobre ella, aún durante el interrogatorio, por lo que los death troopers estuvieron presentes y armados, preparados para actuar en caso de que las cosas se pusieran feas.

Mazar comenzó a jugar con los fármacos. No sabía mucho de la fisonomía del enemigo, por lo que aprovechó para estudiar sus rudimentos. Como raza antropoide, compartía algunas características básicas, como los sistemas digestivo, circulatorio, simpático y parasimpático. Los órganos, empero, tenían una distribución diferente. El corazón, según el escáner, estaba más arriba y en el lado contrario al de los humanos, y su sangre era de color verdeazulado, debido a unas encimas que producían naturalmente.

Finalmente, estando la enemiga atada en una de aquellas sillas de tortura estándar, le administró un fármaco para que fuera despertando poco a poco, mientras que el "suero de la verdad" la mantendría abotargada y receptiva a la hora de responder. La Vong abrió los ojos, y lo primero que vio fue los de Mara, que estaba justo delante. Se revolvió un momento, torpe, dándose cuenta de que estaba atada.

En su cultura, el enemigo que era apresado pasaba a formar parte de los "reeducados" (que hacían trabajos forzosos hasta que podían demostrar que se adherían a la colectividad) o directamente pasaban a convertirse en biomasa para la alimentación barata de las especies sometidas. ¿Que pretendían aquellos humanos atándola a un asiento? Se sentía mareada, torpe. Debían haberle metido algo en la sangre.

Dijo algo en su idioma, que nadie entendió (ni siquiera un droide de protocolo hubiera podido). Luego, añadió unas palabras en básico.

-¿A que esperas para matarme?

Las tropas comenzaron a desplegarse por la base según las órdenes. Era una estrategia inteligente, enfocada en la contención. Sus órdenes eran las de atraer al enemigo y resistir en la defensa de la base, dando tiempo a Contic para la evacuación completa del planeta. Tras eso, esperaban, grandes refuerzos llegarían junto a la victoria en el espacio, donde la batalla estaba alcanzando un punto álgido. De momento, eso era lo importante, estaban solos. Y por eso se prepararon a conciencia. Los soldados reforzaron las estructuras, cavaron pozos de tirador, colocaron minas, trampas explosivas y señales visuales para orientar tanto a los cazas como a los artilleros.

El trabajo se multiplicaba, aunque la compañía B, que venía de combatir, tuvo un espacio para tomarse un respiro. Se reunieron junto a uno de los silos, donde se montó una cocina de campaña y comenzaron a cocinarse las raciones embarcadas. Había que recuperar fuerzas. A excepción de los centinelas, el resto pudo quitarse el casco, ya que de otra manera no hubieran podido comer ni beber. Algunos sintieron por primera vez el aire del planeta en su piel. Estaban tensos, sabían que aquella era la calma que precedía a la tempestad. Los oficiales superiores seguían de cerca las informaciones de la flota y los barridos de radar. Aprovechaban el tiempo que tenían a su disposición para hacer de la base lo más parecido a un fuerte, distribuyendo los andadores, las E-Web, barcazas de desembarco y tanquetas en posiciones ventajosas. De hecho, un equipo de soldados de la flota y los conductores estaban convirtiendo los vehículos en plataformas de tiro, construyéndoles sus propias trincheras para resguardarlos del fuego enemigo (al menos del fuego de tiro tenso). Los técnicos revisaron el escudo de energía, que era resistente. Cortando las conexiones a cables de suministro para aldeas y asentamientos, ganaban para si una gran cantidad de energía que convertía al escudo en algo comparable, en magnitud energética, al de un destructor estelar.

Yoyuc masticaba su rancho a unos metros del sargento, que se mantenía atento a lo que se decía y hacía en la base. Lily regresó con lo que Honaka había pedido. No era una chaqueta muy estética, pero era del tipo que utilizaban los artilleros, con tratamiento antibláster, y creía que era de su talla. Él, por su parte, le había reservado su parte del rancho. Todo venía en bolsas herméticamente cerradas que se calentaban en la cocina con vapor de agua, y que se usaban como sobres a la hora de comer con la cuchara/tenedor. La ración de campaña tenía un alto poder calórico, y se servía en unas cuantas variantes en función del tipo de raza y sus particularidades. La ración humana, que era la más extendida, contaba con paquetes compuestos por un entrante (generalmente fruta o "galleta cracker"), un plato principal (comida caliente servida en su paquete), uno secundario (normalmente eran conservas, pero a veces también estaba caliente), calorías fáciles para el resto de la jornada (untables en el bizcocho, barritas energéticas, paté o frutos secos) y algo dulce para el postre (fruta en almíbar, torta, puding...). Además, contenían pequeñas bolsitas con papel de baño, higienizante dental y para manos, polvos isotónicos para convertir el agua en bebidas, café soluble, batido soluble y otras "guarradas" entre las que solía estar el chicle (favorecía el tránsito intestinal). Todo aquello no tenía el mejor sabor del mundo, pero al menos era mejor que la mierda estándar en el resto de flotas (pastillas, barritas y una especie de sopa asquerosa de nutrientes) y que te hacía perder la fe en el imperio.

Taldor Jag no se permitía tomarse muchos descansos. Pero con todo organizado, podía masticar parte de su ración mientras los hombres trabajaban. Los puestos de tiro estaban casi listos, a falta de irlos camuflando mejor (una tarea que no tenía fin), cuando su subalterno se acercó, quitándose el casco un momento por que su superior no lo llevaba.

-Las minas y trampas están colocadas, casi todas. Faltan las antiblindaje, que van a colocar los de la flota en cuanto terminen con el perímetro de las antipersona.

Debajo del casco, era una cara bastante conocida. Su naturaleza clónica hacía que "le sonara a todo el mundo" en mayor o menor medida. Solo una cicatriz bajo la mejilla derecha le diferenciaba un poco de sus congéneres. Echaba un vistazo a la ración de su superior, que había calentado él mismo con la bolsa de calentador sin llama que se suministraba en los paquetes de raciones (era engorrosa, por que calentaba la comida como el mismo infierno y había que tener cuidado manipulándola si no querías terminar con quemaduras bastante serias).

-Los chicos se merecen algo de comer, antes del combate. ¿Ordeno que lo vayan haciendo por turnos?

Era la segunda pasada de un dron enemigo, a gran velocidad y a altitud considerable. El enemigo les espiaba, por lo que tenían que cuidar el aspecto del camuflaje desde el aire, algo que ella ya había considerado en sus órdenes. Ningún camuflaje es perfecto, y más cuando los soldados imperiales visten con esos colores tan contrarios al mimetismo con el medio. Pero estaban trabajando en ello, utilizando los medios naturales que tenían a su alcance.

Se acercó a Dallin, que seguía pegado a la consola de comunicación, siguiendo los informes de la flota y del asentamiento principal. Más naves se sumaban en órbita a la pelea: el enemigo estaba mostrando sus cartas, pero de momento Thrawn dejaba que pusieran toda la carne en el asador, antes de reservarse el golpe de efecto.

-Minas colocadas, a falta de las antiblindaje. El perímetro se ha articulado según lo ordenado -dijo ella.

La piloto venía con el casco quitado. No era una chica que fuera a ganar ningún concurso de belleza, pero tampoco se le pedía nada similar al ser piloto de la flota. Era buena en lo suyo y eso era lo que el imperio le demandaba. Se presentó ante el teniente, que le habían dicho que era el oficial al mando en aquellos momentos. Mara estaba dentro de la base, en la sala de interrogación, "soltando la lengua" de su invitada.

-Señor... los pilotos ya hemos descansado, estirado las piernas, comido y hecho lo que es de rigor. Cuando lo ordene, saldremos a defender la base. Aunque personalmente me gustaría atacar al enemigo primero, justo cuando esté concentrando sus fuerzas para atacarnos. No se lo esperarán, y podremos suavizar un poco el golpe, antes de que se produzca.

Parpadeó, pensando que había hablado un poco de más. Al fin y al cabo, las órdenes las daba él.

Tras la tensa intervención de Dallin y la respuesta aún más seca de Mara Jade me limité a seguir las ordenes de ésta intentando ser lo más invisible que pudiera. No solté prenda durante el periodo que estuve asistiendo en las labores interrogativas.

Aun así la oportunidad de poder estudiar el enemigo de primera mano era impagable, cualquier punto débil, cualquier debilidad, o cualquier fortaleza del enemigo la añadiría al reporte para el Teniente para, con suerte, poder inclinar la balanza a favor del Imperio en esta empresa.

El aspecto de la prisionera era diferente, pero dada la variedad de especies conocidas en la galaxia tampoco era nada del otro mundo. Sí que me llamó la atención el aspecto irisado y azulado de su piel, la forma de "Y" de su aparato respiratorio, pero sobre todo la armonía de sus facciones. Había belleza en ella, un aire regio, pero también de dureza, curtida en la batalla, sus proporciones eran las de una guerrera en plena forma.

Tras un primer reconocimiento visual y táctil de la prisionera realizé un rápido escaneo de su morfología con el equipo médico de campaña del que disponía. Tras analizar una muestra de su sangre busqué en el directorio médico los componentes que podrían ser utiles para el interrogatorio: Sedantes, sueros... dada su composición algo diferente a lo habitual en las razas comunes de la galaxia no quería causar daño en vano, o incluso la muerte por intoxicación, envenenamiento, alérgia, paro cardiaco, etc. Tras unos minutos todo parecía estar correcto. Apuntaba todo cuanto podía.

Preparé una solución para despertar a la prisionera y una vez que la administré me retiré hacia un rincón, asintiendo con la cabeza a Jade. Tras eso fui a un terminal donde seguí estudiando los datos que había recabado del análisis de la prisionera.

Reydo le estaba dando informes y demás, pero no estaba de acuerdo.

- No hermano. Los exploradores pasaban mucho tiempo juntos, aislados, y se creaban ciertos lazos personales, más allá de la disciplina del servicio y de la lealtad. Es lo que tiene sufrir juntos. - Destaca a dos de los compañeros del puesto de control. Yo mismo quedará a cargo de las comunicaciones hasta su regreso, junto contigo. Suspiró y terminó de picotear. con eso se puso el casco. - Que esos dos hagan un reparto de rancho, así los destacados podrán descansar en sus puestos, y así, no perder el camuflaje al moverse o dejar señales de sus movimientos. Que allí coman por turnos, y uno descansa mientras el otro vigila. Eran tácticas básicas de funcionamiento de los binomios. - No vamos a actuar como infantes de línea. No somos carne de cañón.

Luego se acercó a este y le aconsejó: - Y que las raciones sean generosas.

Dallin se encontraba en el centro de mando donde continuamente llegaban informes sobre el despliegue de los mandos de las distintas unidades.

El ritmo era frenético en toda la base mientras se concluían los preparativos.

Perfecto alferez, que los andadores tomen posición en las esquinas del recinto

Mientras las distintas ordenes se iban intercambiando llego la proposición de Valery, Dallin era un hombre decidido, con las ideas claras y capaz de ver la batalla más allá de un mapa.

Teniente, que sus cazas se preparen y salgan al cielo. No quiero exponer la fuerza aérea ya hemos visto de que son capaces esos drones, pudieran estar esperandonos... no olvidemos que ellos juegan en casa. Atenderé su petición pero a mi manera, envíe algunos TIE de reconocimiento, encuentrelos y marque los objetivos para un ataque orbital.

Tras despachar las últimas ordenes a los mandos Dallin se dirigió al Sargento Aiden.

Sargento, después de su merecido descanso, despliegue a los hombres en el interior de la base. Revisen cualquier anomalía, piensen como el enemigo, como infiltrarse en la base y tapen cualquier agujero de seguridad.

Lo que más le preocupaba a Dallin era la presencia de aquella usuaria de la fuerza en la base, no dudaba de las capacidades de Mara pero sin duda aquella mujer tampoco tenía un poder despreciable...

Escuchó al teniente recién ascendido y lo del bombardeo orbital le hizo dar un respingo. Un nudo en el estómago le estaba haciendo reventar una úlcera que no tenía.

- Ojo con las observaciones teniente, que tenemos personal desplegado.

James escucho el comentario, pero ni tan siquiera levanto la mirada del mapa para contestar.

Quizá le sorprenda la precisión de nuestra flota teniente. No me preocupa eso, sino el curso de la batalla allí arriba... esperemos que alguna nave pueda atender la petición.

El teniente señalo a la oficial de comunicaciones

Transmita la petición al mando de la flota, consiga una nave a la espera de coordenadas

En sus años de servicio ,Yoyuc había aprendido a comer y dormir siempre que pudiera todo lo posible : en el caos intrínseco de la guerra era imposible saber cuándo habría una oportunidad de reponer fuerzas. En consecuencia ,engullía un bocado al mismo tiempo que se metía el siguiente en la boca. Periódicamente, echaba un largo trago de agua antes de seguir atacando sus raciones con voracidad. De todas las formas de morir que existían, la inanición era la que más ferozmente combatía. 

Paró un instante para tragar un trozo especialmente grande de barrita energética y, con la mano libre, abrió un sobre de polvos sabor frambuesa kaltusiana. En teoría, se mezclaban con un litro de agua para obtener una bebida vitamínica y refrescante pero Yoyuc se lo vació directamente en la boca para pasarlo con otro trago de la cantimplora. 

Todo es igual cuando se mezcla en la tripa. 

Su frondoso mostacho se iba llenando gradualmente de migas y restos. Solía limpiárselo cuando terminaba pero no siempre era posible y solía contar entre risas la ocasión en que se puso el casco, el bigote se le pegó al visor por dentro y acabó disparando por error al pie de un compañero.

-¿Vas... a... comerte eso?-le preguntó al que estaba sentado a su lado. 

Mientras terminaba con los análisis y reportes note un fuerte rugir de tripas. Inconscientemente me giré algo alarmado, pero aquellso sonidos no parecían haber traspasado el umbral de la armadura.

- Estarán todos comiendo... qué hambre. - Pensé.

Pensé en dirigirme a Crow, pero con aquella armadura la verdad es que intimidaba bastante, así que en su lugar pensé dirigirme a Jade, aunque era una superior, parecía más accesible que los Deathtroopers. En un momento en el que no molestaba amagué con decir algo pero justo cuando iba a abrir la boca me lo pensé mejor, y volví a mi puesto.

En fin, yo me había presentado voluntario, así que tocaba permanecer en mi puesto, dispuesto a cualquier petición de la señora Jade. Pero en ese momento hubiera dado cualquier cosa por echarme algún bocado al estómago.

Habría preferido enfrentar el interrogatorio de la Vong ella sola pero era consciente que un falló, por improbable que fuera, por su parte podría poner en peligro a toda la base. De modo que asintió a la cuestión de su sombra.

Confió en sus habilidades, sabrán como actuar – fue lo único obtuvo como respuesta a la segunda pregunta, mientras entraba en la sala de interrogatorios donde la Vong se encontraba atada a la silla.

Podía sentir el resentimiento que palpitaba bajo la armadura de Crow y no pudo evitar una medio sonrisa de satisfacción, que oculto a los presentes dando la espalda al entrar.

Se mantuvo en silencio siguiendo con la mirada las idas y venidas del Kel Dor, afanado en las tareas de investigación de su enemigo, recabando datos, muestras y realizando todo tipo de pruebas. Sin duda una tarea loable la del sanitario, estaba claro que Thrawn iba a estar encantado con semejante cantidad de nueva información sobre aquellas criaturas.

Por fin Mazar había finalizado con su tarea y procedió a despertar a la joven. Sus ordenes eran precisas con respecto al suero, debía ser administrado de manera que la mantuviera receptiva a sus preguntas pero no lo suficiente despierta como para poder rebelarse. Con suerte obtendrían lo que necesitaban en pocos minutos.

¿A que esperas para matarme?

¿Matarte? ¡Oh, querida! - exclamo fingiendo escandalizarse, sacando a relucir su lado más cínico cuando se inclino sobre ella, acortando la distancia entre sus rostros para que apreciara bien la expresión maliciosa de su rostro – tengo algo mucho más placentero reservado para ti

De manera casual, como si cada uno de sus movimientos no estuviera estudiado al milímetro, se quito lentamente los guantes de cuero negro para luego alargar su mano acariciando su rostro, antes de añadir clavando su mirada en la de ella.

Al menos placentero para mi...

Tal como me había ordenado el Sargento, había ido a la enfermería a que tratasen la quemadura producida por el disparoodel arma de energía del enemigo. Cuando llegué vi a los médicos enfrascados en su cometido de atender a los soldados heridos en el combate. Yo me acerqué a un droide médico y le pedí spray antiquemaduras, así como un apósito, esparadrapo y vendas para curarme yo mismo la quemadura. No requería ninguna intervención.

Aflojé las ataduras de los guanteletes y me quité los guantes. Me desabroché la casaca y la chaqueta de debajo. Me desabroché el mono térmico para dejar a la vista la herida, con un trapo limpié la zona con alcohol y cuando el droide médico me trajo lo que le pedí, me mentalicé para el escozor que me iba a provocar aquello. Apliqué el spray y rápidamente coloqué el apósito encima, cogí las tiras de esparadrapo que había cortado previamente y sujeté el apósito. Cogí el rollo de venda y empecé a cubrir el apósito mientras rodeaba el torso con la venda. Corté el sobrante y con un tensor sujeté la venda. Volví a vestirme y le dije al droide que guardada la casaca y la chaqueta, volvería a por ellas. Me puse los guantes y luego até los guanteletes, cogí mi equipo y me fui a comer que estaba hambriento.

Cuando salí al patio de nuevo, vi a Yoyuc hacerme una señal, sin el casco. Habían preparado una zona de para nosotros en la que comer, me acerqué y me senté:-Que pinta tiene todo.-dije con el tono de humor característico de los Honaka:-Oye me pasas las patatas?.- Era lo típico que se pedía aunque no hubiera. Al poco de empezar a comer vi que Lily volvía de la armería, le hice una señal y se acercó:-Toma te he guardado un poco, esta gente tenía mucha hambre.-vi que traía una chaqueta de artilleros, esas piezas siempre llevaban tratamiento antibláster, así que era perfecta para la situación en la que estábamos:-Eres un cielo, Lily. Has encontrado lo que necesitaba. Toma esto como agradecimiento.-y le di la fruta en almíbar que me había guardado.

Volví satisfecha por haber encontrado lo que creía que necesitaba Honaka, la miré un segundo para volver a asegurarme de que le podía quedar bien, luego me dirigí hacia ellos, Honaka me hizo un gesto para que fuera, y eso hice. -Aquí tienes.- Dije dándole lo que me había pedido.

La comida que tomábamos era muy distinta en comparación con la que me había alimentado antes de alistarme, esta no era tan sabrosa como una presa recién cazada o una fruta madurada en su árbol. Por suerte yo no comía mucho, ni siquiera disfrutaba normalmente de la comida, era simplemente un trámite que había que cumplir cada día. Tenía una constitución bastante enclenque y me sobraba bastante de la ración que destinaba el Imperio a cada uno de sus soldados.

Cogí la fruta que me ofrecía mi compañero. -Gracias.- Y me senté junto a él y otros soldados. Empecé a comer lentamente, sin ninguna prisa y con un profundo aburrimiento que se notaba cada vez que daba un mordisco, a veces me quedaba mirando uno de los paquetes pensando en que sería. Por suerte me llenaba enseguida.

Me sorprendía como Yoyuc comía con una voracidad tremenda, se había comido toda su ración antes de que yo hubiera siquiera acabado con la fruta con almíbar que me había guardado Honaka.

-A mí me va a sobrar, si quieres coger un poco.- Le dije al bigotudo, parecía que de verdad tenía más hambre, era algo increíble. Yo ya casi estaba llena y me quedaba más de la mitad de las cosas que nos habían dado. Éramos tan diferentes y aun así estábamos en la misma compañía, salvaguardando la Galaxia. Sorprendente. 

-Frafiaf-masculló Yoyuc con la boca llena alargando la mano. 

Cogió un puñado de barritas nutritivas del plato de la novata. Tragó con un ruido similar a  un rancor. Incapaz de metérselas todas en la boca, las fue mordiendo una a una de entre sus dedos. 

-Deberíais aprovechar para llenar la tripa...-miró a Onaka un instante-...o lo que sea. Si esos tipos vuelven no tenemos ni idea de cuando tendremos otra oportunidad.