Partida Rol por web

Al fin se hizo la noche en vuestro claro. Los últimos rayos de sol hacía tiempo que habían dejado de alumbrar en el interior de las rocosas.

Brian, Roy y Pete se acostaron como cada noche en sus camastros pero ésta noche era diferente. La visión de los indios el día anterior había obligado a montar guardia. Eran legendarias las cosas que se decían de ellos. Mejor no recordarlas.

La noche es clara y una gran luna llena ilumina el cielo dando un espectáculo grandioso contra el que se recorta la imponente silueta de las montañas.

Estáis sentados al calor de la hoguera del campamento. Los demás ya hace un rato que se acostaron y de vez cuando alguno, no sabríais decir quién, suelta un ronquido o una ventosidad.

Aunque la noche es placida y está en calma, no podéis olvidaros del por qué estáis despiertos y cada sonido os hace poneros alerta. Pero, de momento, no veis nada fuera de lo normal.

Tyler daba de vez en cuando una vuelta al rededor del campamento, no era muy grande asi que tardaba 5 minutos a lo sumo, la luna daba tal claridad que se veía a varias decenas de metros, con lo que no tenia que preocuparse mucho por una emboscada, si atacaban, lo mas seguro es que los vieran venir, a pesar de ser pieles rojas. Se volvio a sentar y dijo:- Bueno, ya estamos aqui, aun nos quedan un monton de dias, si estos indios nos quieren poner de los nervios tienen tiempo para hacerlo, no creo que hasta 2 o 3 dias crucemos su territorio.

- Esto es peor que no haber visto nada, ahora no los vemos pero sabemos que están ahí, ¿nos darán caza o podremos pasar?, sólo espero que llegue pronto el día, con luz mejor para ver a esos malnacidos.

Me acomodo en un lugar lo suficientemente apartado para que no se me vea mucho con la luz de la hoguera, pero no tan lejos que no me llegue el calor del fuego. Cuando Tyler vuelve de dar su paseo, estoy un poco junto a él y doy otra vuelta alrededor para vigilar y para permanecer despierto, aunque los muchos ruidos que hay hacen que no sea difícil mantenerse en estado de alerta.

- Bueno, con los indios nunca se sabe, depende de que tribu sean, aparte de si el "hombre blanco" les ha puteado recientemente o no y de como vean la victoria, no son tontos y se conocen el terreno, si mas adelante hay terreno mas facil para emboscadas lo haran alli, sino puede ser que simplemente nos esten vigilando sin nada mas.

- Espero que se lo piensen unas cuantas veces, de momento no saben nuestro número, es posible que si quieren atacarnos esperen un tiempo. Aunque lo mejor es que pasen de largo y nos dejen seguir nuestro camino, ya es complicado sin ellos.

Me pierdo un momento en mis pensamientos, los deseos rara vez se convierten en realidad, y con los indios nunca se sabía como bien decía el sheriff, y que cada uno tuviera mil historias diferentes sobre ellos, no ayudaba a saber qué podíamos esperar, pero de momento lo mejor era esperar el día, por lo menos no tendríamos la desventaja de la noche.

Al fin pasan las horas que os habían tocado de guardia y no había pasado nada. La noche continuaba serena y despejada.

Sólo el aullido de algún lobo en la lejanía perturbaba el silencio tranquilo que os envolvía.

Era pues, la hora de que Tyler se acostase y despertara a los dos siguientes para hacer su turno de guardia.

Nos tocaba la guardia a Roy y a mi. Era ya muy entrada la noche, los ruidos que se multiplican a cada momento hacen difícil saber si nos quieren cazar esta noche, o sólo son los ruidos normales de la zona. Lo único bueno es que mantienen a cualquiera despierto en nuestra situación.

Me acerco despacio a Roy para poder despertarlo, me pongo por su parte superior asegurándome que no me pueda alcanzar fácilmente si desenfunda un arma confundiéndome con algún indio, con la hoguera iluminándome ligeramente para que se vea que no soy un extraño. Agachado le voy hablando suave para no sobresaltarlo, ni a él ni despertar a los demás. Si no despierta con los susurros, le voy dando pequeños zarandeos con la mano en su hombro.

-Venga Roy, nos toca la guardia.

- Bueno, espero que no me desperteis, eso sera indicativo de que nos han dejado en paz. me voy a dormir. Digo con un bostezo mientras estiro la manta y me cubro con otra apoyando mi cabeza en un morral mal apañado.

El sheriff parece que tenía buena predisposición para coger el sueño, sin duda que haría falta para mañana, que también sería un día muy largo. Saludo con la mano al afortunado que se va a dormir, aunque quien sabe si podrá conciliar el tan codiciado sueño reparador.

Dos horas más y despertaría a mi relevo, y entonces esos ruidos que llenan la noche serán los que atormenten a otro. Pienso en el pobre soldado, sobrevivir a la guerra para perder la cabellera en este perdido lugar.

- Bueno Roy, esos malnacidos no se han dejado ver por el momento, no sé si intentarán algo más adelante o si esperarán a la mañana. El sheriff era optimista en que tienen varios días para acabar con nosotros, que igual nos vigilan esta noche y nos machacan más adelante.

Hay montón de ruidos que parecía que se apaciguaban si hablábamos aunque fuese en susurros, lo que no sabía era si eso era bueno o malo.

-Venga Roy, nos toca la guardia.

Roy se despertó cuando su socio le toco advirtiéndole de la hora.

- Voy, voy- dijo adormedcido el cazarrecompensas.

luego se acercó a la lumbre y hechó unos cuantos maderos más para que permaneciera encendida y no se apagara. Se sirvió una taza de café que había quedado y se colocó junto a su compañeros embutido por la manta con una mano en la taza caliente y otra en la escopeta que dormía en su regazo.

Al rato, después de hacer la guardia que les correspondía miró a Jack y le hizo una seña para quese fueran a dormir.

- Bueno Roy, esos malnacidos no se han dejado ver por el momento, no sé si intentarán algo más adelante o si esperarán a la mañana. El sheriff era optimista en que tienen varios días para acabar con nosotros, que igual nos vigilan esta noche y nos machacan más adelante.

- Espero que tenga razón y que no la tenga, que hoy no sea el día en el que decidan atacarnos...y que no lo sea nunca- dijo sonriente mientras se dirigía hacia el siguiente en montar la guardia para despertarle.

La siguiente guardia transcurría igual que la primera, ruidos y más ruidos que eran difíciles de identificar, quedaba menos para que avisara al rebelde para que me sustituyera y aunque estábamos rodeados posiblemente de indios, el cansancio seguramente me haría dormir lo poco que pudiese.

El estar con Roy también me tranquilizaba, si decidiesen acercarse, caerían unos cuantos antes que nosotros.

Parecía que la guardia no iba a acabarse nunca y es que Roy, a pesar de que hebía vivido esta experiencia innumerables veces a lo largo de su vida, cada vez le costaba más hacer guardias.

- Parece que esto no se acaba nunca, socio- comentó el cazarrecompensas mientras oteaba el entorno por si veía algo raro. 

La guardia se pasa entre ruidos nocturnos sin importancia. Charláis tranquilamente como viejos amigos que sois y poco a poco el turno de Roy se terminaba.

El fuego aún lo manteníais encendido para ahuyentar a los animales salvajes que pudieran estar cerca de vosotros pero también era un buen indicador de donde os encontrabais.

Este rato de guardia se hizo más llevadero, sería posiblemente por no tener presencia de los indios o que era más animada ese rato de guardia. Casi pasa de largo la hora en la que mi media guardia acaba, así que me toca dar el relevo y descansar un rato.

- Roy, me toca irme a dormir, guardia y media, con esos ahí fuera casi se me ha hecho una eternidad, trataré de descansar un poco que mañana seguro que también es largo.

Me acerco a Brian para despertarlo con suavidad. Desde la cabeza le voy tocando el hombro.

- Es tu turno, sin hay novedades, puede que sea una noche tranquila.

- Pefecto, socio- dijo sin más y miró como éste se levantaba y despertaba a Brian.

Al llegar este le sonrió y le hizo una seña con la cabeza para que se sentara con él en el fuego.

- Acercate y tómate una taza de café quizás te mantenga despierto- le ofreció Roy al recien llegado.

Brían se acercó a la lumbre y se frotó las manos al calor del fuego.

Se sentó al lado de Roy escuchando los sonidos de la noche.