Partida Rol por web

https://www.youtube.com/watch?v=U2QQUoYDzAohttps:/...

"Una día entero hace que salisteis de la casa del Conde y el camino se está haciendo

por momentos, más incómodo:

Un viento recio procedente del norte zarandea vuestos ropajes que se

está quedando cortos a la hora de mantener el calor en el cuerpo.

Alrededor os estorban los árboles de escualido ramaje que en nada

contribuye a resguardaros de los rigores del tiempo.

El sol asoma de forma tímida en el horizonte y su luz agonizante a penas

da para iluminar la campiña moteada por las incendios estivales.

 Lo que  antes recordabais como el comiezo de un sendero se ha

expandido  hasta hacerse  irreconocible  y en su lugar, un claro en el

que  los delgados troncos   aparecen arrancados a los lados

 dejando  un contorno indefinido.

A vuestro paso dejaís tierra quemada y los despojos que el fuego dejó

por doquier . Una neblina cada vez más espesa hace que encontrar una

punto de referencia sea cada vez má difícil el  recuperar

la senda perdida...

Para colmo. una aullido de lobos irrumpe con una proximidad casi

presencial ,como si de un momento a otro fueran a emerger de las

zonas ocultas de la floresta.

Os encontrais, definitivamente desorientados y en territorio desconocido.

¿No os sería y mejor acampar y hacer una buena hoguera?

Os despedís de Don Jaime, y de su servicio. Salís a la calle, la tormenta de nieve ha amainado aunque sigue estando el cielo encapotado, hay algo de niebla, y hace frío. La nevada ha cubierto el suelo de abundante nieve, de modo que los pies se hunden en ella a cada paso. La aldea está en silencio, buscáis a alguien a quien bien preguntar que camino hay que tomar para llegar hasta la ermita de la virgen de la cueva, pero no veis ni a un alma. Os llama la atención que el corral de una de las casas está destrozado y en él hay un par de corderos muertos, cuya sangre color rojo intenso contrasta con la nieve sobre la que yacen.

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Echo un vistazo a los corderos, para ver si han sido mordidos por alguna fiera o han podido ser sacrificados.

Ambos corderos fueron heridos en el cuello, pero también tienen heridas en el lomo y las patas. La carne está como desgarrada, parecen heridas hechas por algún animal carnívoro, tal vez un perro, o un lobo, Chira hace lo propio y comienza a husmear y lamer la carne ensangrentada de una de las ovejas.

Al ver que el buen señor Alfonso se para en el camino, Crispín con el vientre embotado -por el buen provecho del último desayuno, a buen efecto- sigue la mirada nerviosa de los ojos del caballero, y del sobresalto al ver lo que los demás están viendo un erupto interdicto e interstructo sale de la boca de su dueño.

- Valga la Virgen; Señores, no tiene mucho sentido lo que veo. Cuando un lobo ataca un rebaño tal como ocurre en mi pueblo, se lleva consigo el trofeo, o bien parte con algo del premio. Aquí el desaguisado es tremendo, pero todos los corderos están casi enteros...

Despistados vamos si no miramos por dónde andamos, dónde estamos y qué vemos...¿en qué estará pensando el señor Manecho? 

Sin dilación y con premura, Crispín empieza a investigar con curiosidad el lugar de los hechos: ¿cómo se ha destrozado el establo? ¿y de cuándo puede ser flor la sangre de los pobres corderos? ¿hay marcas en la nieve de lobos, en el suelo?

Aquí va! Creo que lo tengo crudo...

https://www.youtube.com/watch?v=EQoVrFe1GZ8

Para que decir nada si Crispín, más espabilado se me ha adelantado. Sólo me uno a su búsqueda, pero mi vista, poco acustumbrada a los parajes agrestes no creo que sea la más adecuada para tratar de encontrar algún tipo de huella, ya se de lobo, de zorro o tal vez de alimaña de "dos patas". No obstante insto a mis compañeros a que busquen algún tipo de marca, ya sea en el suelo, o entre los restos del corral.

De entrada, me resulta extraño que unos animales salvajes se hubieran atrevido a acercarse tanto, pero lo mas raro de todo es el destrozo causado en la construcción. Me acerco a observar con detenimiento. ¿la fuerza del viento?, ¿el peso de la nieve?...

Crispín se queda con la mollera en blanco -como la nieve recién cuajada, según dicen por estos lares-, esperando que la del señor Manecho encuentre algo que él no ha visto. Al no ver señal alguna en la nieve, se acerca a las vallas del corral, y haciendo un esfuerzo empieza a mirar qué hubiese podido romper con tanta fuerza el cercado.

- Menuda pena, mi señor. Si no estuviese jarto de comer (y a reventar de yufas como pedos), me haría ahora mismo un buen guisao de cordero. ¿Nos llevamos algún 'cacho' para 'indagarlo' más tarde? Que no quede por preguntar, llamaré para ver si encuentro a su dueño.

Crispín se acerca a la puerta de la casa y la golpea repetidamente con los nudillos para que abran, pero nadie abre...

Tened cuidado... -dijo a todos, pero pensando en Crispín-. No creo que lobo o el animal que haya sido siga aquí, empero que que el hombre también ha podido hacer aquesto. Quizás alguien ha lanzado a los suyos perros contra el pequeño rebaño... Uhmmm... -y púseme a hacer cábalas y elucubraciones de lo que podía haber pasado-. Será mejor que vayamos a... -et entonces se adelantó Crispín, queriendo ir a llamar-. ¡Crispín! ¡espera! ¡Voy con vos! -descolguéme el hacha et avancé a dos manos con el muchacho-. A aqueste paso non íbamos a llegar a la ermita de la cueva sino cuando no hubiera ya nieve; empero que ésta estaría más agradecida de que deshiciéramos aquestos entuertos que visitarla sólo de prestado...

Uloxio se acerca también a la puerta. Crispín golpea de nuevo con más brío, ésta cede hacia adelante, no estaba cerrada con llave ni trabada por dentro. Desde el portal se puede ver todo el interior de la pequeña cabaña de madera, no hay nadie dentro, la chimenea está apagada y sin rescoldos.

Acerqueme también a la puerta, al ver que se abría, miré si había sido forzada desde el exterior o estaba rota. Una vez revisada la puerta acerqueme a la cocina a buscar viandas frescas, algo que dijese que allí estaba viviendo alguien et que se haya ido apresuradamente o les hayan echo algún mal.

- Aydeaquí que aquí no hay nadie- espeta Crispín - a lo mejor un combecino sabe algo del 'comtubierno', si por hacer se hiciese que algun orejón pudiese supier algo, o si hubieron los gritos de retién en algún momento. Echaré un 'bistazo' por aquí cerca...

Así se dispone Crispín a preguntar en las casas de los alrededores, si hay, para ver si algún vecino ha oído algo, o bien si conocen al infortunado dueño del rebaño.

Manecho mira el suelo del corral y se agacha para verlo más detenidamente . a ver si aún en su consabida falta de vision consigue ver pisadas...

Tirada de mierda, nunca mejor dicho, pues en mi afán de agacharme paraacercarme al suelo me he manchado de algo de caquita en las manos. ¡porca miseria!