Partida Rol por web

Tras interrogar a Jacinto y al Tío Pencho, deslenguado uno y desmayado el otro, el grupo sigue las indicaciones para llegar a la casa del tal Pedro Ramales, la del cruce... no tiene pérdida.

La casa a simple vista parece la de algún noble venido a menos, y se ve algo dejada, aunque para el hijo de un jornalero no es cuestión baladí.

Tenéis que llamar varias veces y dar fuertes golpes al portón de la entrada para que alguien abra.

Aitor, junto al grupo, llega a la casona y tras echar una mirada rápida alrededor golpea insistentemente el portón.

¡¡¡¡  AHHH DE LA CASA   !!!! 

Mirando al resto del grupo, no deben recibir visitas muy a menudo, pero a fe mia que aunque sean sordos van a oir mi llamada, añade mientras vuelve a golpear la puerta.

¡¡¡¡  TOC  TOC  TOC  !!!!  

Perdóname es que como me dijiste que no podías editar los destinatarios desde el curro, pensé que era un mensaje para todos y por eso te lo cambié. Se me fue la olla perdona.

Ya he modificado el mensaje y lo dejé como lo escribiste.

Al no obtener respuesta me acerco a algún lateral o atrás para ver si hay otras puertas, si hay ventanas abiertas o desde las que se pueda ver el interior, miro la chimenea por si sale humo y me fijo si hay algún animal (perro, burro, caballo, etc.) atado en algún lado.

Seguí al resto en silencio, meditabundo por lo que podría ocurrir en esa extraña torre. Cuando llegamos hasta la puerta, miro extrañado el silencio que inunda el lugar.

La construcción parece bueno, pero me extraña que, estando donde está, no oigan a la gente que se acerca, y menos si van con animales.

Godoy, vete con el señor Íñigo, y atento -le dije con una leve órden levantando las cejas-. Padre ¿sería pretencioso si entramos sin más? ¿Lo vería mal el Señor? Mire que estamos aquí no sólo por un encargo, sino por una disposición para todo el pueblo, para su bien realmente...

Vi como Godoy bordeaba la casa una vez sacada su espada.

Antes de que nadie se pueda mover, abre una anciana de piel tan reseca como la madera del portón que acaba de ser aporreado(y, aproximadamente, con la misma expresión de amabilidad) que mira de arriba a abajo al grupo y gruñe:

- ¡ Por la puerta de atrás !-

y seguidamente cierra de un portazo.

La puerta trasera es puerta modesta, de criados, que da a la cocina. Allí hay una criadita jovenzuela y mozuelo estirado que la requiebra, que al ver venir a los personajes se entiesa preguntándoles qué desean.

Si preguntan por la vieja:

- Es doña Tecla, que los cabales ya no la rigen bien, pero como fue ama y fiel sirviente muchos años de mi señor, se le permite seguir en la casa. No hagan caso vuestras mercedes, y apéense del enfado, que no hay nada peor que volverse viejuno para que se le sorban las entendederas.

- Con gusto les llevaría a Pedro de Ramales a su presencia, pero anda muy achacoso y enfermo. Puedo, eso sí, llevarles ante su hija, si es tema personal o ante maese Ángel si es tema de negocios.

Aitor pega un respingo al cerrársele la puerta en sus narices -menudos humos se gasta la vieja pasa, mala catadura debemos presentar  para que así nos trate el servicio de una casona de pueblo, pues*.

Tras hacer el comentario y medio mosqueado, Aitor acompaña al grupo mientras rodean la casa.

*con acento vasco

Interrumpido en mi camino por la voz de la anciana me detengo pero sus palabras me evitan retroceder así que con cuidado y sin dejar de vigilar ventanas rodeo la casa hacia atrás, en busca de la puerta mentada.

Sí, pero es que no tengo el manual aquí, cuando llegue a casa te posteo el resultado.

La puerta trasera es puerta modesta, de criados, que da a la cocina. Allí hay una criadita jovenzuela y mozuelo estirado que la requiebra, que al ver venir a los personajes se entiesa preguntándoles qué desean.

Con el ojo que soporta la cicatriz fijo en el petimetre y erguido en lo más alto de mi escasa estatura respondo con un tono a caballo entre el respeto y la altanería:

Ve-enimos a ve-er al se-eñor Pe-edro Ramales. ¿E-es est-a su hacie-enda?

Godoy bajó ahora su espada, que no guardada, por cierto. Esperó a que su señor caminara hasta su posición y se pusiera tras él. Aquella, ciertamente, no era una manera de recibir invitados, aunque la verdad es que era algo prudente no dejar entrar a cualquier desconocido por la puerta principal.

Yo aún no veo buena moza que mis ojos puedan disfrutar... en fin -pensaba el soldado mientras caminaba despacio.

Aqueste muchacho niega con la cabeza y dice:

- Con gusto les llevaría a Pedro de Ramales a su presencia, pero anda muy achacoso y enfermo. Puedo, eso sí, llevarles ante su hija, si es tema personal o ante maese Ángel si es tema de negocios.

Alonso pasó su brazo por delante de Godoy, echándole a un lado y tirando por tierra toda disposición suya de protección al escuchar las palabras del mozo.

Sin duda que a verle hemos venido -le dije al susodicho-, sea como sea. Si además decís que está enfermo, muchacho, no pudiera yo prometerle nada en claro, pero ten por seguro que mis conocimientos de médico podré otorgarle si es preciso. ¿Tan mal se encuentra? Créame que le digo que esta visita no es de cualquier "correveidile", sino de una importancia máxima... ¿o es que acaso no ha visto a la Iglesia aquí presente? -decía girando la cabeza hacia Beltrán.

Alonso entendió los brazos con gesto pacífico.

Al menos pedimos audiencia para uno de nosotros

Descubres que hay un hueco sobre el portón en el que antaño hubo un escudo de armas, pero hace años que lo borraron  a base de mazo y cincel.