Partida Rol por web

El segundo nivel de La Factoría es un laberito de escaleras, pasillos, y pasarelas colgantes.

Cadenas y cuerdas, cubos y contáiners suben y bajan por los mecanismos de los que tiráis

En algún lugar del laberíntico nivel se encuentran los ascensores que descienden al tercer nivel de La Factoría, así como las escaleras hacia el primer nivel.

Camináis de un lado a otro y un cable de una pasarela salta con un enorme estrépito, dejando la plancha tambaleante, en una suspensión imposible.... ahí abajo, a más de una docena de metros de altura se encuentra el vertedero, quien cae allí, no vuelve a levantarse.

En algún lugar de la infernal infraestructura se escucha un alarido que hace estremeceros apretando puños y dientes, y un timbre os indica la orden de tirar de unas cadenas para hacer descender entre todos un enorme contáiner con desperdicios de sujetos fallidos hasta el vertedero.

La sujeto 2.139 gruñe por lo bajo, con una mezcla de desidia y frustración por verse obligada a ponerse en camino. Odia cada maldito centímetro y recoveco de este sitio infernal, y una vez más se pregunta si el que esté aquí es una especie de broma de mal gusto. Viendo algunas de las cosas que se arrastran o caminan por aquí, de hecho, decide que probablemente todo este maldito sitio y todos sus habitantes SON una broma de mal gusto por si mismos.

De nuevo, como suele hacer cada vez que tiene que vadear el laberinto de escaleras, pasillos repletos de chatarra y picos cortantes y pasarelas que se tambalean sobre el vacio, baja la vista y examina con un rencor infinito las dos ruedas, con el metal de los radios oxidado y recubierto de una costra de algo que prefiere no preguntarse mucho qué es. Hay que tener en cuenta que el que no tenga un par de jodidas piernas no implica que no necesite cagar. Otra cosa en la que no debió de haber pensado el demente que la hizo así.

Con otro gruñido exasperado, la sujeto inclina el cuerpo y clava en el suelo las potentes y repulsivas garras que rematan sus dedos, impulsándose hacia delante, dejando que las ruedas y su inercia hagan el resto. Sólo puede avanzar así el equivalente a unos pocos pasos antes de repetir el proceso, y a cada impulso, nota como los puntos de sutura se tensan, y las grapas metálicas que unen las garras de bestia a su mano humana se le clavan en la piel, enviando sacudidas de dolor por sus hombros.  Aún así, prefiere ese método al de empujar directamente las ruedas. La velocidad que puede alcanzar de esa forma, unido a la falta de nada con lo que equilibrarse, pues su torso apenas pesa nada, ha hecho que más de una vez se haya estrellado brutalmente contra el borde de una escalera o un pico de metal, y alguna vez estuvo a punto de caerse por una pasarela abajo, probablemente para romperse la espalda y morir como un perro abandonado.

Otra cosa que seguro que nadie pensó cuando me crearon.

Las ruedas son sólo el elemento más visible. Para la sujeto 2.139, todo su cuerpo es una burla, un incordio, una fuente de dolor lacerante o todo a la vez. Detesta tener que moverse. Detesta hacer cualquier cosa en este sitio de mierda, que más parece una ratonera hecha para jugar con ella que un sitio donde trabajar. Pero si hay algo que detesta más aún es los golpes que le caen si no hace su trabajo, así que mientras el dolor le trepa por las muñecas y las primeras gotas de sangre empiezan a formar una mancha morada bajo las cutículas, 2.139 sigue avanzando, poco a poco, en la dirección del timbre.

El sujeto 2.141-X se empieza a mover, ya que el resto de los trabajadores se mueven. Mientras tira de las cadenas, se queda mirando la plancha que se tambalea. Le es complicado moverse, ya que su alta estatura, debido a sus 2 piernas cosidas una tras otra en cada extremidad, le comlica muchisimo sus movimientos. Más de una vez se a caido al suelo y a tardado horas en volver a ponerse depie, mientras algo le fustigaba el torso, haciendole daño y haciendo que gruñese.

No sabe por qué está aquí. Ni qué es. Ni dónde está. Pero no quiere que lo hieran. Por eso sigue tirando de las cadenas mientras el timbre suena.

El timbre os pone en marcha, y corriendo a peligrosas velocidades sobre los puentes colgantes de chapa y cableado, llegáis hasta el lugar indicado, donde encontráis una gruesa cadena oxidada esperando ser asida.

Como simples autómatas, la agarráis y ejercéis fuerza hacia el lado contrario, medianamente sincronizados, para realizar vuestro trabajo en el tiempo reglamentario… pues sabéis que en La Factoría, si las tareas no se cumplen con la eficiencia requerida, alguien acaba pagando las consecuencias.

La fría y oxidada cadena tiene un tacto aspero pero agradable, necesitáis toda vuestra fuerza para mover algo que jamás veréis y tampoco sabéis donde se encuentra ni con qué finalidad lo hacéis

Lográis cumplir vuestra tarea y el chirriante timbre queda callado, por un momento suspirais aliviados, al fin y al cabo para ésto habeis sido creados ¿Qué otro aliciente podríais tener?

Otro timbre suena, otra llamada, de nuevo la fusta de la obligación, una cadena al otro lado de la pasarela espera a ser cogida, el chirriar apremiante os llama a cruzar la peligrosa y tambaleante pasarela que amenaza con caerse en cualquier momento, balanceandose en débiles cables que crugen con cada paso sobre el puente de chapa

El sujeto 2.141-X escucha el timbre. Se queda observando la cadena que acaba de mover y da media vuelta, preparado para moverse hacia el siguiente trabajo. Ni tan siquiera puede ver que acaba de mover, aunque sabe que no sabria qué es ni para qué sirve, como todo lo que le rodea. Se dispone a cruzar la pasarela y, cuando da el primer paso sobre ella, siente como se tambalea. Intenta gritar pero apenas se oye como un murmullo..

-Ghhshshshhs

Le duele la garganta por intentar gritar en vano, pero sigue su camino a través de la pasarela....

2139 suelta la cadena con un jadeo ahogado. La penosa "caminata" hasta aquí y el proceso de tirar de la cadena han hecho que los calambres de sus brazos pasen de molestia a dolor punzante, y por unos segundos se siente agradecida de dejar ir la pesada carga. Un pequeño goteo llama su atención, y al bajar la vista ve dos o tres solitarias gotas de sangre caer al suelo. Se mira las manos sin sorprenderse demasiado al ver unos cuantos arañazos y punciones, de los que salen gotas del líquido rojo, apenas una anécdota sobre el mapa de finas líneas blanquecinas que le cruzan la palma. Naturalmente, como en cualquier trabajo manual, a menudo tiene que cerrar los puños. Y, naturalmente, no es demasiado buena idea hacerlo cuando tus dedos están rematados en unas garras lo bastante potentes para desgarrar carne como si fuese mantequilla.

Con todo, simplemente se encoge de hombros. Sigue siendo mejor así. Las garras que le ponían al principio eran quebradizas, y solían romperse. Antes de poder ponerle otras, por lo general el charcutero de la factoría (llamarle algo más sería sobreestimarle) tenía que cortar los bordes serrados y arrancarlas de raíz, con un total falta de delicadeza. Y los espasmos nerviosos provocados por volver a grapar y suturar otro par de garras sobre la carne viva solían agarrotarle las manos, volviéndolas más inútiles de lo que eran ya de por sí. Unos cuantos cortes en las palmas eran poco precio a pagar por evitarlo.

Y entonces otro timbre, otro chirrido. Otra maldita cadena conteniendo no se sabe qué. El amo de la factoría no considera importante que los sepáis, igual que no considera importante crearos con cuerpos que no parezcan salidos de un delirio demente. No, claro que no. Qué mas da.

Un siseo gutural de rabia y fastidio araña la garganta de 2139 al salir, mientras su puño derecho se aferra y se va deslizando por la precaria barandilla de la pasarela, la mano izquierda empujando con esfuerzo la rueda que sustituye la pierna del mismo lado. No le gusta usar las ruedas para moverse, es peligroso... pero sobre esta cimbreante pasarela, es mejor idea que avanzar clavando las garras en el suelo. Cualquier cimbreo brusco podría precipitarla al vacío, y aunque no es como si se pudiese romper una espalda hecha de algodón prensado, sin sus ruedas se quedaría varada, incapaz de moverse hasta que el hambre la matase. Por no mencionar que su cabeza no era de algodón.

Con todo el cuidado de lo que es capaz, 2139 avanza sobre la pasarela...

 El sujeto 2.140-X contribuye a la fila de engendros que andan por la inestable pasarela. Todo son gruñidos y ruidos de malestar que acompañan a un paso cansino y desganado.

Por enésima vez, 2.140-X mira sus inútil cuerpo pensando como hará para acabar el día sin ser pasto de la trituradora de carne, o de otro sujeto más aventajado. Su cuerpo, era la obra de un demente con un oscuro y retorcido sentido del humor. Cada paso era una tortura y sabía que si se caía de la pasarela, no tendría con que agarrarse..

Levanta la cabeza y suelta un gruñido que pretendía ser un suspiro ahogado. Ni eso puede hacer. No sirve para nada, bien claro se lo han dejado en el pasado. Aguantar un día más es un logro para él y este empezaba como los demás..

El sujeto 2141X pasa decidido y agarra la cadena, pero es demasiado pesada para él solo, necesita ayuda, observa hacia atrás esperando que sus compañeros le sigan, el sujeto 2139X avanza inseguro, arrastrándose, haciendo chirriar sus ruedas, y entonces, cuando el pesado sujeto 2140X pisa la pasarela.... Un chasquido, los cables se sueltan y la pasarela cae hacia abajo para quedar colgando

El sujeto 2139X se ve irremediablemente arrastrado pasarela abajo hacia el vacío, chocando con el sujeto 2140X cayendo a los dos al vacío con un alarido que resuena por todo el nivel, desapareciendo en la insondable oscuridad de las profundidades del nivel2, allá donde muchos han caído y no volvieron, a las fauces del abismo

Ahora la cadena queda con 2141X, quien solo.... probablemente no podrá,

y la campana chirriante continúa pidiendo que la cadena sea movida.

Continuais en la escena: El Vertedero

Si deseas tratar de mover la cadena lanza Fuerza

Pesadamente agarra la cadena, mientras se pregunta dónde estarán el resto de trabajadores. Esta solo. Agarra con fuerza la cadena y se clava las zarpas en las palmas de los dedos. Coje impulso y tira con todas sus fuerzas...

El sujeto 1444X avanza, al colocar cada pie sonidos de cables rechinantes hacen que tiemble de miedo por las promesas de muerte que este nivel entraña. Entre escaleras y pasarelas camina hasta el sujeto 2441X que, en una extraordinaria proeza de fuerza, a logrado mover la pesadísima cadena

El timbre ha dejado de sonar, precioso silencio parece preceder a la tempestad, pues el sonido de poleas y resortes hace girarse a ambos que miran estupefactos y babeantes aparecer el aparato elevador.

La puerta de seguridad se abre y aparece Igor quien os mira con profundo desdén

Unos segundos de silencio.... y de nuevo un timbre justo al lado de la anterior cadena comienza a sonar

De nuevo el pitido estridente que en vuestras pesadillas continúa chirriando

 ¿¡ A qué essstais esperannndo !?

¡¡ A trabajarrr esssssscoria vennnngaaa !!

Igor señala una cadena vacía que espera vuestras manos

Esas cadenas de hiriente óxido que tanta resistencia ofrecen

Más abajo de vuestros pies se escucha durante apenas medio segundo, un alarido de dolor que bien podría provenir del mismísimo infierno

Igor avanza decidido por las pasarelas que se mueven a los lados peligrosamente hasta las escaleras del nivel 1, desapareciendo por ellas hacia arriba apresurado

El ascensor, forzado, haciendo gritar de dolor sus engranajes y poleas, vuelve a descender rápido, casi en caída, desapareciendo de nuevo en las oscuras profundidades de laFactoría

Os observais mudos, interrogantes, acongojados

El ascensor sube

El pitido suena

La cadena espera

El ascensor llega y en él... el sujeto 1445-X, compañero del sujeto 1444-X

Todos intercambiais miradas, sin embargo, hay trabajo que hacer

Ansiedad, frustración y nerviosismo te acosan sin tregua mientras intentas desesperadamente hacer funcionar el complejo mecanismo que activa el elevador.

Una mirada hacia atrás... todos los sujetos del lugar intentan huir torpemente para evitar ser consumidos por el líquido...

Continúas manipulando el mecanismo mientras escuchas sus gritos...

Otra mirada hacia atrás... el líquido hirviente avanza hacia ti chocándose contra montañas de chatarra y devorándola a gran velocidad... escuchas de nuevo los gritos de los trabajadores... a alguno le ha alcanzado el líquido y sus pies se corroen entre vapores venenosos...

El mortífero líquido está a escasos metros de tus peludos pies, por tu cabeza pasan las imágenes de éstos ardiendo y siendo consumidos, y es entonces cuando escuchas un "clack", y ves que tus manos han conseguido activar el mecanismo, haciendo descender el renqueante elevador, dándote el tiempo justo para subir en él antes de que la sustancia pase por delante.

Una vez dentro, el elevador comienza a subir hacia el nivel dos, dejando atrás el calor de las fraguas, los gritos de los trabajadores y el zumbido de las sierras. Pero cuando tu visión del nivel que dejas atrás está a punto de ser nula, puedes distinguir entre las rejillas cómo por el camino que descendía a las profundidades están penetrando... "cosas" en el nivel tres... una de esas cosas parece tener aspecto de lobo... otra no tiene cabeza y sus manos son enormes zarpas... y aún hay más, pero tu mirada es bloqueada por la pared del hueco del elevador, que sigue su ascenso hasta llegar al segundo nivel.

¡CLLLLLANCK! El elevador alcanza su meta…

Un laberinto de pasarelas colgantes, cables y cadenas se extiende ante tí en un sube y baja que te hace marear

Un sin fín de plataformas colgantes que no parecen llevar a ningún sitio se funden en el paisaje industrial con infinidad de contenedores y cubos que suspendidos en el aire cruzan lentamente el nivel, desapareciendo entre las sombras.

Bajo todo ese nivel de chapas ancladas al techo, tan sólo una profunda oscuridad y un vacío abismal.

De rato en rato, potentes timbres resuenan en puntos aleatorios del laberinto, y los sujetos que trabajan allí tienen que acudir corriendo a dicha zona y tirar de las cadenas para activar funciones de la maquinaria que ni ellos mismos conocen. Cuando bajaste por primera vez había bastantes trabajadores, pero ahora sólo ves a uno, con una altura desproporcionada debido a llevar dos pares de piernas cosidas una tras otra, que tira con una fuerza increíble de una cadena, haciendo desaparecer el martirizante sonido del timbre.
Junto al sujeto, ves a tu compañero de trabajo, el sujeto 1.144-X, obsevando con cara de bobo otra cadena sobre la cual rechina un timbre, justo antes de mirar en dirección al elevador a la par que el otro trabajador...

Una pasarela que ha volcado, y permanece colgando en condiciones pésimas te separa de ambos individuos... y parece ser la única forma de cruzar hasta las escaleras que ascienden al nivel 1

El sujeto mira a los recien llegados. No sabe quíen son ni si son los que calleron por la pasarela, pero daba igual. Escucha el timbre y mira la cadena oxidada. Sabe lo que tiene qué hacer, ha sido creado para eso. Pesadamente avanza y agarra la cadena. Mira al resto de los trabajadores y empieza a tirar solo...

El sujeto 1.145 es un ser humanoide bastante miserable. De su cara descompuesta, un ojo mecánico cuelga de un cable y se balancea tristemente como un péndulo excepto en las raras ocasiones en las que el individuo se acuerda de él y lo sujeta con la mano; en su pecho escuálido tiene incrustada una especie de piedra brillante que reluce de vez en cuando; y una de sus piernas es más corta que la otra, lo que le obliga a andar con una profunda cojera inclinado eternamente hacia un lado.

La criatura reconoce a sus dos compañeros mientras emite un lastimero gemido de alegría y mueve la mano en una burla de saludo. Después examina de cerca una pasarela que le separa de los otros dos semejantes, y niega con la cabeza mientras se frota las manos y exclama sonidos guturales de profundo pesar. Después devuelve su atención al mecanismo del ascensor por el que acaba de acceder a la planta con una expresión extraña... casi podría decirse como si estuviera tratando de recordar algo.