Partida Rol por web

Tus compañeros te dan un pescozon por pesado y por borracho y te dicen que vayas con ellos. Tu asientes pero eres mas listo. Siempre lo has sido. Es... Tu destino. En cuanto no miran, giras por una callejuela y te diriges al Gigante Dormido sin esos cobardes. No son mala gente, de todas formas. Seguramente tu ejemplo esta noche les volvera mas valientes y audaces. Mas heroicos. Como tu, vaya.

Abres la puerta del Gigante Dormido y te plantas en el dintel, brazos en jarras. Es un tugurio sucio, de mala muerte y que huele a rata mojada. Detras de la barra esta la enana mas fea que has visto en tu vida

Esta cerrado - te dice de mal humor

Miras alrededor donde ves 6 tipos con malas pintas bebiendo en una mesa. Todos llevan una capa roja

Uno de ellos escupe en el suelo

Bueno, bueno bueno. - dice con una sonrisa de suficiencia - Parece que tenemos aqui un cachorrito perdido. Que quieres cachorrito? Has venido a ladrarnos? (*)

El resto rie con el chiste sin saber lo apropiado que seguramente va a ser en unos instantes

- No, he venido a hacer justicia - comenta Calethos manteniéndose cerca de la puerta. - Y tu eres culpable.

- Gllll, glllll, glllll

- No, he venido a hacer justicia - comenta Calethos manteniéndose cerca de la puerta. - Y tu eres culpable.

Acto seguido, el druida golpea el suelo con el baston. Una onda sonica golpea el bar, arrasando todo a su paso: Ventanas, vasos, botellas... Varias sillas salen volando yuna golpea a Grista, dejandola inconsciente. Los bandidos no corren mejor suerte y son catapultados contra la pared, recibiendo un duro golpe. Cuando se levantan, Calethos ha desaparecido.

Tras el, escoria! - grita el que parece el lider.

Los bandidos salen en tropel, dandose de morros con el lobo mas grande que han visto en su vida. El primero no tiene tiempo a reaccionar antes de que le desgarren la garganta. El resto, sabiendo que es una cuestion de vida y muerte, rodean al lobo, intentando matarlo antes de morir. Calethos se defiende bien pero son demasiados. Un lobo generalemente ataca en manada y juega con su movilidad. A pesar de su tamaño, los bandidos restantes pronto consiguen superar sus defensas y varias espadas atraviesan el cuerpo de la bestia, una de ellas casi cercenandole la pierna. El lobo les aparta de un topetazo, con furia. Sin embargo esta demasiado debil.Les gruñe pero trastabillea y cae al suelo, convirtiendose en un semielfo arrodillado y sangrando por la pierna.

Acabad con el - dice el jefecillo de la banda mientras se limpia la sangre de la boca, fruto del golpe dentro del bar.

3 bandidos se acercan con la espada en alto. Calethos, luchando con el dolor, murmura unas palabras magicas y les enseña la palma de su mano. Otra descarga, como un trueno, les golpea lanzandoles contra una verja cercana empalandolos. EL druida se intenta poner de pie pero recibe un golpe en la cabeza por detras y cae al suelo, inconsciente.
 

Atravesais el pueblo corriendo. Ois otro trueno, mas debil, como el ultimo estertor de un dragon moribundo. Varia gente ha salido de sus casas con el ruido, asustada. Llegais delante del Gigante Dormido, donde hay gente del pueblo mirando ya. La mugrienta posada parece que ha sufrido una explosion en el interior. Las ventanas estan rotas y los cristales esparcidos por el suelo de la calle. La puerta esta medio sacada de los goznes. En el suelo, al lado de la puerta hay un hombre con una capa roja en un charco de barro. La luz de las antorchas de la calle no lo deja ver claro, pero suponeis que es sangre. A un lado de la taberna, clavados en una verja medio rota por el impacto, hay tres bandidos rojos mas, empalados. Pareceria que las cosas han ido bien para Calethos si no fuese porque esta en medio de la calle, de rodillas y claramente inconsciente o muerto. Le sujeta por el pelo uno de los dos bandidos que quedan. Este mira a la gente del pueblo, que temerosa, no se acerca mucho

Estos son vuestros heroes? Asi quereis que funcionen las cosas? - grita a la pequeña multitud - Hemos sido buenos con vosotros. Os hemos dejado tranquilos. Os hemos respetado. Y asi nos lo pagais! - grita señalando la verja - Pagareis por esto.

Levanta la espada, listo para rematar a Calethos y mandar un mensaje claro de quien manda en Phandalin.

Alton utilizó la multitud allí reunida como pantalla, utilizando a los aldeanos que casi le doblaban de altura para que el bandido no le viese o, a lo sumo, le tomara por un niño.

Alton se mueve con soltura entre la multitud mientras el hombre da el discurso, intentando encontrar el mejor sitio para acabar  por sorpresa al bandido. Cuando este levanta la espada, Alton no puede evitar mirar una decima de segundo. Es suficiente para que se tropiece con el pie de una señora y caiga de bruces delante de la multitud.

Traele - dice al segundo bandido - haremos un ejemplo con el listo ese tambien.

Trul se muerde los labios impaciente... debo dejar actuar a jefes, debo dejar actuar a jefes, debo dejar actuar a jefes

pero el greñas me perdonó, y dijo de mí que soy el elegido de la Luna

¡Banzaaaaaaaai!

Trul sale de entre la multitud, espada en mano hacia el matón más bocazas

Gedeón observa incrédulo la escena por un instante. Al entender que ya no hay vuelta atrás, enarbola su martillo y se abre paso entre la multitud con su escudo, cargando contra el bandido rojo que está a punto de ejecutar a Calethos mientras lanza un aullido helador.
- ¡Muere, escoria!

Los bandidos miran como de repente sale de entre la multitud gente armada hasta los dientes y empiezan a darse cuenta que si, la gente tiene que saber quien manda en Phandalin, pero quizas deberian aprenderlo otro dia. Tiran a Calethos y se empiezan a alejar poco a poco y con las espadas en alto

Gedeón se precipita sobre uno de los bandidos, pero éste le esquiva sin dificultad.

Alton echó a correr entre la gente, buscando que el barullo y su escasa altura le tapasen, pero, claro, un mediano con cara de malas pulgas enarbolando un arco hacían que los espectadores decidieran que más le valía apartarse de él por si acaso.

Aún así aprovechó que uno de los matones estaba preocupado por el tipo de la cerveza gratis para clavarle una flecha en la cadera.

Corriendo hacia el bandido Trul levanta la espada

Calethos es amigo, tu eres bocazas...

Pero cuando va a llegar un aldeano, tratando de apartarse del arco de Alton se cruza en su camino y casi es ensartado por el goblin. Con la distracción no acierta a su objetivo..

Trul y Gedeon se lanzan a por el bandido, interponiendose entre el y Calethos. El hombre sabe manejar la espada y resiste los embites de ambos combatientes. Sin embargo, no es capaz de protegerse contra la flecha de Alton, que se le clava en el cuello, acabando con su vida.

Ari se acerca a Calethos y le impone las manos, haciendo que el joven reviva.

Kulenov dice unas palabras y una luz brilla durante unos momentos delante de los ojos del último bandido desconcentrandolo.