Partida Rol por web

Como cada dia te encuentras correteando entre las polvorientas calles de Shadizar. Es una ciudad amurallada en mitad del desierto, que recibe el nombre de la ciudad del pecado. Los burdeles y tabernas copan cada esquina ofreciendo placeres a los viajeros que se aventuran en el desierto.

La estructura de la ciudad se asemeja a un laberinto donde es facil perderse o perder la vida si no se anda con cuidado. El rey que la gobierna es un pepele borracho dirigido por las casas de una nobleza corrupta y decadente que permite el mercadeo de exclavos con total impunidad.

Nada a lo que no estes aconstumbrado.

Gill te acompaña esta calurosa mañana, han llegado viajeros, una gran caravana de forasteros cargados de cosas que podria perderse con facilidad.

- No lo entiendo, me dijeron que estarian por aqui.- protesto tu joven amigo emitiendo un bufido.-  ¿Seguimos buscando o lo intentamos en otra parte?

Ese día Gill le había despertado de un sueño placentero donde estaba comiendo un rico cerdo salvaje asado, hace cuanto no probaba esa carne, bueno si lo recordaba y eso le hizo abrir los ojos de par en par en aquella habitación donde los demás parecían aun dormir.
Que sucede? Pregunto Kaen en un susurro y fue allí que Gill le comento sobre la caravana, no lo duraron un segundo y decidieron salir a por ella, simplemente para verla o quizás encontrar lo que otros perdían. Se movieron entre la gente esquivando a varios y empujando a otros para abrirse paso pero al parecer la Caravana no estaba donde su amigo había dicho.

Sigamos buscando, deben estar por aquí  La vista de Kaen busco algún punto alto para observar mejor desde allí y poder divisar a los forasteros Quiero saber si trajeron animales raros, esos que estan lejos de estas tierras Comento mientras seguia camino.

- Si esos animales se pueden comer, por mi perfecto.- Dijo Gill con una gran sonrisa

En la mayoria de posadas estaba mal vista vuestra presencia por lo que apenas os atreviais a asomaros por la puerta. Al final, en una taberna, descubristeis mas jaleo de lo aconstumbrado. En la parte trasera seis caballos atados descansaban al cuidado de dos hombres altos y fuertes, criados que no dejarian que os acercarais a sus alforjas.

Gill se asomo por la esquina y susurro.- ¡Que mal, Kaen! Estara complicado acercarse ¿Intentamos algun truco?

Asintio - Yo hablo tu toma lo que puedas - dijo en un susurro y tras este salio caminnado sin ningun miedo hacia los hombres pero si poniendo cierta cara de preocupacion; una vez cerca de ellos y tras unos pasos mas se coloco frente a los mismos hizo la pregunta.

-H..hola? vieron a Itlu ? es la mascota de mi amo, es asi y asi de alto... - explico gesticulando con las manos - Se me ha escapado y... y....... recibire dos zotes si no lo encuentro - su mandibula inferior temblo al igual que sus labios dando una sensacion de que pronto vendrian las lagrimas con tan solo recordar el ardor del cuero contra la piel.

- ¡Cuatro latigazos recibiras si no te largas!.- Bramo uno de los hombres mal humorado, impasible ante tus lagrimas.

Por detras de ti, Gill se deslizo pegado a la pared igual que una sombra, esperando la oportunidad de vaciar las bolsas que parecian bien repletas.

Cuando menos ambos hombres te estan mirando.

-Pep... No quiro latigazos, solo saber si vieron a al mascota de mi Amo - Dijo conteniendo las lagrimas ante las palabras hostiles, hasta que una salio - So..solo queria saber SI LA VIERON! - Grito con enfado y gana sde armar berrinche de un Niño de edad menor.

Pateo la tierra de la calle levantando polvo - Gracias por nada... - saco la legua esperando tras dar unos pasos hacia atras llamar a atencion de ambos hombres y tambien obtener una ventaja por si habia que salir cagando leches.

Uno de los hombres se coloca delante de ti, tapando tu campo de vision. Gill esta detras, en algun punto que ya no puedes ver pero tienes la atencion total de los criados.

- ¡Largate!.- Grita salpicando perdigones en tu cara. Das un paso atras y chocas con algo.

Una mole esta detras de ti. Gill grita, otro hombre le a apresado con la mano dentro de uno de los fardos.- Asquerosos ladrones.- gruñe el tipo con el que chocaste.- Os enseñaremos a tener la mano lejos de lo que no os pertenece.

Intentas escapar pero su mano se clava en tu brazo. No eres idiota, tratas de escapar pero esa mano parece un acero apretado en torno a ti. Gill sufre la misma suerte, se revuelve sin lograr soltarse.

- ¿Que hacemos con ellos?.- pregunta uno a su compañero.

Del interior de la posada sale una mujer extraña y los hombres bajan la cabeza ante ella, empujandoos para beseis la tierra ante ella.

-Soltarlo, no podemos perder el tiempo ahora.- ordena.- Debemos ir a ver a Esthenos cuanto antes, tiene algo que me interesa.

Uno de los hombres se atreve a proponer.- Mi señora, permitanos venderlos como exclavos, al menos que pagen de algun modo su afrenta.

- Bien, pero que sea rapido.- respondio ella con un aire sobervio. Al acercarse viste un cosido que divide su cabeza en dos, de oreja a oreja. Su aura era fria, glacial e inspiraba el mismo temor que un espectro andante.

Cuando aquella, bueno lo que fuera salio de la posada solo podian verse sus pies; una patada tras la rodilla y a continuacion un empujon hizo que su frente tocara el suelo. Escucho aquella voz que tras unos segundos cuando se pusieron hablar pudo asociarla a una mujer.

Finalmente puso alzar la cabeza cuando uno de los guaridias hacia algunas preguntas y la vio, un frio electrico recorrio la columna de kaen, casi no tenia palabras pero si estaba pensando en salir de alli en cuanto tuviera al oportunidad junto a Gill, si a veces se falla en el trabajo pero siempre hay un metodo para salir en cuanto todo se este yendo a la mierda.... Eso era frase recurrente en Tharkan.

Se mantuvo en silencio y de a momentos vio a Gill, solo asintio con la cabeza, varios años juntos podian entenderse sin hablar.

El hombre que tenia agarrado a Gill tiro de el poniendole en pie con brusquedad y una sonrisa de satisfaccion en su fea cara. Algunas historias sobre extrañas sectas refrescaron tu memoria con aterradoras historias.

Gill se agito intentando soltarse, vuestras ropas estaban viejas y se rasgaban con facilidad. Viste la tela de la manga de tu amigo abrirse ligeramente.

El hombre que te apresaba te levanto tirando de tu hombro. Gill te miro dandose cuenta como tu de que un fuerte tiron podria ser vuestra salvacion, la cuestion era esperar el momento adecuado.

Tu amigo dejo la decision del momento a tu eleccion mientras esos hombres tiraban de vosotros calle a bajo, acia el mercado de exclavos.

 Kaen camino junto al hombre que le sujetaba, miro un par de veces de reojo e intento safarse nuevamente pero no pudo lograrlo, aquel sujeto parecia estar sosteniendolo con mucha fuerza - Vete tu Gill, escapa.. yo estare bien - Dijo entre un grito ahogado y alentador.

Tenia miedo y no iba a negarlo al recordar las historias que habian llegado a sus oidos...

Gill se libero de un tiron y el Gustus gruño con la manga en la mano. Mortred se adelanto a tu gesto y te apreso con mayor fuerza impidiendo que tu escaparas. Gill paro un segundo indeciso si dejarte o volver.

- ¡Buscare ayuda!.- grito como promesa, sabiendose en una clara desventaja frente a aquellos hombres.

Gill corrio.

Corrio de tal modo que pensaste que escaparia....

Hasta que Gustus lanzo una daga contra su fragil cuerpo y este cayo funminado con un filo atravesando su espalda. Algunos lo vieron. Nadie movio un dedo, pasaron de largo evitando el cuerpo inerte del niño.

Mortred mascullo.- Intenta escapar de nuevo y desearas ser ese desgraciado.

Con paso acelerado se retiraron del lugar, dejando a Gill tirado en la entrada del callejon por el cual pretendia escapar. Gustus se coloco a tu lado y cada hombre tomo uno de tus brazos entre sus manos igual que cepos de acero.

Apretaron tan fuerte que se te durmieron las manos.

- Aun podemos sacar algo por este.- dijo Gustus

-La mitad de lo que podia haber sido.- gruño Mortred

- Iba a escapar, al menos sabemos que por ese no cobraran nadie, solo las ratas sacaran provecho.

Los dos hombres rieron a carcajadas.

La daga que dejaba sin vida a Gill tambien choco contra el pecho de Kaen, su cuerpo se quedo estatico pero los sujetos seguian moviendole, al igual que mil latigazos la tristeza abordo la mente del Pequeño; su amigo habai muerto... Solo su mente atareada lleno de improperios a sus captores mas sus palabras no salian por ningun motivo. Las lagrimas no tardaron en aparecer al igual que un nudo en la garganta.

Se dejo arrastrar... no hizo mas nada, ya no valia la pena....

Viste como aquellos hombres te dejaban en manos de un tipo de aspecto repugnante y se marchaban con unas monedas, lo que valia tu vida para el exclavista. Tu pequeño cuerpo quedo dentro de una jaula donde no entraria ni un perro. Apilado junto a otros desafortunados, dentro de un almacen de maderas corcomidas que olia a orina.

La noche cayo sin que nada pasara salvo las horas escuchando los llantos de algunas chicas que conocian cual seria su destino por la mañana.

De madrugada una voz te llamo.

- Kaen... psss... Kaen, despierta.

habia quedado dormido de tanto llorar entre improperios de los demas alli, fue una noche cruel en la cual las visiones en sueños recordaban los buenos momentos y el ultimo que habia acontecido hacia horas. La mañana llego y alguien le llamo, tras parpadear un par de veces abrio los ojos buscando de donde venia aquella voz; era Tharkan.. intento moverse en silencio en aquella jaula.

- Mataron a Gill - Dijo en un sollozo - Sacame de aqui... - Su cara demostraba el cansancio pero tambien una tristeza incalculable - Sacame de aqui Tharkna... -

- No esta muerto, esta herido... le encontramos a tiempo y el nos dijo donde encontrarte.- dijo Tharkan manoseando el cerrojo de tu jaula.- Puedo sacarte, me llevara unos minutos. Tu vigila.- Te pidio.

Viste a Tharkan hacer su peculiar magia con el cerrojo hasta que este salto.- Listo, vamonos.

Cierta felicidad de escuchar la noticia le llego, pero no detonaria hasta verle con sus propios ojos. Tharkan habia realizado una vez mas aquello de lo cual estaba interesado, siempre tenia es mania de lograr cosas como abrir cerraduras o con tan solo decir dos palabras convencer al incauto o experimentado de que esa espada era la del mismo rey de la ciudad.

Asintio y comenzo a moverse tras su Mentor par asalir de alli, su adrenalina se habai disparado y queria volver al refugio cuanto antes para ver el estado de su amigo.