Partida Rol por web

La Forja Olvidada 2.0. EBERRON

EPÍLOGO

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24/08/2016, 13:12
Director

-Tenéis mi agradecimiento y la gratitud de mi casa- dice la dama Elaydren mientras sostiene y observa  la reliquia -. Soy consciente de lo que habéis pasado para conseguir este esquema.

 El Yunque Roto se encuentra medio lleno. Os agitáis en vuestras sillas de madera debido al cansancio y al dolor que se acumula en vuestras extremidades. Llegasteis al amanecer. Allí os recibió el agente de Elaydren y os pidió que descansaseis hasta que llegase la dama. A pesar de tenerlo todo pagado apenas probasteis bocado antes de retiraros a descansar. Varias horas después os sentís casi igual de cansados, pero mucho más satisfechos. En el sótano del Yunque Roto , envueltos con una manta, reposan los despojos de Sable...

 El posadero pone sobre la mesa varios platos de comida y diversas bebidas. Elaydren os entrega un saco con las 1500 m.o que os prometió. Mira y sonríe a Finn. Al fin y al cabo es con él con quien pactó el pago final por vuestros servicios.

-Capitán, lo prometido es deuda y un placer el darle cumplimiento.-Mira al Paladín-Alfrik. Recuerda que este pago no te convierte en un mercenario. Este dinero puede conseguir grandes propósitos en tus manos.- Hace una pausa antes de continuar. Por lo que veis medita bien sus próximas palabras-. Powaqqatsi, estudiaré el esquema y veré el modo en el que puede usarse la influencia que tiene el Señor de los Filos con respecto a muchos hermanos tuyos. Creo que de la frustración y el desconocimiento nacen las aguas revueltas en las que pescan los oportunistas como ese loco demente. Creo que la Casa Cannith tiene la gran responsabilidad de sentirse responsable por el destino de tantísimos forjados para la guerra que, tras la guerra, han sido abandonados por nosotros mismos.-Bebe un sorbo de su copa mientras observa la espada de Ariete...- ¿Qué pensáis hacer con su cuerpo?- Evidentemente se refiere a Sable-. Si necesitáis mi ayuda podéis decírmelo. Os agradecería que comprobaseis  cada cierto tiempo la estación de mensajería de la casa Sivis, en la torre Barmin. Tal vez pueda ofreceros un nuevo trabajo en el futuro. Al fin y al cabo Sharn es una ciudad que bulle de misterios, ¿verdad, señorita Demonfly?

Educadamente os pregunta si puede ayudaros en algo más.  Bebe un último trago de su copa. Al terminar de escuchar y de contestar a vuestras preguntas se despide de vosotros. Acompañada de su agente, la veis abandonar el Yunque Roto...

 

Notas de juego

¡Fin de partida! ¡Hasta aquí LA FORJA OLVIDADA! Evidentemente podéis poner vuestro último post. Ese honor corresponde a los jugadores. En él podéis preguntar lo que queráis a la dama. 

 

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24/08/2016, 19:30
Daisy Sue Demonfly

¿Misterios?

Demonfly empujó hacia arriba, con su dedo índice, el ala de su sombrero. Por primera vez en toda la reunión enseñaba sus ojos cansados y oscuros.

Yo de eso no sé ná, señora. No sé de qué misterios me habla-dijo, con sonrisa cómplice-. Solo voy a dónde me dicen a hacer aquello por lo que se me paga. Sharn será una ciudá oscura a veces, y lo suficientemente grande pa que haya rincones por los que esta sencilla mestiza no tendrá ocasión de visitar jamás. ¿Pero misteriosa? Será que una ya tiene suficiente experiencia pa que las caras de tóos con los que se cruza le parezcan claros como el agua, y sus malas intenciones son ya trasparentes.

Si de algo estoy segura es que la cazarrecompensas Daisy Sue Demonfly no ha tenío que lidiar hasta ahora con un misterio de verdá. Ese desafío aún está por llegar... y lo espero con ansia.

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26/08/2016, 06:48
Powaqqatsi

 

Manteniéndose en contacto con sus compañeros y amigos, en las semanas que siguieron Powaqqatsi pidió a la dama Eladydren el favor de entrar a aprender artificio con los Cannith.  Durante varias lunas se dedicó el forjado en cuerpo y alma a aprender el oficio de aquellas personas que realmente movían el mundo de las civilizaciones de Khorvaire.  Una de sus primeras tareas autoimpuestas, y en las que invirtió buena parte de los fondos ganados en la aventura, fue en reparar el perro mecánico que habían rescatado de la forja olvidada.  

Con Finn se mantuvo en contacto para ir descifrando el mapa aquel que habían encontrado, visitando bibliotecas en Sharn y alrededores.  A Ariete lo frecuentaba lo más que podía, poniendo en práctica algo de lo aprendido sobre artificio para mejorar su capacidad de combate, que parecía ser lo que más le importaba, sin dejar de reflexionar con él sobre lo vivido en aquella visita a las profundidades de Sharn.

También se mantuvo en contacto con su secta druida-faérica, explicándoles todo lo vivido.  Llevó a Mug y a la señorita Daisy a que los conociera.  Sabía que acabarían llevándose bien, y como los orcos habían sido los primeros druidas del mundo, y una buena parte de los jerarcas actuales eran de esta raza, tendrían mucho que platicar con ella, para que conociera más a ese lado de su familia.  

Y finalmente se acercó a los fieles y religiosos que seguían a Onatar.  Les explicó lo que vivió en el templo y discutió sobre la necesidad de predicar a los forjados, de incluirlos en sus filas, de hacerlos líderes de comunidades religiosas, para contrarrestar la división que causaba el Señor de los Filos. Con ellos estudió los secretos que podría contener aquel "mensajero alado" para tener inteligencia sobre sus contrincantes, y quitarles adeptos.  De alguna manera, al politeísmo natural de los druidas, Powaqqatsi fue integrando a Onatar entre sus deidades, ahora, del artificio, de los creadores y sus gremios.   Buscó a Alfrik para que lo ayudara con la Gente de la Flama.  Quería cambiar la tradición de semi-esclavitud en que tenían a los forjados aún en Thrane.  Ojalá el enano le hiciera caso.

Y haciendo todo eso fueron pasando varias lunas, recorriendo por encima el continente más poblado de Eberron, hasta que ...

 

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26/08/2016, 20:40
Ariete

Permanecí en silencio ante la Dama Elyadren hasta que preguntó sobre el cuerpo adamantino.
-Repuestos y mejoras. Como miembro de la Casa Cannith ella comprendía el valor de ese material.

Aunque sus siguientes palabras invitaban a futuros desafíos les presté poca atención. Mi mente se encontraba catalogando y almacenado la información de las últimas horas.

No había visto las Torres caer, incluso tenía la sensación de haber ayudado de alguna forma a mantenerlas en píe. Quizá pareciera extraño pero eso no me molestaba, yo anhelaba derribar cosas pero no la destrucción sin sentido. También comenzaba a desagradarme el Señor de los Filos, el nuevo aspirante a líder que sólo pretendía someter bajo su yugo al mundo. Era a él a quien deseaba ver caer.

La forjada del puente y Sable eran sólo dos de los muchos metálicos que habían sido cegados por su ideología. ¿Por qué razón la semilla de la Nación Forjada debía encontrar tan mala tierra para germinar?
¿Semilla? ¿Germinar? Debo alejarme un poco de Q..

¿Por qué razón el engranaje de la Nación Forjada debía lubricarse con un aceite de tan mala calidad?
Eso está mejor..

Los orgánicos eran un desastre lleno de partes inútiles y piezas defectuosas difíciles de cambiar, pero podían enseñarnos mucho. Ellos han luchado por su libertad desde que fueron creados por esas extrañas entidades a quienes llaman dioses.

De ellos podíamos aprender cómo adaptarnos a un mundo cambiante que no respeta nuestras funciones. El Señor de los Filos y sus seguidores no comprendían eso y yo planeaba demostrarles su error. No tenía aun la fuerza necesaria para hacerlo pero la conseguiría algún día. No me preocupaba el tiempo pues es algo que los metálicos tenemos. Además, no estaba solo, contaba con un grupo de orgánicos en los que confiaba.

Siempre he clasificado a las especies como orgánicos o metálicos, ahora gracias al Filoso incluiré una tercera categoría: “metalocos”.

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08/09/2016, 17:26
Finn Dan Ailell

Finn sonrió a la noble Cannith pese al cansancio que amontonaba su traqueteado cuerpo. Había sido difícil, pensó mientras recordaba los golpes y tajos que se habían llevado sus compañeros. Él había sabido mantenerse al margen del combate prefiriendo utilizar otros recursos para completar la misión. Al fin y al cabo, ¿de qué servía tener oro si los muertos no podían gastarlo?

Y tenían oro. Finn aprovechó el tiempo después de la reunión con la dama para sacar el máximo partido a lo que habían vivido. Había hablado con los superiores de su casa, Lyrandar, para poner al día de las operaciones de la Casa Cannith. Había llevado consigo un molde de arcilla con la forma del esquema rescatado, así como la localización de la antiga forja donde reposaban los restos de los guardias forjados. Seguro que aún quedaban más tesoros que encontrar en aquel lugar. 

También había llevado un par de monedas rescatadas de la forja a las personas adecuadas de su casa, para que las tasaran por él. Debía encontrar una forma de deshacerse de aquellas monedas antiguas cuanto antes. Cualquier enemigo de su empleadora tan sólo debía preguntar quién estaba utilizando monedas antiguas para rastrearlos. Al menos es lo que él haría. Y por su descanso nocturno y no tener que dormir con un cuchillo debajo de la almohada, no se lo iba a poner fácil a quién viniera persiguiéndolos.

Esperaba que tanto el molde del esquema como toda la información recopilada por el semielfo sirvieran para evitarle la desagradable tarea de donar un porcentaje de lo ganado a su casa, como era habitual. Elaydren había utilizado la palabra capitán con él, quizá para agasajarle, pero lo cierto era que el semielfo quería convertir en realidad aquellas palabras y llegar a ser capitán de su porpio aerobarco como su tío. Y para eso tenía que subir tanto dentro de su casa como en ingresos.

No había echo ninguna referencia al mapa todavía... Esa era su apuesta. En los días siguientes a la reunión, mientras su barco todavía estaba aprovisionándose para el próximo viaje, Finn aprovechó para estudiar su contenido, ya fuera por él mismo o con ayuda