Partida Rol por web

Las cúpulas de las torres brillan en Sharn. La ciudad de las Torres ha despertado ya completamente. Las aerocalesas zumban a vuestro alrededor y las calles y puentes se llenan de gente. Cruzáis por varios mercados en los que se os ofgrecen todo tipo de bienes. 

No sin una profunda sensación de vértigo miráis hacia bajo desde uno balcón forjado en hierro. Este es el viaje que tenéis por delante. Las profundidades de Sharn.Un complejo sistema de desagües que han estado cerrados y clausurados desde hace 1000 años. Allí donde hace milenios que no va nadie... 

Aunque el mapa ofrece algo de ayuda no tenéis ni idea de donde encontrar la sala de válvulas E-213. ¿O tal vez si?

La misión había empezado oficialmente. Íbamos a pasar del sol y de una ciudad bulliciosa a la oscuridad y silencio de las profundidades. Cualquiera sabe qué se podría ocultar en las entrañas de una ciudad de ese tipo. 56 niveles por debajo de una torre. Eso debería llevar a las puertas del mismísimo infierno. No se como me las apañaría sin ver la luz del Sol durante una temporada. Espero que no estemos mucho allí abajo.

Me maravilla el modo en que el diario en blanco de Geldem reacciona al contacto con Elaydren y también la información que se nos revela a continuación. No solo coincido plenamente con la interpretación que mi prima lejana da del texto revelado sino que incluso me aventuro a hacer mis propias interpretaciones del escrito.

Lamentablemente, no me suena de nada esa sala de válvulas E-213, ni tan siquiera la ubicación del sistema de alcantarillado de la torre Dorasharn. Sin el mapa de Geldem jamás hubiera sido capaz de dar con ella.

Me alegro de que finalmente todos se hayan mostrado unánimes a la hora de acometer esta misión, incluida mi reacia amiga Neliandra. Sin ella difícilmente podríamos hacer frente a los peligros que nos acechen en las profundidades más recónditas de Sharn.

No acabo de comprender exactamente cómo funciona el artefacto volador que escapó del cuerpo de la forjada asesina, pero parece que pudo retransmitir un mensaje al fanático que está detrás del mismo. Si eso es así, sabe quiénes somos y probablemente mandará a más agentes para detenernos o, tal vez, para espiarnos y arrebatarnos la reliquia una vez que la tengamos en nuestro poder. Afortunadamente, conozco un par de trucos para hacer frente a esos forjados descontrolados.

Negociaciones, emboscadas, textos misteriosos, y artefactos antiguos.. esto le gustaba cada vez más al bardo. Cuando vio que todos sus "socios" accedieron, este no pudo evitar marcar una gran sonrisa en su rostro. Además, al ser un foráneo en la ciudad, el semielfo descubría algo nuevo a cada paso que daba, un beneficio extra que también se encargaría de disfrutar al máximo dejándose guías por sus anfitrionas. --Seguro que esas dos se han pateado de arriba a bajo este lugar.-- Pensaba el bardo.

-Y bien, ¿cómo llegamos a esa sala E-213?- Dijo un animado Sellion.

Todos habíamos aceptado y con ello habíamos cobrado una parte de lo convenido, era hora de gastarlo. Como no teníamos tiempo de disfrutar de los placeres de la ciudad debía aprovechar este dinero para aumentar el equipo que podía necesitar y un par de cachivaches extra...por si acaso. 

- Hay que gastar el oro, siempre puede haber alguien que te lo quiera quitar. Digo mientras retiro mi parte de paga de la mesa.

Lo que había ocurrido cuando el libro fue descifrado, debería advertirnos de en lo que nos estábamos metiendo y sino fuera poco nos tocaría entrar en las cloacas de la ciudad en el caso de encontrarlas.

- Llevo poco en la ciudad, pero creo que va a ser difícil encontrar a alguien que sepa como se accede a ese dichoso sitio.

En silencio cojo la parte del dinero que me toca y la guardo a parte pensando Este dinero será para Olladra, y que nos guarde de todo mal que nos encontremos, porque seguro no será tarea fácil salir de ahí con vida y con el artefacto. Iba a ayudar en todo lo que pudiera, pero mi dinero iba a seguir siendo para mi iglesia.

La sala de válvulas E-213. No tenía ni idea de donde se encontraba esa sala en concreto, pero seguramente sí que supiera donde encontrar cómo llegar.

Jarem, mi maestro, me había hablado de todos y cada uno de los lugares donde un ladrón podía acudir en busca de ayuda y refugio si alguna vez se encontraba en peligro. Había un entramado de lugares francos en casi todas las ciudades conocidas, e incluso en aquellas aldeas tan pequeñas, que eres capaz de pasar de largo sin saber que has estado allí. Uno de ellos se encontraba aquí en Sharn.

No me hacía gracia revelar estos sitios a gente de fuera de la profesión, pero la ocasión necesitaba medidas adicionales para lograr el objetivo. El lugar no sería adecuado para muchos de ellos, en particular de las mujeres, clérigos de alguna orden, nobles de Casas nobles. Deberíamos ser discretos, y pasar por gente del oficio.

Conozco un sitio en los niveles inferiores de esa torre, donde seguramente encontraremos alguna indicación para llegar a la sala de válvulas E-213. - digo al grupo - Solo hay un pequeño problema. Es un mercado clandestino de ladrones, matones y asesinos.

Miro a Neliandra y Alhandra. - Vosotras dos deberíais cambiaros de ropa, abandonar esos ropajes caros y vestiros con ropas oscuras y viejas. Cuanto más viejas y más maltrechas, mejor. No estan acostumbrados a ver mujeres guapas y con todos los dientes. Si ya violan a las feas, a vosotras os venderían como esclavas secuales.

Deberemos ser discretos, yo os puedo conceder paso, pero dejadme hablar a mí, soy del oficio. No arméis broncas ni habléis con nadie - miro a Raith - Nada de broncas, guardad las armas. Tenedlas a mano, pero escondidas, es gente nerviosa. - a Sellion - Y tu semielfo, no parezcas tan estirado. Se te ve a la legua que jamás has roto un plato.

El Mercado de las Ratas, así se llama el lugar. ¿Estáis dispuestos a venir conmigo allí?

Me quedo mirando al grupo para ver sus respuestas y reacciones.

Mientras más oía a su compañero, más ganas sentía el semielfo por conocer aquel infame lugar. -¡Por supuesto!- Contestó sin pensarlo dos veces. -A ver qué opinas de esto.- Sacó el holgado abrigo con capucha que usó durante la tormentosa noche en que se conocieron y se lo puso, tapando casi por completo su rostro y sus ropajes.

Miro a Threkor mientras pongo los ojos en blanco -No he crecido en una mansión de lujos, me he criado en la calle y se como comportarme en esos sitios, no te preocupes por mi, se cuidar de mi misma y si alguien toca lo que no debe se quedará sin mano, y si mira donde no debe sin ojo- y no me refería a mi, me refería más bien a Alhandra -Pero solo tengo estas ropas, así que deberemos pasar antes a comprar algo más acorde- me acerco a Alhandra y le susurro al oído -Tu no te alejes de mi cuando estemos en ese sitio y si alguien te toca ponte detrás de mi- Y espero que Olladra nos acompañe, porque vamos a necesitar algo de suerte.

- Se hará lo que se pueda. Digo ante las palabras de Threkor. - No siempre busco bronca, pero suele suceder. No llevaba nada de valor como para sentirme preocupado, el atuendo que llevaba estaba basado en ropas sencillas y funcionales seguramente como la gente a la que fuéramos a ver. - Igual deberías comprar ropas de segunda mano, no olerán muy bien pero darán el pego.

Una vez compradas las ropas discretas por consejo de Threkor os disponéis a seguir el mapa de Elaydren hacia los niveles más bajos de la Torre Dorasharn. Pensáis, acertadamente, en cambiaros de camino a la base de la torre de forma que tampoco llaméis la atención demasiado en las zonas altas y medias.

Una de las formas más rápidas y económicas de descender rápidamente es usando uno de los muchos elevadores que pueden encontrarse partiendo de plataformas y plazas. Estos elevadores se benefician de la magia que imbuye a toda la ciudad y que favorece enormemente el volar o levitar. Este es, en realidad, el secreto de las magníficas torres que os rodean. En ningún otro lugar serían posibles, físicamente, tales estructuras de miles de pies  de altura y varios cientos de amplitud.

Encontráis un elevador que parte de una de las plazas. Esta está decorada con varias fuentes y parques en los que pueden verse varias especies de flores y árboles. Mirando al cielo véis bajar una plataforma de madera y reforzada con metal decorado. Es el elevador. Transporta a unas 12 personas que descienden a vuestro nivel. Otras tantas suben y , con ellas, vosotros.

El elevador desciende atravesando la plaza por un orificio circular de 30 pies protegido por barandillas. Al descender, no sin un cierto cosquilleo en la boca del estómago, miráis hacia arriba y véis alejarse los bajos de la plaza en la que os encontrábais hace un instante. El descenso continúa a una velocidad respetable y por el exterior lo que os permite contemplar de nuevo unas maravillosas vistas. En su recorrido el ascensor se detiene nuevamente en tres plazas similares a la que os vio partir. En todas ellas bajan y suben nuevos pasajeros. 

Finalmente el elevador se adentra en una estructura cerrada. Esto es debido a que la torre es más amplia en su base por lo que el elevador realiza ahora su trayecto por el interior de la torre. Os econtráis ahora en una enorme sala sustentada por gigantescas columnas adosadas a las paredes. Por debajo véis lo que podría ser un barrio o una mini-ciudad en el interior de la torre. Al llegar al nivel del suelo bajan todos sus ocupantes y, al ver que continuáis en el disco, os miran entre extrañados y desconfiados. Nadie más sube para continuar descendiendo...

La plataforma se pone de nuevo en movimiento. Esta vez se interna en un pozo circular a mayor velocidad con un zumbido eléctrico. Véis pasar la pared a gran velocidad y un viento bastante molesto y ululante os arremolina los cabellos. Aprovecháis para cambiaros ya que consultando el mapa de Elaydren sabéis que este pozo conduce a los niveles inferiores.

Finalmente se detiene y ante vosotros tan sólo véis una puerta y un corredor.

Los túneles y corredores de este nivel de la torre son estrechos y oscuros. Alguna estrecha ventana ocasional permite contemplar las abigarradas paredes y cimientos de las torres vecinas, y alguna antorcha infrecuente crepita aquí o allá emitiendo tímidas esferas de luz y nubes de humo. Aún así gente desarreglada y sucia abarrota algunos túneles y pasillos; el aire está empapado de un perenne olor a sudor y alcantarilla.

Siguiendo el mapa descendéis aún varios niveles más por unas escaleras muy desgastadas y pobremente decoradas. Un túnel se abre a una gran cámara, donde una mezcla de trasgos, humanos y cambiantes se reúnen en torno a considerables pilas de desechos tirados encima de mantas o directamente sobre el suelo. Y diriáis que algunos están pagando por ellos. Uno de los trasgos grita intentando imponer su voz al resto del griterío de vendedores , compradores, reyertas y amenazas...

-¡No empujen! ¡No empujen! ¡Siempre hay para todos en el mercado de las ratas!- dice sonriendo y mostrando una boca deamsiado amplia y demasiado llena de afilados dientes...     

Este viaje había sido mitad emocionante y mitad espeluznante, una bajada hacia un lugar nuevo pero a tanta distancia que podrías morir sin volver a ver la luz del sol. Los habitantes del paraje al que llegábamos no eran mucho mejores que las vistas del lugar, estaba claro que podría haber problemas.

- Interesante sitio donde terminar. Digo por lo bajo a mis compañeros. - Puede que tengamos problemas...sin yo provocarlos. 

Oigo el comentario de Raith y sin girarme comento - ¿Sabes que es lo peor, Raith? Que tienes toda la razón.

Avanzo hasta colocarme al frente del grupo - Id con cuidado, caminad como si hubieraís nacido aquí, con seguridad, pero sin parecer agresivos. Ignoradlos y ellos os ignorarán.....al menos la gran mayoría.

Empiezo a caminar, buscando un viejo contacto de mi maestro. Suerte tenía que a él tampoco le cayera bien Jeram, así que seguramente me ayudaría cuando se enterara que iba tras él. No sabía exactamente dónde encontrarlo, pero un viejo trasgo con un solo ojo y cojo no sería difícil de encontrar