Partida Rol por web

Dos semanas han pasado desde que la Ryugujou abandonase la estación de Okayama y siguiera su viaje en dirección suroeste hacia la estación insular de Gunkanjima desviándose mínimamente de su ruta para pasar por la estación de Shimonoseki a petición de Izume, con la promesa de apoyo y refugio por parte de su familia. Mientras tanto el antiguo capitán y Sakura han sido incorporados al cuerpo de soldados de la hayajiro bajo las órdenes de Shimazu Kuma.

Tras la desastrosa parada en Okayama, Tomohiro aceptó reducir el ritmo del viaje para que la tripulación pudiera descansar y también permitió que los tripulantes bajasen de la hayajiro en sus infrecuentes paradas. Las reparaciones del destrozado mobiliario se han tenido que ir haciendo poco a poco y a toda prisa, lo que ha provocado malestar y descontento en la tripulación. Algunos han llegado al extremo de abandonar la Ryugujou mermando el ya ajustado tamaño de la tripulación, y entre los que quedan hay rumores de agitadores que alientan a rebelarse contra Tomohiro. Sin embargo éste aún no ha tomado ninguna medida.

Tras pasar un cambio de agujas Kagura anuncia por megafonía que quedan pocas horas para llegar a Shimonoseki...

Cabina de la Ryugujou

Bueno, pues ya estamos llegando por fin - dice Kagura desperezándose - Tengo ganas de hacer una parada y estirar las piernas ¿Y vosotras?

La acompañan como siempre Isae y Suzume. A pesar del ritmo de viaje más tranquilo las dos maquinistas han seguido durmiendo por turnos en el catre de la cabina, acudiendo a sus camarotes solamente para asearse y cambiarse de ropa. Suzume, por su parte, ha conseguido de Shimazu que le deje hacer todos sus turnos en la cabina.

Yo también - dice Suzume - Lyashi-san ¿Te encuentras bien?

Isae ha estado un tanto alicaída tras la seria advertencia de Tomohiro a la salida de Okayama. Cuando el noble se marchó Kagura le explicó durante el viaje anterior a éste la Ryugujou sufrió una avería en el motor y se quedó parada en mitad de una llanura infestada de kabane. Hasta que ella y el anterior mecánico consiguieron ponerlo de nuevo en marcha los kabane consiguieron entrar en la hayajiro y mataron a la mitad de la tripulación. De ahí el pánico que cundió entre los tripulantes cuando Lyashi mencionó la posibilidad de que la Ryugujou se detuviera de nuevo fuera de las murallas de una estación.

Por si todo eso no fuera poco, Isae ha tenido que lidiar con la existencia de Korusu. Aún no tiene claro si es una entidad independiente o una subdivisión de su propia mente, pero sí sabe que se ha formado a partir de toda la rabia y el odio acumulado durante tantos años de humillación y sufrimiento. Es la parte más cínica, cruel y despiadada de Isae, y no está contenta con el escaso control que Isae le permite tener. La alternativa es sencillamente demasiado horrible como para contemplarla siquiera.

Unos labios cariñosos se posan sobre los de Isae sacándola de su ensimismamiento - Anímate Lyashi-san. No puedes estar recriminándote siempre por un fracaso.

Si os vais a poner cariñosas idos al camarote - dice Kagura.

Oye, pues no es mala idea - dice Suzume - ¿No querrías venirte con nosotras, Kagura-chan?

Salid a que os dé un poco el aire...

Camarote de Tomohiro

Desde la salida de Okayama el pinche de cocina Taguchi ha sido uno de los agitadores que ha intentado que la tripulación se levante contra Tomohiro. Hoy ha reunido el valor para presentarse ante el señor de la Ryugujou acompañado de otros tripulantes descontentos para plantear sus quejas, empezando por la crisis causada por el error de cálculo de Tomohiro, el caos que surgió tras el aviso de Lyashi y el mal estado de la hayajiro después de los destrozos que la tripulación provocó en su afán de conseguir combustible.

¡No podemos seguir así! - exclama Taguchi tras su exposición. Al otro lado de la mesa de reuniones se encuentran Tomohiro, Shimazu y Arisa. Por suerte Sachiko no se encuentra presente. La niña ha cogido la costumbre de dar largos paseos por la Ryugujou haciendo en ocasiones preguntas extrañas a los tripulantes - Mogami-sama, ya que no es capaz de garantizar no ya sólo nuestra comodidad, sino tampoco nuestra seguridad, debe entregarnos la llave maestra (1)

Ingrato pedazo de... - empieza a decir Shimazu. Tomohiro le interrumpe con un gesto de su mano. La mirada del noble se dirige a Arisa y a Yûki en busca de consejo...

Enfermería

Bueno, ya está - dice Chihiro retirando los últimos vendajes - Lo siento, pero te van a quedar unas cuantas cicatrices. La tintura de rosa de mosqueta ayudará a reducirlas, pero no puede hacerlas desaparecer del todo.

Takeshi no necesita preguntar para saber lo que está pensando Chihiro: que si sus heridas hubieran sido curadas por Arisa o Lyashi no le quedaría ninguna cicatriz. Desde la parada forzosa en Okayama el ánimo de la doctora ha caído en picado. Se siente inútil frente a los poderes curativos de Arisa y Lyashi y aterrorizada por Sachiko. No pudo hacer nada para tratar los destrozos que la niña hizo en el cuerpo de Arisa y el estudio casi obsesivo de todos los manuales de medicina de su pequeña biblioteca no le ha dado ninguna idea. Durante los primeros días estuvo contenta ante la posibilidad de poder tratar las heridas de Takeshi, pero ahora que el ingeniero se ha recuperado por completo está volviendo a hundirse en la depresión y la inseguridad.

¿Crees que podrías enseñarme algo de mecánica? - le pregunta de repente - Quizá necesites una nueva ayudante ahora que Ohsumi-san le está quitando tanto tiempo a Asano-san - El viejo científico ha estado pegado a Hideo, estudiándolo y haciendo anotaciones en un cuaderno - Seguro que Tomohiro apreciará que adquiera nuevos conocimientos. O tal vez podría aprender a cocinar con Yuuma-chan. La cocina y la medicina no son tan distintas después de todo ¿Qué opinas tú?...

Vagón de soporte

Fascinante - dice Ohsumi Masanobu - Simplemente fascinante.

Desde que se subió a la Ryugujou el científico ha seguido a Hideo a todas partes, acribillándolo a preguntas, observando todo lo que hace y haciendo anotaciones en un grueso cuaderno que sacó de alguna parte. Esta mañana Kagura le pidió a Hideo que revisara el mecanismo de salida de carbón de la tolva secundaria y Hideo ha estado trabajando en la testaruda y condenada válvula desde entonces. Su fuerza sobrenatural le ha facilitado las cosas permitiéndole prescindir de herramientas en alguno de los lugares más estrechos, lo que le ha ahorrado la tarea de desmontar el mecanismo entero. Lo malo ha sido tener a Ohsumi encima haciendo comentarios y más anotaciones.

Bien, está claro que las capacidades de tu nuevo cuerpo superan con mucho a las de tu cuerpo original - dice satisfecho. Pasa la página y prepara su carboncillo para seguir anotando - Pero faltaría saber si puedes transmitir tu condición a tu descendencia ¿No hay ninguna mujer que esté dispuesta a acostarse contigo? Me dio la impresión de que a esa tal Natori Kagura le gustaría...

Camarote de Izume

Las hábiles manos de Izume pellizcan con suavidad los pezones de Sakura mientras acarician su clítoris con movimientos circulares haciéndole sacudir las caderas y gruñir de placer. Los dos están tendidos sobre un colchón que han puesto en el suelo entre las literas del camarote que Izume debe compartir con otros tres soldados. Al antiguo capitán no le importó que Tomohiro lo aceptara como soldado raso, satisfecho de no tener que preocuparse de las responsabilidades del mando por un tiempo. Eso le ha permitido pasar más tiempo con Sakura, quien por ahora está bastante confiada de no tener que preocuparse por su antigua relación con Yûki. Sin embargo el muy cabezota sigue queriendo arreglar las cosas entre ellos.

La boca de Izume sustituye a sus manos entre las piernas de Sakura, lamiendo su vulva con fruición mientras las piernas de ella presionan sobre su espalda. Cuando ella ya está a punto de pedir que la penetre a gritos se levanta y desliza su miembro dentro de la cálida y húmeda vagina.

Sakura - le susurra con esa voz tan dulce que siempre se le pone en la cama. Le encanta susurrárselo al oído haciéndola estremecer con el roce de su aliento. Lo que hoy la pilla por sorpresa es lo que añade después.

Te quiero...

Arisa permanece tras la mesa con el gesto serio. La venda que le cubre los ojos parece más amplia que otras veces, para tapar unas terribles ojeras. Yûki, por ser su compañera de camarote, sabe que la psíquica se ha despertado entre pesadillas más de una vez o la ha oído murmurando cosas de noche, la mayoría relacionadas con kabanes. Sin embargo, ante la petición de Tomohiro de acompañarle, la joven permanece con su gesto impasible habitual. No es hasta que Tomohiro las mira, que Arisa avanza un paso, con las manos a su espalda.

- Taguchi-san, comprendemos su malestar y el de los demás tripulantes, pero están siendo tiempos duros para toda la Ryugujou. Mogami-sama ha hecho todo lo que está en su mano por seguir avanzando a pesar de ello. Pero si de verdad veis necesario un cambio de mando... - Arisa apoya entonces las manos encima de la mesa, moviendo la cabeza para "mirar" a Taguchi y a los que le acompañan - ¿Podríais demostrar que vais a ser capaces de asegurar la comodidad y seguridad de todos los tripulantes? ¿Que seréis capaces de manejar una hayajiro en caso de ataque kabane, mejor que su dueño e incluso constructor? También debo recordaros que la Ryugujou tiene una misión, seguramente casi imposible que cumplir... ¿Acaso queréis haceros responsables de ella y ser vosotros los que os presentéis al Shogun en caso de haber fallado?

Arisa se separa poco a poco de la mesa, esperando la respuesta de los alborotadores sin haber modificado en nada su gesto. Tal vez tengan razón y la tripulación necesite un descanso, pero no es suficiente motivo como para querer tomar el control absoluto de la Ryugujou.

Uno pensaría que podría tener algo de calma en dos semanas sin que nadie intentara matarlo, sin que los kabane atacaran la Ryugujou y solo teniéndome que preocupar por dejar la hayajiro funcional mientras Takeshi se recupera y Kagura lleva al límite la máquina.

Pero no, teníamos que haber recogido a Masanubo-san en la última estación y éste se me había pegado como una puta lapa. Y no es que se conformarse con observarme y escribir notas sino que no paraba de bombardearme con preguntas de todo tipo. La mayoría del tiempo conseguía ignorarle mientras me centraba en el trabajo o le contestaba rápido si era algo intrascendente. Sin embargo su última pregunta hace que se me caiga la llave inglesa de la impresión y lo miro bastante enfadado.

- Deja a Kagura fuera de esto, precisamente lo que tanto te interesa es lo que me asusta. Es obvio que soy portador del virus pero hasta que punto puedo infectar a alguien. Sé que estando cerca no, ¿pero y mi sangre, saliva u otros fluidos entran en contacto? ¿Acaso tienes una idea de lo que es querer algo y temer que el simple hecho de tocarlo pueda destruirlo?- estallo hacia el doctor antes de suspirar y girarme a recoger la llave inglesa para intentar calmarme a la vez que una idea se me forma en la cabeza.- Además por mucho interés que haya, ¿acaso crees que se llegara a nada si un viejo esta mirando cada segundo?

Procuro no mostrarme muy impaciente mientras Chihiro me quita las últimas vendas. Aunque he aceptado como una persona sensata pasarme dos semanas en la cama por culpa de mi encontronazo con la ventana hasta el más tranquilo de los hombres se empieza a aburrir después de tanto tiempo, independientemente de los libros que se pueda leer o de la compañía que pueda tener. Con cuidado toco las cicatrices todavía tiernas y sonrío con cierta satisfacción.

-Teniendo en cuenta lo que pasó temía quedarme sin sensibilidad en los dedos, haberme cortado un tendón o algo así.- Digo, obviando la parte de “o clavarme un cristal en el abdomen y hacerme el harakiri involuntario” porque no veo que esté ya muy bien anímicamente para que yo aún por encima le añada leña al fuego.-Por eso acudí a ti, eres la única en la que confiaría.- Observo las cicatrices que tengo ahora, intentando imaginarme cuánto se van a difuminar con el tiempo. La verdad es que decir “unas cuantas” es ser muy optimista.- La mayoría no se verán con manga larga.- Comento mientras me rozo un par de los cortes del cuello y el mentón.- Tampoco es que me preocupe mucho, y no quiero que te preocupes por eso.

En silencio la miro trastear recogiendo todo lo que ha usado mientras disimuladamente empiezo a vestirme para salir de la cama, esperando que el hecho de haberme recuperado incluya que va a acompañarme a dar un paseo por algún sitio donde me pueda dar un poco de brisa. Cuando me hace la pregunta lo único que provoca es que mis sospechas se reafirmen: se está deprimiendo.

Con tranquilidad me vuelvo a sentar en la cama y aprovechando unos de los viajes que hace para tirar algo a la papelera la agarro por la muñeca y no paro hasta que no se siente a mi lado: ahora le toca a ella que le lean la cartilla.

-Por supuesto que podría enseñarte algo de mecánica, no tienes ni que preguntarlo.- No la miro mientras la cojo de la mano y se la aprieto fuerte, intentando darle ánimos de una manera de la que yo no me creía capaz.- Y estoy seguro de que Yuuma-chan podría enseñarte a cocinar, y yo estaré encantado de probar todo lo que tú hagas.- Dejo pasar un par de segundos de silencio mientras de forma distraída le acaricio la muñeca con el pulgar.- Todo eso estará genial y te mantendrá ocupada. En tus ratos libres.- Termino con rotundidad mientras la miro a la cara.- Eres una doctora, desde que te conozco tu único interés es ayudar a la gente, y eres muy buena en lo tuyo. Eso no lo cambia el hecho de que...-busco la forma más adecuada de decirlo.- ...otra gente tenga habilidades similares, ni de que estés inquieta por lo que ese retaco de cría pueda hacer.- La única razón por la que hablo así es que estamos solos.- Ser médico no implica simplemente curar, Chihiro.- Digo con tono suave pero serio.- Implica que alguien confía en ti lo suficiente para que le ayudes cuanto más vulnerable está, cosa que a mi ni se me pasaría por la cabeza con...-Me muerdo el labio, no le he contado lo que les he visto hacer y tampoco pienso hacerlo.- Confiamos en ti porque sabemos que cuando hacemos el idiota eres puerto seguro sin quejas, gritos ni aspavientos.- Titubeo un momento, consciente de que le estoy agarrando la mano demasiado fuerte y durante demasiado tiempo.- Al menos no muchos, y a las pruebas me remito.- Le digo, recordando la media docena que me soltó al verme en el primer momento, sentado al lado de Hideo.- Así que yo opino que puedes venir a aprender de mecánica siempre que quieras, o pedirle a Yuuma-chan que te enseñe a cocinar.- Digo mientras asiento con la cabeza y con tono tajante.- Así cuando alguien se haga daño en la sala de máquinas o me intoxique con el primer sushi que hagas también podrás curarnos.- Con suavidad le recojo el pelo oscuro detrás de la oreja, y luego le doy un toque en la punta de la nariz con el dedo.- Sigue trabajando con la ilusión con la que lo hacías antes, y a ver cómo evoluciona la cosa.- Le digo con calma, intentando ponerme en su lugar.- Si en un tiempo prudencial sigues sin estar a gusto...buscaremos otra opción.- Aunque no lo verbalizo queda claro que la "otra opción" es "marcharnos los dos de aquí a un sitio donde pueda verte tranquila y feliz". Recuerdos de lo que pasó en Mibu vuelven a nublarme la mente después de unos días de relativa tranquilidad.- No voy a dejar que te pase nada malo, ¿Vale?.

Yûki despertó al sentir de nuevo a la vidente removerse inquieta. Sus gemidos susurrados contra la almohada dejaban ver el sufrimiento al que estaba sometido la joven, robándole así sus horas de descanso. Normalmente se daba la vuelta, intentando no inmiscuirse, no involucrarse sentimentalmente, diciéndose así misma que si ella soportaba sus propias pesadillas, la joven pelirrosa también podría hacerlo.. pero aquella noche tuvo la necesidad de levantarse y aproximarse a Arisa.

Le apartó el pelo ligeramente húmedo de la frente mientras le susurraba bajito - Ssssshhhhh. No pasa nada Arisa-san. Yûki está contigo y no va a dejar que te pase nada malo. Ni a ti ni a nadie - despacio se tumbó a su lado, encima de las sabanas, pero acariciándole el brazo, dejando que la melancolía la invadiese un poquito, al recordar como Izume la consolaba cuando era ella la que estaba en el lugar de su compañera.

Había escuchado todo con el rostro impasible, aunque no estaba muy de acuerdo con la vidente. Cuando ésta terminó dió un paso al frente calmada

- Lo que Arisa-san quiere decir es que ninguno tiene ni puta idea de lo que cuesta manejar una hayajiro - su voz no se alteraba pero se colocó de forma que sus armas fueran visibles para todos - Si seguís vivos es gracias a Mogami-sama. Nuestra Ryugujou se encuentra en tan lamentable estado porque todos decidisteis seguir las instrucciones de la segunda maquinista a bordo sin esperar a la confirmación por parte del señor de todo esto. Así que haced el favor de reunir a todos los tripulantes para poder hacer una reunión para que pueda exponeros  porque es una tremenda sandez que TÚ, Taguchi-san, tomes el control. Sobre todo porque sin Shimazu-san y yo, dudo mucho que podaís proporcionar la seguridad que tanto demandais -

Los dientes de Sakura se clavan con fuerza en el hombro de Izume a la par que sus uñas arañan la suave piel de sus nalgas pidiéndole más.No parece haber escuchado a izume y si lo ha hecho parece tan sumamente excitada que lo ha pasado por alto.Sakura suele ser bastante apasionada e incluso salvaje en el sexo por lo que no resulta extraño que le deje marcas a su amante y ese día Izume está especialmente diestro además de que sabe que cuando susurra su nombre la enloquece

La realidad es otra: la confesión del hombre la ha pillado totalmente por sorpresa y la ha cabreado mucho.Oh,su estómago se ha contraído de emoción en un primer momento y a su boca han acudido palabras que por suerte no ha pronunciado pues tras aquel segundo de alegría loca se ha dado cuenta de la realidad que no es otra que él busca autoconvencerse de que ya no quiere a la enana esa y quiere a Sakura lo cual ha hecho que se enfade mucho.Ella no es segundo plato de nadie y él debería saberlo por lo que la furia hace que quiera hacerle daño y muerde con fuerza su hombro sintiendo con placer el sabor de la sangre en su boca mientras él gruñe dolorido al sentir también las uñas atravesando su piel

El orgasmo la alcanza casi a la par que a él y la chica hunde la cabeza en su cuello para sofocar sus gritos y evitar que él vea que sus ojos se han humedecido.Aquello la cabrea aún más.Ella no llora,nunca,jamás ¿qué mierda le sucede? Se mantiene así hasta estar segura de que su cara no refleja lo que siente y sólo entonces afloja su abrazo para que él se aparte y en cuanto lo hace ella se pone en pie buscando su ropa sin importarle los fluidos que resbalan por sus muslos

Ya lo véis, amigos - dice Taguchi a sus seguidores - Así es como nos gobierna esta gente: mediante el miedo y las amenazas cuando se expone su incompetencia - hace caso omiso de las manos tensas de Tomohiro - ¿De quién fue la culpa de el combustible no fuera suficiente para llegar a Akaiwa? Nos matamos a trabajar como animales y estuvimos a punto de quedarnos varados en mitad de la nada ¡OTRA VEZ! Creímos que habíamos tenido suerte de poder llegar a Okayama y ¿qué nos encontramos? ¡Que tuvimos que acoger a una delincuente y a bebé que están viviendo de nuestro trabajo sin hacer nada! - salvo trabajar en la lavandería de la hayajiro, algo que Taguchi ignora u omite - Eso sin olvidar a esa niña endemoniada asesinando a uno de los soldados de la estación. Porque ése es otro peligro con el que tenemos que vivir ¡SIN NECESIDAD! todos los días. La niña asesina y esa... - señala a Arisa con un dedo acusador - ... ¡Todos sabemos por qué el jefe de ingenieros se ha pasado las dos últimas semanas en la enfermería! - murmullos entre los seguidores de Taguchi - ¡Es de locos! Sin embargo aún estamos a tiempo de arreglar las cosas. Os recuerdo que los tripulantes civiles somos cuatro veces más que los militares - no parece importarle el hecho de que los militares son los únicos con acceso a las armas y la habilidad para utilizarlas - Entregad la llave maestra y podremos llegar a un acuerdo...

¡Bah! Tonterías - Bufa Ohsumi - Te recuerdo que fuiste tú el que acudió a mí con un mordisco de kabane y me suplicaste que te salvara ¿Y ahora tienes el descaro de quejarte? ¿Precisamente tú, el primero de una generación de seres humanos mejorados? ¡Valiente idiotez! - levanta las manos en un gesto de exasperación - En lugar de quejarte tendrías que tener el valor de responder todas esas interesantes preguntas ¿Cuánto de ti puede transmitir la plaga? La sangre seguro ¿Pero qué pasa con la saliva, el sudor, el semen? - le pone un dedo huesudo en el pecho - ¡Sólo TÚ puedes responder a eso! Admito que es una pena que la plaga kabane no afecte a los animales, pero por eso hay que dejarse de remilgos y experimentar con personas. Si te da reparo hacer algo con Kagura busca otra persona. Tal vez una prostituta, o alguien de quien quieras vengarte ¿O prefieres vivir con miedo a lo que eres el resto de tu vida?...

Sorprendida por la vehemencia y los gestos atrevidos de Takeshi, Chihiro le mira con el rostro arrebolado. Sus ojos se humedecen con lágrimas de alegría - ¿De verdad que me protegerás? ¿De verdad? - coge las manos de Takeshi entre las suyas y se las lleva a los labios, con ganas de besarlas pero sin atreverse a ello - Takeshi-kun ¿Puedo preguntarte algo? - baja la cabeza haciendo que el pelo le tape los ojos - ¿Qué soy...? ¿Qué soy yo para ti?...

Izume cae al lado de Sakura, sonriendo al ver sus lágrimas y malinterpretar completamente  su significado. Sí se extraña cuando ella se levanta y empieza a vestirse, pero sólo le dura un momento antes de ponerse a recoger el colchón del suelo - No tienes de qué avergonzarte, Sakura - le dice de repente - Te he dicho lo que siento de verdad. De hecho si hubiera sabido que mi confesión te iba a hacer tan feliz lo hubiera hecho antes...

Increíble como recordaba ese viejo la historia, yo estaba inconsciente y no tuve voz ni voto en todo el proceso. Que vistas las opciones seguramente habría aceptado igualmente pero ni por asomo le suplique. Y encima me venía con esas grandes ideas mientras apoyaba su dedo en mi pecho. De manera instintiva agarro su muñeca y empiezo apretar.

- Por favor doctor, cálmese. Si tanto hablas de experimentar quizás debería probar con usted. Sería tan sencillo como obligarte a beber mi saliva y más tarde mi semen. Estudiamos como te afecta y me saco de dudas a la vez que tu consigues tus repuestas. Si es que sobrevives, claro. Tendría que dar explicaciones pero seguro que la gente lo entiende si les digo que es por la evolución de la humanidad, ¿no?- era increíble como este hombre me sacaba de mis casillas como ningún otro. Sin más hago una mueca bastante desagradable y le suelto a la vez que lo alejo un poco de mí.- Y por cierto es Natori-san como mínimo para ti, ¿entendido?

Detiene su acción de meter una pierna en el pantalón y lo deja caer de nuevo quedando frente a Izume tan sólo con las bragas puestas si es que a aquel pequeño trozo de tela se le puede llamar así.

La mujer comienza a temblar visiblemente mientras los puños se aprietan a ambos lados de su cadera antes de que por fin reaccione y sin dar tiempo a Izume a que se mueva le propina un puñetazo en el mentón que le hace caer de espaldas.Él es mucho más fuerte que ella y grande pero la acción le pilla por sorpresa por lo que cuando se incorpora de nuevo puede ver a una Sakura furibunda volviendo a vestirse

-"¡Feliz,dice.Feliz!¿De verdad piensas eso?Joder,tu amigo tiene razón,no tienes ni puta idea de mujeres,pero no te preocupes que yo te voy a ayudar y además te voy a poner las cosas muy fáciles.Feliz me hubiera podido hacer si me lo hubieras dicho antes,y escúchame bien,antes de que esa enana llegara pero no ahora,cuando parece que lo haces para ratificarte ante ti mismo que puedes sentir algo por mi¿estás seguro de que me quieres?Porque yo no lo estoy,yo creo que aún sientes algo por esa mujer y ella por ti así que mira,lo mejor que puedes hacer es hablar con ella y una vez lo resuelvas vuelves a mi.Si tus primeras palabras vuelven a ser "te quiero" entonces sabré que son ciertas.Si no vuelves a mi..."-sus ojos se humedecen de nuevo mientras se pone con rabia la camiseta-"...bien,entonces sabré que tenía razón y he sido un puto entretenimiento para ti"-se sienta en una de las camas para calzarse las botas mientras unas lágrimas resbalan por sus mejillas antes de que ella se las seque con rabia-"Joder,eres el primer tío que me hace llorar,enhorabuena"-escupe intentando atinar con los cordones.La mezcla de rabia y desesperación es tal que se siente totalmente abrumada y sin saber gestionar lo que le ocurre.Jamás se había enamorado antes y no tiene ni idea de si esto que la pasa es amor pero por lo que decían las memas de sus amigas sí debe serlo.El amor te arrastra,te hace sentir celos,te vuelve irracional...y te debilita.Y Sakura no era débil,no quería serlo.Ella era la puñetera loca de los explosivos y en esa definición no cabía el amor ni la debilidad

Sin ver busca dónde puñetas dejó caer sus armas mientras ignora al hombre,dándole la espalda y aguantando las ganas irrefrenables de llorar,buscando en su interior la rabia y el odio para que suplan aquel intenso dolor que le atenaza el corazón

En otra situación, Arisa le habría echado una mirada fulminante a Yûki por hablar de esa forma, pero en ese momento le parece incluso sensato. Sólo quiere proteger a Tomohiro y tiene razón... Por no mencionar que había algo, desde esa noche, que la hacía verla como una protectora. Así que sólo se queda con los labios fruncidos al escuchar las palabras de Taguchi.

- Okayama era un nido de kabanes gobernados por un tirano sin escrúpulos. Todos los que viven allí viven con el miedo de ser devorados a manos de su propio líder. Eso sí es un delincuente y no una mujer con un pobre bebé. - espeta con gesto serio, enervándose más al oír la mención a Sachiko y apoyando las palmas sobre la mesa - ¡Sachiko-chan sólo estaba defendiéndose, a ella y a Mogami-sama! ¡Igual que cualquiera haría si estuviera a punto de ser atacado!

Arisa aprieta los dientes cuando Taguchi la señala de esa forma y está a punto de responder cuando mencionan lo del jefe de ingenieros. No había hablado con él desde entonces y salvo lo que le había contado a Chihiro-san y lo que sabían los demás, no sabía qué había dicho sobre ella. Aparta las manos de la mesa y se las lleva contra su pecho, como si quisiera esconderlas de esas acusaciones y esos murmullos contra ella. Frunce los labios, intentando esconder el temblor que ha surgido en ellos y se gira hacia Yûki. No me escucharán... Nunca escuchan... 

Me quedo pasmado al ver cómo me está mirando, y me doy cuenta de que no me estoy comportando como de costumbre. Quizás sea todo lo que llevo arrastrando desde Mibu, el hecho de que es la primera vez desde entonces que he dormido mínimamente bien o simplemente que todo lo que ha pasado ha hecho que me replantee mi comportamiento.

Frunzo el ceño cuando pienso que va a besarme las manos, la imagen de mis dedos teñidos con la sangre de mi padre hace que haga un gesto involuntario, como si quisiera limpiar unas manchas que ya no están ahí.

Con gesto serio asiento con la cabeza.

-Te prometo que haré todo lo que pueda para que tengas una vida larga, tranquila y feliz.- Se me escapa una sonrisa nerviosa al recordar que fallé miserablemente en proteger a mi padre y que llevo una temporada poniéndome en el filo de la navaja por elección personal (y divirtiéndome con ello). Al final me encojo de hombros intentando sacarle hierro al asunto y al momentáneo ataque de tristeza que he tenido y miro las nuevas cicatrices que tengo en las manos. Supongo que al final terminaré acostumbrándome.- Pero teniendo en cuenta lo muy bien que cuido de mí mismo no sé si deberías confiar en mi...

Cuando baja la cabeza me quedo mirándole el pelo durante unos segundos, planteándome las distintas opciones de forma muy seria mientras un sudor frío empieza a bajarme por la nuca. Si le digo que es mi mejor amiga y que confío en ella saldré del lio en el que me he metido, dejando para más tarde decirle lo que siento.

Pero tengo miedo. Mi padre seguramente pensaba que tenía toda la vida por delante, y en diez minutos todo se acabó. Yo podría haber muerto fácilmente en todas las escabechinas en las que me metí alegremente, y de la de la ventana me salvé de puñetero milagro. Por si acaso prefiero dejar las cosas dichas. No vaya a ser mi última noche en la Tierra.

Al menos la teoría la tengo clara como el agua, pero tengo un momento de pánico cerval y estrés sin límites cuando uso los dedos de mi mano derecha para ponerlos en su barbilla y levantarle la cabeza otra vez. En cuanto la miro a los ojos dejo de pensar de forma racional, y antes de darme cuenta ya he pegado mis labios a los suyos con toda la suavidad de la que he sido capaz.

Me quedo así unos segundos que me parecen horas y cuando por fin me aparto (con cierta reticencia) la mantengo sujeta por la barbilla para poder apoyar mi frente en la suya.

-Eres lo único que me mantiene cuerdo, pero antes de que probablemente me des el tortazo que estoy seguro me merezco déjame explicarme.- Empiezo en un tono de voz muy bajo entre la inseguridad y la vergüenza. Estoy tan cerca de ella que seguro que no ve que me he sonrojado, aunque debe notar el calor que irradian mis mejillas. Céntrate y no te atasques ahora, que la has liado. Respiro hondo. - Ya has visto lo que ha pasado, y va a volver a pasar. No puedo prometerte que no voy a volver a hacer una estupidez porque es muy probable que vuelva a hacerla, y ambos sabemos lo que ocurrirá si un día me encuentro en el extremo equivocado de un arma, o en el camino de un Kabane.- Me quedo un momento callado, buscando la forma de decirlo sin que suene fatal.- Cuando empezamos esta aventura supuse que sería algo académico, que otros se encargarían de la parte física. Pero no está siendo así, y no puedo pedirte lo que quiero pedirte pensando en que quizás un día puedas estar esperándome y yo no vuelva. Me da pánico hacerte daño.- Le digo por primera vez en mi vida. Al final titubeo otra vez, más rojo que antes incluso.- Suponiendo que tú sientas lo mismo por mí, por supuesto.- Digo con el tono de voz de alguien que sabe que independientemente de cuál sea la respuesta es probable que se haya metido en un gran lío. Con la mano que no le está acariciando la barbilla me rasco la nuca con nerviosismo.- Si no es así creo que me la he ganado a pulso... el taburete tiene pinta de poder servirte como arma, Chihiro-chan...

- Te he dado la oportunidad de pedir perdón pero has decidido morder la mano que te da de comer y que también proteje tu patética vida - La joven se echó el pelo hacia atrás con una mano mientras que desenvainaba su katana con la otra. Todo muy suave, muy lento, mientras un relampagueo aceró los ojos de la guardaespaldas.

Se colocó a la espalda del hombre, o su costado, lo que el mierda aquel le permitiese y lo empujó hacia la puerta - Ahora vas a saltar de este tren si no quieres que te ensarte con mi espalda. Evitando dañar tus órganos internos, eso si, para que vivas y veas como te ofrezco como alimento a los primeros kabanes con los que nos crucemos - su arma había ascendido hasta colocar el filo contra el cuello del hombre 

- Tú compañero tiene la oportunidad de decidir si quiere acompañarte o prefiere arrodillarse delante de Mogami-sama y suplicarle perdón - no lo miró directamente, pero lo tenia ubicado, por si hacia algún movimiento extraño