Partida Rol por web

Me reuno en torno a mis hombres antes de cambiarme de ropajes para partir con lord Ryger a la boda -¡Hombres! Ha llegado el momento de medirnos con el tullido. Voy a ir a investigar sus intenciones sobre nuestro futuro encuentro camuflado como hombre de armas y necesito de vosotros que esteis preparados. Uno de nuestros arqueros se quedará cerca de la boda, si escucha problemas lanzará una señal. El resto tendreis que crear una distracción lo suficientemente grande para que se concentren en vosotros y pueda escapar con mis aliados en caso de necesidad. No quiero heroicidades ni estupideces, estudiar una ruta de escape antes de nada y recordad que la guerra esta siendo larga y que aun quedan muchas batallas por luchar- Miro a mi alrededor viendo la firmeza en los ojos de mis hombres -Mi mujer dirigirá esta expedición. No es la primera vez que la seguis, asi que ya sabeis a lo que ateneros si la desobedeceis ¡¿Alguna pregunta?!

- Entonces, mi señor, sería correcto instruir a los nobles caballeros y guerreros en las batallas palaciegas? - pregunta un poco asombrado.

El muchacho asume las siguientes palabras del caballero y se muestra un poco sorprendido cuando menciona las casas supuestamente bajo sospecha, luego, ante la explicación del caballero asiente.

- Pero el Rey Bran habrá enviado espías.. o o algo para conocer lo que en esas casas se gesta, no? - pregunta un poco aturullado - Quiero decir, una traición de ese calado, no puede mantenerse en secreto, lo sabríamos, no? - pregunta.

Los hombres se sienten contentos con tus palabras. Varios batidores se colocarán para vigilar esperando la señal, el resto estará preparado para la distracción si se da la situación.

Todos asienten y nadie tiene ningún problema por obedecer a tu mujer, te respetan y por ende la respetan a ella.

- Mi señor - dice el líder de los batidores, el veterano Mario, un hombre sin casta de alta cuna pero con una puntería que da miedo - ¿Cómo quiere la distracción? ¿Con sangre o sin sangre? ¿Simple distracción o entablamos una pequeña batalla? - pregunta y luego te mira, parece preocupado - ¿Y si le descubren, mi señor? ¿Es a ese problema que se refiere o sospecha que puede suceder algo más? - pregunta notablemente preocupado. Sin duda los hombres han escuchado que parte del ejército Norteño se encontrará en la boda.

-Asi es Mario, ese es el problema que se nos puede echar encima- Digo poniendo la cara más seria que soy capaz -Las apuestas son altas, pero los beneficios también pueden serlo. En cuanto a la distracción, necesito algo que les haga olvidarse incluso de mi presencia. Teneis que hacerles creer que Quentin Martel ha llegado hasta sus puertas. Esa será una distracción que no podran olvidar- Sonrio de forma macabra durante unos instantes antes de volver a ponerme serio -¡Y ahora en marcha! ¡Hay mucho camino que recorrer!

Asintio con seguridad Algunos no lo veran bien, pero mi edad me ha hecho ver ciertas verdades en la vida. Las batallas de la corte, no es diferente de las batallas entre soldados. Las palabras remplazan a las armas, pero se convierten en algo igual de peligroso Ser Neal. Debes recordarlo. Le respondio sin sacarle la vista de ensima. Aunque yo no soy el mejor maestro para esas cosas y estoy demasiado viejo para aprender cosas nuevas, en cambio vos aun tienes una oportunidad para aprovechar comento se acariciaba la barba en un gesto bastante comun en él.

Hay sospechas de que algo puede ocurrir, pero no estoy seguro si el Rey ha puesto hombre a espiar a ambas casas. Talvez lo averigüemos en la boda. De pronto su rostro se vuelve muy sombrio al escuchar la ultima pregunta de Neal El viejo frey pudo guardar en secreto la traicion a nuestro anterior rey y a la familia Tully fue lo unico que respondio antes de comensar a avanzar de vuelta al castillo. Odiaba recordar aquella traicion y aun con el final de la casa Frey nunca pudo sonreir completamente ante luego de ese vil acto.

Cassel asintió con la cabeza ante tus palabras -Si, parece que el honor del que hacía gala está practicamente extinguido en estos tiempos y solo el único de su linaje parece decidido a seguir ondeando la bandera del honor. Cuidaos la espalda, Lord Mormont, y cuidad a vuestros hombres pues si yo he escuchado rumores sobre la posible traición de vuestra casa otros también deben de haberla escuchado y puede que, presos de su ignorancia, cometan algún fallo garrafal.

Los soldados que otrora hablaban en susurros sin descanso ahora guardan completo silencio ante tu presencia. Todos parecen aturdidos y nerviosos, sin saber bien que decir hasta que, al fin, uno de ellos toma la iniciativa.

Entre los hombres han corrido una serie de rumores, señor, rumores de traición y deslealtad que implican a algunas de las casas aquí reunidas. 

Lord Jojjen se acercó a ti hasta colocarse justo ante tu rostro y, mirándote fijamente a los ojos, te preguntó -¿lo juras? ¿sin importar quien sea el enemigo de mi casa y de mi sangre?

Konrad, que parecía disfrutar de la atención que le mostraba su público, demoró su respuesta todo lo que pudo, haciendo que os ganaseis cada una de las palabras que soltaba por la boca -Se dice que los Mormont no eran tan fieles como se suponía, aquí en el Norte, a la Casa Stark. Y de las tierras de los Ríos llegan rumores aún peores, de varias casas que no toleran la corona ni el dominio del Rey Bran. Tanta política nubla la vista del más agudo guerrero.

Tus piernas, rígidas por el frío y la edad, te llevan hasta el salón lentamente, obligándote a observar cuanto te rodea. Varios guardias cubiertos por pieles te adelantan, pidiéndote permiso para pasar con respeto pero sin entender un no por respuesta.

Son los portadores del Rey Bran, el cual te ve y ordena parar el desfile, pidiendo a sus guardias que formen un círculo protector entorno a vosotros, aunque dejándoos hablar en intimidad.

Maestre Hoster, me alegro de veros ¿que tal os encontráis? El Norte es demasiado hostil con los recién llegados.

En los ojos de la anciana señora pudiste ver el reflejo de la duda, de la preocupación. Pero fue solo un reflejo, un instante, una gota que rompió la tranquilidad de las aguas que eran los ojos de una dama orgullosa, tenaz y de espíritu inquebrantable.

Tal vez no debamos buscar un rey, al menos no a un único gobernante. Tres son los dragones, los hijos de la reina, y tres deben ser los escogidos para montarlos. Tal vez logremos hallar a dos de los dragones de la reina y recuperar el que está bajo el mando de Quentyn. Decidme Marcus ¿queréis que vuestra sangre sea la que monte uno de los dragones? ¿la que gobierne parte del reino?

Tus hombres, de lealtad inquebrantable, te dieron una respuesta unánime a las últimas órdenes que formulaste. Desenfundaron sus armas, espadas, hachas, arcos y otro tipo de instrumentos de muerte y, alzándolas al cielo, gritaron -¡Por los Tully! ¡Libertad! ¡Honor! ¡Coraje! ¡Por el Pez Sombrío!

Tras ello toda la tropa se puso en marcha de nuevo, rumbo a su destino, a tu destino.

Sir Neal escupió al suelo tras tus palabras dirigidas a los Frey y soltó unas palabras que obedecían a un hábito extendido en las Tierras de los Ríos en las últimas dos décadas -Maldito su nombre, maldita su sangre, maldito su recuerdo.

Tras ello el noble caballero os miró con respeto apenas disimulado -Sabéis mucho más que la mayoría de los hombres Sir. Al menos eso creo yo. La mayoría de los caballeros fanfarronean respecto a todo, afirmando que aquello que dominan es mucho mejor que lo que domina el resto. Si ellos son duchos con la espada critican el resto de las armas por ineficaces, lentas o aparatosas. Sin embargo vos no sois así, vos veis el peligro y las propiedades de todo, pese a que decís que no domináis esas artes. Es un honor serviros.

Estaba apunto de apurarlo para que hablara, conocia muy bien sus juegos para conseguir atencion y en otra ocacion me habria reido con él, pero esto era mas serio. De cualquier forma se lo dejaria pasar esta vez.

Es una noticia lamentable...comento antes de llevarse lo ultimo de su comida a su boca. Supongo que el rey y los suyos se ocuparan de esto. finalizo resoplando, no era una noticia ligera pero ellos no podian hacer nada respecto a eso y en este momento Symon tenia otros objetivos en mente. 

Señores, creo que deberiamos empezar la marcha al sur. Hemos logrado algo bueno con este viaje, aunque fuera diferente a lo que se queria en un principio. miro a todos con seriedad, sonriendo pequeño. Creo que deberimos alcanzar a Lady Missandei en su travesia. Era nuestro deber cuidarla en el viaje hacia el norte y por eso mismo tambien deberiamos cumplir en cuidarla en el regreso. dijo mirando expectante al resto.

-"Lo tendré en cuenta, vaya que lo tendré, pero no se preocupe- dije pasando el aire sombrío a uno más alegre, palmeandole el hombro- esto es una boda no? Tenemos que divertirnos como pocas veces podemos hacer, confiar en que todo saldra bien sera nuestra primer prueba de lealtad para el que dude"-

Tras decir eso comencé a dar indicaciones a mis hombres para que se vayan acomodando, aunque llame a mis principales oficiales para comentarle los rumores y ponerlos al tanto entre susurros...

-"Pues, vamos a escucharlos, aunque creo que ya se de lo que hablan- dije poniendo las manos en jarras- sin embargo antes de escucharlos dejenme preguntarles algo: Son viejas de aldea sin nada mejor que hacer que andar de cotilleo o son soldados del Rey en el Norte con un trabajo que hacer?"- el tono fue serio y directo, obviamente una reprimenda.

Las palabras del joven caballero le habian llegado a su agotado corazon, que se renovo de energia nuevamente. Sonrio un poco y miro a Sir Neal colocando una mano en su hombro. Le agradesco sus palabras Sir Neal y agradesco que no ignores lo que yo he pasado. Vos sos el futuro Neal, un futuro incierto pero brillante por tu presencia. le dijo mostrando el orgullo que tenia por el joven.

Continuaron avanzando al castillo, ya era hora de empezar a diriguirse hacia la boda.

Tus hombres de confianza, un grupo selecto de tres vasallos y amigos, responden a tu llamada, preparados para escuchar tus órdenes y necesidades.