Partida Rol por web

Por fin vuestro grupo alcanza la frontera de las tierras bajo el dominio de la Casa Arryn. Solo os queda atravesar la zona alrededor de las Montañas de la Luna y las puertas que protegen el Valle de Arryn para llegar a vuestro destino, Nido del Águila.

Por el camino os habéis encontrado con otro grupo de peregrinos, acompañados por dos soldados Lannister, que no han dudado en unirse a vosotros.

Nada más entrar en los caminos veis un grupo de tumbas, cerca de treinta. Son todas demasiado recientes y sobre dos de ellas descansan sendos broches con la figura del león de los Lannister.

 Preocupado, me acerco a las tumbas, tratando de encontrar alguna señal que identificara a sus ocupantes, ya fuera en los broches o en cualquier otra parte, mientras digo a los hombres:

 - Mantened los ojos abiertos...

No encuentras nada que pueda servirte para identificar a los dueños pues los broches son algo común en los guardias Lannister.

Tras tu tajante afirmación fuiste invitado a cenar con los montañeses, que te trataron como uno más. Bebieron a tu lado un fuerte mejunje que te provocó una sensación de alegría y mareo muy superior al vino, comieron costilla y carne jugosa de algún animal de las montañas e, incluso, te ofrecieron a alguna de sus mujeres.Dos días duraron las celebraciones, durmiendo durante el día y celebrando rituales y festejos durante la noche. 

Finalmente partísteis de la montaña, treinta hombres contigo, bien armados y con gran convicción pues la vida otorgaba placeres increíbles a los victoriosos. El montañés que te permitió entrar encabeza la marcha y te narra algunas historias de asaltos y asesinatos, recreándose con la sangre y la lucha. Otras dos jornadas de viaje os llevan a un punto importante, un paso donde los peregrinos y otros viajeros cruzan hacia el Nido del Águila.

Os posicionáis en las montañas, observando las tumbas recientes de otros viajeros que debieron enfrentarse a otra tribu con anterioridad y perecer bajo sus armas. Solo tenéis que esperar cinco horas para que un grupo de unos cincuenta hombres y mujeres llegue, deteniéndose cerca de los cuerpos enterrados. Entre ellos puedes vislumbrar los ropajes de soldados Lannister pero la mayoría parecen ser personas del pueblo llano.

Los montañeses sonríen y, sin perder tiempo, se lanzan al combate entre rugidos, sosteniendo sus hachas y espadas sobre las cabezas.

Vuestro camino os lleva finalmente a una zona muy cercana al Nido del Águila, pasando por una zona cercana a las Montañas de Luna. Algunos de tus hombres parecen estar algo inquietos por los rumores de asaltos de salvajes y montañeses. Los cadáveres destrozados que encontráis por el camino no los tranquilizan.

Pasando por una zona conflictiva escucháis ruido de batalla a lo lejos.

De entre los bosques y montañas que os rodean surgen unos rugidos inhumanos que aterran a la mayor parte de vuestro grupo. Podéis ver que descienden hacia vosotros varias decenas de bárbaros y montañeses, con sus armas en las manos, preparadas para atacaros.

Habían sido un par de días inolvidables, salvajes. Me había entretenido con todo lo físico que éste mudno concede a los mortales, más habñía llegado el momento de rendir cuentas de mis palabras y promesas. ¿Lannisters, Aquí? me las hacía con un clan de montañeses y en cambio aparecían una cincuentena de hombres de armas de verdad. Va a ser duro -Pensé-¡Qué Coño,mejor!

Dí órdenes a mis lados para mentener levemente el ídem. No es que fueran a hacerme caso, pero tenían que acostumbrarse a oir mi voz. Después bajecon las armas en la mano dispuesto a enseñarles que no fanfarroneaba.

 Me apresuré a subir a mi caballo, para luego agarrar con fuerza a la chica y asegurarme de que no aprovechase la situación para tratar de escapar, tratando de no perderla de vista, grité a todo el mundo:

 - ¡Corred al bosque, rápido, debemos huir de ellos!

 No podía entender que buscaban atacar a una procesión fe peregrinos, que no tenía nada de valor. Supongo que el que solo estuviera protegida por un puñado de soldados debería de ser suficiente indicación de que aquí no había nada que valiese la pena robar...

 Indiqué a todos a la dirección donde debía de escapar, indicando a Julio y a sus hombres que abrieran la marcha, por conocer bien el terreno, y luego espolee mi caballo, para ir corriendo a la espesura y adrentarme en ella...

El camino estaba siendo tranquilo, a lo mejor llevar a salvajes como avanzada y protección por los flancos estaba ayudando a ello, pero a pesar de todo algunos de los soldados se veían nerviosos, sobretodo los nuevos mercenarios; Brock intentó tranquilizar a sus hombres aduciendo que eran parte neutral del conflicto y que al no llevar nada de valor, no eran un blanco apetecible, quitó hierro al asunto y no mencionó que a los salvajes les pudiese interesar su acero, y a los montañeses entregar personalmente la carga, tenía que mantener la moral alta. Con la visión de los primeros cuerpos sin vida todo el destacamento se intranquilizó de nuevo.

- Parece que ha habido batalla hace poco, - dijo con voz grave, intentando sonar tranquilo y con todo controlado, como lo haría su hermano - todos alerta, no quiero ninguna sorpresa tan cerca de nuestro objetivo.

Un rato más adelante la avanzada trajo noticias de ruidos de pelea, la comitiva se detuvo y Brock se dirigió a Noj y al jefe de los salvajes.

- No estaría de mas que algunos de los hombres se acercasen discretamente para ver qué ocurre, - no esperaba una confirmación por su parte, ni siquiera preguntas, ellos ya sabían cómo hacer su trabajo - esperaremos aquí hasta saber quienes son los que luchan ahí delante y si suponen un problema para nosotros. ¡En formación de defensa mientras esperamos!

No pensaba correr riesgos.

Julio encabeza a sus hombres y sale corriendo hacia los bosques antes de que los montañeses puedan descender hasta el lugar en el que se encuentran los peregrinos. Una decena de estos últimos los sigue pero la mayor parte, confusos, asustados y buscando a sus familiares, huyen por todas direcciones o directamente se quedan paralizados.

Mientras tanto Gaheris trata de abalanzarse hacia la espesura pero la montañesa que lleva atada se resiste y cae al suelo. Si el noble guerrero trata de huir sin soltarla arrastrará su cuerpo a gran velocidad entre piedras y peñascos.

Los primeros salvajes, nada más llegar al suelo, comienzan a descargar sus armas sobre los peregrinos que, asustados, apenas hacen nada para defenderse. Tras ellos llegan Ser Gary y el resto de montañeses.

Tus hombres apenas empiezan a moverse cuando, hacia vosotros, se dirigen una decena de hombres, mujeres y niños vestidos con ropas pobres, corriendo asustados. Cuando se percatan de vuestra presencia aminoran la velocidad pero, tras escuchar nuevamente los ruidos de batalla a sus espaldas, reaccionan corriendo nuevamente hacia vuestra posición.

 Maldiciendo, freno el caballo lo justo para bajar y coger a la chica y ponerla de nuevo sobre el caballo, atravesada como si fuera un bulto* delante mío, tras montar de nuevo, y, una vez que ambos estamos asegurados, mientras le azuzo al animal, le lanzo una mirada asesina al enmascarado, antes de volver a dirigirme a la espesura, antes de que sus hombres puedan alcanzarme...

Gaheris trata de subir a la chica, que se resiste con todas sus fuerzas, pero nada puede hacer contra el caballero.

¡Gark! -se escucha gritar a un veterano montañés, el que parece ser el líder.

Todavía se estaban llevando a cabo las órdenes de Brock cuando un grupo de personas aparecieron corriendo, parecieron dudar al ver a los guerreros pero al fin siguieron hacia adelante; el joven analizó rápidamente sus ropas y sus caras y cambió las órdenes.

- ¡Abrid la formación, rápido! !Preparados para defensa! - Había decidido dejar traspasar su posición a la gente que se acercaba.

Se puso al lado de Noj y del jefe de los salvajes, que se habían alejado para designar a los expedicionarios, y les habló en un tono más bajo.

- Quiero saber lo que pasa ahí delante en todo momento, quiero ojos y oídos ya; - la orden estaba clara, un par de hombres van y uno hace de correo con la información obtenida mientras el otro vigila - quiero a los mercenarios en vanguardia, respaldados por cuatro infantes, y a los 'valletanos' ocultos cubriendo los flancos; y quiero otro par de ojos con los refugiados, si tenemos la oportunidad me gustaría intercambiar unas 'palabras' con ellos.

Su última frase iba dirigida a Noj, quería que detuvieran el avance loco de esa gente, que los tranquilizasen y poder hablar con ellos; todo ello con palabras y buenas maneras, claro.

 Sigo con mi propósito, sin detenerme, en mi afán de subirnos a ambos al caballo y refugiarnos en el bosque, mientras grito, viendo una oportunidad, tal vez, de frenar el ataque:

 - ¡Dejar de atacarnos, ahora!

 No es que me guste rebajarme a escudarme tras una mujer, pero ellos comenzaron atacando un grupo de peregrinos sin provocación. Si el que parece ser el líder está relacionado con ella, tal vez dude y sus hombres paren lo suficiente para que los peregrinos y nosotros podamos huir. En cualquier caso, no pienso quedarme quieto, en cuanto subamos al caballo, me adentraré en el bosque, junto a los demás...

HAbía empezado una buena, los ponientis parecían querer replegarse; de hecho esperaba que se replegaran y no estuvieran huyendo sin más.

De todas maneras me conducíacon tranquilidad pese a que alguien trataba de conservar a una prisionera salvaje. ¿sería importante?, de éste clan o de otro?

¡Que coño! Sólo era un Lannister más o algo así. Procuré acercarme a él para darle matarile.
 

Una voz surge de los bosques por los que trata de escapar Gaheris, lugar por el que han huido algunos peregrinos.

¡Haced caso al chico! ¡Deteneos! -la voz es la de una mujer, firme y segura. De entre los árboles surgen las figuras de varios bárbaros y, entre ellos, la mujer que parece ser la líder. Es una salvaje bella, armada con una lanza y el rostro pintado. 

Los montañeses detienen su ataque tras la aparición de la mujer, mirándola como si estuvieran en presencia de un fantasma.

¿Kaya? ¡Deteneos de inmediato! -susurra el líder para sí mismo y, a continuación, ordena a sus hombres que paren. Estos, al igual que su líder, cesan en sus ataques, aunque no permiten que más peregrinos escapen.

En el suelo, muertos, se cuentan los cadáveres de unos veinte hombres fieles a los Siete.

La mujer se permite esbozar una sonrisa tras detener la matanza -Son siervos del Rey Arryn, son de los nuestros. Procurad atención médica a los heridos. Y tu -dice dirigiéndose a Gaheris -no tratéis de huir. Y liberad a la chica u os cortaré el miembro yo misma.

Tras Kaya Plumas Negras surgen otra veintena de montañeses que observan al resto de implicados en la batalla mientras descienden hacia ella -Y tu ¿quién eres? -pregunta uno de ellos mirando a Ser Gary.

Tus hombres responden a tus órdenes con celeridad y se disponen tal y como has ordenado. Mientras una de las mujeres que han llegado a vosotros se acerca hacia ti, con los ojos llorosos.

Mi señor, están matando a mis hermanos allí delante, salvajes de la montaña. Os lo suplico, defendedlos. Solo somos servidores de los Siete que nos dirigimos a la tierra de nuestro rey.