Partida Rol por web

Al hombre se le abren los ojos cuando hablas acerca de los bandidos y de como estuviste en su base:

-Señorita Ram, necesitamos que nos prestes ese mapa, solo sera un momento mientras marcamos los punto de interes en otro. Las ciudades vecinas llevan meses buscando a esos bandidos, con esto podremos informar a los guardias de que realicen un ataque sobre su guarida.- El hombre parece contento con la información, al fin y al cabo al ser un comerciante no le interesa que haya bandidos en sus rutas comerciales- No sabes cuanto agradecemos tu historia señorita.

El resto del viaje paso tranquilo, charlando con algunos de los miembros de la caravan sin intentar destacar demasiado, lo cual era dificil a esas alturas pues muchos ya se habian enterado de tu escape de la guarida de los bandidos...

Por fin con el tiempo avistaste tu objetivo, la ciudad de Qishan.*

Desde lejos se podia ver una torre que cortaba el cielo, mas alta que ninguna que hayas visto nunca, las palabras no te llegan para describirla.¿Seria esa la la rumoreada Dungeon, o simplemente n punto arquitectonico importante de la ciudad?.

Al llegar a la ciudad y tras pasar el control junto con la caravana por fin te hayas en tu destino, es hora de moverse...

Por fin llegaba a Qishan. Por fin podría conocer más sobre la Dungeon y adentrarme en ella si fuera necesario. Aún necesitaba encontrar a El Extranjero y acabar con él, pero aquella Dungeon me ayudaría. Ya si no fuera para cumplir mi objetivo me fortalecería. Mas no podía adentrarme en ella sin más.

Según me adentraba pensé en la suerte que tuve al encontrarme con aquella caravana. Aquel viejo era el primer extranjero del que no había pensado mal. Tal fue mi seguridad hacia él que me atreví a preguntarle.

****ATENCION FLASHBACK****

-Oiga... señor. Disculpa que me dirija así, pero aún no me dijiste tu nombre. Tengo una pregunta muy importante, es algo que estoy buscando por motivos personales y no quiero que la gente se entere de que lo busco, pues tampoco sé exactamente lo que es ese objeto. - Pude ver desconcierto y sorpresa en sus ojos - Por algún motivo siento confianza en usted y estoy segura de que debe de conocer algo después de su continua búsqueda de historias.

Cogí una bocanada de aire y me dispuse a hablarle. Me sentía extraña con esta decisión, pero estaba decidida a llegar hasta el final.

-Otra razón por la que viajo es porque busco a alguien con un objeto en concreto: un bastón con una serpiente alada tallada en el mango, la cual se enrosca sobre una esfera parecida a una bola de cristal opaca. Cualquier cosa que sepas me podría ayudar, ya fuera el saber donde se encuentra, algo de información de lo que es ese objeto (o de su portador) o algún consejo para continuar con mi búsqueda.

****ATENCION FIN DEL FLASHBACK Y VUELTA A LAS PUERTAS****

Ya habíamos atravesado el portón. Lo mejor sería buscar un bar/posada y buscar por allí gente que me pueda dar algo más de información sobre la Dungeon. También debería alquilar una habitación más tarde e intentar abrir el cofre pequeño que encontré sólo para ver si contiene algo que pueda vender o si es una caja vacía que pueda utilizar. Sea como fuere, hoy no me acercaría a la Dungeon.

**Flashback**

-Mmmm, he visto muchos bastones y gente intersenate en mis viajes, incluso diria que yo mismo puedo mostrarte varios bastones ornamentados pero ninguno como el que dices.Mmmmm, ¿tal vez sea de alguna religion?, no estoy seguro claro esta pero hay miles de religiones y culturas por el mundo, si se trata de una serpiente me viene a la cabeza Heliopath, sienten un gran respeto por las serpientes, es un pequeño pais en el desierto cruzando el mar, llegando a las tierras oscuras, en el fin del mundo. Siento no poder ser de mas ayuda.

**Fin de flashback**

Buscando una posada encuentras varias, algunas repletas de aventureros, eliges una al azar y mientras comes preguntas a los demas aventureros del lugar.

- Parece que el gobernante del lugar se adentro la semana pasada y tampoco ha regresado. Chiquilla si estas pensando en entrar olvidalo, alquien tan escualida como tu no se compara a la cantidad de aventureros bien formados que han entrado, ademas una vez se toca el portal no se puede regresar.- Uno tras otro te dicen casi la misma informacion que ya habias tenias, miles ya han entrado y ninguno a regresado...

-Esa información que me dais me sirve para enterarme de qué ha ocurrido con la Dungeon en este tiempo - digo sonriendo -, pero deberíais dejar de juzgar a una persona por lo que parece. Muchos creen que la fuerza lo es todo para ganar una batalla, pero con una gran estrategia el individuo más débil puede vencer al enemigo más poderoso. Puede que no lo entendáis puede que sí, eso no me interesa.

Diciendo esto me alejé de aquellos que tenían una nuez como cerebro. Es increíble que sigan vivos. Seguro que nunca han salido de la ciudad y ni se han enfrentado a peligros, o si lo han hecho estos no han sido más que meros animales salvajes con el mismo intelecto que ellos.

Entraré en la dungeon, pero necesitaré prepararme mejor. Sigo preguntando a los que puedo sobre lo que sepan de la Dungeon, especificando que si alguien conoce todos los detalles de la historia de la Dungeon. No me interesa lo que piensen de mi o cuantos hayan entrado, eso ya lo sé. Tampoco estaría mal preguntar si alguien está buscando gente para hacer un grupo y entrar en esta.

Antes de eso me siento en una mesa vacía y saco el cofre. Por suerte este no destaca en nada como para que los idiotas de aquí se interesen. Saco la ganzúa y me dispongo a abrirla. Lo intento lo mejor que puedo, recordando lo que leí de los libros, pero se nota la falta de práctica. No avanzo nada, así que me doy por vencida.

-¿Lo abandonas tan pronto?

Levanto la mirada y veo que alguien se ha sentado en mi mesa sin que me de cuenta. ¿Cómo lo hizo? Era un chico, mayor que yo, pero tampoco mucho más. Al cuello llevaba un diente de lo que parecía ser un animal salvaje y mostraba su falta de lóbulo en la oreja derecha. Tenía una jarra de alguna bebida maloliente en la mano y me miraba con una mueca en la cara, lo que parecía interpretarse como una sonrisa picaresca.

-Adelante, inténtalo. Todos hemos empezado por algún lugar a abrir cerraduras, y mejor que sea la de un cofre a que sea la del cabrón de tu padrastro.

Me quedo atónita, sin palabras. ¿De qué habla ese muchacho? Me encantaría contestarle, cerrarle esa boca con la cuál habla tan descaradamente. Simplemente no me sale nada de ella.

-Veo que no eres de palabras. En fin, si te interesa volver a verme tengo una tienda en la que vendo de todo un poco a un par de calles. A lo mejor para cuando vengas has aprendido a abrir esa cosa, ¡o incluso a decir algo!

Con esto último suelta un par de carcajadas que suenan amistosas. ¿Por qué no puedo pensar claro ni decir nada? ¿De verdad son amistosas o busca pelea? Miré de nuevo al cofre, ¿pero por qué lo estaba mirando de nuevo? No tiene sentido alguno que lo haga. Levanto la cabeza con la boca abierta.

-No te creas que... - de nuevo, me tengo que callar. Quien fuera que fuere ese chico, ya no estaba delante de mí.

Supongo que debería buscar la información que pensé antes. Me levanto y me dirijo hacia otra mesa.

Buscas mas información detallada sobre la "historia de la Dungeon", la mayoria de la gente te cuenta la historia que ya sabes acerca del muchacho que la conquisto años atras, otros la adornan mas diciendo que derroto bestias gigantes en su interior, que supero laberintos tan grandes como ciudades, que desafió al mismo dios dentro y por ello consiguió su deseo. Tal como suenan las historias parecen grandes exageraciones, pero tampoco puedes descartar que un sitio del que nadie regresa no posea grandes peligros como los mencionados.

Sobre los interesados en entrar en la dungeon, te percatas de que practicamente todos los grupos de aventureros que encuentras estan completos y los que no, buscan gente fuerte y no aceptarian a alquien tan joven y delgada como tu. Les maldices por su inconpetencia al judgar tus habilidades.

En verdad, todos los extranjeros son unos necios. Alquilé una habitación y ordené raciones para dos meses. Llegué a mi habitación y dejé las cosas sin cuidado según el lugar que tomaban al caer al suelo. Me encontraba frustrada, furiosa de que se rieran de mí de esa forma, soy mucho mejor que muchos de ellos.

Le di un golpe a la mesilla con la mano cerrada en forma de puño y esta se inclinó al compás de un "crack". Me asusté, no lo voy a negar, pues no me lo esperaba. Miré bajo la mesa para ver que había sucedido y no pude evitar reírme. Una de las patas había sido roída casi del todo por un ratón, como si este fuera un castor. El golpe que di sobre la mesa era lo que faltaba para que la pata terminase de romperse del todo en dos piezas: una más larga unida a la mesa haciendo que ahora esta bailara y una especie de tronquito de unos 3 ó 4 centímetros de alto.

Cogí este último trozo pequeño. Ni la mesa ni la posada van a necesitar esto, pensé. Me lo quedé mirando un buen rato. No podía aún quitarme de la cabeza el cómo todos me negaban las cosas por parecer una niña indefensa, me enervaba la sangre. Necesitaba centrarme en algo más y por suerte tenía lo necesario para distraerme.

Saqué mi daga de la bota y empecé a limpiar de asperezas la madera. Estaba decidido, intentaría tallar algo, pero no sabía qué. Cuando todo estuvo limpio empecé a mirar a mi alrededor para ver que hacía. ¿Un cofre que no pueda abrirse? No, sería muy feo sin detalles que no sabría darle y no tendría utilidad. ¿Un arco en miniatura? No, se rompería muy fácilmente. ¿Una flecha? No, una flecha no, pero sí que podría hacer la punta de una flecha (añadiendo detalles).

Empecé a tallar y tallar y el tiempo voló. Pudieron pasar de dos a cuatro horas hasta que terminé mi talla. No era muy buena, pero se entendía lo que era. Al menos eso me ayudó a relajarme y me permitió conciliar el sueño.

A la mañana siguiente me fui pronto. Me adentraría en la Dungeon sola y todos se tragarían sus palabras. No obstante pasaría por la tienda de aquel muchacho primero. No fue muy difícil encontrarla al preguntarle a la gente ofreciendo la descripción del muchacho. Al parecer todos le conocían por su colgante de diente. Según llegaba a ella vi que alguien, un hombre bastante fornido, salía a gritos hacia la tienda.

-¡Como te vuelva a ver te mato! ¿Me has oído, niñato? ¡Morirás!

Me fijé bastante en el hombre. El tono era muy amenazante, pero el hombre se encontraba pálido, con los ojos como platos y con sudor frío bajándole por la cara. ¿Qué habría ocurrido? Me adentré en la tienda sin pensarlo, sería lo mejor. Según entraba quedé asombrada, nunca había visto una tienda como esa. Tenía objetos realmente bellos y extraños que no había visto siquiera en Sasan. Me quedé embobada mirando todo aquello.

-Parece que te gusta todo lo que ves

Salté sin pensarlo mirando hacia la voz que me hablaba. Era aquel chico, el que me habló en la taberna. Había estado ahí, en medio de la tienda, todo el tiempo, pero de alguna forma no le vi. ¿Cómo lo hacía? Nunca antes nadie se había conseguido esconder de mi.

-Quita esa cara de asombro - dijo entre risas - no soy ningún fantasma. Pero me alegro de que al final vinieras, solo espero que ahora digas algo y no te quedes mirándome sin más.

De nuevo me sentía como si no tuviera lengua, pero tenía que hablar, para algo vine.

-Sí, hablo - ¿Sólo eso? Muy bien Ram, te estás luciendo

-¡Anda! Pues va a ser verdad que puedes hablar. Dime, ¿qué necesitas?

-P... Pues, pensaba entrar en la Dungeon, pero supuse que necesitaría algo de equipo.

¿Qué me ocurría al hablar? Era como si la sola presencia de aquel chico me intimidase, pero no hacía más que sonreírme.

-Hmm, en la Dungeon. Ya veo, pues viendo que ya tienes arco creo que te vendría bien algo de arma blanca, como una daga. Justo tengo la mejor daga para ti y sólo para ti.

Se fue detrás del mostrador dejándome de nuevo con una sensación extraña. No me había dicho nada como los otros de que yo no podría entrar en la Dungeon. A lo mejor lo hacía sólo para venderme algo, pero fue distinto. Salió al final de donde detrás del mostrador con una caja.

-Aquí tienes - dijo abriéndola - es un cuervo, una daga con la cual podrás incluso parar flechas, y es la última que me queda. Te la vendo sólo por 25 oros y sólo por ser tu. Esta preciosidad la podría vender fácilmente a 40 oros.

-¡25 oros! Pero no tengo tanto. A parte, yo ya tengo una daga.

-Vaya... pues lo siento de veras. Mira, no quiero que te vayas con mal sabor de boca de mi tienda, de verdad que me caíste bien en la posada. Aquí en mi tienda puedes pagar de dos formas: la primera es con dinero, naturalmente, y la segunda es ofreciendo otro objeto de igual valor para mí.

-¿Un trueque? Pero no tengo mucho que ofrecer

-Muy bien, ahora mismo hay dos cosas que llevas que me interesan. Primero quítate este guante y déjame ver tu anillo.

Según me hablaba le había perdido algo el miedo a hablarle, ¿pero qué pasaba con este chico? ¿Cómo sabía de mi anillo si lo estoy ocultando con el guante? Mi cuerpo empezó a moverse solo y a quitarse el guante aunque yo no quisiera. Alargué la mano y le mostré el anillo. 

-¿Dónde has conseguido esto, pequeña?

-Fue un regalo... y es algo... de lo que no me quiero separar - dije a duras penas

-Lo entiendo, espero que tengas cuidado entonces de a quien se lo enseñas. La otra cosa que me interesa es ese trocito de madera que tienes en tu bolsillo izquierdo.

Me tapé el anillo con el guante y le saqué la talla de la punta de flecha. A este punto ya nada nuevo de él me sorprendía, ni siquiera el cómo sabía dónde tenía mis cosas y qué tenía.

-Veo que es cierto que ya tienes una daga, esto no se ha hecho ni con un cuchillo ni con gubias. ¿No te estarás guardando la daga en una bota, no? No te la veo por ninguna parte de tu cinturón. ¿Acaso no sabes que si pisas mal podrías salir mal parada con tu pie?

-Pero, ¿cómo sabes todo esto? Mi anillo, ese trozo de madera, la daga en la bota

-Prefiero guardarme mis secretos - dijo sonriendo aún mas -. Por esto sí que te quiero cambiar algo, algo que te ayude para tener la daga escondida sin dañarte el pie.

Se agachó un poco y sacó de alguna parte un cacho de cuero con forma de daga.

-Con esta funda estarás segura de cortes y podrás llevar el cuchillo escondido cerca del tobillo.

-Pero no lo entiendo. ¿Por qué quieres cambiar una talla en madera mal hecha con alguien que no sabe usar la daga por una funda con mucha más utilidad?

-Porque me gusta cómo lo hiciste, y porque esa funda también la hice yo y no es de lo mejor que se puede encontrar en ese estilo. ¿Lo ves? Un intercambio justo.

Accedí al intercambio, me puse la funda en el tobillo y me dispuse a salir de la tienda. Le pregunté al chico de cómo llegar a la Dungeon y me dirigí hacia la salida, pero me paré en ella, me había acordado de algo más.

-Por cierto, también estoy buscando a alguien. No se quién es, pero tiene un bastón muy peculiar.

Según le describía el bastón veía como su cara se iba poniendo seria. Era la única vez que le vi así de serio, estaba claro que sabía algo.

-Lo siento, no tengo ni idea. Espero que no mueras en la Dungeon.

Se negó a decirme nada más por mucho que insistiera, sólo negó con la cabeza a todas mis preguntas. Así pues, puse rumbo a la Dungeon para adentrarme en ella.

Una vez preparada asciendes a lo alto de la ciudad, dispuesta a entrar en la mitica Dungeon donde incontables aventureros se han adentrado para nunca regresar. Tu motivación es la esperanza de que en sus profundidades halles algo que te sea util en tu viaje, si en verdad podias adquirir poder para conceder cualquier deseo podrias acercarte al objeto de tu venganza.

Al llegar arriba la torre de la Dungeon parecia incluso mas imponente, eres incapaz de divisar su final. La puerta gigantesca brilla en tonos oscuros, como una masa de "nada", impidiendo ver lo que hay al otro lado. Un escalofrio te recorre el cuerpo y comienzas a replantearte si es buena idea entrar. Estas tan absorta en tus pensamientos que no has notado como la multitud comienza a congregarse, observando a la joven que esta plantada frente a la puerta. Muchos de ellos rien, otros parecen emocionados, te señalan y hablan de ti: "¿No es un poco joven?","Adelante, hacia la aventura", "Eso es tener agallas chiquilla","jajaja seguro que se queda parada de miedo y no puede dar ni un paso", las opiniones difieren. 

Aunque solo fuera por orgullo y por hacerle tragar sus palabras a alguno, tragas saliva, y tocas la masa de "nada" que te engulle, tal como te habian dicho el minimo contacto hace que la Dungeon se trague tu cuerpo, despues de eso todo se vuelve oscuro, como si hubieras perdido la consciencia...

//Ruzurooshivu Rerei //

Comienzas a despertarte con el sonido del goteo del agua, abres lentamente los ojos, descubiendo que te encuentras en una cueva oscura y humeda, de cuya parte superior caen gotas de agua que se habran filtrado desde la superficie. En la cueva varias plantas relucen en la oscuridad, en un verde fluorescente, no es nada que haya visto nunca, parece algo antinatural.

Decides salir del la cueva y seguir el unico camino que hay, recto, caminando durante un tiempo finalmente divisas lo que parece una estancia iluminada por una luz que parece mas natural que la de color verde ofrecida por las plantas. Te apresuras hasta alli para encontrar:

Una gigantesca sala se abre ante ti,en ella se encuentran cientos de puertas. A pesar de estar sorprendida por la inmensa cantidad de puertas y la belleza de la cueva tienes que centrarte y observa mas detenidamente la sala, te percatas de que cerca de las puertas hay varios simbolos: X, O, V, #, (simbolo arcano ilegible), algunos de ellos se repiten, otros son completamente diferentes unos de otros y no parecen tener nada en comun...*

Me quedo en el centro de la sala, entre anonadada por lo que me rodea y algo confusa sobre las puertas. Por aquí debe haber algo más de información que se me está escapando y debería recopilarla.

Vamos Ram, respira hondo y haz cuenta de lo que te rodea. Tienes puertas a tu alrededor, demasiadas como para probar al azar y no perderte, pero hay una que puedes descartar: la puerta por la que has llegado. Algo es algo. Todas las puertas tienen símbolos que han de significar algo. Debería primero buscar en los alrededores si hay algo que pueda explicar la función de estos símbolos, también buscar si todos siguen un patrón o están colocados según conveniencia. Por último he de intentar recordar si he visto estos símbolos en alguno de los libros que leí en Sasan. También sería útil escuchar si proviene algún sonido de alguna puerta.

Me levanto y marco la puerta por la que he venido para asegurarme de no cogerla por error. Entonces me pongo a recordar aquellos símbolos.

Buscas algo que te pueda ser de ayuda para descifrar los simbolos, e intentas recordar algo sobre ellos, no obstante nada parece tener sentido ni logica en ellos:

X       O        V        X       V      o    M    #    Œ    §     y muchos mas tipos de simbolos se esparcen en las puertas.

Algunas de ellas tienen varias marcas a la vez, otras solo una, otras todas a la vez. No llegas a comprender que puede significas.

"¿Los caminos con "O" seran los correctos?, entonces habria muchos,¿ Tal vez los caminos con V?, estarimos en lo mismo....¿ Los de X sera incorrectos?, no entiendo nada, tal vez necesite otro tipo de enfoque "

Pasa tiempo, y parece que no avanzo nada. En mi cabeza sólo hay una pregunta: ¿Qué son esos símbolos? No dejo de darle vueltas y vueltas, a lo mejor ese es el problema. Me viene a la cabeza una cosa que dijo mi padre: Si no escribes tus ideas, si no las sacas de tu cabeza, si no te atreves a avanzar con ellas hasta que estés totalmente segura, nunca avanzarás. La estrategia no es fácil: hay que preparar un buen ataque sin romper las filas, has de prevenir la defensa del enemigo y a la vez has de proteger a los tuyos. Un buen dirigente no es el que más batallas haya ganado sino el que más vidas ha salvado poniendo en prueba sus tácticas.

Poner a prueba las tácticas, poner en funcionamiento mis ideas. Está bien, no puedo entrar por aquellas que sólo tienen un símbolo pues es poco probable que ellas dirijan a la salida. Vuelvo a mirar a los símbolos, no puedo pensar mas en ellos, he de intentar algo.

Me levanto y empiezo a caminar en torno a las puertas. No hago más que dar círculos yo sola. Un momento, ¿yo sola? Aquí entro gente antes que yo. Si mal no recuerdo, el alcalde fue el último en entrar. Seguro que muchos cogieron caminos incorrectos, pero también puede que alguno cogiera el correcto. Asi pues, ¿cómo puedo saber por donde pasó gente? 

Me fijo en el suelo, en las huellas. Es fácil distinguir mis huellas de las de otros, tengo un pie pequeño que se hunde muy poco en el suelo. Las huellas que encuentre podrán ir todas hacia una puerta o podrán ir en varias, pero entonces ya pensaré de nuevo.

Buscas frustrada las huellas de los que hayan pasado antes que tu , no obstante el suelo de piedra ha impedido que las huellas quedaran tras los pasos de los que se aventuraron antes.

Piensas detenidamente, tu enfoque no puede puede estar equivocado, hay gente que ha pasado antes que tu, alguno debe haber encontrado la salida correcta...

"De acuerdo Ram, cálmate y piensa" me decía a mi misma una y otra vez. Es cierto, en esta Dungeon entraron más personas a parte de mí, por no contar que seguramente muchos vinieron en grupos. Para avanzar es necesario entrar por alguna puerta, aunque sólo sea para explorarla. No puedo explorar todas las puertas, tardaría varios días y no creo tener para tanto si quiero seguir en la Dungeon. 

Alguien debe haber encontrado la verdadera de alguna forma, ¿pero cómo pensaban? A lo mejor les interesaba tener una guía para volver, como una cuerda. A su vez deberían tener controlado de alguna forma qué puertas no eran la correcta una vez ya exploradas estas.

Debería buscar algún signo de alguien intentando pasar por las puertas: una cuerda, una marca grabada distinta a los símbolos de las puertas, o incluso algún objeto no perteneciente a este sitio en el suelo como marca.

Debería buscar también si alguien dejó algo escrito por alguna parte para otros leerlo.

Buscas por el lugar marcas, pero las unicas que encuentras son todas diferentes unas de otras como las que ya has visto.

Asi mismo no parece haber rastro alguno de objetos por el lugar, ni cuerdas ni nada parecido...

Pasas un tiempo pensando cual es la puerta correcta sin atreverte a aventurarte en ninguna, es cuando no ves ninguna esperanza que te cruza la mente una idea absurda, ¿y si las marcas que has visto hasta ahora las hubieran dejado los que pasaron antes que tu?, en ese caso las marcas indican los pasillos que exploraron sin suerte por tanto...

Mientras piensas buscas una puerta que no posea ninguna marca, y en efecto hallas una que no contiene marca alguna. Si no posee marca quiere decir que quienes entraron antes que tu no regresaron de ella, porque encontraron el camino correcto..

Te adentras segura de tu decision, dispuesta a afrontar lo que haya delante. Tras un rato caminando por la estrecha cueva una sala nueva se halla ante ti, gigantesca, mas grande que cualquiera que hallas visto nunca. Un puente lleva a una gran plataforma bajo la cual se expande un pequeño lago que brilla de forma magica haciendo reflejos en las alejadas paredes. Tras la plataforma, otro puente lleva a una puerta de piedra de un tamaño normal que parece sellada a cal y canto.Pero lo que mas te llama la atención de la sala es otra cosa, algo que seria imposible ignorar, un gran cristal de forma romboide (dirias que mide unos 7m de alto) flota en el aire sobre el centro de la plataforma a unos 5m sobre tu cabeza.

A la izquierda sobre el muro, la cabeza de un leon gigantesco te mira conlas fauces abiertas como si estuviera rugiendo, a la derecha un ave gigantesca se posa tambien sobre un saliente del muro, extendiendo sus alas de forma amenazante. Y es tras dar unos cuantos pasos en la sala cuando te percatas que sobre la puerta que has dejado atras, una gigantesca estatua de una mujer con un baston, que va desde el el suelo hasta practicamente el techo de la sala(la estatua entera no solo el baston).

La puerta se cierra a tus espaldas....

Solo he pasado la primera sala y ya me siento como si esta Dungeon fuera un laberinto y yo me encontrara en el rincón más enrevesado y con más caminos cortados de este. Solo he entrado a la segunda sala y ya me encuentro desconcertada. ¿Tendrán todos los que llegan aquí esta misma sensación?

Sea como sea, lo peor que puedo hacer es perder el tiempo estando quieta. Debería investigar la sala: observar bien las tres estatuas, el portón y el cristal central por si contienen alguna inscripción, alguna marca, algún mecanismo o algo que explique la existencia de esta sala para que me ayude a saber cómo avanzar.

Al acercarte a la puerta norte, observas varios tallados. Donde se unen las dos mitades de puerta una hendidura con forma cuadrada girada 45ª, algo mas abajo tambien incrustado en la puerta*, un medallon formado por dos partes: una corona de oro y el interior de cristal azulado. En lo mas alto de la puerta parece haber unas palabras escritas:

"El bien y el mal, como todo en este mundo, son solo cuestión de perspectiva"

En la parte baja de la estatua de la mujer, encuentras una placa de presión entre los pliegues del vestido.

En la boca del león te percatas de que los colmillos de la parte de abajo son demasiado largos y uno parece poder moverse cual palanca.

El gran ave parece llevar una esfera en la garra, que pudiera desprenderse si tiras con fuerza.

"El bien y el mal, como todo en este mundo, son solo cuestión de perspectiva". Esa parecía ser mi única pista dada por la Dungeon. También cada punto cardinal tiene cuatro partes "móviles": la puerta norte tiene el medallón, la mujer tiene una placa de presión, uno de los colmillos del león es una palanca y el águila tiene una esfera que podría extraer.

Así de primeras tengo cuatro opciones muy obvias para hacer algo, ¿pero cuáles serían las consecuencias? Por alguna razón lo que más se me pasa por la cabeza es tirar de ese colmillo. ¿Debería probar esto? Podría tener algún mecanismo de trampa. Se me ocurre que podrían cerrarse sus fauces, que podría escupir algo, o que incluso pudiera haber una trampilla debajo para hacerme caer.

Debería examinar bien la cabeza de león antes de actuar sólo por seguridad.

Examinas la cabeza del león por seguridad, cuidando que no se te escape ningun detalle: se trata de una gigantesca cabeza colgada en la pared, en la que facilmente podrias introducir tu cabeza si lo quisieras. Parece que la escultura esta realmte trabajada y no pareciera que el tiempo la haya estropeado, los colmillos parecen algo afilados como para darle un toque mas realista, el fondo de la boca es un agujero oscuro que pareciese introducirse en la pared.

A su alrededor no pareciese haber nada que indicara una trampa ni ninguna plataforma extraña, solo la especie de puente que lleva desde la plataforma central hasta la cabeza del leon..

No servía de nada quedarse quieta sin hacer movimiento alguno. Aquella palanca no parecía una trampa y era tan buen lugar para empezar a probar como cualquier otro.

Tomé una profunda bocanada de aire, agarré el colmillo y tiré de él para accionar la palanca.

Tras tirar de la palanca un ruido comenzo a escucharse desde detras de la pared, no tardaste en descubrir lo que causaba el sonido.. De la boca del león comenzaba a salir agua de forma violenta, que caia contra el puente plataforma donde te encontrabas para caer despues sobre el lago de debajo. El fluir del agua no parecia ir a detenerse, lo cual significaba solo una cosa, el nivel del agua aumentaria....