Partida Rol por web

Cuando Janiv se va, Lawrence siente curiosidad por él, y le pregunta al Jefe.

-Jefe, ¿quién era ese hombre? ¿Qué tenía esa esclava de especial?

Ahora bastante más calmado el mercader comienza a explicarte, empapado en sudor provocado por los nervios de su charla con Janiv.

-Es el consejero del gobernante, es quien nos dio el encargo de transportar los esclavos, un cliente importante como comprenderas. Creia que nos la ibamos a cargar por haber perdido unos pocos....buff, menos mal que la pelirroja seguia viva. No se que tendra de especial pero fue bastante claro cuando decia que la queria en perfecto estado. Bueno hora de seguir trabajando, ¿has decidido si quieres continuar con nosotros?

Al llegar al pequeño palacete en la zona central de la ciudad hacen pasar a los esclavos a pie por la parte trasera hasta una pequeña sala, donde al menos otro centenar de esclavos se haya. Mientras haceis fila esperando que un hombre os clasifique segun vuestra utilidad escuchais algo de revuelo sobre las escaleras que salen del lugar.

-Espera no puedes..

-Callate pesado.

Un chico joven entra y comienza a pasear entre los esclavos y soldados que alli se encuentran.

Se para al lado de la fila de esclavos cerca de ti donde puedes escuchar sus palabras con claridad.

-BUAH ¿se va a llevar a todos estos?, las expediciones de Kou son más grandes pero se llevan soldados no esclavos, este tio....-JujujuumSe me está ocurriendo una idea interesante jujuju.-Mira a su alrededor como si estuviera buscando algo. Cuando tu mirada se cruza con la suya, el chico sonrie maliciosamente y acto seguido se va del lugar.

Te agrupan con 10 esclavos de tamaño considerable y os encierran en una celda, donde hay 10 platos de comida. 3 Mujeres incluyendote y otros 7 hombres, todos ellos 2 veces mas grandes y robustos que tu...

Comencé a caminar a su lado y a su ritmo.

-Perdóname, no me di cuenta de que estabas ocupada. Me disculpo. Te quería hablar de algo que se supone que se nos ha proporcionado al conquistar la Dungeon - le dije susurrando - pero prefiero seguir hablando de esto en algún lugar donde nadie nos pueda escuchar.

Menudo personaje que ha aparecido, pienso para mi, seguro que nos ha medito aquí para que luchemos entre nosotros...

Me fijo en las intenciones de mis compañeros de celda, si pretender comer tranquilamente o pelearse por quedarse con el resto de los platos, mientras me acerco tranquilamente hacia el plato más cercano a mi persona.

Te percatas de que uno de los esclavos intenta apartarte de forma "poco educada" de en medio para adlantarse a ti en camino a la comida...

-Si claro, mientras esté bien pagado. ¿Qué tenías en mente?

Shinoya se detiene unos instantes y te vuelve a mirar, parece interesada en el tema en cierta medida y decide acompañarte a un lugar menos transitado.

Cuando le cuentas tus intenciones y escucha el nombre de Sinbad y la mención de Sindria se queda pensativa unos segundos y te contesta con una cara inexpresiva.

-Me temo que no estoy interesada en viajar asta Sindria, debo atender otros asuntos en otro lugar....No obstante¿ Como piensas llegar a Sindria?¿ Sabes si quiera donde estamos?

-Con el accidente de la planta la mano de obra se ha reducido, necesito alguien que cargue y descargue, y que me ayude a llevar algunas cosas mientras me encuentro en la ciudad, además si me acompañas aprenderas cosas del oficio, toda una ganancia para ti, jujuju

-Entiendo jajaja Pero como bien has dicho, la mano de obra ha bajado. ¿De cuanta "guita" estamos hablando?- pregunta frotando los dedos indice y anular con el gordo

-Primera leccion, no vayas de listillo, te dare 5 platas por dia, arreando que el tiempo es oro.

Al ver que ese energúmeno me va a apartar de malas maneras para comerse la comida de los demás decido tomar otra estrategia.

Le esquivo de forma grácil y le intento engatillar  mitras grito a todos los demás:

Espero que no nos pisemos entre camaradas y todos podamos comer

Y espero a ver como actúan el resto de personas y el energúmeno.

-Jajajaja claro jefe. Pero por lo menos, ¿me equipará? Que si tengo que defenderle necesito algo con qué hacerlo.

Miré a la chica un poco raro

-Por supuesto que sé dónde estoy - dije algo extrañada -. ¿Por qué no iba a saberlo? Solo tengo que viajar al sur para ir a Sindria. De todas formas, esa es mi propuesta, si no quieres acompañarme tampoco te voy a obligar ni insistir más.

Llegados a este punto ya no me importaba lo que me dijera respecto a este tema. Sí es cierto que me vendría bien algo de compañía en quien confiar, ¿pero como podría confiar en una extranjera que ni siquiera habla de forma directa?

Separas tu camino de de Shinoya y partes hacia el sur. Coges una caravana que se dirige a una ciudad portuaria...

Este será un viaje largo. Espero esta vez no tener contratiempos como anteriormente, aunque nunca se sabe en este mundo. Debería conversar con mis acompañantes. Siguen siendo extranjeros, pero al menos me distraerán por un rato mientras viajamos. Les preguntaré lo lógico para entablar una conversación: quienes son y que intereses tienen en viajar.

También debería guardarme para mis adentros cualquier cosa sobre que conquistara la Dungeon en esta ciudad. Cuanta menos atención llame, mejor.

Encuentras un candado normalillo entre los objetos de los mercaderes y un mercader que vende un cuervo a 5oros, la verdad no sabrias decir si es caro o no pero tampoco sabes cuando vas a encontrarte con otro...

Al llegar a la ciudad costera de XXXX* bajas de la carreta y entras a la ciudad, la cual esperabas mas animada. La poca gente que hay por las calles parece depresiva y desconfiada, como si estuviese asustada de algo...

Recuerdo que los mercaderes que venían en mi caravana, a los que le compré el cuervo y el candado, tenían bastantes objetos para vender, ¿pero por qué querrían venir a esta ciudad como mercaderes? Todo parecía muerto. Desde luego, siempre he sabido que los extranjeros eran criaturas asquerosas, pero esta ciudad debía ser la más asquerosa de todas.

Claramente algo debía estar ocurriendo aquí. Los extranjeros ya tenían castigo suficiente al vivir fuera de mi ciudad*. Castigarles de nuevo para que toda una ciudad fuese de esta forma es de salvajes, no de dioses.

Claramente el mejor lugar para obtener información siempre es la taberna. Me dirigí a la primera taberna que encontré y medí muy bien mis palabras con el bartender. Es cierto que tanto tiempo con los libros no me proporcionó ayuda para aprender a hablar con la gente, pero tendría que intentarlo.

-¡Ponme una cerveza! Acabo de llegar en la última caravana y necesito relajarme de todos los baches que tomamos. Aunque esta ciudad tampoco parece perfecta para relajarse. ¿Ha ocurrido algo por aquí últimamente?

El hombre te mira extrañado de una mujer tan pequeña pidiendo una cerveza, no obstante comienza a servirtela, despues de todo,un cliente es un cliente.

-Aqui tiene señorita... Esta ciudad ha pasado tiempos mejores, un grupo de-

¡BOOM!

El estruendo de una explosion, seguida de otras cuantas rompe la conversacion y la vivbraciones tiran la cerveza al suelo. Varios gritos empiezan a escucharse en la calle y el posadero expresa terror en su rostro.

-Oh dios mio, otra vez no- El posadero sale corriendo por la puerta de atras y de repente te encuentras sola en la taberna..

Parece que suena como que alguien está atacando la ciudad. Lo mejor es que eche un vistazo por la ventana y esconderme en caso de que vaya a entrar alguien. Si no, debería intentar salir cuidadosamente del bar.