Partida Rol por web

La destrucción de la torre casi acaba con su ánimo, mientras veía la lengua de fuego y los cascotes caer, rápidamente le vino a la mente las palabras de aquel aprendíz. -" Nos dijeron que queríais destruir la torre".

​​​​​​Lo que provocase aquella situación podría deberse a múltiples posibilidades pero estaba claro para el semidrow que eso era un duro golpe para el archimago y un duro golpe para la imágen de la hermandad.

Suspiró desanimado y molesto pero no hizo nada de inmediato. Quedó a la espera de si los guardias abandonaban su puesto para ir a ver qué sucede o socorrer a la gente afectada.

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La explosión de la Torre Arcana les pilló por sorpresa, de camino. Si hubiéramos sido más rápidos, o hubiera tardado un poco más... Era mejor no pensar en lo que les habría pasado de haber estado más cerca, o allí. Seguramente ninguno habría sobrevivido, como tampoco lo habrían hecho Nalen'Dag ni los acólitos. Tampoco Zalgrán. Se quedó inmóvil en el sitio, suspendido en el aire.

—¿Esto es cosa vuestra? —Preguntó a Shandal, aunque no esperaba respuesta—. Que sepas que tu hermano estaba ahí.

No dijo nada más al mago, sino que giró la cabeza para mirar a los otros Vigilantes, que debían de estar igual de desconcertados que él. La pregunta estaba clara: ¿ahora qué?

—Supongo que nuestros compañeros han escapado hacia la Mansión Grigory, deberíamos ir allí antes que nada.

Tras ponerse de acuerdo, se dirigieron allí, entraron por el ventanal del despacho, por la parte más alta de la mansión, lejos de las miradas de los guardias que, al parecer, habían tomado el edificio. Sin embargo, no fue eso lo que más llamó su atención, sino que todo estaba limpio, como si jamás se hubiera producido un combate entre esos muros. Maldita sea. Corrieron hacia el sótano oculto, buscando evitar las posibles patrullas.

Llegaron al sótano y, tras ellos, cerraron; era mejor que nadie llegara allí. Por suerte, encontraron allí a los demás, como esperaban, y soltaron a los prisioneros bajo la mirada de todos: tenían a Shandal y a la vampiresa.

—¿Estáis bien? —preguntó, dándose cuenta del alcance de la trampa, de lo bien orquestado que estaba todo, y temiendo que tuvieran malas noticias también—. Maldita sea, necesitamos un lugar dónde escondernos y planear nuestro siguiente paso, diría que fuéramos con Julieth, pero ahora no tenemos al archimago para movernos rápidamente de un sitio a otro o ir invisibles, y tenemos a la guardia buscándonos por todas partes, de hecho, están ya en la Mansión, y alguien ha eliminado cualquier prueba de que decimos la verdad. Vamos a tener que quedarnos ahí, o regresar a la Catedral por los túneles, se supone que hay una parte abandonada. ¿Qué opináis los demás? Lo que está claro es que, al menos esta noche, no podremos salir a la calle.

La explosión de la torre fue algo imprevisto y demostraba lo poderoso que era el enemigo al que se enfrentaban, pero al menos estaban todos a salvo.

- ¡¿ Como estáis todos?! La vampira no tuvo oportunidad y el capullo de Shandal apareció otra vez invisible, pero le dimos bien, no se puede usar dos veces el mismo truco. Pero ahora se han cargado la torre, vaya cabrones ¿Tenéis alguna pista de eso?.

Lo mismo entre todos lograban sacar algo en claro.

—Buen trabajo.—dijo Caidus a sus compañeros al regresar con Shandal y la vampiresa. Era un botín magnífico y, al menos Shandal, inesperado.

El elfo se agachó sobre Shandal y buscó su libro de magia. Si lo llevaba encima, y eran capaces de escapar de allí, podría sacarle gran partido.

—Por los túneles hay tres caminos. A la catedral, que no podemos ir porque está cerrada por el otro lado del túnel. Al castillo,que además de cerrado, estará repleto de guardias. Y al barrio noble, que puede mejor opción que salir a la calle con eso.—dijo señalando a la cuarente de guardias y paladines de Iomedae que había rodeando la mansión, aún inconscientes de su presencia en la casa.

—De la torre sabemos lo mismo que vosotros.—¿Habría muerto Nalen'Dag? ¿Sería la explosión parte de un plan del archimago para 'desaparecer' de Norul?

—Estamos pensando en ir al campamento de la Hermandad y reorganizarnos. Con su captura—dijo señalando a los presos—el desenlace de esta situación está más cerca pero no es nuestra la decisión de cómo continuar. Hay que hablar con Lancerot sin falta.

—Si no tenéis una manera de teleportarnos, olvidaos de ese plan —respondió a dicha idea—. Y la zona noble estará vigilada por ahora, igual que el castillo. Saben perfectamente por donde podemos salir.

No, las únicas opciones eran quedarse ahí hasta que se calmaran las cosas, o ir por donde no creían que pudieran.

- Pues pensábamos escapar por las calles - comentó Vicnan - Hasta teníamos un esbozo de plan. Pero viendo que somos muchos más tendremos que improvisar otra cosa -

Se apoyó contra una pared y cruzó los brazos.

- Los túneles podrían ser una opción. No los he recorrido mucho pero puede que haya pasillos que no revisamos. Mientras evitemos el Templo o el Castillo, tal vez terminemos en un lugar mejor que éste -

Alya comenzó a sacudir levemente la cabeza en desacuerdo, pero después al cabo de un momento lo pensó mejor y se detuvo.

- Nuestro primer plan está completamente perdido, al menos, a causa del "equipaje". - dijo con voz levemente fatigada; entre tantas otras cosas, de hablar tanto (para sus estándares) en voz alta. - Los túneles los hemos recorrido lo suficiente para tener una buena idea de que no tienen más salidas... Pero todos esos necrófagos muertos tienen que haber sido sacados por algún lado.

- Quedarnos no me parece una opción viable. Si saben por dónde podemos salir, sabrán por dónde hemos entrado...- Le llamó la atención una de las frases de Agatosh - ¿Por qué estás convencido de que no podemos abandonar la ciudad? Con todo el personal desplegado en nuestros respiraderos, no deberían tener manos suficientes para controlar las salidas de la ciudad; particularmente las desagradables como las cloacas y semejantes. Si pasamos el cerco, deberíamos poder encontrar un camino para irnos.

—Víctimas del vampiro —escupió—. Posiblemente tras desangrarles, los convertía en esos monstruos; teniendo una entrada desde su castillo, solo tenía que echarlos ahí y esperar que deambularan por la zona. —Suspiró y salió de sus pensamientos; miró a Alya—. A los que hemos matado, es fácil: mientras estábamos entretenidos, han debido de limpiar la zona por las otras salidas. Un trabajo medido al milímetro, diría que casi imposible, pues tendría que haber sido con un escaso margen entre que nos hemos movido y han llegado los soldados, pero la única explicación.

Agatosh se encogió de hombros—. Eso nos da igual ahora. Lo importante es qué hacer nosotros. Puede que sepan por donde hemos entrado, o puede que no. Por si acaso, podemos destrozar el mecanismo que abre la puerta secreta a este sótano, así aunque lo descubran, tendremos tiempo. Y respecto a salir de la ciudad... —Chascó la lengua—. ¿Apostarías tu vida a que no hay soldados suficientes? ¿O a que no serían capaces de, en cuanto nos vean, simplemente cerrar las puertas y dejarnos atrapados y a plena vista? No sería muy complicado localizarnos, dado que encima llevamos prisioneros.

—Una cloaca tal vez nos valdría —continuó—. ¿Has visto alguna al moverte por la ciudad? Yo no me he fijado, y no creo que sea buena idea ponerse a buscar en nuestra situación. Y aún con esas, seguimos en las mismas, lo primero es pasar el cerco, pero no veo como si no es a través de un camino que no se esperen (la Catedral, por estar cerrada) o esperar a que desistan. Eso si, luego, ¿qué? Somos Vigilantes, no simples reclutas, se supone que podemos tomar ya nuestras decisiones, no ir corriendo a recibir órdenes cada vez que se pone difícil la cosa. No solo eso, entre ir y volver (que serán días), damos margen de sobra al vampiro a que vuelva a prepararlo todo, a la guardia para prepararse a nuestra vuelta, etc. Al menos, ahora, ya estamos dentro, ha perdido a varios aliados (Shandal y la vampiresa, y probablemente Zalgrán) y tenemos a la guardia dividida. —Se golpeó la palma de una mano con la otra, cerrada en un puño—. Es la mejor oportunidad que tenemos para atacar con todo.

- Precisamente ese era mi punto. No podían saber cómo ni por dónde exactamente nos moveríamos; eso sugiere que podría haber otra salida que no hemos encontrado en los túneles para sacar todos esos cadáveres, o al menos deshacerse de ellos, sin ser detectados. - Replicó, frotándose una sien. - Volver a los túneles para buscarla y si no la encontramos, buscar una manera de abrirnos camino a la catedral de mi deidad*.

- ¿Atacar qué exactamente, Agatosh?  ¿Sabemos dónde tiene su guarida el vampiro y si está allí en estos momentos? - Preguntó honestamente, curiosa por si aquel era el caso.

- Una ciudad de este tamaño debe tener cloacas, si no, lo oleríamos desde aquí. - Añadió en la mente de todos sus aliados.

- Si se presenta la ocasión, estoy de acuerdo en que deberíamos golpear a la yugular del enemigo; pero tiene que presentarse. Nosotros también hemos quemado gran cantidad de recursos, hemos sufrido pérdidas que deberían ser reportadas - Refiriéndose a Nalen'dag, probablemente, y al Arcanum, con certeza. - y hemos asegurado información muy importante que no puede quedarse en la ciudad con nosotros. - Señalando a los prisioneros. - Reagruparnos no es una derrota. Derrota es intentar presionar demasiado y perderlo todo... Y que los Vigilantes no sepan qué pasó aquí

Acompañó al grupo en silencio, envuelta en sus pensamientos La explosión no auguraba nada bueno ¿se le había pasado algo en la torre? era de esperar que el archimago tuviese un plan B si algo fallaba, ella lo habría tenido. Pero ya era tarde, el problema que tenía es que jugaban a contrarreloj.

- Yo no quiero ser muy pesimista, pero llevamos una vampiresa como petate, y a un mago peligroso. Un momento de distracción y en el mejor de los escenarios se escapan con información, en el peor morímos o somos juguetitos de bichos con colmillitos. No sé yo como sería un demonio vampiro, si es que puede existir, pero ser sometido ya os digo que poco agradable, un poco más y se nos caería la baba como a los necrófagos. Así que o vamos al campamento corriendo, o hacemos pure de nigromante y vampiresa, a mi me da igual pero igual a alguno no. Si me dejáis con un poco de preparación puedo intentar sacarle buena parte de la mierda a Shandal, pero necesito descanso para jugar con mi presa adecuadamente. Igual puedo probar algún truco nuevo.

Sonrío a Shandal. Es evidente que si me lo dejan a mano, lo puede pasar muy mal.

- Además, Agatosh, hay más condicionantes, pero no los diría delante de un posible delator. Si vamos a atacar al vampiro vamos a necesitar más preparación que la que tenemos, ya hemos arriesgado mucho con su súbdita. Uno o dos días mínimo. Alya creo que tiene razón. Reagruparnos es algo necesario, o al menos, que alguien informe en el campamento.

Balthor estaba posado en su forma de águila, ahora cada uno tenía sus propias ideas pero la verdad es que la situación no pintaba bien.

- Yo ya no puedo transformarme más, y si queremos ir a por el jefe o matamos a estos dos, o no vamos a cargar con ellos para pelear - chasqueó el pico - si la ciudad está en alerta, el vampiro también, no es que vaya a recibirnos con una sonrisa y una copa en la mano. Yo puedo ir con el aire y ver las posiciones para guiaros, aparte puedo hacer que otro puedo ir por el aire también. Lo mejor para mí es largarse y volver con todo, incluido lo que le saquemos a estos dos.

—¡Tsk! —Chascó la lengua—. ¿Para eso tenemos a estos dos, no? El vampiro, de día, tendrá que descansar en algún lado, y uno de ellos seguro que lo sabe. Descansamos esta noche, dejamos que la guardia se aburra de buscarnos, y mañana vamos directos a por nuestro verdadero objetivo con todo lo que tengamos, mientras no pueda escapar. Venga, seguro que podemos hacerlo sin necesidad de perder otra semana. —Y quién sabía lo que podía ocurrir en tanto tiempo.

- Muy optimista el pensar que disponemos de esa clase de tiempo, cuando el enemigo ha demostrado que sabe por dónde nos movemos y por dónde podemos entrar o salir. - Replicó Alya, sacudiendo la cabeza a su vez, pasando la información sensible por vía mental. - ¿Apostamos nuestras vidas y lo que hemos conseguido a que no se les ocurre registrar la casa del desaparecido capitán de la guardia antes de mañana? Añadamos a eso que las horas siguen restándose a lo que nos protege del control mental.

- Puede que tengamos una opción más razonable - comentó Vicnan - Tenemos a la vampira prisionera. ¿Y si la exponemos a la guardia y a todo el pueblo? Demostramos que hay vampiros en la ciudad y tal vez así podamos limpiar nuestro nombre y contar algo de respiro -

—Esos soldados son como títeres sin cabeza, se creerán que es una artimaña, o a lo mejor se dan cuenta de la verdad, pero aún así irán por nosotros. Les he visto seguir órdenes de un muerto, así que no espero nada de ellos —respondió a Vicnan.

Luego miró a Alya, ladeó la cabeza y se quedó un momento pensativo; lo que fuera que decidiera, se lo guardó para él con un encogimiento de hombros. Discutir de esa manera no llevaba a ningún sitio, pues tenían opciones y simplemente les tocaba decidir: se quedaban allí o volvían a los túneles; si iban a los túneles, intentaban abrir la puerta de la Catedral, buscaban una salida desconocida o se lanzaban a por la guardia; y en caso de lograr salir a la calle de alguna manera, atacaban una puerta o investigaban en busca de las cloacas esperando que les llevara fuera. Sencillo.

Sonrió maliciosamente al ver a los prisioneros y asintió muy satisfecho a los que lo habían logrado en señal de reconocimiento pero la satisfacción le duró mas bien poco.

Abelgos que esta completamente tapado por su túnica negra se puso la capucha de modo que con la poca luz que había en ese túnel, para los humanos casi era poco más que dos ojos rojos brillantes. Se le escapó un suspiro producto del hastío que le producía estar ahí debatiendo. Echaba de menos que hubiesen cabezas de grupo, líderes o una jerarquía definida, esta democracia asamblearia no estaba funcionando como a el le gustaría.

Sin mediar palabra se puso a caminar y el chapoteo de sus pies en las aguas fue su único aviso, fue en dirección por el cuarto túnel que aún no habían explorado y estuvo atento a otras salidas o incluso pasadizos secretos. Se paró un segundo a mirar por encima del hombro a ver si alguien le sigue y luego retomó la marcha

—Razonar con ellos es inútil. Ni sirvió teniendo con nosotros al archimago y al capitán de la guardia cuando acabábamos de llegar, ni servirá ahora que nos conocen y nos señalan directamente como culpables. Hay que buscar una salida.—Contestó a Vicnan, apoyando a Agatosh.—Sigo pensando que los túneles son nuestra mejor baza, que tenemos que descansar antes de procurar cualquier asalto y que tenemos una fuente de información que explotar.

Caidus miraba con interés a Shandal y a la vampiresa. ¿Qué secretos guardarían? Sentía gran curiosidad por ambos. Sería tan interesante diseccionarla a ella y hacer experimentos alquímicos. Aprendería grandes cosas, seguramente. Pero para eso necesitaba tiempo y un lugar adecuado, y no disponía de nada de eso. Tenían mucha prisa. Estaban siendo acosados, y esos dos rehenes, si no les eran útiles ya mismo o en poco tiempo, eran un peligro enorme que controlar.

Además, que Abelgos se fuera de esa manera, sin solucionar la solución, molestó al elfo. Su falta de orden es exasperante, pensó. Aún no se daba cuenta de que improvisar contra algo tan bien planificado y sin información era inútil. Caidus miró con severidad como se alejaba.

- Hay que sacarles a estos dos todo lo que sepan, descansamos un poco y buscamos al jefe, tampoco es tan complicado. Desde la última pelea creo que mi poder ha aumentado, seguro que podemos hacer un montón de cosas interesantes todos.

Estaba bien ir corriendo a por los malos, pero ahora toda la ciudad les tenía ganas y encima habían gastando bastantes poderes en llegar hasta aquí, si contaban con todo seguro que esquivaban a los soldados.

- Bueno pues mientras don hablador se da una vuelta, hay que organizarse para interrogar y vigilar a estos dos. Si se escaparan me enfadaría mucho.