Partida Rol por web

Una vez más volvéis a estar juntos y con muchas cosas que poner en común.

¿Descubrieron algo anoche?- Os pregunta Monserrat nada más bajar del automóvil que le ha traído a Bonanza junto con el resto de vuestros compañeros.

El cabo miró a la mujer con cara apesadumbrada y negó al mismo tiempo.

- Hemos descubierto que a los aldeanos no les gusta ira las marismas y que son reacios a hablar con desconocidos. Porlo demás nada- dijo mirando a la mujer y a los demás recién llegados.

Roderick había madrugado más de la cuenta, con lo que a él le gustaba dormir y desayunar de manera sosegada, leyendo sin prisas el periódico, para después ocuparse de sus tareas como capellán... desgraciadamente aquella agradable rutina terminó por derivar en el caos más absoluto... Hasta tal punto que durante todo el trayecto de vuelta a aquel pueblo, había estado teniendo unas visiones espantosas sobre como encontraría a sus compañeros a la vuelta, minando en su conciencia por haberlos dejado sólos, pero complaciéndose al mismo tiempo por seguir vivo.

 Afortunadamente descubrió que aquellos hombres se encontraban bien...

- Buenos días caballeros... Vaya, eso significa que tenemos dos opciones o bien seguir investigando o probar otro camino- ¿había dicho seguir investigando? Idiota no des ideas... ¡vete a casa!

Yo insisto en ir a Reims, pero no sin antes investigar de una vez esas malditas marismas.—Matthew se rascó la nuca— Está claro que ahí es donde tenemos que ir si queremos saber que pasó con el profesor. Urdish, ¿no nos dijo usted que esta zona correspondía con Tarteros* ¿sabe si hay algún mito o alguna leyenda al respecto esos "angeles", "insectos o lo que sea? ¿Y vosotros?¿Habéis descubierto algo?

- Penetrar en esas marismas sin alguien que sepa moverse pro esos terrenos pantanosos puede ser nuestro fin.- Steffan se metió en la conversación apenas saludando con un gesto de cabeza, tal era ya la confianza con sus compañeros.-Alguna cosa. En primer lugar nada más salimos en dirección a la biblioteca...- Volvió a relatar cómo habían descubierto a un coche que los seguía cuando se dirigían a la biblioteca a buscar los libros que había consultado el profesor Zarramenov.- Esta misma mañana fuimos a la delegación del gobierno para que identifiquen al conductor, aunque tardarán una semana.- La burocracia en España era algo lento y enrevesado al parecer.-  Pero no se quedó ahí la cosa. Al volver de la biblioteca al hotel nos informaron en recepción de que unos hombres querían esperarnos en la habitación. Tenían acento catalán lo que coincide con que la matrícula del coche que nos seguía empezaba por la letra B, como Barcelona. Algo que me preocupa bastante. Pero lo más interesante fue lo que encontramos en la biblioteca. Poca cosa en los libros, pues el Sr. Cabo tuvo que ayudarnos todo el tiempo con el idioma. Sí que encontramos menciones a que en las inmediaciones del pueblo pesquero de Bonanza existe lo que parece ser una entrada al infierno. Puerta del diablo, era llamada por los lugareños quienes afirmaban que incluso se habían visto ángeles caídos volar por las inmediaciones de la puerta durante la noche.- Eso concordaba con lo que decían sus compañeros.- Pero lo mejor de todo fue que al irnos nos topamos con un cuadro.

Lo único dibujado en el cuadro pintado al oleo era una pequeña ermita en mitad de un paisaje completamente rural, pero aquello no fue lo que nos llamó la atención. En una de las paredes de la ermita, estaba el símbolo, nuestro símbolo, ese odioso símbolo que nos persigue sin descanso. Era la ermita de Bonanza. Creo que antes de adentrarnos en las marismas deberíamos visitar la ermita. 

Con Tartessos la grande, sí.- Contesta el diletante.- Aunque nunca escuché ninguna leyenda sobre ángeles, antes diría que todo lo contrario.

Yo opino como el señor Wood.- Interviene el joven profesor.- Tal vez el profesor Zarramenov se haya perdido en las marismas, pero antes de visitarlas deberíamos ir a ver si en la ermita hay algo que nos de alguna pista.
 

Notas algo raro en el de Providence, algo diferente, en lo que no reparaste ayer o que simplemente no estaba allí. Son cosas en las que debería fijarse más una mujer que un hombre, pero tras ver como un viejo impedido se convertía en un monstruo que casi acaba con todos vosotros, tú ya no sabes en que fiarte. Y es que Urdish parece más sano y algo más joven que ayer en Sevilla, incluso su piel parece lucir y brillar más.

Por supuesto, veamos la ermita antes. No tardaremos mucho y así dará tiempo a que el sol maté un poco de niebla.—reconoció Greywood sin dar demasiada importancia (en apariencia, pues en realidad le preocupaba) al misterioso coche que les seguía. De todos modos...Me parece raro que en nuestro paseo por el pueblo no hayamos visto la ermita. Especialmente si tiene el símbolo de las narices pintado, grabado o lo que sea. 
Bueno señor Urdish—añadió volviendose al hombre— caídos o no, los demonios eran ángeles. O eso es lo que decía el cura de mi parroquía... En todo caso la descripción que dieron de ellos no, no es muy parecida a lo que llamariamos "ángeles" añadió mirando nervioso a sus compañeros. Si los rumores eran ciertos esos seres eran sospechosamente parecidos a los de San Mateo...y eso no le hacía especial gracia (salvo por el hecho de que eran mortales)

La ermita está en las afueras, a unos cinco minutos andando. La vimos en una de nuestras visitas, pero no le prestamos ninguna atención, pues no parecía de mucho interés.- Dice Jordi.- Al menos hasta ayer.

Emprendéis la marcha y tal y como promete el profesor no tardáis ni cinco minutos en llegar a la ermita. Como ha dicho el hombre el edificio no parece gran cosa. Pequeña, de paredes construidas con adobe, y una única ventana para dejar pasar la luz del sol no tiene pinta de esconder mucho.

Os acercáis para ver su interior, pero comprobáis que la puerta está cerrada con llave. Inmediatamente llamáis, aunque no parece haber nadie en su interior.

¿Te has fijado en Urdish?- Susurra Derek al oído de Matthew durante el camino.- Tiene algo que no me gusta, no sé lo que es pero no me gusta. Camina diferente, como si hubiese rejuvenecido algunos años. Demonios, incluso su piel parece más tersa de lo que lo era ayer. Creo que deberíamos vigilarlo.

Matt miró a su alrededor antes de mirar con extrañeza a Dereck. Su compañero siempre había tenido una imaginación desbocada. Aquella era, en opinión del joven, una de las razones por las que no había encontrado una buena esposa. ¿Qué el bueno de Urdish había rejuvenecido? Aquello era imposible...No obstante...

No he notado nada raro, salvo que parece muy a gusto en esta zona... ayer se mostraba muy satisfecho mientras nos hablaban de engendros. Matt se fijó un poco más en el hombre esperando ver lo que su compañero quería decir

Roderick había aprovechado el paseo para fumar un cigarrillo y echarse furtivamente un trago de licor de su inseparable petaca. El paseo le resultó agradable pese a todo. Así que cuando se situaron frente a la ermita se encontraba de relativo buen humor.

-¿Y si buscamos la forma de entrar a través de alguna ventana... somos unos expertos en esto de allanamiento de morada...

Pronto os queda claro que la única ventana no es más que un pequeño tragaluz y que será prácticamente imposible que alguno de vosotros pueda entrar por allí. Si hay que allanar esta morada tendrá que ser por la puerta.

Tras dar una vuelta a la ermita, Abraham negó con la cabeza y luego se encogió de hombros. 

- Si no se puede entrar será por que tienen algo que ocultar, eso o porque son demasiado temerosos de que alguien venga por aquí y les robe las reliquias que tengan... pero ¿quién se iba a acercar por aquí para robar algo que ni siquiera sabe que existe?- reflexionó el cabo mientras miraba a uno y otro lado para cerciorarse que nadie miraba. Luego, al comprobar que solo estaban ellos, sacó un viejo alambre del bolsillo y se acercó a la cerradura.

- Hace mucho que no hago esto, y esta cerradura no es un candado, es una llave antigua...No, no puedo- comentó levantándose.

- Deberíamos buscar al párroco o al alcalde para que nos abra la ermita.

Espera un momeneto. No te aceleres, hermano.Quizás no tengamos que llamar al párroco—dijo Matthew mientras miraba por la rendija de la puerta, tratando de discernir si era una llave o si la puerta estaba cerrada con un pestillo. Si era una llave tenía claro lo que iba a hacer: reventarla de un golpe. Si era un pestillo significaba que dentro había alguien...

Mattew comprueba que la puerta está cerrada con llave, una de esas llaves enormes de hierro. Un mecanismo de esos que son imposibles de cerrar más que por fuera, así que no debe haber nadie en la ermita.

Lamentablemente, ese conocimiento no os hacía estar más dentro de la misma.

Esta situación le era familiar. ¿Cuanto tardarían en pegar un tiro a la puerta de madera? Tras los intentos fallidos de penetrar por una ventana o de abrir la puerta intentando forzar la cerradura, Steffan se quedó pensativo.

- ¡Qué mal! No quiero imaginarme qué cosa será el párroco que se ocupe de esta ermita, pero no nos queda otra.- Por si acaso esos ángeles caídos eran insectoides gigantes capaces demeterse bajo la piel de un hombre, la recortada de Stteffan iría con él a todas partes, por si acaso el párroco fuese uno de ellos.- O eso o tirar la puerta abajo.

Parecía que los intentos por entrar en la ermita no estaban dando los resultados que querían, no quedaba otra que entrar por la puerta... el problema es que parecía bastante sólida y además tenía una cerradura... complicada.

- Creo que si preguntamos en el pueblo por el párroco lo podemos encontrar... lo difícil va a ser que nos abra... aunque teniendo en cuenta que yo soy capellán... lo mismo tenemos una oportunidad... creo que podría inventarme alguna excusa... pero pimero debemos localizarlo- sugirió Roderick