Partida Rol por web

Sureya apunta a una de las criaturas, pero esta se agacha para evitar la llama sagrada.

Acosado por dos de aquellas extrañas criaturas, Hadarai se defiende como mejor sabe. El mago eladrín extiende sus manos hacia ambos oponentes y conjura una feroz explosión de llamas sobre ellos.

El bueno de Boran siente en la mejilla el abrasador calor del sortilegio, a pesar de que el fuego lo evita por completo.

Aelar reflexiona unos instantes para intentar recordar lo que pueda haber oido sobre estos extraños bichos.

- Esperad un momento. Recuerdo una anécdota de un monje explorador que nos visitó un día y nos contó que había recibido un ataque de unos seres que tienen toda la pinta de ser estas criaturas... 

Estas criaturas son Perros Anguila, y son sabuesos de los ríos que atacan en manadas. Se mueven rápido en tierra y agua y les gusta llevar a sus enemigos terrestres al agua y a los acuáticos a tierra.
Sus líderes pueden escupir una sustancia resbaladiza que para llevar a sus enemigos al agua. Son vulnerables al hierro frío. A veces sirven a dueños eladrines, trolls o loreleis

Una de las criaturas se mueve un poco y muerde con fuerza a Hadarai. Tras el mordisco la criatura vuelve a moverse con velocidad sorprendente.
El resto se ensaña con Varis, solo uno lo muerde y tras ello repta para flanquearle.

Varis saca su arma, que enseguida comienza a arder con un siseo mientras el agua que la cubría se evapora, y arremete contra una de las anguilas con un grito de desafío.

Después se dirige al resto, olvidándo por completo sus anteriores apuros al nadar y concentrándose en la batalla con la rápidez que solo da la experiencia. Consciente de las habilidades de sus enemigos propone: Aelar, Hadarai, acabad con su lider antes de que ahogue a Boran. Sureya, ayúdame con estos hasta que Boran venga a apoyarme.

El perro anguila líder de la manada se lanza a morder a Boran, hiriéndole en el hombro y arrastrándole hacia el agua.

Boran brazea con fuerza, demostrando que puede que no esté sobrado de inteligencia, pero desde luego sus brazos son poderosos. En dos brazadas consigue salir del agua y ponerse en pie, donde vuelve a embrazar su escudo.

Cita:

Aunque su idea inicial era ayudar directamente a Boran, parece que se las apaña (suficientemente) bien solito, así que decide ir a apoyar a Varis.

- Allá voy

Dicho lo cual se pone codo con codo con su compañero y comienza a castigar a las alimañas, primero a la que flanquea a Varis y después, con su aliento de frio trata de abarcar a las dos de su frente.

Sureya falla su golpe pero su aliento dracónico termina con la vida de dos de las criaturas.

El arcanista lanza un rayo de fuerza plateado al líder de los híbridos y luego se concentra en defenderse lo mejor posible al tiempo que recurre a su propia resolución y firmeza para mejorar la vitalidad.

-¡Vamos! Que ya casi están despachados.

Un proyectil de energía mágica surge de los dedos de la maga elfa y golpea al monstruo del río.
El único perro anguila que queda en tierra no acierta a morder a Varis

Varis observa asombrado como el aliento de Sureya acaba con la mayor parte de sus contrincantes: Gracias, no esperaba una ayuda tan efectiva... Supongo que ahora debemos ayudar al resto y dejar este a Boran.

Dicho y hecho, el paladín se despega de su oponente interponiendo su escudo ante los mordiscos de la anguila y después se vuelve hacia su lider, que ahora se encuentra a tiro del poder de su símbolo sagrado. Una luz brillante envuelve a la criatura y la quema superficialmente a la vez que traspasa parte de su vitalidad a su compañero el guerrero.

Aelar ha sacado el arco y, rápida como el rayo, ha empulgado dos flechas a la vez, que lanza hacia el líder como una sola cosa.

El problema es que tanta velocidad, unida al movimiento del enemigo, le impiden apuntar bien.

La criatura se lanza furiosa hacia Varis tratando de morderle con sus fauces impregnadas de su baba resbalosa, pero el paladín se cubre con el escudo.
Mientras, Aelar dispara dos flechas al aire.