Partida Rol por web

Boran parece herido en su orgullo, en un combate como aquel y lo único que había conseguido era caerse al agua y tener que ser rescatado por sus compañeros. Cuando por fin miró alrededor, ya sólo quedaban dos criaturas, así que saltó hacia la más fuerte.

Pero el orgullo no es buen consejero.

Sureya da un paso para poder invocar el poder divino de su Dios en ayuda de sus compañeros y contra el ataque del lides de las criaturas. 

Turno de Hadarai

Satisfecho con su buena actuación hasta ahora, el mago eladrín sonríe orgulloso antes de conjurar un nuevo dardo de energía. Sin embargo, justo cuando el arcanista se disponía a lanzar su magia contra el líder de los perros de agua, un desafortunado resbalón está a punto de hacerle perder el equilibrio y termina obligándole a errar por mucho el ataque.

-¡Eeeeeh!--exclama Hadarai mientras gesticula de forma ridícula con los brazos para no caer al suelo--¡Mierda!

El perro anguila flanquea a Varis con su lider, muerde la pierna del paladin y se arrastra para ponerse frente a Boran, que está en el agua.

El paladín ignora al enemigo más débil que le mordisquea la pierna a través de la armadura, no es demasiado peligroso comparado con el que tiene delante. Así que concentrado al maximo levanta sobre su cabeza la espada, que brilla con fuerza al avivarse sus llamas y aprovechando el momentaneo deslumbramiento que sufre su enemigo, la deja caer con todas sus fuerzas sobre su flanco indefenso, provocando una dolorosa herida que se cauteriza casi al instante debido al calor.

El lider se mueve para flanquear a Boran y trata de morderle pero al estar ciego muerde al aire.

Aelar, que para ese entonces está ya hecha una furia de tanto fallo, empulga mal la flecha, y está a punto de fallar aparatosamente, pero en el último instante corrige la postura y la flecha falla el blanco, pero sin más percance.

Un reguero de maldiciones surge de su boca, algunas de las cuales harían pestañear al carretero más curtido.

La flecha falla por los pelos.

Boran no parece estar dispuesto a seguir al bicho aquel agua adentro, por lo que da un paso hacia la orilla y golpea a la otra criatura, la que está en tierra.

Parece tomarse su tiempo para golpear con seguridad, pero su golpe sigue siendo torpe. No parece estar luciéndose en este combate.

Sureya da un paso a un lado para tratar de cazar al lider de las Anguilas con su llama sagrada, pero el escurridizo animal esquiva el golpe con habilidad. 

Ni el ataque de Boran, ni la magia de Sureya afectan al monstruo

-¡Vaya! Hemos empezado el combate bien, pero ahora la suerte nos está siendo claramente esquiva--medita Hadarai al tiempo que se desplaza para evitar conjurar su poder junto a uno de los traicioneros cánidos.

No obstante, el mago eladrín sigue centrado en el peligroso animal que hay en el agua y vuelve a lanzarle otro potente proyectil de fuerza arcana.

El monstruo vuelve a morder a Boran y de desliza a un lado.

Varis ve como el enemigo más peligroso se aleja cobardemente mientras que, ignorado por sus compañeros, uno de los perros anguila más pequeños sigue haciéndoles daño permitiendo flanqueos a su lider.

Ahora van a probar su propia medicina...

El paladín parece retroceder, más cuando menos se lo espera, acomete por la espalda contra el oponente que acosaba a Boran a su vez desde la retaguardia. La pobre bestia no ve venir el ataque y no puede hacer otra cosa que lanzar un chillido lastimero cuando es partido en dos por la espada en llamas del semielfo.