Tras tantos años queriendo ser un sacrificio humano, el Negrocastro la había recompensado. Sentía que ahora poseía la habilidad de sacrificar a otros. La energía vital que emanaba del mismo Pozo. De jugar con la vida y la muerte. Podía salvar a alguien a quien los policías quisieran eliminar y además usar su energía para lanzar a alguien al Pozo.
Felicidades: Eres la Bruja. Ya sabes que tienes por partida una pócima de salvación y otra de destrucción.
Oooh, la bruuja. Muy de Halloween todo :)
Jajaja, sí y le pega a Hellen el que ahora ella diga a quien salva del sacrificio o a quien sacrifica.
El momento en el que habló el acólito, el cuerpo de Helen comenzó a cambiar. No aparentemente, sino por dentro. Notaba algo correr por sus venas, o por sus corrientes vitales, o por lo que sea. El caso es que se notaba diferente, más poderosa, más... letal.
Las palabras del hombre eran preocupantes. Quieren apartarme otra vez de mi destino. Pero no lo lograrán tan fácilmente. Tendrán que pasar antes por encima de su cadáver. Irónicamente.
Al final la pobre acabará sacrificándose sola :,)
Entre las 12 de la noche del jueves (como tarde) y las 10 de la mañana del viernes te diré quien es el elegido por los policías y me tendrás que decir si usas tu poder. (Uno de ellos, los dos, ninguno...)
Helen se despertó sobresaltada. Había sentido con sus poderes cómo alguien les acechaba mientras dormían. Salió de su cabaña sigilosamente pero vio que
LOS POLICÍAS NO HABÍAN ELIMINADO A NADIE AQUELLA NOCHE.
Por lo tanto no hacía falta que se planteara usar su poder de vida. ¿Pero usaría el de muerte?
¿Usas tu poder de destrucción para matar a alguien? Si es así... ¿A quién?
No, de momento no usaré el poder de muerte.
Si hubiera sido atacado el que tiene dos vidas, ¿lo habríamos visto para poder salvarlo? ¿O no, porque no muere?
Le veríais morir (a no ser que tú lo salvaras) y luego resucitaría delante de vuestros ojos
Helen se despertó sintiendo que las energías del Pozo habían sido activadas. Alguien iba a ser arrojado a él para ser eliminado así de la Hermandad.
Y el elegido es Cornelo Agrippa
Helen pensó si debía usar alguno de sus poderes de un solo uso.
¿Usarás la pócima de salvación?
¿Usarás la pócima de destrucción?
No, no usaré ningún poder esta noche (día) tampoco.
Apenas había cerrado los ojos cuando Helen se despertó con una premonición terrible.
Los policías cercaban a su siguiente víctima... ¡y era ella misma!:
Helen Miller estaba en su punto de mira
¿Usarás tu poder para salvarte?
¿Usaras tu poder para destruir a otro?
Recuerda que puedes usar un poder, los dos o ninguno
Si hoy uso el poder de salvación hoy, y mañana vuelvo a morir ¿puedo usar el poder de destrucción?
Si. Si los policías te mataran puedes usar la pócima de destrucción y moriríais dos.
PERO si te matan en consejo la Hermandad o cualquier otro poder, no puedes ya usarla
Helen despertó sudorosa aquella noche. Un sueño le había comunicado que el fin se acercaba. No el fin del fin del mundo, eso era cosa del Primigenio, y su objetivo por cumplir en aquella isla. No, era el fin para ella. Lo que no sabían (o sí) es que Helen aún guardaba un as en la manga. No iba a dejar que frustraran su gran obra para la humanidad de nuevo.
El fin estaba cerca. Y Helen sobreviviría una noche más para contarlo.
Uso el poder de salvación en Helen Miller
Helen notó como la fuerza del Negrocastro entraba en ella y visualizó el pozo desde su cabaña en la playa... Ahora sentía como la energía vital del Pozo la llamaba pero pronto pudo controlarla a su voluntad y rechazar entrar en él, como si cortara el vínculo que estaba destinado a arrojarla al vacío.
Después de este breve trance volvió a quedar dormida.
Helen Miller se despertó de nuevo con la misma sensación. Oía pisadas. No sabía si en su cabeza o si ya estaban cercando su cabaña al pie del volcán. Sabía que ya no podía defenderse pero tal vez sí podía arrojar a alguien al Pozo para que cayera al igual que ella.
Cogió aire. Por fin iba a ser un sacrificio. No como le hubiera gustado, en una ceremonia real de entrega y no capturada por policías pero esperaba que ese Pozo fuera al final el lugar de transformación de su querido Dios Primigenio.
Lamentablemente llegó tu hora.
¿Usas tu Pócima de Destrucción?
Helen suspiró al despertar aquella noche. De nuevo, la asfixiante sensación en el pecho. De nuevo, iban a por ella. Pero si había algo de lo que la mujer estaba segura, era de que no iba a marcharse con las manos vacías. No pudo evitar reír ante lo irónico de la situación: ella, que siempre había deseado ser sacrificada al dios verdadero, sería la que le mandara un sacrificio. Cerró los ojos para concentrarse, y visualizó la figura menuda y calva del Doctor Maligno.
-Ha llegado tu hora.
Uso la poción de destrucción con Dr. Evil.