Partida Rol por web

En seis dias, como te digo -respondió Nuño. Pues verá, Maese Manuel, mi familia, que muy bien sabes, somos devotos de Dios, ¡y de nadie más! No conozco esas prácticas de las que mis soldados fueron testigos, y mucho menos las criaturas demoníacas, si es que son verdad, con las que amenaza Maltés; no podría deciros si los filos valdrán, aunque espero que la fe en el Altísimo así lo sea.

Luego miró de abajo a arriba a Lobo, descaradamente.

¿Vais vos y vuestras mercedes -dijo esto último aún dándose cuenta de que algunos eran campesinos- preparados? ¿con protecciones y armas? Aún un "simple" jabalí puede atravesar un escudo si se lo propone ¿sabes, verdad?

Intentaba quitarle Nuño hierro al asunto, pero estaba algo acongojado, la verdad. No por la criatura, sino por la pura "superstición amenazadora" (a pesar de ser bien católico y practicante) que Esquino, el párroco había publicado a base de torturas.

Francisc escucha atentamente al guardia y alza la copa cuando es presentado por Diego. Las palabras del guardia sorprendieron a Francisc, algo se le había escapado, algo relacionado con una reunión, pero si no es por eso, cual es el motivo de nuestra presencia, algo relacionado con Maltes.

Francisc no había participado en la conversación, solo asentía, escuchaba y comía. Finalmente el susurro le intrigo lo bastante como para conseguir tragar el manjar y dirigirse al soldado.

Que es eso de Maltes, que sabes de nuestra presencia aqui?

 - Bueno, nos vendría bien un guía que conociera bien la región y fuera valiente y de confianza. Tampoco rechazaría a ningún soldado que pudieras ofrecerme. En cuanto a mis siervos, que no os engañen su aspecto, son muy de confianza. Se que sois un hombre de Dios, pero necesito saber si hay alguna bruja o experto en leyendas en el lugar que pudiera saber de ese ser, ya que esa persona podría conocerlo y decirnos como derrotarlo.

Escuchar exitoso.

Escucháis algunas palabras y fragmentos de conversación de la mesa de al lado. Parece que el que habla casi todo el tiempo es Nuño y Lobo está escuchando atentamente y respondiendo:

Al parecer le encontraron haciendo prácticas diabólicas en su propia casa...

...Esquino Maltés...

Necesito que... vayáis vos y vuestra comitiva a dar muerte a esa criatura al bosque...

... tengo miedo que esto afecte negativmente al plan contra "ese perro" de Su Majestad Alfonso

Nada, Antonio, mmm... bueno... -respondió Hernán. Yo creía que veníais para la reunión de ayer, que vuestro señor don Manuel había sido llamado para tal evento... pero, por vuestras reacciones y gestos veo que no...

Luego miró a Francisc.

Pues... Maltés. Mmmm...-se quedó pensativo, como si lo que fuera a decir le traería algún que otro problemilla-. Maltes, Esquino Maltés, es el párroco de aquí, de Lara. Incluso viene a dar misa a la casa de don Nuño. Pero ahora, según he escuchado de otros guardias -comenzó a negar con la cabeza mientras se metía el tenedor en la boca-, ahora está en nuestros calabozos. Don Nuño mandó encerrarle.

¿Una bruja?, ¿¡Una bruja dices!? -gritó exaltado haciendo que le oyeran de nuevo la otra mesa. Luego se calmó un poco y volvió a su tono de voz tranquilo, pero su cara evidenciaba el malestar por las palabras de Lobo.

Mejor que no sepa yo que ninguna bruja habita en Lara, ¡pues la quemo junto con su casa y su familia! ¡Qué barbaridad! Lo que si puedo ofrecerte es a Hernán, uno de mis más fieles siervos. Él conoce bien el bosque y no maneja mal las armas.

¿Una bruja?, ¿¡Una bruja dices!? -Nuño, de nuevo gritando por momentos, se exaltó mientras hablaba. Luego volvió a bajar la voz.

Comencé a seguir con la vista a la bella Margarita. Sus movimientos gráciles y su exquisita delicadez de sus movimientos m e atraían. De repente la palabra Bruja surgió de los labios del anfitrión. 

-Qué demo... - me interrumpí ante la colleja de Diego 

Nuño parecía exaltado.  Me preguntaba que hacía yo allí, no había estado nunca en un palacio ni había visto antes una bruja. Esta aventura parecía convertirse en algo más que una comida. Nunca había cazado nada que no fuera un animal.

 Lobo levantó las manos en señal de disculpa:

 - Lo se amigo mio, perdonad mi mala elección de palabras. Me refería a alguna experta o experto en luchar contra esos seres y que pudieran darnos cierta información. En cuanto a tu siervo, muchas gracias, le pediré que enseñe a mis hombres a conocer el terreno durante estos días, mientras yo investigo por mi lado. ¿Donde queda ese bosque?.

Mientras sus manos se entretenian en juguetear con alguno de los colgantes que portaba, sus oídos ocultos tras su rubio y cepillado pelo escuchaban, sin quererlo, la conversacion de su señor con el dueño del "palacio".

El semblante blanqueaba a medida que llegaban las palabras a sus finos oídos. Por un segundo dejo la timidez a un lado y acerco su rostro al resto para que al menos aquel guardia le prestara atención.
-Que... que hay en los bosques maese Hernan.-Margarita no se atrevió a preguntar mas, solo esperaba que aquel hombre supiera de que estaba preguntando.

La mano de Diego se levantó como una exhalación antes la maldición de Rodrigo pero, al ver que el muchacho se contenía, se transformó en una palmadita en la espalda, acompañada de un asentimiento con la cabeza.

Aunque Diego era más partidario de dejar que el señorito fuese quien hiciese las preguntas y, de la misma forma, se llevase las responsabilidades, parecía que sus compañeros de mesa estaban dispuestos a agobiar a preguntas a Hernán. Siguió observando a los miembros de su mesa pero con un oído pendiente de la mesa de su señor, pues cada vez le gustaba menos los tintes que estaba adoptando la cena.

¿Un párroco encerrado en las mazmorras? ¿qué habrá hecho y que se supone que tenemos que hacer nosotros al respecto?... Mi cabeza no conseguía dar con la respuesta.

Las palabras de Nuño, que eleva demasiado la voz, llegan a mis oídos, así como a los de todos los de la mesa. ¿Una bruja?... esto cada vez empezaba a gustarme menos. Y Margarita menciona un bosque, preguntando que es lo que hay en ellos. Esto cada vez es mas raro...

Decido quedarme callado y escuchar, aunque mejor sería esperar noticias directas de nuestro señor. 

¿En los bosques? ¿Qué bosques? ¿El de Lara dices? Pues jabalíes y alguna que otra liebre cuando viajan. ¡Las muy perras corren mucho, pero a mi señor le gustan bien chamuscadas!

Parecía que aquella comitiva hablaba poco. Al menos así me lo parecía. Sin embargo notaba yo que sus cabezas pensaba y pensaban, al igual que lo hacía yo; deduzco que mi don Nuño no los llamó para el caso de Su Majestad, otra liebre de mucho cuidado: ¿para qué estarían allí entonces?

Sin mucho más que decir por su parte, pasásteis el resto de la comida más en silencio que hablando. Ciertamente aquel cochinillo os había sentado bien y lo devorábais como si nunca hubierais comido ni un mendrugo de pan. Quizá por esta razón la conversación se dificultaba.

Perdóname tú a mí, amigo, por la exaltación -dijo Nuño. Es que es oir esas paparruchas y me pongo indispuesto... Si quieres más información, como ya te digo, os dejaré bajar a calabozos a ver a Maltés. Si queréis darle una paliza al párraco, os lo permito también, que bien se merece una buena el muy...

Luego se percató que le preguntaba por el bosque.

Debe ser el bosque de Lara, cerca de esta localidad. Maltés no suele viajar mucho y pocos son los bosques que él conoce... ¡Ahora come! ¡Come! ¡que este cochinillo no desaparece solo!

Finalmente, mientras comíais, dejásteis apartado este tema para hablar de cosas más distendidas: aventurillas, chismorreos, aficiones de caza y montería y otra tanda de situaciones propias de hombres feudatarios y hombres ricos.

La cena estaba deliciosa. Ciertamente la mesa de la comitiva acabó antes, pero Hernán "sugirió" por puro y simple protocolo no levantarse hasta que las dos personalidades contiguas hubieran acabado y así lo hicieran saber. Ahora escuchábais risas y anécdotas de las aventuras de un par de hombres con tierras y siervos: caza, pesca, monterías, etc. Fue entonces cuando Nuño, invitando a Lobo, se levantó de la mesa. Éstos dos ya habían acabado. Hernán hizo lo propio y se levantó justo después de Nuño.

¡Hernán! No impacientes más a aquestas personalidades -volvió a ser irónico frente a vuestra posición social...-, no les aburras con tus cuentos y dales la buena para dejar que marchen a sus aposentos, que no es poca cosa el haber llegado hasta aquí tan prestos.

Luego se dio la vuelta y habló a Lobo.

Oíste lo que te dije, mi Señor; más bien lo que te pedí. Anda y ve ahora a descansar. Mañana hablaremos con más cautela.

Acto seguido, don Nuño hizo un gesto a Hernán para retirarse. Los dos marcharon al final del pasillo. Allí quedásteis vosotros, amo y séquito, siendo ya tarde para permanecer más de pie y mirándoos unos frente a otros igual que antes, bueno..., casi...: una copiosa cena descansaba ahora en vuestros estómagos.

 El noble miró fijamente a sus siervos y les hizo un resumen de lo que había hablado con su amigo:

 - El señor de estas tierras me ha llamado para que resuelva un asunto: El párroco local fue descubierto practicando la brujería y, tras ser interrogado, ha hablado de una criatura que aparecerá en los bosques dentro de seis días. Desconozco los detalles sobre ese ser, los cuales habrá que intentar sacar al cura, el cual se encuentra de "huesped" en los calabozos de este lugar.

 Hace una pausa mientras mira a sus sirvientes uno a uno:

 - Mañana empezaremos con la investigación, ahora quiero que vayáis a vuestros cuartos a descansar, para mañana estar descansados y con la mente despierta.

Lobo se dispuso a salir del comedor, confiando que afuera hubiera un sirviente de su amigo que le llevase hasta su cuarto.

 Cuando estuvo cerca de Margarita, le susurró al oído, de manera que nadie más pudiera oírle o darse cuenta de que se dirigía a ella:

 - En cuanto puedas, quiero que vengas a mis habitaciones, quiero que hablemos en privado... Además, quiero que vengas preparada con todo lo que necesites para pasar la noche en ellas...

 No hacia falta añadir más sobre la otra tarea que tendría que realizar, además de la conversación.

Quedé estupefacto por todos los acontecimientos ocurridos. No daba crédito a mis oidos: brujería, una criatura en los bosques, un párroco corrupto. Parecía que al fin si iba a tener mi dosis de aventuras. Una investigación. No sabría si iba a poder dormir después de todos esos acontecimientos. La emoción le embargaba. Si había una criatura que atravesar a flechas ahí estaba él, para cumplir su misión de servir al Señor Lobo. El viaje iba a ser prometedor.

Margarita se limito asentir con una sonrisa que complaciera a su señor cuando le mando visitarlo en tinieblas, estaría preparada tanto para enseñar ha su pupilo como complacer a su señor. Poco mas hizo que continuar a su alcoba a prepararse para el.

Las palabras de aquel guardia no le tranquilizaron, era evidente que no sabia nada de lo que se hablaba en la mesa presidencial, pero en cambio su hidalgo su supo hablar con propiedad sobre lo que sucedía en aquel bosque. Una criatura, brujeria y ostracismo en mazmorras, parecia un cuento mas que una realidad, tenia muchas preguntas, pero supuso que no era el momento, delante de todos y ha horas tan cercanas al final del día, Tal vez mañana tras el desayuno satisfaría sus preguntas. Ahora mismo solo haría una pregunta, aunque solo a su cabeza.
¿Que pensaria el resto de hombres que la acompañaron junto a Lobo?