Partida Rol por web

La Luz de Antares

Escena Annie C.

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09/12/2013, 00:46
Director

Esta es tu escena de creación de personaje. 

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01/01/2014, 18:03
Annie C. Doyle

El embarazo del que nació Anne Calvin no fue deseado, ni su nacimiento esperado con ilusión. Olivia Calvin, su madre, era una bella mujer francesa, más una pieza de trofeo para su adinerado marido que una mujer real. No sentía nada por él más que lástima, y sus continuas indiscreciones terminaron por pasarle factura.

Las cosas en el matrimonio comenzaron a ir mal en el mismo momento en que él supo que estaba embarazada. Sospechaba de sus infidelidades, y el no saber de quién podría ser era algo que no iba a consentir. El últimátum fue claro: Debería escoger entre practicarse el aborto y comportarse desde entonces como la perfecta esposa, o el divorcio.

Tras negociación, chantaje emocional e insistencia Olivia terminó convenciendo a su marido para continuar con el embarazo, utilizando los peligros médicos de un aborto tardía como excusa. Eso sí, Anne sería dada en adopción al nacer.

Sin embargo, Olivia se saldría con la suya aún más con la suya, y la niña se quedaría en la casa hasta los seis años. Durante ese tiempo al principio su madre la trataba como si se tratara de una muñeca. Vestidos y más vestidos, cuidados excesivos y nunca nada de peligro. Annie no podía ni siquiera subirse a un coche de juguete sin que ella pusiera el grito en el cielo.

Pero la mujer no tardó en aburrirse de ella. Y si ya antes el marido de ella hacía a Annie poco caso, menos aún le hacía entonces. Y cuando Olivia murió en un accidente de tráfico él no tuvo ningún problema en deshacerse de ella, entregándola al estado. Si no era su hija no sería él quien pagase los errores de otro.

 

Cuando Annie ingresó en el orfanato pasó las primeras semanas triste, apartada de los demás niños. No sólo su madre había muerto, sino que el hombre a la que ella había considerado su padre la había despreciado de la peor de las maneras. Tardó mucho en comenzar a volver a ser ella misma, y aún así un poso de tristeza se había quedado en su interior.

Notas de juego

En construcción.

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05/02/2014, 20:43
Director

Te añado el formulario con datos que me gustaría tener que le he añadido a todos

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05/02/2014, 20:48
Annie C. Doyle

Notas de juego

Ok ^^.

Como te dije mañana termino lo exámenes, y el sábado tendrás la historia :)

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05/02/2014, 20:49
Director

No Problem. Como les dije al principio, a su ritmo.

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05/02/2014, 20:54
Annie C. Doyle

Notas de juego

Aún no me lo has puesto o.o

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05/02/2014, 20:57
Director

¿Tiene amigos tu personaje? ¿Contactos? ¿Algún conocido al que acuda cuando tenga un problema en alguna materia especifica o en algo más? ¿Un novio/a o algo?

¿Como es el día a día de tu PJ? ¿Qué suele hacer durante la semana y durante los fines de semana? Quisiera también que me hables de su estilo de vida.

Lo otro, quisiera también que me hablarás un poco de su personalidad, se entiende que es inteligente, y puedo inferir que es de las que no se detiene hasta cumplir sus objetivos.

¿En qué trabaja?

 ¿Tiene claros sus gustos? ¿Tiene algún hobby o algo?

Esos y cualquier otro detalle que se te ocurra me servirían

Notas de juego

Olvide pegar

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09/02/2014, 13:30
Annie C. Doyle

El embarazo del que nació Anne Calvin no fue deseado, ni su nacimiento esperado con ilusión. Olivia Calvin, su madre, era una bella mujer francesa, más una pieza de trofeo para su adinerado marido que una mujer real. No sentía nada por él más que lástima, y sus continuas indiscreciones terminaron por pasarle factura.

Las cosas en el matrimonio comenzaron a ir mal en el mismo momento en que él supo que estaba embarazada. Sospechaba de sus infidelidades, y el no saber de quién podría ser era algo que no iba a consentir. El últimátum fue claro: Debería escoger entre practicarse el aborto y comportarse desde entonces como la perfecta esposa, o el divorcio.

Tras negociación, chantaje emocional e insistencia Olivia terminó convenciendo a su marido para continuar con el embarazo, utilizando los peligros médicos de un aborto tardío como excusa. Eso sí, Anne sería dada en adopción al nacer.

Sin embargo, Olivia se saldría con la suya aún más, y la niña se quedaría en la casa hasta los seis años. Durante ese tiempo al principio su madre la trataba como si se tratara de una muñeca. Vestidos y más vestidos, cuidados excesivos y nunca nada de peligro. Annie no podía ni siquiera subirse a un coche de juguete sin que ella pusiera el grito en el cielo.

Pero la mujer no tardó en aburrirse de ella. Y si ya antes el marido de ella hacía a Annie poco caso, menos aún le hizo a partir de entonces. Y cuando Olivia murió en un accidente de tráfico él no tuvo ningún problema en deshacerse de ella, entregándola al estado. Si no era su hija no sería él quien pagase los errores de otro.

 

Cuando Annie ingresó en el orfanato pasó las primeras semanas triste, apartada de los demás niños. No sólo su madre había muerto, sino que el hombre a la que ella había considerado su padre la había despreciado de la peor de las maneras. Tardó mucho en comenzar a volver a ser ella misma, y aún así un poso de tristeza se había quedado en su interior.

Fruto de no tener ahora a su madre prohibiéndole hacer todo ella se pasaba el día subida a los árboles. Al principio para estar sola, y luego por diversión. Con el tiempo su alma se fue recomponiendo, encontrando en sus compañeros de orfanato una ayuda que no esperaba. No dejaba que ellos supieran que estaba mal, o triste, pero la simple presencia de otros niños la acababa animando.

Durante los dos años siguientes fue haciéndose amiga de todo el mundo. Los profesores la daban por imposible, ya que las clases no le importaban demasiado, y por muy alta que fuera la vigilancia siempre encontraba la forma de escabullirse cuando no quería estar horas y horas sentada en un pupitre. Las monjas se empeñaban en educarla en el catolicismo, pero dada la educación previa que había recibido pensaba que todo eso eran historias, cuentos hechos sin mala intención pero no por ello más ciertos. Sin embargo las historias bíblicas le fascinaban lo bastante como para escucharlas una y otra vez. Para ella eran los cuentos que nunca le habían contado.

Después de esos dos años llegó Brian. Al principio no le prestó demasiada atención: sólo un niño nuevo más. Pero ver que pasaban los días y no hacía ningún amigo hacía que ella sintiese en cierta forma el deber de ayudarle. Poco a poco fue acercándose a él, y aunque al principio sólo esperaba conocerle lo suficiente como para presentarle a los demás y que se integrara, no tardaron en hacerse amigos. Él tenía algo que le hacía un poco diferente del resto. A su edad Annie no sabría decir qué, pero se sentía bien a su lado. Como si pudiera apartar la sonrisa que tenía colgada todo el día en el rostro y relajarse.

Cuando el tiempo fue pasando ellos se hicieron cada vez más inseparables. Con la adolescencia llegaron las ganas de salir de allí, de romper con todo. La educación de la monjas y sacerdotes no podría ser más restrictiva, y Annie allí se sentía limitada, atada.

Tardaron varios años en comenzar a hablar de cómo sería salir del orfanato. Al principio sólo eran conversaciones ensoñadas sobre la vida fuera. Una casa normal, una familia, un instituto...  Hasta que una noche, cuando Annie se despertó, lo tuvo claro: Ya no quería pasar más tiempo allí. Ni siquiera pensó en volver a dormirse, o en cómo despedirse de Brian. Estaba claro que él también lo estaría deseando. Tanto es así que no hubo dudas: En cuanto ella se coló en el cuarto de los chicos para despertarle no tardaron más de treinta segundos en estar en el jardín, corriendo hacia la la valla. Para Annie fue sencillo subirse a un árbol y desde ahí ayudarle a él. Sólo se llevaron una pequeña mochila con algunos objetos personales.

Estar fuera fue una completa liberación. Y para dos personas que sabían que no tenían nada que perder era sencillo valerse por sí mismos: Colarse en una casa deshabitada, robar ropa y comida... Aquello fue realmente divertido. No era la vida con la que habían soñado, sino algo mucho mejor.

Las semanas siguientes fueron una sucesión de cambios de vivienda. Sin embargo, Annie comenzaba a echar de menos el conocer gente. No es que Brian no fuese suficiente, sino que sentía que al no tener contacto con nadie más estaba perdiéndose gran parte de ese mundo al que se habían abierto. Pronto buscó un trabajo de camarera. No le hacía falta el dinero, pero pasar los días sin tener realmente nada que hacer habría terminado hastiándola. Ese fue el principio de lo que ella es ahora.

Durante algunos meses estuvo trabajando en el Cele's, una hamburguesería con estética de los años cincuenta. Ese era su punto de anclaje con el mundo real. Con una sonrisa atendía a clientes y mantenía contacto con sus compañeros, pero al terminar su jornada laboral todo el mundo estaba a sus pies. No había tardado en empezar a escalar edificios y mobiliario urbano. Lo que antes hacía con los árboles ahora lo hacía con toda la ciudad. Sobre las azoteas podía correr sin miedo a pararse. Siempre había algún lugar al que saltar, al que agarrarse.

Los años pasaron. Ella fue cambiando de un trabajo a otro sin ningún tipo de presión. No necesitaban el dinero, lo hacía sólo para divertirse. Cuando se aburría, lo dejaba. En alguna ocasión en la que el jefe era un capullo se quedaba lo suficiente como para joderle, pero sin ningún tipo de mala intención. Lo hacía por el bien de sus compañeros. Annie era alegre y optimista, eso desde luego. De esas personas que piensan que si algo no te gusta no tienes por qué cogerlo.

Mientras tanto Brian había conseguido hacerse un hueco en una banda de ladrones. A Annie le parecía genial la idea, sobre todo porque él tuviera amigos, gente con la que salir y divertirse. Y fue gracias a estos contactos que empezó a recibir encargos como mensajera. Llevar un paquete del punto A al punto B nunca había sido más divertido. En ocasiones había gente esperando para interceptarla, pero era complicado detener algo que caminaba por encima de la ciudad. Rápida, ágil y discreta. La sonrisa provocada por la inyección de adrenalina no se borraba de su rostro cuando estaba en medio de un encargo. Una vez más, el dinero era lo de menos.

La primera vez que colaboró con la banda fue casi por casualidad. Ellos estaban en medio de un golpe mientras ella hacía compañía de manera distraída a Wasp, la hacker. La chica tenía un punto divertido, y Annie y ella llevaban un tiempo tirándose los trastos entre bromas. Esa noche algo no fue como esperaban, y se encontraron con la necesidad de elegir: ser cazados con el botín, o marcharse con las manos vacías. Sin embargo dos minutos después Annie ya estaba llegando sin siquiera avisar, saltando de azotea en azotea. Si sólo necesitaban una mano no iba a ser ella quien se la negara. Además, sería divertido.

Desde entonces Annie ha colaborado en varias ocasiones con la banda. Trata de mantenerse desvinculada, pero no tiene ningún problema en ayudar cuando una persona extra les pueda venir. Además, al ser la hermana de Brian, todos saben que es alguien de confianza. Mientras tanto ella va cambiando de trabajo en trabajo, aceptando encargos como mensajera, y disfrutando cada día como si fuera el penúltimo. No hay nadie en quien confíe más que en Brian, y ahora que se han asentado en una casa fija comienza a tener algunos amigos el barrio.

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10/02/2014, 21:02
Annie C. Doyle

¿Tiene amigos tu personaje? ¿Contactos? ¿Algún conocido al que acuda cuando tenga un problema en alguna materia especifica o en algo más? ¿Un novio/a o algo?

Sí, los tiene. Aunque la única persona a la que le permitiría notar cuándo se encuentra triste o taciturna es a Brian. Además de los compañeros de la banda ella mantiene contacto con algunas personas que ha ido conociendo en los distintos trabajos, la mayor parte gente de clase baja.

Ha tenido pareja en muchas ocasiones, tanto chicos como chicas, pero nunca nada serio. Compromiso no es una palabra con la que se sienta muy cómoda. Además, tarde o temprano casi todos acaban queriendo estar por encima de Brian, y eso no es algo que a ella le guste.

 

¿Como es el día a día de tu PJ? ¿Qué suele hacer durante la semana y durante los fines de semana? Quisiera también que me hables de su estilo de vida.

Para Annie no existe diferencia entre los días de semana y los fines de semana. Normalmente se levanta cerca de las diez de la mañana, sin demasiada presión, y tras un buen desayuno y una buena ducha se va corriendo al trabajo.

Allí hace su parte de forma diligente, con una sonrisa. No ve el servir mesas como algo malo, sino como una distracción. Charla con sus compañeros, y a la hora de salir se siente como si hubiera dado algo al mundo. Como si hubiera aportado su grano de arena a la sociedad.

Normalmente después se va a correr y saltar un rato. Entrenar sobre las azoteas. Allí no hay gente, ni tráfico. Ahí uno puede ser libre.

Luego, cuando vuelve a casa, una nueva ducha y quizá algún plan con los de la banda y Brian. Cenar y ver una peli, jugar a la play... Algo por el estilo.

 

Lo otro, quisiera también que me hablarás un poco de su personalidad, se entiende que es inteligente, y puedo inferir que es de las que no se detiene hasta cumplir sus objetivos.

Annie es una chica que se muestra siempre alegre y optimista. Y cuando no va a ser así no tiene ningún problema para marcharse y desconectar. Unos minutos a solas le ayudan a volver a colgarse la sonrisa y tratar de disfrutar de la vida.

Ella es alguien perseverante, incapaz de dejar algo que de verdad desee a medias.

Trata de no pensar demasiado en el pasado o en el futuro. Ni quiere recordar de dónde viene, ni quiere pensar en qué será de ella cuando Brian encuentre a alguien y ella vuelva a quedarse sola. Como consecuencia trata de vivir cada día exprimiéndolo al límite, sin demasiados miedos.

Además de eso es una persona a la que no le gusta sentirse atada. Los trabajos no suelen durarle demasiado, y nunca se ha implicado demasiado en una relación que no fuera la mantiene con Brian, ya fuera un amigo o una pareja.

¿En qué trabaja?

Ahora mismo es camarera a media jornada. Sin embargo, su verdadera pasión y sus mayores ingresos salen de cuando hace de mensajera. Realmente no tendría ningún problema en hacerlo gratis, pero eso terminaría siendo contraproducente.

No tiene problemas ni escrúpulos a la hora de colarse en propiedades ajenas para conseguir lo que sea necesario, pero evita siempre el conflicto directo.

 ¿Tiene claros sus gustos? ¿Tiene algún hobby o algo?

Sus gustos están más que claros. Películas de acción, videojuegos, comida italiana... Le encanta probar de todo, pero finalmente casi siempre acaba volviendo a lo que ya conocía.