Partida Rol por web

La Madriguera

En Casa de Jerry Maklin

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13/12/2011, 10:47
Director

Estás tan preocupado por la reciente desaparición de tu amigo Jerry- tu viejo amigo del colegio, padrino de tu hijo mayor con el que a pesar de que la vida a medida que van pasando los años toma derroteros diferentes y los viejos amigos quedan un poco si no en el olvido, sí en un segundo plano, las reuniones antaño semanales se van espaciando hasta que llega un día en el que te das cuenta, como es el caso, de que llevas sin ver a Jerry va ya para dos años - algo confusa, pues en un primer momento se habló de una explosión en al finca Boucher para luego desmentirlo en otro artículo y luego en un tercer artículo hablar de la desaparición de Jerry tras  tres días, hoy cinco- pues no pudiste escaparte del hospital ayer - .

Tú en ningún momento dudaste conociendo como conoces a Jerry y su empeño y pasión por su trabajo que era mucha causalidad una explosión y su desaparición en la misma ciudad, pues no había explosión en la que no estuviera Jerry  directa - bien por ser él el demoledor - o indirecta -por ser observador o ayudante, o de algún colega de profesión -, la desaparición de Jerry era preocupante y sabías con certeza  que su desaparición estaba relacionada con la explosión, de hecho si esos ineptos de la prensa se hubieran tomado la molestia de investigar mínimamente la persona y vida de Jerry se habría percatado en seguida de que efectivamente, ambas estaban relacionadas.

El caso es que estás tan preocupado que a media mañana has pedido al doctor Synder que "cubriera" tu turno para poder tomar un taxi (tu taxi habitual, el de Paul, que más que taxista parece tu chófer personal ya que cualquiera que conozca al doctor Peabody sabe de sobra que detesta conducir) y conducir tus huesos hasta la casa de Jerry y su madre.

Ahora te encuentras frente a la antigua casita de estilo victoriano de doble planta, pequeña para la época pero enorme hoy día, en la que en Boston no hacen sino pequeños apartamentos que te recuerdan a cercas para ganado. Paul espera en el taxi con el motor apagado a tu espalda, pues salvo caso de fuerza mayor piensas volver al hospital en seguida( Synder te debe una por la cantidad de veces que le has cubierto medio turno para ... bueno líos de faldas , pero no deseas tentar tu suerte y que el director del hospital se dé cuenta de tu ausencia).

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13/12/2011, 11:10
Director

Estás en Boston, ayer estuviste en Arkham donde la Universidad de Miskatonic te ofreció una cuantiosa recompensa por encontrar un disco solar Maya que se sabe por las crónicas españolas que se encontraba en un templo que debido seguramente a un microterremoto, se hundió en el interior de una rocosa loma, la cual tienen perfectamente localizada a 34 Km del actual Managua, el problema es entrar a la cueva, en un  principio pensaste contratar un equipo de demoliciones sobre el terreno pero se corre el riesgo de cargarse el templo y el disco , sólo conoces una persona en el mundo capaz de demoler poco a poco- con poco explosivo y de manera precisa - y hacer una puerta simétrica con dinamita , esa persona es Jerry Maklin.

Pero hace varios días leíste en el periódico que había desparecido, cosa que conociéndole no te crees del todo, pues suele ser habitual en él que para espantar a curiosos, cobradores y prensa se invente cosas de este tipo para que le dejen en paz (aunque normalmente lo que se invente sean viajes ficticios).

Así que has decidido comprobarlo por ti mismo y tras comprobar a través de otro contacto, Simon Perrins - hombre del hampa reconvertido a guía - , has conseguido su dirección de Boston y te diriges hacia allí en tu coche.

 

 

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13/12/2011, 11:18
Director

Un viejo coche llega a la callecita que da a la fachada delantera de la casa de Jerry, el coche se detiene detrás de un taxi matrícula de Massachusets.

Un hombre con bigote y de buenas vestimentas permanece como un poste frente a la casa, como si estuviera indeciso -entrar o no entrar- o estuviera esperando a alguien.

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13/12/2011, 11:27
Director

Estás cansado y contento, cansado porque  la semana pasada dejaste el viejo contienente para ir por fin! a América... dulce promesa de tiempos mejores y de oportunidades sin parangón! ,  y contento porque además vas a reunirte con varias personas con las que te has carteado a lo largo de estos años. En primer lugar, tu primera visita es en Boston: vas a ver al demoledor o demolicionista como le llaman algunos Jerry Maklin.

Pero al desembarcar en el nuevo contienente leyendo el Boston Globe lees con preocupación que la persona a la que ibas a ver está  en paradero desconocido desde hace tres días, hoy cinco.

Así que lo primero que haces antes de ir a visitar a tu siguiente contacto y por aquello de que no sabes cuando volverás a Boston, es ir a visitar en el mismo Boston la casa de Jerry por si pudieras hablar con alguien, gracias al remite de las cartas conoces su dirección de memoria y tras tomar un taxi indicas al taxista- un tipo delgado de rostro anguloso- la dirección de Jerry de memorieta.

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13/12/2011, 11:30
Director

Un  par de minutos después un segundo taxi se detiene tras el primer taxi y el viejo coche y de él desciende un tipo ni muy alto ni muy bajo, con una incipiente calvicie, pelo corto, no demasiado bien vestido y que desprende unos aires intelectuales por cada poro de su cuerpo.

El recién llegado ve a un tipo con bigote parado como un poste frente a la casa de Jerry, una antigua casa de estilo victoriano de doble planta con un pequeño patio delantero en el que hay un jardincillo de fina hierba y bien cuidado.

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13/12/2011, 13:37
Maurice O’Rick
Sólo para el director

Al bajar del coche contemplo con una mezcla de estupor e interés la escena ante mí, intentando ordenar mis pensamientos para encontrar el mejor modo de actuar. Mientras pago al taxista analizo cuidadosamente a los individuos que han llegado a la casa del señor Manklin con la intención de formarme una imagen de ellos que me permita abordar de la forma más conveniente la conversación.

Vaya, parece que no soy el único que tiene interés en el señor Maklin. Desde luego no me extraña, pues según me indicaba en la correspondencia que hemos venido manteniendo a lo largo de su vida ha ganado muchos contactos, algunos de los cuales, tras años de colaboración, han pasado a su nómina de amistades (como era el caso de mi añorado padre). Tan repentina desaparición, máxime si (como es mi caso) estaba citado con algunas personas, habrá despertado el interés y la curiosidad de aquellos que se sentían más cercanos a él.

Creo que lo mejor será acercarme cuidadosamente a averiguar los motivos por los que estas personas están aquí; desde luego intentaré mantener mis intenciones al margen, dado que mi visita se debía a un interés más inclinado a lo personal que a lo profesional, a pesar de todo. Desde luego no debería descuidar la visita a su madre, con quien vivía el señor Manklin según me hacía saber en sus cartas; la mujer se sentirá bastante inquieta y podría tratar de tranquilizarla, al tiempo que podría intentar obtener algún dato al respecto de la desaparición de su hijo (de cualquier modo este último punto debo tratarlo de modo sutil, para evitar que la pobre señora se sienta como en uno de esos interrogatorios de los que guardo infausto recuerdo, lo cual no haría otra cosa que afligirla aun más.

Creo que me acercaré en primer lugar al caballero que acaba de bajarse de otro taxi; cierto es que su aspecto no inspira demasiada confianza a primera vista, pero no puedo evitar recordar aquellos profesionales de la Universidad que, estando tan absorbidos por su trabajo, descuidaban en cierto punto su propio aspecto. Por otra parte el otro caballero parece demasiado tenso, como si estuviera algo forzado, lo cual no termina de impulsarme a un acercamiento directo. Sea como sea parece inevitable trabar conversación con ambos.

Una vez trazado el esquema mental que tanto ansiaba tener, comienzo a caminar hacia la casa, dirigiendo mis pasos a un lugar situado a una distancia corta pero prudente del sitio ocupado por el caballero que se encontraba frente a la casa, observando al mismo tiempo al hombre del segundo taxi mientras desciende del mismo.

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13/12/2011, 14:10
John Kellemport

Un hombre enorme, de 2'06m, se baja del viejo coche. Sus movimientos son pausados, como calculados milimetricamente.

Tengo unos 30 años, de complexión delgada-atlética; pelo castaño y ojos negros. Llevo una barba de varios días, que hace que una fina película de pelo me recubra la cara.

Visto con una gabardina larga y llevo un sombrero.

Con un andar ligeramente renqueante me acerco hasta el hombre parado enfrente de la casa: - ¿Disculpe, ha venido a ver al señor Maklin? -

Notas de juego

Reviso los alrededores de la casa, echo un rapido vistazo al interior de ambos taxis, y miro si hay algo en general que me pudiera parecer fuera de lugar

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13/12/2011, 14:25
Maurice O’Rick

Observo con una ligera desconfianza como el otro pasajero, al que pretendía acercarme en primer lugar, ha tomado la iniciativa. Al observar dicho movimiento descarto la ideaa que me rondaba de que era un profesional académico. Su gran estatura me hace sentirme ligeramente acobardado.

Parece que no voy a ser el que inicie la conversación, después de todo; veamos cómo van desarrollándose los acontecimientos.

Finalmente, recorro a paso lento los escasos metros que me separan de los otros hombres, mientras observo la casa alzarse ante mí, la cual, con sus dos plantas y su sombría arquitectura victoriana, crea un curioso contraste con la sutil belleza que se adivina en el pequeño jardín. Al llegar situarme junto a los hombres me aventuro, intentando mostrar todo el aplomo posible, a decir:

-Caballeros, ¿estaban ustedes citados aquí?

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13/12/2011, 16:02
Director

Los alrededores no son más que los propios de un barrio residencial a las afueras de Boston con casitas casi todas estilo victoriano colonial casi todas de dos alturas y de tamaño más o menos del estilo de la de Jerry. El primero de los taxis lo ocupa un conductor gordito de aspecto de pueblerino mientras que el segundo lo ocupa un tipo de rosotro anguloso y nariz aguileña que tras recibir el dinero del último tipo que llegó empieza a dar marcha atrás.

El tipo que está de pie sin decir nada va muy bien vestido y tiene aspecto de pudiente aunque no de pertenencia a la clase alta, mientras que el otro va algo desaliñado y tiene aspecto de ser un académico o escritor.

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13/12/2011, 16:05
Director

El taxista del último taxi al recibir lo suyo y cobrar pero que muy bien visiblemente satisfecho comienza a dar marcha atrás hasta el final de la calle, utilizando una calle perpendicular para dar la vuelta y  volver por la callecita por la que llegó.

Notas de juego

Maurice -2 $ réstatelos

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13/12/2011, 22:38
Robert Peabody

Sin mirar a mi interlocutor observo la casa de mi viejo amigo con la esperanza de ver alguna señal de su regreso. Luego, dándome cuenta a destiempo de que se dirigía a mí, me giro hacia el enorme hombretón:

- Sí.- contesto lacónicamente a su pregunta. Cuando el otro inquiere por la citación añado - Se cita a los abogados o a los procuradores, a los amigos no hace falta citarlos.

Como si diera por concluida la conversación con los dos desconocidos me dirijo hacia el umbral para llamar a la puerta.

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13/12/2011, 23:45
John Kellemport

Me encojo de hombros mientras miro al último interlocutor que se encuentra junto a mí: - Vayamos a ver si hay alguien en casa. Mi nombre es Kellemport, John Kellemport. Y soy amigo de Jerry. - ​Estrecho la mano amistosamente al hombre y echo a andar hacia la puerta.

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14/12/2011, 09:43
Maurice O’Rick

Le devuelvo el saludo al gigantón mientras noto con una leve sensación de desagrado cómo su mano envuelve por completo la mía, no obstante, trato de deshacerme de esa sensación mientras articulo:

-Maurice O'Rick, no conozco personalmente al señor Maklin; hasta ahora nuestra relación ha sido puramente epistolar. Encantado de conocerle señor Kellemport.

Al terminar el saludo me dirijo hacia el otro cabellero mientras, en voz ligeramente más elevada, digo:

-No creo que sea el momento más adecuado para iniciar una discusión semántica acerca de la conveniencia o no de asociar amistad con citación, por mi parte -y aquí titubeo ligeramente mientras intento sostener la mirada del tercer hombre- debía entrevistarme con él por asuntos estrictamente profesionales. Aquí no puedo evitar una ligera sensación de incomodidad mientras deslizo esa pequeña "verdad encubierta"; espero que no haya notado mi falta de aplomo, pues siento que este hombre no confía demasiado en mí, aunque bien puede ser que no confíe en nadie.

-Sea como sea nos encontramos aquí los tres con idéntica intención. Caballero, mi nombre es Maurice O'Rick.

Dicho esto le tiendo la mano mientras noto como una pequeña gota de sudor frío se desliza por mi columna vertebral.

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14/12/2011, 10:34
Director

La puerta de la casa se abre y en ella aparece una mujer mayor de unos setenta años aproximadamente, es bajita, pelo cano, ligeramente encorvada, ostenta la rechonchez  propia de la edad madura y cuando os sonrie os dáis cuenta de que le faltan varios dientes.

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14/12/2011, 10:36
Director

Es Doña Dora, la madre de Jerry la conoces de toda la vida y ella a ti.

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14/12/2011, 10:37
Dora Maklin

Sosteniendo la puerta con el brazo derecho y con medio cuerpo fuera, os sorprende que una mujer tan mayor sea tan confiada al abrir la puerta.

- Me pareció escuchar voces.... buenos días caballeros ¿ qué desean ? - os sorprende lo bien conservada que está y lo lúcida que parece - ah! "Robbie" eres tú. ¡ Cuánto tiempo ! ¿ cómo están los niños ? ¿ Y tu mujer ?

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14/12/2011, 10:49
Maurice O’Rick

Al ver a la mujer no puedo evitar una oleada de un extraño sentimiento mezcla de compasión y extrañeza, mientras comprendo que no puede ser otra que la madre de Jerry Maklin.

Sin duda esta mujer está destrozada por la súbita desaparición de su hijo, más aun cuando está sola en esta casa, rodeada de recuerdos y en la única compañía de unos pensamientos que no pueden ser sino funestos. Tal vez esa sonrisa sea el único atisbo de la esperanza que aun le queda, y que poco a poco se va desvaneciendo frente a la abrumadora sombra de al realidad. Esa sonrisa... me trae tantos recuerdos... Parece la misma sonrisa que asomaba a los labios de mi padre mientras sus ojos se inundaban de tristeza, al no poder compartir con mi madre los momentos hermosos de la vida que con tanto desgarro le habían sido negados de un modo tan atroz. Sí, esa sonrisa es la última barrera antes de que la desesperanza y la apatía vayan poco a poco, de forma lenta pero segura, apoderándose de su existencia, llegando como una obsesión hasta que, inundada por completo, sucumba al negro abismo en que se convertirá la pequeña grieta que ha dejado la marcha de su hijo...

Me doy cuenta de que mis ojos se humedecen, y trato entonces de apartar mis propios pensamientos de la situación actual. Vamos, hagamos lo que hay que hacer, apartemos aquello que sólo me atañe a mí, máxime cuando no estoy aquí solo.

-¿Señora Maklin? Soy Maurice O'Rick. Vengo desde Cardiff para entrevistarme con Jerry, y al llegar he tenido conocimiento de lo sucedido. Permítame transmitirle todo mi apoyo, verá como muy pronto puede reunirse con su hijo.

Perdido en mis pensamientos dirijo la palabra a la mujer sin darme cuenta con asombro de que el hombre que se había mostrado ciertamente hosco y al que guardaba ciertas reservas parece conocer a la señora que aparece en la puerta, es más, parece que tiene familiaridad con ella y que se guardan gran simpatía.

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14/12/2011, 11:08
John Kellemport
Sólo para el director

Duda: antes de responder me gustaria saber si yo conocia a la madre de Jerry o no. (intuyo que no, que solo tenia amistad con su hijo...) pero por si acaso. Aunque no la conozca en persona supongo que cuando le hable de cuando ibamos a pescar etc... me reconocera, pq Jerry "deberia" haber hablado algo sobre mi (un tipo gigante que es amigo mio... bla bla xDDD)

Bueno, en espera de lo que me digas contesto una cosa u otra.

Un saludo

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14/12/2011, 11:23
Director

Tú tenías relación sólo con Jerry y una relación más bien profesional que otra cosa, no conoces a su madre y no sabes si ella te conoce a ti.

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14/12/2011, 11:27
John Kellemport

Miro a la mujer con curiosidad. Intento sacarle algún parecido a su hijo. Finalmente decido presentarme después de los 2 hombres anteriores. Creo hallarme en un punto intermedio, ni tan amigo de la familia como el primero, ni tan "alejado" como el último...

Me quito el sombrero y presento mis respetos a la madre de mi amigo: - Señora Maklin. Disculpe mi intromisión. Mi nombre es John Kellemport. Conocía a Jerry, no sé si él le habló alguna vez de mí. Lamento mucho su desaparición y he venido a ofrecerle mi ayuda en la medida en que pueda. -