Partida Rol por web

Tomáis el coche y conducís de vuelta a los límites del pueblo, dejando atrás la Finca, del caminillo de tierra desembocáis en la carretera que lleva al pueblo, detenéis el coche en la gasolinera para preguntar al gasolinero sobre los alojamientos. El hombre está apoyado en el surtidor, con ese gesto tan típico de la américa profunda, pero al veros de cerca con el coche ya detenido y ver el estado tan lamentable en el que llegáis el hombre cambia el gesto y se muestra amable y preocupado.

- ¡Por todos los demonios! ¿qué les ha ocurrido? ¿les ha atacado un oso?

- Algo parecido buen hombre... unos perros salvajes salieron de la nada y apenas pudimos escapar. - me miré la pierna con añoranza mientras bajaba del vehículo con cuidado y continué: - En otra época, cuando no estaba lesionado en la pierna, - comento mientras me froto la pierna con la antigua lesión  - hubiera podido perder a esos animales, pero en mi estado actual me alcanzaron facilmente. Por suerte mis amigos - abro los brazos indicando a Robert y Maurice - estaban cerca y pudieron ayudarme. Pero le agradeceríamos si pudiera echarnos una mano e indicarnos el hospital más cercano. Ah, y tenga cuidado, creo que esas alimañas siguen por ahí, sólo logramos ahuyentarlas. -

Apoyé mi espalda en el coche para descansar. Me imaginaba a mí mismo en mi lamentable estado... un hombre tan grande, de mi envergadura, y a la vez tan vapuleado. La imagen debía de ser pésima.

- ¿Tiene algo de agua por favor? - pregunté al tipo.

Enarca las cejas

- ¿Perros salvajes? - pregunta incrédulo - tendrán que haber venido de otro condado, aquí les puedo asegurar que no he visto nunca perros salvajes, además... esas heridas parecen más de un gran gato que de un perro. Voy a por agua - el hombre entra dentro de la minúscula tienda de la gasolinera y al poco vuelve con un termo de casi medio metro- tome aquí tienen, no hay hospital en Westwood, pero el Doctor Collins puede echarles un vistazo, tiene la consulta cerca de Correos.

Doy un ligero y rápido trago del agua y luego le paso el termo a mis compañeros que también necesitarán bastante.

- Gracias. Iremos entonces a ver al doctor Collins. - resoplé un poco fingiendo que me relajaba.

- Le aseguro que eran perros y parecían salvajes. Aunque quizá eran de alguna casa cercana... pero si alguien tiene a esos animales como mascotas o guardianes deberían denunciarle. - levanté ligeramente la voz fingiendo de nuevo exasperación. - ¿Sabe si alguien vive por aquí cerca? -

Recogo agradecido el agua que me tiende John y le doy un larguísimo trago. Intento despejar mis pensamientos mientras el reconstituyente líquido fluye por mi garganta.

-Muchísimas gracias caballero, da gusto encontrarse con gente dispuesta a ayudar a los recién llegados. Como le ha indicado mi compañero, fuimos atacados por una jauría de alimañas... Tuvimos bastante suerte, en esos casos nunca se sabe lo que podría pasar, de modo que estamos muy felices de haber salido bien parados al final... Por lo demás, le reitero la cuestión que le ha hecho este caballero: ¿Vive alguien por las inmediaciones? O tal vez no vivir, ¿rondan el lugar gentes clandestinas? Tal vez no fueran perros domésticos... Tal vez estuvieran entrenados para peleas ilegales... O vaya usted a saber.

Escupe en el suelo sin ningún tipo de pudor - ¡la gente es muy maleducada! ¡ se ha perdido todo, TODO! - niega con la cabeza- tienen que venir de cerca porque el único que vive por estos lares soy yo mismo y les aseguro que mi Charlie es inofensivo - se acerca a la carretera y os indica la dirección del pueblo - sigan toda esta carretera todo recto, tuerzan  a la izquierda y enfilarán una calle ancha, a media altura verán el edificio de correos y justo enfrente verán la consulta de John Collins, tiene la consulta en su casa así que no habrá problema con la hora - refiriéndose a que son casi las 20:00

-Está bien, buen hombre, no es necesario que se lo tome tan a pecho. Gracias por las indicaciones, y tiene usted la garantía de que confío en su palabra. Estoy seguro de que su Charlie es un animal encantador. Por cierto, ¿se refiere a algo en concreto cuando dice que se ha perdido "todo"?

- De nada caballeros, da gusto conocer gente como ustedes... me refería más que nada a que la juventud de ahora ya no respeta absolutamente nada, es increíble ver la educación amoral que dan los padres a sus hijos... en mi época y en la época de mis padres éramos de otra manera... - dice resignado - que tengan suerte - dice dando por terminada la conversación.

Sigo las indicaciones del hombre hasta que lleguemos a la consulta del doctor Collins. Echo un rápido vistazo a mis amigos y a mí mismo y realmente damos pena, necesitamos que nos revise un médico, darnos una buena ducha y dormir un poco...

Seguísteis las indicaciones del hombre de la gasolinera y en pocos minutos estábais ante la puerta de la consulta del tal Collins, el médico del pueblo.

Era ya noche cerrada y tras llamar al timbre y esperar a que abrisen la puerta, os sentísteis culpables por presentaros de esa facha a esas horas...

Al fin abrió un hombre muy joven, con el pelo aplastado y grandes gafas, nariz aguileña y mentón ligeramente prominente.

Os mira extrañado, entonces se da cuenta de la sangre que gotea en el abrigo de Kellemport , da una exclamación

- ¡por Dios bendito!

- Disculpe, ¿es usted el doctor Collins?, un hombre en la gasolinera de ahí atrás - señalo la dirección de la que venimos - nos ha indicado que podríamos encontrarle aquí. Lamento que nos presentemos así y a estas horas pero como puede ver es un asunto de urgencia... - digo mientras resoplo trabajosamente.

- ¿Podemos pasar? - pregunto haciendo un gesto hacia mis amigos y a mí.

Obervo el gesto atónito del hombre que acaba de abrirnos, y no dejo de darle vueltas a un solo pensamiento obsesivo...

¿Tendrá este hombre la más mínima intención sobre lo que se está gestando justo al lado de su hogar?

-Agradeceríamos mucho cualquier pequeña ayuda que pueda prestarnos...

Algo dubitativo en un primer momento os hace un gesto para que paséis

- Eh... sí sí cómo no, pasen - y os conduce por una pequeña recepción con un mostrador alto de madera en la parte izquierda y dos sillas en la parte derecha (la sala de espera) pasando por un pasillo dejando dos puertas a la derecha hasta llegar a una salita amplia (la consulta) en la que hay una mesa de  hierro de grandes dimensiones y un par de mesitas bajas con instrumental  - ¿puedo preguntar qué les ha pasado? por favor quítense los abrigos, déjenlos ahí en el perchero, vayamos uno por uno - señala a John- usted primero, está usted hecho una auténtica porquería, desvístase - os indica a Robert y Maurice - ayúdenme a tumbarle

Una vez John está desvestido de cintura para arriba y tumbado, Collins empieza a suturar las diversas heridas...

- Nos ha atacado una jauría de alimañas. - contesté al doctor. Apreté los dientes mientras el doctor me suturaba las heridas, no era la primera vez que tenía que visitar a un médico y aunque estaba acostumbrado nunca era plato de buen gusto.

- Estaba oscuro y no pudimos ver muy bien qué eran, pero parecían gatos grandes. - continué. - Afortunadamente con un par de tiros conseguimos ahuyentarlas, - comento mientras señalo el revólver de mi sobaquera. - pero con todas y con esas menuda tunda nos dieron. Parecían hambrientas, como si no se hubiesen alimentado en mucho tiempo. -

Miré a mis compañeros para que corroboraran mi historia: - ¿Hay algún sito cerca de donde puedan haberse escapado? ¿Alguna especie de zoo o casa de acogida para animales salvajes? -

- ¿alimañas? estas zarpas parecen más bien las de una pantera, ¿saben lo que es una pantera? - sigue suturando hasta que muerde el hilo dando por finalizada la sutura de la penúltima herida - que yo sepa no hay ningún zoo ni nada parecido por aquí, sólo tenemos humedad y bosques, y no de los más impresionantes por cierto- continúa  a lo suyo.

-Sí, se lo que es una pantera... Y le puedo garantizar que lo que nos hizo esto no era una pantera... Además, el hábitat de dichos felinos queda más al sur, hacia latitudes más meridionales como es bien conocido... Realmente tuvimos suerte de salir tan bien parados, para lo que podia haber ocurrido...

Contemplo la entereza del detective mientras le suturan y le curan las heridas, es algo digno de admiración como logra contener sus impulsos.

Termina de coser las heridas de Kellemport e indica a O´Rick que se tumbe en la camilla, entonces empieza a atender las heridas de Maurice - ¡vaya! han hecho un buen trabajo con sus heridas, las veo mucho mejor que las de su amigo... veremos qué puedo hacer - limpia y desinfecta -correcto, viven más al sur pero estas zarpas... no llegan a ser las de un oso ¡ caray qué aventura!- termina con O´Rick y hace un gesto para que se levante - no puedo hacer nada más por usted, lo que necesitan señores, es dencansar - se gira hacia Robert - ahora veamos las suyas - y cuando Robert se desviste y se tumba en la camilla metálica empieza a enredar en las del médico - le tendré que coser también a usted... ¿eran muchas las alimañas?- empieza a coser a Robert.

Soporto como puedo el dolor de las curas, aunque no soy tan estoico como John y no consigo evitar que se escape algún contenido gemido de molestia. A pesar de todo, el escozor y el calor de las heridas ahora cerradas me ahce recordar que sigo vivo. Faltó muy poco para que eso cambiara dramáticamente.

Miro agradecido al médico cuando termina de atendernos, y exclamo:

-Muchísimas gracias doctor, realmente necesitábamos su ayuda, y reconforta ver el desempeño y buen hacer con los que ejerce su labor. Al respecto de lo que pregunta... No... No sabría decirle... Estaba oscuro, ¿sabe? Y en esa situación lo último que hace una persona es contar cuánta fauna intenta hincarle los dientes a uno...