Partida Rol por web

Esto tiene que acabar ya, de una vez por todas. Si Yazlik pudo ocultar a Eli, nosotros podremos encontrarla. Manteniendo la cabeza baja tras mi escudo, doy un rápido paso al frente, acortando distancias, y lanzo un revés con mi martillo, que se estrella contra el vientre del no muerto que tengo delante, haciendo que se desequilibre y abra la guarda. En ese momento, aprovecho la coyuntura para descargar un tremendo golpe ascendente que impacta de lleno en la mandíbula del ser...

¿Es posible que hayamos obtenido la victoria?

    El tremendo martillazo de fornund levantó a Yazlik en el aire. El último golpe en su fracturado cráneo lo rompió por completo, salpicándoos a todos de papilla marrón. Antes de llegar a caer al suelo, su cuerpo, así como las manchas sobre vuestra ropa, se desvanecieron en forma de neblina oscura que empezaba resultaros familiar. Ésta se condensó en el centro de la sala antes de filtrarse al interior del sarcófago. La tapa entreabierta os permitia ver como la silueta de Yazlik comenzaba a tomar forma de nuevo muy lentamente en su interior.

Yolu y Niajo salieron a rastras de la grieta. Shanshar se  asomó para ver si las seguían las otras dos mineras que formaban ese grupo, pero no había rastro.

++¡W∆∆∆GH∆ GRUUMUSH∆!-++ Las salvajes alzaron su picos y cargaron ferozmente, pero al llegar al centro de la sala solo se encontraron a los aventureros asomados alrededor del sarcófago.

++¿Qué Ӄoziπáiz aϕuí?. ¿Nσ eztá el naπo-ǿrto?++ Preguntaron mirando a Klurca, Jagga y Sîglü. ++¿¡Zez-capó otřa √ez!?++ Protestaron incrédulas en su brutal idioma.

++El otro nano-Fronund le reventó la quijada++ Dijo Sîglü señalando al paladín.

++Y Yazlik se bufó zin más++ Explicó la minera a las recién llegadas. Entonces se dieron cuenta de que Köyu yacía en el suelo con el pecho abierto. Al comprender que sus heridas estaban más allá de toda curación se quedaron en cuclillas con gesto perdido.

++¿Ze convertirá en moztruo?++ Preguntó Jagga.

Sîglü, a la que todas miraban ahora, se encogió de hombros sin respuesta.

Ugh...

Se sacudió la pulpa de la ropa. Era lo suficientemente densa como para desprenderse de la tela de un manotazo, pero lo suficientemente húmeda como para dejar la areola de una mancha infame, acompañada de un olor a... snifsnif... ¿ciruelas? Recordaba manchas similares cuando era niña, y comía a dos carrillos el 

Yo no soy muy entendida en esto de los vampiros-dijo jugueteando con su cimitarra en el humo aún no corporalizado-, ¿pero no deberíamos hacer algo?

Podrían arrojar un montón de tachuelas sobre el fondo del ataúd, o aprovechar las orcas mineras para que a golpe de pico rebajen el sarcófago de piedra hasta destruirlo, o algo.

Creo que los vampiros eran débiles a la cebolla y al puerro. ¿O estos son los que morían si les clavabas un palillo de dientes en el hígado?

El atril era de madera, pero tardarían una eternidad en tallar un diminuto palillo. Para ganar tiempo, Jess echó su chaquetilla en la cabecera del sarcófago, de modo que quedase colgando por el peso en el centro. Si la cabeza de Yazlik se formaba, los ojos quedarían tapados por la chaquetilla por unos segundos. También sacó de su mochilita unos toscos grilletes.

Esto es... yo lo usaba para... ¡No son míos! Dejad de mirarme así. Deberíais estar buscando la manera de matar al enano. Al Gran Fornund no, al otro. Eso sería más provechoso que juzgarme con la mirada.

!!!Yo experta en mamporros, o Vamporros!!!. Ya maté un humo antes!!. Sencencia Klurca, hablando a los gritos, hecha una furia, y parandose con una pierna a cada lado del ataud.
ARRGGG! MALDITO CAPATAZ DE MIERRRDA!....
¡MIRA HUMANA!! Son gulneragles a la punch del "espada-grande"!!... Enseña, dandole un golpe directo, hacia el cogote del enanorto.

La gigante, le da dos golpes, como esperimentando. Mientras su pecho comienza a respirar más y mas agitado, como si recien ahora sufriera el agotamiento del vertiginoso combate....
Ufff...Lo malo, es que cuando lo cortas al humo, no te deja ningun trozo de carne o güeso, para usar como trofeo...

—Shanshar ha dicho antes algo acerca de destruir el sarcófago, o de utilizar esta vela —digo mientras saco de mi mochila la vela mágica—. Podríamos encenderla e introducirla en el sarcófago. Tal vez eso disipe la esencia de Yazlik. Si no funciona... —empiezo, apretando la empuñadura de mi martillo mientras miro el sarcófago—... habrá que picar piedra.

¿Qué decís? Shanshar, ¿tienes alguna manera rápida de encender esta vela?

- Parece que el centro de su poder es este sarcófago.- Dijo ya más calmado esperando la aprobación de Shanshar. Pro ahora todo iba bien a pesar del cadáver de la orca que yacía un poco más allá. Nalfeim dejó actuar a Klurca ya que la había visto acabar con el otro engendro en forma gaseosa. Se mantuvo a la espera, dispuesto a usar su maza contra la forma gaseosa de Yazlik si veía que la orca tenía éxito o si sus compañeros no actuaban.- Si no funciona habrá que destruir el sarcófago, ejem, la caja de piedra, a base de... mamporros.- Simplificó su lenguaje para que las mineras pudieran comprender qué había que hacer.

Tose un poco por las malditas esporas, no tiene ninguna intención de acercarse a Nalfeim vista su actuación anterior, pero asiente a las palabras de sus compañeros -Yazlik se recuperará en aproximadamente una hora, pero para destruirlo totalmente necesitamos uno de estos tres elementos: sumergirlo en agua, la luz del día... no se si destruir su lugar de descanso funcionaría, pero es sabido que cuando están heridos tienen que volver imperativamente a éste y si no lo logran también quedarán totalmente destruidos. Por lo tanto si rompemos el sarcófago... -frunce el ceño pensativo-podría funcionar.

Entonces mirando a Fornund dice pensativo -El agua como la llama conoce al que ama. Como algo que crea luz, la vela podría tener esas cualidades, aunque sería demasiada coincidencia, normalmente las velas mágicas se utilizan para aclarar la mente de aquellos que se encuentran cerca cuando está encendida, pero el mensaje podría hacer referencia a una convocación también. Braseros, velas, son objetos comunes para convocar elementales, quizá del Semiplano elemental del vapor debido al mensaje de la vela...

Se encoge de hombros y sonríe con picardía -sea como sea utilizarla es sencillo, enciéndela. Aunque no creo que nos sirva para destruir a Yazlik podría gozar de otros efectos beneficiosos y durará un buen rato encendida... Y... si tenemos que convocar a algo para destruir más enemigos yo sigo teniendo el ser que Yazlik quería enviar contra nosotros.

Amén de la nueva reserva de objetos y conocimientos de Yazlik.-pero mi recomendación es que llenemos de agua el sarcófago, o si eso no es posible, que lo destruyamos. Un conjuro de luz diurna sería lo más efectivo y seguro.

Se encoge de hombros y hace un gesto a Jess para que se acerque.- Mi estoque tiene pocas posibilidades de ser de utilidad, pero he detectado magia poderosa que podría sernos de utilidad y que Yazlik ya no necesitará.- y casi de pasada añade -ah, una estaca en su corazón lo dejará paralizado permanentemente.

Parece que va a enfrascarse en sus estudios mágicos cuando vuelve a levantar la vista clavándola en Nalfeim -¿donde están Tran y la elfa vampírica?- recita de memoria la lectura de un fragmento del Arcanábulo de Corvinus -Esta noche he vuelto a quedarme hablando con Fingal. Es muy reacia a hablarme de su infancia. A juzgar por el dinero que aporta a la escuela de magia, su padre debe de ser un hombre sumamente opulento, incluso poderoso. Está claro que mantiene una extraña relación con él. No quiere hablar del tema, pero al menos he descubierto el motivo de su aversión al sol. Es una elfa lunar que ha vivido bajo tierra toda su vida. Encuentro inconcebible una vida en oscuridad. - cuando termina pregunta a Nalfeim con cierta acritud, aunque no dirigida a él -¿como nos dijo que se llamaba esa progenie?

-El agua como la llama conoce al que ama.- Recitó Shanshar.

Fornund trató de encender la vela, pero por más que arrimaba el fuego a la mecha, no había forma de que prendiese. De hecho, la cera no se calentaba ni se derretía.

Al principio las orcos se mofaron del paladín y de su inútil vela, después se ofrecieron a hacer "un fuego de verdad" con la madera del atril y los libros que había encima, pero tanto Shanshar como Tergrar, se negaron tajantemente.

El posadero tenía un aspecto macilento tras el ataque de Fibul. Parecía que había envejecido otros diez años. Pronto desistió de regañar a las orcas y se quedó apoyado en el atril, murmurando en voz baja.

Klurca no esperó a ver como se resolvía el misterio de la vela y la emprendió a mandobles con la silueta brumosa que yacía en el fondo del sarcófago. Esta neblina resultó ser mas esquiva que la del anterior espectro. Nalfeim se aprestó a ayudarla y barrido a barrido acabaron por disiparla.

(Shanshar):...Es sabido que cuando están heridos tienen que volver imperativamente a éste y si no lo logran también quedarán totalmente destruidos. Por lo tanto si rompemos el sarcófago... -frunce el ceño pensativo-podría funcionar.

Fornund dejó por el momento la vela y la emprendió a martillazos con la dura piedra del sarcófago. A las mineras les faltó tiempo para imitarle y en pocos segundos la tumba quedó reducida a escombros.

Las salvajes se repartieron palmadas en la espalda como si ellas solas hubieran acabado con el maldito capataz. Yölu y Niajo relataron su encuentro con una toporrata de tamaño increible que había devorado a una de sus compañeras. La otra ausente había caído en una trampa en la grieta.

Su atención volvió de nuevo hacia la difunta Köyu. Las pieles verdes empezaron a discutir entre ellas. Unas querían realizar algún tipo de homenaje de despedida mientras que otras querían descuartizar o quemar su cuerpo para evitar que regresase de entre los muertos. El verdadero problema era que todas querían reclamar el liderazgo de la cuadrilla y la discusión se volvió cada vez más absurda y tozuda.

Shanshar no perdió el tiempo con aquello y se acercó al cofre a echar un vistazo.

El maldito goblin había dejado la tapa abierta y no vio ningún mecanismo sospechoso, aún así levantó las telas que sobresalían con la punta de su estoque. Lo primero que encontró fue una cajita con varias* de aquellas setas apestosas.

Bajo la caja había un fondo de de madera pero resultaba evidente que el cofre era mucho más alto. Antes de seguir investigando volvió al atril al que a penas había tenido tiempo de echar un vistazo. Ahora con más calma, ojeó los objetos mundanos y bajo los libros que había sobre la mesa.

Nalfeim negó con la cabeza y contestó a Shanshar.- Glauda, si no me equivoco, así dijo que se llamaba. Una pelorita.- Cosa que había podido comprobar al recoger su símbolo sagrado.- ¿Qué has encontrado ahí?- Inquirió el clérigo de Boccob interesado también en los artilugios mágicos que hubiera rapiñeado el mago mientras los demás se jugaban el cuello.

Shanshar examinó todo con suma calma:

El artefacto circular tenía una pequeña runa alargada que señalaba el norte. Además de ser una brújula, tenía un calendario lunar y un puntero abatible sobre un arco graduado con las horas del día hacían suponer que se trataba de un ingenioso y diminuto reloj de sol. Todo un tesoro para magos y exploradores.

La placa grabada tenía el sello personal de Yazlik.

Dejó los manuscritos contables para Nalfeim y Fornund y prosiguió. Los ojos del mago volvieron a refulgir con un azul intenso. El joven estaba totalmente absorto escudriñando su entorno. El medallón era el objeto más poderoso, destacaba a través de la maraña de oscuridad que se cernía entorno a la tumba de Yazlik. El color del aura no era visible para el resto de los mortales y no había nombre que lo describiese, pero Shanshar sabía que correspondía a la escuela de Adivinación. Suspiró aliviado, descartando que pudiera controlarlo de alguna manera; aun así, su poder era abrumador y algo en su brillo le hacía desconfiar.

Después se concentró en la moneda. El griterío de las pieles verdes quedó enmudecido por la belleza de su aura. La moneda de cobre tenía una calavera de gesto sosegado en cada una de las caras. La calavera era el símbolo de la escuela de nigromancia, pero a diferencia de otros objetos de esta escuela de aspecto siniestro, la expresión tranquila de las efigies le hacían pensar que sus efectos podrían asemejarse de algún modo a los del conjuro de Apacible descanso.

Dejó la moneda en su saquillo hasta que decidieran cómo repartirse el botín y se acercó al cofre. Las rollizas setas le hicieron torcer el gesto. Había sufrido en su garganta el efecto de sus esporas, pero era consciente de su utilidad. Las dejó a un lado del cofre. Con su visión aumentada descubrió que el volumen del doble fondo aparecía opaco. Aquello sólo acrecentó su interés por investigar. Si alguien se había tomado la molestia de forrarlo por dentro de plomo es que valía la pena lo que guardase. Extrajo sus herramientas de ladrón y se dispuso a desmontarlo con todas las precauciones. Tras 20 minutos, las mineras habían despojado a su difunta líder de todo objeto de valor y estaban a punto de llegar a las manos. El mago por contra, terminaba de comprobar con toda tranquilidad que no lo sorprendiera ninguna trampa y procedía a abrir el doble fondo. Una sonrisa de suficiencia se dibujó en su delicado rostro al descubrir que los enseres de Yazlik habían regresado de alguna forma hasta el cofre.

La impenetrable armadura de piedra ocupaba casi todo el abarrotado espacio, Un matillo y un pico de aspecto anodino se apretaban a un lado y unos guanteletes al otro. El acero de los guantes brillaba de manera inequívoca con el color de la Abjuración. Debajo estaba la lustrosa capa color azabache. Su aura de un tono igualmente oscuro, tenía que ser de la escuela de Encantamiento.

Klurca logró recuperar el aliento tras la furibunda contienda, y se acercó al cadaver de Köyu.
La salvaje, le quitó con sumo cuidado el parche del ojo, y apresandolo con fuerza en su puño, se alzó levantando bien el alto el trofeo-recuerdo de la lider de las mineras. En su otra mano, sostuvo en alto el grueso y pesado espadón de Kord.

Solo enanorto venció a Köyu. Dijo en voz alta. Debemos convertir a Köyu en humo, para que no saque dientes chuca-sangrë.

Tras colgarse el parche del ojo de la valiente guerrera, a modo de collar, Klurca alzo el cadaver y lo depositó sobre los restos del ataud.
¿Prendemos fuego todo, y subimos a templo de pelor a destruir y saquear? Preguntó...
En seguida, cambio el tono de voz, y de manera más autoritaria, (como imitando a Köyu), exclamó.

++¡VAMOS! TODAVIA HAY QUE DESTRUIR Y SAQUEAR! gritó en orco.

Esperando que las mineras gritaran alborotadas, Klurca se tomo un tiempo para recordar lo poco que habia entendido ultimamente.
Algun amo del enanorto queria destruir el sol, o algo asi...y si lo hacia, seria bueno para las orcas...
Pero, tambien estarian todas las minas y caminos repletos de criaturas de ultratumba...hummmm....los vamporros no dejaban trofeo, sino solo humo. Mejor sería machacar tambien al amo del capataz, despues de todo, la guerrera era una semi-orca, y ya se habia acostumbrado a tener algunas horas de sol por la mañana.

Guardó de nuevo los grilletes, y se puso otra vez la chaqueta. Estaba algo desanimada. Shanshar era tan listo, que era imposible que sintiese interés en una cabeza hueca como Jess. El tipo de hombre que solo se interesaría en alguien brillante, como Fingal, la hija del amo de Yazlik. Incluso siendo la única hembra de la sala (con el permiso de las orcas horrendas), Shanshar aplicaba su atención más en todos estos objetos viejos, antes que en ella.

De todos aquellos objetos, lo que más despertaba su interés era el pico. Visto que servía para destruir ataúdes de piedra, era un arma muy útil que incorprorar al equipo de Jess. El problema es que su punta podía perforarle la mochila mágica, así que como que el pico se lo quedara otro.

Tal vez la vela del "agua como la llama" se encienda mojándola en lugar de prendiendo fuego, Gran Fornund.

Lo dijo por decir, para que el Gran Fornund no se desanimara por no haber podido encender una simple velita. ¡Si al menos ese estúpido trozo de cera sirviese para encontrar a un ser amado como Ely...!

¿Te encuentras bien, Gran Tergrar? No tienes buena cara. ¿Quieres comer setas? Fibul dejó un montón de esos pedos de gigante. A mí no me tienen buena pinta, pero como tú eres muy de champiñones a lo mejor te gustan. No te preocupes, encontraremos a Ely, ya lo verás. Y ahora tenemos el pase de Yazlik, podemos pasar por delante de las narices de los gigantes de la entrada principal presentando ese salvoconducto, y mentir diciendo que tenemos permiso del capataz para pasar por ahí, y...

La cosa no pintaba bien. Ya habían explorado bastantes galerías de la mina, y la Topri-Caca había estado tanto tiempo por ahí suelta que fíjate tú si a lo mejor también se papó a Ely. Tocaba seguir buscando. Quizás en lo más profundo de la mina, donde se encontraba el MAL con mayúsculas: la claustrofobia. O quizás la tengan enjaulada los gigantes de la entrada principal, la que está cerca del templo de Pelor. O quizás ahora el Amo de Yazlik se había apoderado del templo, y había trasladado ahí a Ely.

Gran Tergrar, yo...-no sabía cómo dar consuelo a su mayor héroe-Voy a retroceder por la grieta para buscar el mapa de las minas que encontró Tran. ¿Aún lo tiene él? Revisaremos el mapa, veremos las zonas por las que ya hemos pasado, e iremos a explorar el resto. Ya falta menos para encontrar a Ely, lo presiento.

Murmura en voz baja mientras estudia los objetos -abjuración eh... Seguramente creen una barrera mágica... irían bien para Jess... la armadura para Fornund... - levanta la vista y mira a Jess -¿porque no te pones estos guanteletes? Serían perfectos para ti- huelga decir que la menos protegida necesitaba cuanta mayor magia de abjuración posible -y Fornund, esta armadura parece hecha especialmente para ti. No es mágica, pero que me aspen si alguien logra perforarla, es prácticamente un bastión.- ¿la piedra rechinará menos que el metal...? - mira dubitativo la armadura antes de descartar el problema, de todos modos Fornund y el silencio no conjugan bien - respecto a la capa... el encantamiento bien podría proteger, o permitir lanzar algún conjuro... aunque las capas suelen llevar protecciones y si alguien la necesita es... -Nalfeim, creo que a ti te iría bien la capa. Es muy probable que proteja contra sortilegios que afectan la mente, o que te permita influenciarlas. Incluso podría ser una capa de heroísmo.

Sólo faltaban la moneda y el medallón, la primera sabía razonablemente lo que hacía, daba igual quien lo llevase, el medallón en cambio... -la moneda creo que sirve para preservar un cadáver, hace que no decaiga y se descomponga, aunque aún no se como se activa. - finalmente mira a las orcas, sin duda querrán parte del botín, afortunadamente puede contar con su escaso conocimiento -y para vosotras... las armas de Yazlik, el mayor trofeo, imaginad cuando os vean con ellas los demás orcos, sabrán que le habéis derrotado.

No dice mucho más, incluso ésto lo dice en común orquificado y se puede ver el dolor en su cara al destrozar así un idioma con cada palabra que pronuncia. Cuando juzga que ha terminado con ellas se vuelve otra vez hacia Fornund y Nalfeim y pregunta -¿hay algo interesante en los manuscritos?

Destruido el sarcófago y disipada la silueta brumosa Nalfeim pudo descansar más tranquilo. Inmediatamente se acercó a Shansar para echar un vistazo también a los objetos encontrados. Mientras el mago se dedicaba a abrir el cofre con sumo cuidado, Nalfeim por su parte estudiaba con atención cada objeto.

- Interesante. Repartámoslo todo hasta que sepamos qué hace cada objeto.-La idea de Jess acerca de la vela podía no estar muy desencaminada.- La chica tiene razón Fornund.- Dijo con una sonrisa socarrona pues le hacía gracia que las orcas se cachondearan del serio enano y ahora fuera Jess la que proponía una idea para encenderla. Era el mundo al revés. Finalmente, cuando Jess propuesto de nuevo aventurarse sola, Nalfeim se acercó a ella.- Debemos tener mucho cuidado. Parece que nuestros enemigos tienen un gran poder de persuasión. Pequeña Jess, debes fortalecer tanto tu mente como tu cuerpo, es un consejo que te doy.- La pobre había caído muy fácilmente ante el poder de Yazlik y, si esos iban a ser sus enemigos, más les valía andarse con ojo.- Caíste muy fácilmente en su brujería. Aprende de Klurca. Ella instintivamente apartó la mirada de los enigmáticos ojos del vampiro.- Afortunadamente Nalfeim había estado allí para traerla de vuelta pero había gastado mucho de su poder.Tardó en darse cuenta, ensimismado como había estado con los objetos mágicos, del estado de Tergrar.- Viejo amigo, deja que te echemos un vistazo.