Partida Rol por web

Nalfeim observó expectante la llegada de las orcas montadas en las toporratas, siendo una de ellas la que Jess se había llevado. Poco tardaron en ver en qué condiciones la inconsciente chiquilla había regresado. Sin embargo dejó hacer a Fornund pues, si algo no era Nalfeim, era un derrochador de los poderes que le confería Boccob. Cuando Jess recobró la consciencia clavó su mirada en ella y sentenció implacable.

- No debiste irte sola.- La decepción estaba reflejada en el rostro lleno de arrugas del clérigo. No quería ni pensar en qué hubiera pasado si la pequeña hubiese muerto.- Espero que te sirva de lección.- En ese momento se giró hacia la prisionera y pudo ver cómo el símbolo de Pelor se escabullía de las manos.- Mmmm.- No estaba de humor y no le gustaba aquello. Mucho menos lo que Fornund detectaba tras la estrecha abertura.- Mmmm.- Mascullaba una y otra vez sin atreverse a decidir qué hacer hasta que no hubieran sopesado bien todas las opciones. Miró al petirrojo posado aún en su hombro.- Quizá nuestro amigo debería echar un vistazo allí dentro, Shanshar.- Se acercó a recoger el símbolo de Pelor caído en el suelo a la vez que observaba a la prisionera. Tran se ocupaba del resto de la estancia donde se encontraban pero pasar a través de la abertura no era una opción, al menos para él.

Hace un gesto a Nallfeim girándose y solo entonces ve que Jess está con ellos y parece en buen estado, increible.

Bien hecho Jess, Nalfeim ven aquí, necesito tus conocimientos, después iré yo por la apertura, las cuevas no son un buen lugar para que Yrlinand vaya sólo.

Espera a que el clérigo se acerque y mira a la antigua elfa con un atisbo de compasión en los ojos -su símbolo la ha rechazado... Pelor rechaza a los no muertos, ¿no es así? Y ella ha sido convertida en progenie vampírica. ¿Que deberíamos hacer con ella? ¿Cabe la posibilidad de que las progenies vampíricas mantengan su antiguo ser?

Mira el símbolo en el suelo y dice apesumbrado -no lo creo, pero si tienes... tenéis alguna idea al respecto es el momento de decirlo, en caso contrario no podemos dejarnos un posible enemigo a las espaldas.

Pía su conformidad con las palabras de Shanshar -Amo Sabio, techo bajo, oscuro, alas rotas. Yrlinand no se encuentra en su elemento. Joven hembra llegar herida, muy herida, plumas de hierro pequeño sanar.

Su sonido casi parece tener un sentido oculto... para aquellos capaces de entenderlo. Y cuando mira el agujero por el que quieren que vaya ahueca sus alas y después esconde la cabeza debajo del ala, dejando solo un ojito vigilante.

Lo siento...

Jess bajó la mirada, avergonzada. Aún así, la reprimenda del Gran Nalfeim le pareció un poco injusta. ¡Jess no se había marchado sola, se fue con Botones! La lección que debió dar a Jess el Gran Nalfeim debería ser más del estilo: "no te vayas en grupos de a dos" o "no te vayas con toporratas peluditas y adorables que no conoces" o "nunca te separes del sanador del grupo". Además, no era la única que se comportó raro. ¿Qué hay de Yrlinand?

La leche con el pajarito... qué manera de escaquearse.

A parte, si el Gran Nalfeim dice que el pájaro debe separarse del grupo e ir solo, seguro que tiene razón. Cosa muy distinta es que fuera acompañado de una toporrata, como hizo Jess... la abertura del trueno: entran dos y sale uno... y ese uno es la toporrata con un montón de plumas asomándole entre las mandíbulas. Eso le hizo preguntarse... ¿Qué comen las toporratas? Los topos eran omnívoros, las ratas eran omnívoras, ¿pero las toporratas? Porque ahora le tocaba cuidar de Botones, y Jess no quería que se le muriese como le pasó cuando era pequeña con Orejas, que mamá le dijo que se murió de darle de comer mucho pero Jess siempre creyó que no le había dado de comer lo suficiente al conejo, y que no estaba gordo, que su constitución era así. Como el Gran Fornund, que tampoco está gordo, que es su constitución, ni está calvo, que es su... Vale, sí. Está calvo.

Voy a revisar esos barriles a ver si encuentro algo de comida-dijo, poniéndose en pie con el cuerpo dolorido-. ¿Seguro que podemos fiarnos del Gran Nalfeim para el tema de la señorita Progenia? Si lo que quiere es hacerse con la reliquia, puede mentirnos para perder a una aliada o llevar con nosotros a una amenaza. ¡¿Qué?! No me mires así, Gran Nalfeim, fuiste tú el que se dejó geasificar.

Yo prefiero fiarme de lo que diga nuestro líder, el Gran Fornund, que en la escuela de paladines aprendió un montón de cosas. En la escuela de niñas yo solo aprendí hacer colages y ceniceros para el día del padre. Cada año que pasaba me salían mejor. O también podemos jugárnosla tirando una moneda al aire: cara, queda libre; cruz... a perdón... no quería decir nada que te hiciese sentir mal, Progenia.

Es verdad que dijo cruz sin querer. La animadversión hacia Progenia había desaparecido cuando Jess se ubicó y vió que no intentaba robarle al Guapo Shanshar.

En cualquier caso, si se anda dando besitos con Morrigan y muere, Morrigan lo percibirá. El amor funciona así. Si yo tuviese novio... que de momento no lo tengo, que soy aún muy joven para esas cosas...-miró al Guapo Shanshar, pero la sangre reseca sobre la piel de su cara disimuló el rubor de sus mejillas-Si mi novio muriese, yo lo sabría, como un presentimiento, y si Progenia muriese, su novia Morrigan notaría un gran vacío en el corazón a pesar de la distancia. Hay un montón de historias que cantan los bardos que son tragi... tagredi... ¡que son unos dramones de caray! Siempre pasan líos con la novia del héroe cuando el héroe se marcha a salvar el mundo, y agita las espuelas del caballo al regreso porque nota que a la novia le ha pasado algo malo en su ausencia, y luego la encuentra muerta. No lo digo por Isabella, Gran Tergrar. Seguro que Isabella está bien...

Espera... ¿al final lograron matar a aquel orco de labios cosidos amante del látigo y el cuero? Es igual, no es algo relevante y no tiene nada que ver con el tema de vampiros muertos que notan que parte de su estirpe deja de existir, ni tampoco tiene que ver con lo de las lesbianas.

Va a ser mejor que me calle un rato...-dejó de meter la pata y se puso a abrir barriles.

++Arrrjj...Bobuncia! Insulta en orco la salvaje, tras patear un poco las cenizas del suelo en busca de algún resto capaz de servir como "trofeo" de su triunfo sobre la humareda...
Klurca, se acerca a la elfa drow encerrada, y levanta el símbolo de Pelor del suelo....

Ugggmm...Tu vivir en templo de Pelor? Pregunta señalando con el símbolo hacia arriba...
¿Sobre montaña? Como estar todo ahi? Cuando Yaslik y "amo" llegaron acá, todo se puso corunciogo...

La guerrera sostiene el símbolo de Pelor con la mano izquierda, y alza la cabeza empapada en sudor, olor y sangre, mirando fijamente los ojos lisos y rojos de la elfa.
¿En donde estar Yazlik y amo? Le interroga...Nosotros acabar con ellos, y luego liberar. -le miente-

En eso, la muerta-viva, más muerta que viva en realidad, de Jess, le recuerda otro nombre...
¿Morrigan? Esa es la nueva aprendiz verdad? Ella también...¿donde está? ¿Y donde está todo el ambar que se lleva Yazlik?...Hay que matar a todos, y saquear el ámbar que el enanorto tiene...y después si...te liberamos., "promete"...

Sin querer, no puede evitar pasar su dedo y sucia uña por el cuello al decir "liberamos", y sonreír lobunamente....Torpe. Tanto, que ni se da cuenta del error.

Al ver la mueca de Formund, agrega...Errr...y todo para evitar que maten el sol era verdad?. Si se muere el sol, la piel de orcos será verde manzanita...AJJJ! No podermos permitir eso.

(Jess):¡El Señor Inciensos! ¡La toporrata Prica-Caca gigante! Traté de impedirlo. De verdad que lo intenté. Pero se escaparon por la galería en vuestra dirección. ¿La visteis? ¿La madre de todas las toporratas? ¿Y el osgo que la seguía?

     Tran sujetó a Jess por los hombros para tranquilizarla. -Shh...Ya pasó- Lanzó una mirada hacia el túnel por el que habían venido.-Por aquí no hemos visto a la madre de ninguna toporrata. El único monstruo que había era ese orco de boca cosida. Klurca lo redujo a una nube de gas infecto y acaba de destruirlo por completo.

Escuchamos un tremendo rugido, pero no hemos visto lo que era.- El pícaro se puso en pie y frunció el ceño. Había pocas cosas a que pudieran alterar así a la alocada joven -Si esa cosa está vagando por los túneles. Será mejor que nadie se separe.-

(Jess): ¿Alguien me puede poner al tanto de qué me he perdido? ¿Quién es la pelandus... digo... la pelorita? ¿Y qué les pasó a esos cadáveres de la grúa?

Tran meneó la cabeza y respondió: -No sabemos gran cosa. Ya estaban así cuando llegamos, pero creo que esto es peor que unos simples osgos-

(Shanshar):¿Cabe la posibilidad de que las progenies vampíricas mantengan su antiguo ser? Mira el símbolo en el suelo y dice apesumbrado -no lo creo, pero si tienes... tenéis alguna idea al respecto es el momento de decirlo.

De nuevo Tran se encogió de hombros sin una respuesta.-Maldita esa Morrigan quien-sea.- Gruñó. Tenía tan pocas ganas de trinchar a una joven enjaulada como de dejar a un posible vampiro a sus espaldas.

  Tergrar abrió los brazos y se interpuso entre el mago y la muchacha encarcelada.

-¿Os habéis vuelto locos? No hemos venido hasta aquí para asesinar muchachas-

Klurca se acercó poco a poco mientras buscaba sin éxito algún resto del espectro.

Ugggmm...Tu vivir en templo de Pelor? Pregunta señalando con el símbolo hacia arriba...
¿Sobre montaña? Como estar todo ahí?

La joven asintió dos veces con sus enormes ojos rojos muy abiertos. Tal vez fuera miedo, pero resultaba imposible saberlo. -Primero hubo rumores...Acólitos que desaparecieron. Pensábamos que tenían miedo del experimento del maestro, pero luego aparecieron esos cadáveres...Ensangrentados...- La joven se llevó las manos a la cabeza.

¿En donde estar Yazlik y amo?

-¿Amo?¿Que amo? ¿Te refieres al maestro Corvinus?. Es un reputado sabio- Dijo estirando el cuello orgullosa.

-Yazlik vive en las minas. Muy cerca- Dijo señalando la grieta-Morrigan le pidió que cuidase de mí, pero ese enano avaro me encerró-

¿Morrigan? Esa es la nueva aprendiz verdad? Ella también...¿Dónde está?

La elfa asintió. -Morrigan está en el santuario. Se alojaba conmigo cuando llegó, pero enseguida consiguió su propia habitación.

¿Y dónde está todo el ámbar que se lleva Yazlik?

-Las carretillas de mineral suben por esa galería- dijo señalando el túnel que comenzaba en la pared de su derecha.

...Hay que matar a todos, y saquear el ámbar que el enanorto tiene...

Klurca acabó por asustar del todo a la joven, que reculó hasta que los barrotes la impidieron alejarse más de la semiorca y ya no respondió ninguna pregunta más.

   Tergrar agitó su varita contra la salvaje como si espantara una mosca de su cocina.

-¡Ya está bien!¡Aquí nadie va a matar a nadie!- Dijo para tranquilizar a la joven. -Hemos venido a buscar a mi hija. Se llama Ely ¿La has visto? Es morena, así de alta y con un vestido color mostaza-

La elfa no respondió pero realizó un gesto que el posadero interpretó afirmativamente.

-Pues ya está, te vienes- Dijo apuntando con su varita y descargando un proyectil mágico sobre el candado.

El metal se fundió con el fogonazo y tanto la joven como Tergrar chillaron del susto.

Jess mientras tanto forcejeaba para abrir algún barril. Eran barriles enanos, no por el tamaño, sino por la robustez con la que habían sido construidos y la tozudez con la que se negaban a abrirse. La aventurera se valió de su infalible cimitarra y la tapa acabó cediendo . El barril estaba tal lleno que rebosó por un costado salpicando a la joven...De sangre.

La mirada de la elfa quedó clavada en Jess como hipnotizada por algún conjuro. Su respiración se aceleró y sus ojos tomaron un brillo inquietante.

Me interpongo entre Jess y la elfa vampírica, con el martillo en la mano y gesto severo. Luego, mis ojos caen sobre Tergrar.

—Tergrar, amigo, ¿acaso los años nublan tu juicio? —le espeto—. Eso ha sido una imprudencia. Liberar a esta mujer... enferma... sin tomar ninguna precaución nos pone a todos en peligro. ¿De verdad quieres que consigamos rescatar a Ely? —Respiro hondo, tratando de serenarme. La situación, y especialmente las veces que Jess ha estado al borde de la muerte, están poniendo a prueba mi templanza—. Lo siento, Tergrar. Sé que todos estamos intentando hacer lo mejor para encontrar a tu hija, pero pienso que, antes de tomar decisiones importantes, es imperativo consultarlo entre todos.

Mi mirada se posa de nuevo sobre la mujer, algo más relajada que antes.

Glauda... No pienses que tengo nada contra ti. Pero estoy seguro de que comprendes lo peligroso de tu condición, tanto o mejor que todos los demás. Por eso te pido que luches contra ella con todas tus fuerzas, hasta que consigamos encontrarle solución. Mientras tanto, entenderás que no te quitemos ojo de encima... —murmuro. Mi mano permanece apretada en torno al mango del martillo de guerra. Me apeo de mi montura, viendo que me será imposible cruzar la grieta en su lomo—. Nalfeim, tú y yo escoltaremos a Glauda. Jess, tú a la retaguardia. Los demás, seguidnos. Y Shanshar, me parece una idea estupenda si puedes desaparecer de la vista y comprobar qué hay más allá. Nos ahorrará sorpresas desagradables.

Asiente a Fornund, pero aún no se mueve hacia el agujero, en vez de eso mira a la progénie y desenvaina su estoque, aunque no hace ningún gesto de atacar. En cambio este empieza a brillar mientras Shanshar habla con un tono frío como el hielo-ten en cuenta una cosa, yo mismo encanté este estoque y puedo hacer que brille con la misma intensidad que el sol. No se si la magia afecta a un vampiro, pero si le ocurre algo a mi grupo puedo asegurarte que lo comprobaremos.

No espera respuesta alguna, en cambio formula el conjuro de invisibilidad desapareciendo y haciendo que sólo una luz surge de la nada hasta que esta se desvanece.

Yrlinand os mantendrá informados, Fornund no permitas que se cometan más estupideces.

Con esas palabras se despide mientras se mete en el agujero.

Tergrar miraba en todas direcciones como si siguiera el vuelo de una polilla.

-Es que...- Al final acabó asintiendo las palabras del paladín. -Supongo que tienes Razón- Dijo encajando la varita en el cinturón.

    Gluauda se quedó mirando a Shanshar con sus enormes orbes rojos. La ausencia de pupilas resultaba tan inexpresiva que el mago tuvo la sensación de que seguía mirándolo cuando se volvió invisible.

La elfa finalmente volvió la cabeza hacia la puerta entreabierta de la jaula, pero acabó por aceptar su situación y recostarse contra los barrotes en silencio.

"Ve" como se aleja su amo, incluso invisible puede sentir su presencia y podría apuntar con una pluma donde se encuentra. Odia que el amo le deje atrás cerca de una depredadora así, pero parece que el amo ha confiado el mando al piel de hierro cabeza reluciente por lo que salta del hombro del librogeaseado y vuela ufano hasta el hombro de éste.

El librogeaseado peligroso y comesetas también, pero Amo teme mas a ojoshambrientos, Amo presto a volar, pero contiene ganas, concentrado, Amo siempre demasiado concentrado sin Yrlinand- pia a Fornund hasta que cae en la cuenta de que seguramente no le entiende y mira todo abatido y sintiéndose terriblemente solo, deseando estar al aire libre cantando y volando.

- En eso estamos de acuerdo muchachilla.- Le dijo a Jess con respecto que dejar que Fornund decidiera era lo mejor.- Más te vale mostrarme más respeto si no quieres que te de unos buenos azotes.- Geasificado o no, Nalfeim ya peinaba canas y no iba a dejar que una jovenzuela se le subiera a la chepa, por mucho aprecio que la tuviera.

Con respecto a la otra joven los resultados de su examen no le desvelaban nada claro.-  La escoltaré hasta el templo de Pelor. Lo que los Peloritas han permitido que la ocurra es su responsabilidad, la mía para con ella no llega más que hasta la puertas de su templo.- No pasó desapercibida para el clérigo la extraña mirada da la elfa al ver como Jess derramaba la sangre.Era asqueroso.

Nalfeim dejó volar al pajarillo de su hombro como dejaba pasar los años: sin poder evitarlo. Suspiró hondo cada vez más cansado por el peso de la armadura. Se acercó a unos de los barriles y lo tumbó sin abrirlo para poder sentarse a esperar el reporte de Shanshar.- Antes de continuar...- Su mirada cansada y extremadamente seria se posó en la irreverente Jess.- ¿Vas a dejarme ver esas heridas? No vaya a ser que esa toporrata gigante vuelva a aparecer...- En su tono podía percibirse la duda sobre la increíble historia contada por la muchacha. Seguramente el osgo al que perseguía le hubiera dado una buena cura de humildad y, para justificar su estado, se había inventado lo del mitológico bicho.-  Un monstruo tal como el que describes podría acabar contigo de un solo mordisco, sobre todo en tu estado actual,  dejándonos  con el culo al aire.- Si Jess iba a ir en la retaguardia sería mejor que fuera con las fuerzas recuperadas. Tras la curación de Fornund no parecía haber recobrado la jovialidad de la que solía hacer gala a pesar de que su lengua dijera lo contrario. Con su mano palmeó un par de veces su regazo. Más que un viejo verde parecía un padre que fuera a dar unos azotes a su hija por alguna travesura.

¿Vino tinto?

Con la mano empezó a agitar el líquido del barril para que emanase el aroma. Jess se crió en Villaviña, y tenía buenos conocimientos vitivinícolas. Desde luego, los aromas de la madera ya se habían impregnado en el contenido. Ante la mirada de Progenia, el siguiente paso era comprobar el color. Con la mano en forma de cuchara elevó una muestra y la dejó caer en cascada de nuevo al barril para distinguir la tonalidad sin el marrón de la madera de fondo. Otra vez. Y otra vez, el preciado líquido resbalaba desde los guantes de Jess como una lluvia dorad... erhm... mejor decir que como vial de poción. Si alguien se hubiese acunclillado junto al barril hubiese visto gotear incesante aquel delicioso y atrayente rojo desde la mano de Jess, con el rostro atento de Glauda Entanui de fondo.

Uy, uy, uy... Esto es demasiado denso para ser vino normal y corriente. Sabes que estás en una guarida maligna cuando se dedican a espesar el vino con harina. Eso ya es de auténticos villanos depravados.

Se acabó el espectáculo para Progenia: Jess cerró de nuevo el barril y dió unos golpecitos a la tapa hasta encajarla. Es que Jess, aún sin pretenderlo, va provocando. En cuanto al guante ensangrentado, la chica se lo limpió al dorso del pantalón hasta secarlo, para poder prestar atención a las palabras del Gran Nalfeim.

Yo no he sido irrepse... irrespesu... ¡Yo no he querido faltarte al respeto, Gran Nalfeim! Estoy segura de que en condiciones normales tu palabra la cumples a rajatabla y eres totalmente de fiar, pero... Jijijijiji... ¿has dicho culo? Jijijiji... El Gran Nalfeim ha dicho culo. Ay, qué chispa.

Se acercó al Gran Nalfeim, dudando si sentarse o no en su regazo. Porque una cosa es confiar ciegamente en él, y otra muy distinta es pegar las nalgas a su rodilla y que la cimitarra colgada al cinto quede entre los muslos del sacerdote rebanándole el ciruelín. La Gran Nalfeima nunca volvería a ser igual. Anteponiéndose a futuros accidentes, Jess volvió hasta los barriles y colocó sobre ellos las cimitarras. Entonces fue cuando reparó en el carro-jaula, en la jaula-carro y en todas las combinaciones posibles de sinónimos.

No sabemos cuánto tardará Shanshar en volver-yo ya le hecho de menos-. Mientras tanto... ¿pasamos a la chica a la otra jaula, a la que no tiene el candado roto? Solo hasta que nos pongamos en marcha de nuevo, digo.

Dejó la decisión a los aventureros más experimentados, como el Gran Tergrar, el geasificado Gran Nalfeim... Oh, cielos... estamos perdidos. Pero mientras se sentó en el regazo del Gran Nalfeim, con el brazo izquierdo pasado tras la nuca del sacerdote para no caerse.

- ¡Umpf!- Exclamó el Nalfeim cuando la Gran Jess se sentó en sus rodillas.- Vaya, parece que has engor...ejem...crecido desde la última vez que te cogí en mi regazo.- El clérigo se puso manos a la obra antes de que la chiquilla se sintiera ofendida. No es que tuviera gran experiencia con las mujeres pero sabía que había temas que era mejor no tocar. Y hablando de tocar, a pesar de las posibles quejas de la inocente Jess, Nalfeim no se cortó un pelo en meter sus manos en la masa. En este caso la masa era el cuerpo joven y turgente de la mujer.- Veamos en qué estado te han dejado.- Hizo una inspección concienzuda como mostraba su ceño arrugado. Cuando lo tenía así era que estaba concentrado y era mejor no molestarlo con impertinencias.- Estate quieta.- Advirtió a Jess y, por un instante, mientras las callosas manos de Nalfeim palpaban a conciencia y sabiendo lo que se hacía su cuerpo, se reflejó en su rostro una misteriosa sonrisa. ¿Estaba segura Jess de en manos de quien estaba? Se dice que hay clérigos que pueden canalizar energía negativa sobre los incautos que se dejan, confiados, caer en sus manos. Con la esperanza de ser sanados acaban muertos o algo peor. Sólo había que ver el estado de la pelorita. ¿Qué tipo de clérigo era el Gran Nalfeim? Afortunadamente ya habían podido comprobar que era uno de los buenos pero, ¿y si el geas invertía los papeles?- Bueno, pues listo. Con esto tendrá que valerte por ahora.

Yrlinand, el hermoso petirrojo que detestaba la oscuridad de los túneles, revolotea inquieto de un sitio para otro alertado por algo.

Tran se asomó por la grieta oscura como la boca de Grux.

-No me gusta, está tardando demasiado- comentó con el ceño fruncido.

Las orcos miraron la grieta y se acercaron a la elfa.

-¿Yazlik ahí?- Preguntaron de nuevo. Pero la alterada muchacha se limitó a mirarlas con sus extraños ojos y apretar la cabeza contra los barrotes.

   Sîglu dio un paso atrás santiguándose y las tres salvajes se reunieron en torno a la guerrera formando un corrillo.

++ Klurca eztá con nuzotras++ Dijo sacudiendo una potente palmada en el hombro de la gran semiorca.++¿Zi er jodío nano eztá ahí, ma qué-qué ezperamuz?++

   Jagga gorgoteó su conformidad y asintió con la cabeza. La minera lanzó una rápida mirada a Jess y añadió: ++Luz jumanoz ya necho zu parte. ¡Agora colgar nano comú chorizillu!++De nuevo se escuchó el gorgoteo de aprobación y las salvajes empezaron a tatarear una de sus canciones.

   Köyu pidió silencio con un gesto y miró por encima del hombro hacia el paladín.

++Nano-chamán-güeno dice sentir gran enemigu. Hemoz perdidu muchaz germanaz. Ezperar num pocu. Morir en mina ez peor-peor muerte++ Dijo lanzando una mirada a la elfa enjaulada. Despues miró las toporratas y añadió. ++Pronto ámbar mucho-mucho cargar y mañana cervetza degorar++ El corrillo respondió con un efusivo gorgoteo acompañado de tirones de oreja y golpes en el pecho.

Tergrar se acercó a la jaula para tranquilizar a la joven:

-Ves, te vamos a sacar de aquí. Te lo prometo-

El viejo guerrero se echó  la barba sobre el hombro y sacó su bolsita de setas.

-Toma, esto te ayudará...Al menos por un rato- Tras darle una de sus Amanitas del valle, sacó otra para sí y la embutió en su pipa. -Fumadas no hacen tanto efecto- explicó -Pero es que yo ya voy servido por hoy-

El posadero apremió a la joven a comerse el hongo con un expresivo movimiento de ceja. -¡A que está rica!- Sonrió satisfecho. -Ahora vas a acompañar al señor enano y mi buen amigo clérigo. Y harás lo que te pidan.-

Nalfeim parecía estar muy ocupado con la gran Jess. Tras colocar el trozo de menisco en su sitio y recomponer lo que faltaba con sus poderes mágicos, pasó a examinar la herida de la cara, pero de camino se perdió en la chaquetilla de la joven. El clérigo palpó el forro sin ningún disimulo y al no hallar lo que buscaba, se abalanzó sobre la mochila de la joven como en el juego de: "coge la calabaza y corre". La espadachín, con solo una parte de sus fuerzas restablecidas, se revolvió y recuperó sus enseres con gesto ofendido.

Crecí, crecí. Engordé, no. Crecí-¿acaso no era algo palpable para el Gran Nalfeim que Jess no había engordado?

El sacerdote no se cortaba ni un pelo. Se le notaba bien que tenía manos de quiropráctico, perdón, quería decir manos de chico práctico. Quiropráctico es un palabrejo que ni siquiera existe, o de la que al menos Jess no tiene constancia. Como clérigo, el Gran Nalfeim debía de tener algún poder raro para oscultar heridas internas, o algo así, y por eso se está comportando como se está comportando. Nada de lo que recelar.

Jajajaja... ¡Me haces cosquillas, Gran Nalfeim!

Notó la mirada furtiva de Jagga, lo que le hizo frenar las risas hasta sentirse mal. Jagga tenía una personalidad tan servil al principio... Ahora es todo hostilidad. Solo era agradable por el interés, porque quería recuperar su trozo de mierd... de stum. O tal vez fuesen celos, y en realidad Jagga está locamente (por efecto de las setas del Gran Tergrar) enamorada del Gran Nalfeim, pero en secreto, como el amor que profesa el Gran Shanshar a Jess, y que Jess se está pensando todavía si sí o si no... ¿a quién queremos engañar? Es al revés. Ya le gustaría a Jess hincarle el diente al Guapo Shanshar...

Tran, no digas eso. Ahora yo también estoy preocupada-se recolocó la mochila, justo antes de levantarse de sus rodillas, con ceño de desaprovación-. Gracias, Gran Nalfeim, pero mi mochila no tiene heridas que requieran de tus atenciones. Voy a suponer que actúas así porque estás geasificado, y no porque estuvieses buscando mi ropa interior. No te preocupes, no me has hecho daño... solo me has decepcionado. Además, no es momento para esto. A lo mejor Shanshar ya está aquí y no nos hemos enterado porque es tímido. Digooo, invisible. ¿Shanshar? Shanshar, ¿estás aquí?

No respondió. ¡Se acabó! Jess no iba a esperar más. Empezaba la operación "Salvar al Guapo Shanshar para que se Pueda Casar con Jess algún Día en un Futuro no muy Cercano". Recogió las cimitarras del barril y las enfundó. Luego se puso junto a Tran, en la abertura que llevaba hacia un Mal Ancestral Oscuro y Profundo, insondable salvo para el poder del gran Fornund de sondear auras malignas. Jess se apartó el pelo de la oreja derecha y usó la mano de amplificador.

Tocaba escuchar, quizás la rítmica e irresistible respiración del Guapo Shanshar estando a salvo, o sus gritos de dolor incomensurable en caso de que le hayan hecho prisionero, o un muahahahaha malvado, o la arrítmica y muy resistible respiración de un Mal Ancestral Oscuro y Profundo, suene como suene eso. Pero por desgracia, la mayoría de ruidos que escuchaba eran de Progenia masticando setas con la boca abierta, orcas quejándose, y la ronca respiración de un enano con sobrepeso.

Bueno... tenía que intentarlo.

No cabía duda, su Amo estaba combatiendo. No sentía temor, pero si la tensión y concentración, suficiente para que Yrlinand quisiese huir, pero conociendo a su Amo seguro que no lo haría.

¿Cómo avisar a sin plumas? No tener tinta...

Hubiese sido motivo de discusión decidir si el petirrojo era más inteligente que los orcos, pero si algo había cogido éste de su Amo era su indiscutible arrogancia y sentimiento de superioridad. Si esos brutos que el Amo creía escoria eran capaces de comunicarse él también tenía que lograrlo.

Cuando se comunicaba con gente que no comprendía lo que decía -y eso que pio bien claro- utilizaba tinta y sus patas para "escribir" en común, o dibujar. No poseía la creatividad de su Amo, pero su pequeñita cabeza era un repositorio de los conocimientos de su Amo y eso valía cuanto cuatro petirrojos pintores... o varias decenas en lo que a Yrlinand respecta, duda que ninguno de su especie pueda competir con él.

Llegando a una conclusión el atormentado petirrojo envuelto en numerosas dudas existenciales vuela hasta el barril que Jess ha abierto, creyéndose tan inteligente como el más inteligente de los presentes, quizá un poquito más. Afortunadamente para él su instinto animal no ha desaparecido, por lo que no quita el ojo de encima a la extraña elfa-depredadora-serpiente mientras introduce una patita en la tinta-roja-huelehierro.

Afanándose el petirrojo revolotea al suelo donde da saltitos y arrastra la pata mojada con sangre, repitiendo el proceso varias veces. Yrlinand busca transmitir lo que su Amo ha sentido haciendo dos pequeños "dibujos".

El primero es una línea sinuosa, una serpiente que está al acecho sobre un pájaro sospechosamente parecido a Yrlinand. Mientras que el segundo parece ser el de unas líneas parecidas a picos o garras que arañan el símbolo de mago de Shanshar, un violín rodeado por viento, o quizá olas, es dificil precisarlo.

El dibujo tiene una asombrosa precisión considerando quien lo hace y con que medios lo hace, cosa de la que el petirrojo es consciente, por lo que cuando termina vuela al hombro de Fornund de nuevo tendiendo la pata con sangre para que se la limpie y mirando ufano su obra.

¡Mirad! ¡Es el pajarito-desde un punto de vista no sexual-de Shanshar! Y está poniendo los suelos pringados...

Jess no pensaba fregarlo, entre otras cosas porque cuando abrió el barril estaba a rebosar y salpicó un poco, y si no limpia lo suyo mucho menos va a limpiar lo de los demás. Seguro que esta mina tenía contratado algún servicio de limpieza, extrayendo ámbar podían permitirse pagarlo. ¡Claro! ¡Para eso era la Prica-Caca! ¡Para moverse por los túneles barriendo los suelos con la pelambre de su barriga!

No, esperad... parece que trata de decirnos algo...

Algo alargado como una cuerda. Algo parecido a Yrlinand. Y una especie de violín con rayas.

Cinturón... murciélago... cebra... ¡Ya sé! ¡Shanshar ha encontrado un bonito cinturón de piel de cebra con una hevilla con forma de murciélago! ¿Le ha puesto un cinturón con hevilla de murciélago a una cebra? ¿Por qué hay cebras en el interior de una mina? Espera, espera... creo que ya lo tengo...

Serpiente... Oropéndola... Sello... ¡¿S.O.S.?! ¿Es S.O.S., pajarito? ¿Está Shanshar en peligro? Naaaah... Shanshar está bien. De no ser así habría gritado.

Bufanda... pingüino... oso encima de un casquete de hielo... ¿Tanto frío hace? Yo estoy bien. ¿Y vosotros chicos? ¿Tenéis frío? El pájaro de Shanshar dice que tiene frío.

Látigo... pavo real... antifaz... Uy-uy-uy, creo que mejor no quiero saber los detalles...

      Jess asomó por la grieta tratando de escuchar algún rastro del joven mago. La maciza roca atenuaba cualquier ruido. A veces creía oír un murmullo o un repiqueteo, pero no podía estar segura. Entonces sintió una vibración como si alguien arrastrara una de esas pesadas vagonetas sin ruedas y una bocanada de aire fétido y polvoriento emergió de la grieta.

Yrniland empezó a hacer todo tipo de cosas raras chapoteando en la sangre con sus pequeñas patitas.

Tran y Tergrar discutían sobre su posible significado: para el pícaro estaba claro que el amo del petirrojo estaba en apuros, pero el viejo posadero, con las pupilas dilatadas por efecto de las setas, lo interpretaba como una expresión artística de incalculable valor.

Mientras los aventureros estaban distraídos, la pálida joven de la jaula comenzó a hacer todo tipo de muecas. Sus manos se agitaban nerviosas, restregándose la cara como si cientos de insectos treparan por su cuerpo. Un fuego empezó a consumirla por dentro hasta que rugió como un animal, abrió la puerta de un golpe y se lanzó al barril más cercano. En un instante la elfa había arrancado la tapa con las uñas y sumergido la cabeza en la sangre hasta el cuello. El nivel descendió un palmo en unos segundos y Glauda se irguió ebria y satisfecha.

Al limpiarse la boca con el dorso de la mano se dio cuenta de que sus colmillos habían crecido de forma antinatural. Su rostro se contrajo de espanto al recuperar un atisbo de conciencia, vomitó como una fuente y entre sollozos,  se hizo un ovillo en el suelo.

Eeeeeehm... Vaaaaaale. Eso ha sido raro.

Jess no recordaba un ansia así desde las borracheras de Gwiller Lanzadero. Pero tampoco es cuestión de ensañarse con Progenia. Se ha bebido varios litros del vino tinto del tonel como una auténtica borrachuza, pero los alcohólicos merecen nuestra comprensión como personas enfermas que son, y... bueno, Progenia es una alcohólica muerta viviente. No tiene metabolismo. Puede beber todo el vino que quiera sin llegar a emborracharse. O no, porque ahora parecía pasar una de esas fases de borracho triste.

Se olvidó del tema cuando llegó el olor a cuesco desde la grieta y se vió obligada a sujetarse la narziz con pulgar e índice. Este dato era muy importante, porque las señoritas no se tiran cuescos, y Shanshar no se tira cuescos, es un poco finolis de más, así que la conclusión era que al otro lado de la grieta había alguien que no era Shanshar, y eso ya era para preocuparse.

Está bien, allá voy.

Con la cimitarra buena, la guay, la chuli, en una mano, y la antorcha siempreardiente en otra, Jess entró en la grieta de lado, con el filo por delante. La antorcha la subió por encima de su cabeza, para que no proyectara su sombra desde atrás, porque como era mágica no ardía y no corría el riesgo de que le cayese ceniza en el pelo. Aún así, tal y como iba, Jess echó de menos tener un tercer brazo con el que taparse la nariz por el olor. Como al final este sea realmente un cuesco de Shanshar, adiós boda.

Unos pies más adelante, el culo de Jess se atascó con un saliente rocoso pervertido...

A ver si iba a tener razón el Gran Nalfeim, y sí que he engordado...

Se puso de puntillas, su culo sobrevoló el saliente y siguió avanzando sin mayor dificultad.