Partida Rol por web

¡Rayos, truenos y centellas! ¡Así Cyric astille la mente de esos orcos locos!

Susurra casi con ferocidad mientras en su interior se combaten la alegría porque los orcos estén sirviendo de carnaza para retener mas tiempo al gigante y un cierto disgusto por pensar eso. Entonces palidece cuando escucha primero y ve después a Nalfeim, no arriesgaría su pellejo por esos dos desgraciados pero él es un caso diferente, además su parte analítica sabe que sin su magia sanadora todo el grupo peligrará.

Si los orcos huyen y Nalfeim viene también... ¿estará el grupo en desbandada? ¿Luz de Mystra, que puede estar ocurriendo?

Se fuerza a recuperar el control, sus años de entrenamiento para mantener la concentración incluso en las peores situaciones acuden en su ayuda y observa todo de forma racional para encontrar la mejor solución en la que Nalfeim, el y circunstancialmente los orcos puedan escapar del gigante.

No hay ninguna posibilidad de que los orcos peleen contra el gigante, seguramente esos cobardes están huyendo de lo que quiera que haya dentro...

Entonces una idea llega a su cabeza, es arriesgada y peligrosa, pero no posee ningún conjuro capaz de detener al gigante, mucho menos matarlo y tampoco Nalfeim es rival para un gigante en solitario, un solo golpe podría despachar a los dos. Aún así la distracción sigue siendo la mejor línea de acción mientras Nalfeim se hace a la idea de la situación. Habiendo escuchado maldecir al gigante en común utiliza ese idioma -¡eh gigante! ¿Te has olvidado de mi? ¡Tengo conjuros para achicharrar tu trasero si me ignoras! ¿Por qué en cambio de eso no hacemos un trato? ¡No dejes escapar a esos orcos y podrías recibir mucho mas de lo que Yazlik podría ofrecerte nunca!

Habla con voz alta y segura, una voz tonante y bien modulada. No espera conseguir nada con ese intento desesperado que hubiese funcionado mucho mejor antes de que llegasen los orcos y Nalfeim, pero hablando tan alto pretende llamar la atención hacia él o los orcos, aunque sea unos segundos y lograr cubrir a Nalfeim. Así mismo el clérigo sabrá que Shanshar sigue allí y, en la eventualidad de que el gigante decida escucharle espera que el clérigo no intervenga hasta que la violencia vuelva a estallar, dando mas tiempo a ambos para pensar en una estrategia.

Además no espera que los orcos comprendan el engaño o intenten quedarse, pero eso no hará que dar veracidad a sus palabras si el gigante tiene suficiente cerebro para comprenderlo.

A buen seguro en cuanto termina de hablar da un par de pasos hacia el lateral de la caverna aplastándose contra el recodo de la pared.

-¡eh gigante! ¿Te has olvidado de mi? ¡Tengo conjuros para achicharrar tu trasero si me ignoras! ¿Por qué en cambio de eso no hacemos un trato? ¡No dejes escapar a esos orcos y podrías recibir mucho mas de lo que Yazlik podría ofrecerte nunca!-

-¿Orcoz?- Repite el gigante levantando su clava y mirando el amasijo sanguinolento que hay debajo.

-¿Que hacer orcoz quí?- Pregunta dándoles una patada que los hace rodar por el suelo de nuevo. -¡Nadie pasa por puerta baja!- Asegura amenazándoles con su arma. Después se vuelve hacia la insidiosa voz del ser invisible.

-¡TU-U-U!- El eco retumba una y otra vez en la cueva -¡Pequeña rata de albañal-al-al!. ¡Voy a zacarte los tripoz y a cozinarloz-arloz-arloz!. ¡Veráz lo que ez que te achicharren de verdaz-daz-daz!- Sus ojos refulgen de rabia al no poder verte. A pesar de su tono amenazador, el gigante se pega a la pared, tratando de cubrirse tras un saliente.

Se hace un silencio en el que el coloso trata en vano de localizarte. Los orcos medio muertos, gatean por el suelo. El gigante los observa con el ceño fruncido como si aún no hubiera decidido si dejarles vivir. Entonces se vuelve hacia atrás, donde un momento antes se podía oír el clapeteo de una armadura metálica. -…Orcoz no-corazza- Susurra entre dientes.

Desde el fondo de la galería os llegan los susurros de Nalfeim en dracónico: - D°μiи S˅nterrλ SᾏиѴuarϒ - invocando algún tipo de protección mágica.

El gigante vuelve y agarra por el cuello a la salvaje de pelo morado. -¡No engañaz a Grux!- Gruñe acercando a la orco a sus dientes para interrogarla. -¡Tu zaqueadora!. ¡Tú con rataz humanaz!. ¡JABLA!- Pero la orca apenas logra emitir un gemido antes de quedar inconsciente en las manazas del gigante.

Gagur se pone en pie con dificultad y corre en tu dirección con el rostro desencajado por el pánico. -Nu Shashar, ¡Gagur amigo!¡Giganto mu loco!. ¡Yuda!-

El gigante repite tu nombre mirando en tu dirección -Zhhhanzzzhar. ¡Orcoz rastreroz...Lo zabía!-

¿Hasta que punto podrá llegar la estupidez orca...? ¿Qué podría hacer? El gigante no parece inclinado a hablar... ¿Como podemos detener una mole así? Esto es una caverna... he leído varios libros...

Con este pensamiento observa la calidad de la caverna y el techo por si pudiese causar algún desprendimiento sobre el gigante.

Cuando ve el orco liberarse y correr hacia él extrae su arco y se plantea volver a llenar el suelo de grasa, esperando que tanto el orco como el gigante acaben en un revoltijo. Aunque ve al orco intentar alejarse duda que lo logre, pero tampoco puede hacer nada para evitarlo. Así que decide seguir distrayendo todo lo posible al gigante, aunque sin muchas esperanzas -tengo tu nombre Grux. Puedo dominar tu mente ahora mismo, pero te ofrezco un trato mejor en el que podrías ganar muchos diamantes. Eres fuerte y los fuertes siempre merecen una recompensa.

El gigante ha demostrado ser suficientemente inteligente y espera que finalmente sus palabras logren llegar a él, o por lo menos que Nalfeim y los demás lleguen para afrontar juntos al gigante.

Como siempre justo cuando termina de pronunciar la última palabra se mueve un poco para evitar que el bruto le alcance con sus endiabladas piedras. Finalmente encuentra un recodo adecuado donde se aplasta dejando solo su cabeza expuesta para observar lo que ocurre.

    -Grux es maz fuerte que todas las ratas juntaz- Respondió el gigante hinchando el pecho. -Yazlik tener mina... Tiéntame otra coza- Dijo frunciendo el entrecejo con desconfianza. -sólo trrataz de salvar pellejo, humano- Dijo escupiendo la última palabra. Se movía esquivo mientras trataba de descubrir el origen de tu voz . Lo único que parecía creer el gigante es que pudieras hechizarlo.

Gagur corrío hacia tu voz. El gigante podría haberlo aplastado en ese momento, pero  dejó que el aterrado orco llegara hasta ti. El minero se detuvo justo a tu lado y comenzó a palpar el aire -Sansar no te veo...¡Sansar!-

El gigante sonrió maliciosamente y alzó en el aire a la salvaje de pelo morado como si fuera de una de sus mortíferas piedras.

Gagur mientras tanto, intentaba advertirte:-Sansar...Tenemo que huír...Todo van a morir ahí dentro-

El cuerpo de la minera se estrelló contra la pared que tenías a tu espalda con un crujido de huesos. La hermosa melena

morada impactó en la fría piedra y su cabeza se cascó como un huevo, salpicándoos a ambos de sangre. Gagur echó a correr hacia la salida aterrorizado, pero un segundo más tarde, una enorme roca esférica le rompía la espalda, dejándolo inconsciente en el suelo.

La mina quedó en silencio. Si Nalfeim aún estaba ahí, había quedado mudo. Entonces escuchasteis los gritos de las mineras y el zumbido del enjambre.

Observa asombrado la puntería del gigante a la hora de lanzar orcos y piedras.

¿Donde habrá ido Nalfeim? Tengo que reunirme con él, pero pasa eso necesito superar al gigante.

Viendo las pocas opciones que tiene decide permanecer pegado a la espera de que el gigante, muy probablemente, decida ir a por él ya que el orco debería haberle dado una idea aproximada de su posición. En cuanto esté cerca aprovechará para superarlo por un lateral como alma que lleva el diablo.

Tymora, necesitaré tu suerte para esto.

Tal y como temías, el gigante se acerca a rematar a Gagur. Avanza con cautela, revisando y palpando cada grieta en la que pudieras estar escondido. Cuando lo tienes encima, ves como levanta su clava para barrer todo el área. Te lanzas al suelo y la enorme clava de piedra golpea la roca, haciendo saltar cientos de esquirlas que te laceran como el granizo, sin demasiado sigilo, logras ponerte en pié y rodear al coloso sin que te aplaste. Por un momento el monstruo se vuelve en tu dirección, pero finalmente se detiene junto al desdichado orco, que gime en el suelo boca abajo.

-Cuchi-cuchi- Se mofa el gigante volteando al piel-verde con su clava como si fuera un niño con un palito. -Te voy a comer...Y a tuz amigoz también-

Dejas atrás al desgraciado Gagur y te adentras en la galería. El eco del Enjambre suena mas cerca. Llegas a un cruce de galerías donde esperabas encontrar a Nalfeim y entonces un resplandor ilumina el camino de tu izquierda. Un grupo de orcos se acerca a la carrera portando antorchas que agitan en el aire como en una caza de brujas.

-Psst. ¿Eres tú Shanshar?- Escuchas a Nalfeim asomado desde la esquina del camino de enfrente. -¡Ven aquí, corre!- Susurra el clérigo escrutando la oscuridad con sus singulares ojos amarillentos.

Cruzas al otro lado  y te asomas desde la misma posición de tu compañero. El grupo de orcos hostiga al enjambre con las antorchas. Reconoces entonces que se trata de Köyu, Klurca y el resto de mineras. Tras ellas alcanzas a distinguir la picorota del sombrero puntiagudo de Tergrar. El isleño agita su vieja espada de guerrero con la diestra mientras con la otra mano lanza rayos con la varita de Corvinus.

Perseguís al enjambre junto con Tergrar y el resto de mineras, aun mas enloquecidas por los gritos de ánimo de Klurca.

Por encima de la algarabía podéis oír los alaridos de Gagur. Os imagináis al gigante devorándolo tras algún recodo.

¡A cazar moscas y gigantes! JA! ¡A cazar moscas y gigantes!!! Repitió exaltada la orca, ante la reciente locura galopante del viejo, quien ya empieza a mostrar sus síntomas de abstinencia.... La guerrera, desenfunda el espadón con una mano, mientras carga una antorcha en la otra, mientras va siguiendo a la horda. De repente, al oír los gruñidos del orco de comportamiento extraño "Gagur", Klurca se detiene un instante, como tratando de aguzar el oído en medio de los griteríos de las mineras. Sin embargo, el ruido es insoportable, y no logra discernir en donde puede estar el orco alocado... ++HERRR ! HAGAN SILENCIO PICUDAS! Les ruge, calmando ahora a la jauria de mujeres descontroladas....o intentándolo.

++Escuchen! Creo!...Creo...?...creo que Gagur esta mata-muere con el gigante! Gruñe, tratando de adelantarse hasta el camino que va a la salida.

Yyyy... aquí vamos otra vez.

Jess se llevó la mano a alguna de sus múltiples heridas. No estaba para muchos trotes, pero tenía que asegurarse de que el viejo Gran Tergrar volvía con los demás.

Ains. Será mejor que me esconda...

Se cubrió con las irregularidades de las paredes y fue avanzando poco a poco. Luego se dió cuenta de que en el centro de la galería, a su altura, Jagga la seguía delatando su posición.

¿Y tú no tienes vida propia?

Bufff... Ohrduk ong kogo bottu ak-gak-le dijo en orco, para que Jagga también se ocultara.

Fue siguiendo a Tergrar, al ruido de las antorchas y al ruido de júbilo de un harén de orcas exaltadas, en la distancia, avanzando oculta por tramos.

Escucha el ruido de las moscas y las orcas, ve la luz de las antorchas y se acerca al clérigo.

Susurra con urgencia a Nalfeim mientras se acerca a él -tenemos que proporcionar una distracción a los demás para que superen al gigante. ¿Qué conjuros te quedan?

Casi al instante se da cuenta de una posibilidad y su mente empieza a buscar la mejor manera de realizarla.

El gigante ocupa la salida y parece que han logrado espantar a esas moscas...- si lanzo el conjuro de grasa sobre el gigante y alguien prende fuego al mismo tiempo que pasan esos insectos... Eso podría resultar. Pero hay que avisar a los que llegan.

Observa la conformación de la caverna y añade -tenemos que conseguir que esos insectos se dirijan hacia el gigante.

¿Qué conjuros te quedan?

-Muchos- Responde el clérigo con un susurro. La mirada de Shanshar no dejaba lugar a dudes de que esperaba una descripción minuciosa conforme a su carácter.

Nalfeim enumeró los conjuros tan rápido como pudo mientras la mente del mago valoraba lanzar otro conjuro de grasa.

-¿Podrías hacerlo?- Susurra Nalfeim escéptico. -Si abrimos la boca, prepárate para una buena pedrada...Ese Grux te la tendrá jurada.- Dijo sonriendo.

La nube de motas sorteó el último saliente de rocas y se acercó a toda velocidad.

-Échate para atrás...¡Aun nos pueden brear esos bichos si nos ven!- Dijo retrocediendo con cautela.

Asiente ante la descripción de Nalfeim y susurra mientras retrocede -reserva tus conjuros, ninguno de ellos produce fuego y hasta que no entremos en combate cerrado es mejor intentar otras cosas. Esperemos que los insectos busquen la salida y no entren en estas cámaras cerradas. Si tienes antorcha prepárala, aún quedan unos segundos.

Se prepara para acercarse a la distancia necesaria para lanzar el conjuro en cuanto pasen los insectos. Afortunadamente no parecen estar avanzando demasiado rápido por lo que resultará mas sencillo atraparles.

Cuando los insectos nos superen los seguiré para poder lanzar el conjuro.

Master posteando....

Bufff... Ohrduk ong kogo bottu ak-gak-le dijo en orco, para que Jagga también se ocultara.

  Jagga se tapó la boca para evitar estallar en carcajadas y respondió en voz baja -Mejor yo enzeñar orco a tí...O tú tener problemas-

Dijera lo que dijera realmente Jess, la minera pegó el culo a la pared con cara de guasa y comenzó a frotarse contra la piedra como si quisiera sacarle brillo.

Klurca se abrió paso entre la cuadrilla para hostigar a las motas. El enjambre reaccionó revlviéndose contra la bárbaro, amenazando con engullirla, pero el resto de orcas se apiñaron para juntar sus antorchas en el estrecho túnel y lograron que la plaga continuara su retirada hacia la entrada de la mina.

La voz cavernosa del gigante retumbó mas adelante -¿Te duele aquí?- Gagur respondió chillando de dolor. -Oh, perdona, Jajajaja- Se burló el coloso que debió de volver a apretarle en el mismo sitio.

(Klurca)++Escuchen! Creo!...Creo...?...creo que Gagur está mata-muere con el gigante!

-Zoy Grux, sucias traidoras- Contestó el gigante. -¡He mata-muere a vuestros amigos y ahora me voy a comer a este!- El gigante continuó estrujando las heridas de Gagur que chilló hasta quedarse afónico.

Köyu agitó frenéticamente su antorcha contra las motas, pero el enjambre prosiguió su retirada a su ritmo.

Tran y Fornund aparecieron  tras vosotros. El enano estaba colorado y hacía cuanto podía para moverse con su armadura al ritmo del ágil humano.

Mientras, el gigante disfrutaba atormentando a Gagur.

-No me comas- Suplicó el orco-¡Tengo una misión de Yazlik!- confesó -Tengo que llevar libro-

El gigante debía de estar escuchándolo, porque los gritos de dolor de Gagur cesaron un momento. -Dame libro- Respondió al fin. Se hizo un silencio. Las cuadrilla de mineras dejó de alborotar  y sólo se escuchaba el zumbido de la plaga y el traqueteo de la armadura de Fornund.

-¡¿Que es esta mierda?! - Rugió el gigante.

Se escuchó un crujido y cristales rotos.

El enjambre llegó hasta una intersección de galerías y tomó el camino de la derecha en dirección a la salida. Desde otro túnel apareció Nalfeim encendiendo una antorcha.

-No podíamos arriesgarnos a salir antes, ese gigante nos hubiera machacado de una sola pedrada.- Dijo agitando la mano.- Vamos, Shanshar sigue invisible, pero está conmigo y tiene un buen plan.-

Ajá... Ajá...-asintió, viendo los movimientos pélvicos de Jagga para rascarse el trasero contra la pared-Eeeeehm... Mejor lo dejamos, ¿sí? Creo que no estoy preparada para aprender nada de lo que me puedas enseñar.

Aigh. ¡Qué asquito! Voy a tener pesadillas con eso.

Despistada, había vuelto a avanzar hasta toparse con las espaldas de las últimas orcas, con lo que todo el trabajo de subterfugio se había ido a la porra. Por lo menos la voz solemne del sacerdote era tranquilizadora. Se alegró de volver a ver al Gran Nalfeim, y de volver a no ver al Guapo Shanshar, pero parecía que iban a intentar abatir al gigante. Eso era bastante peligroso, pero Gagur estaba sirviendo de distracción, así que era ahora o nunca.

Sssssh. Calla, Jagga. Quiero escuchar el plan.

Jess prestó sus oídos, con toda la esperanza de que el plan incluyese sacrificar las vidas de algunas orcas en el proceso. Los mejores planes son aquellos en los que los orcos mueren, todo el mundo sabe eso.

Me detengo para recuperar el aliento cuando Tran y yo nos reunimos de nuevo con nuestros amigos. Abro la boca para empezar a relatarles lo que hemos descubierto por el otro camino, pero entonces oigo los gritos de Gagur viniendo desde el final de la galería. Parece que ha tenido la desgracia de toparse con el gigante. Decido guardar mis palabras para un momento más propicio, pues se diría que hay un plan en marcha respecto a nuestra situación actual y a cómo derrotar a esa bestia inmensa. Me alegro de comprobar que que Shanshar y Nalfeim vuelvan a estar con nosotros.

—Hablad, entonces. ¿Cuál es el plan?

Espero que funcione, y antes de que ese orco eche a perder nuestra misión...
 

++Ese Gagur -embrujuro- está muerto. Intuye la orca.
++O lo estará rapido-rugido.

Klurka, sostiene en alto la antorcha en llamas que le habia dado Siglu, observando a las peligrosas motas mordedoras, mientras el espadón descansa entre su manota izquierda y el hombro.

Podemos dejarlo ahi, como carnada de gigante...¿?, Dice, casi como preguntando, mientras mira a la lider-tuerta.

++brunch...grunttt....también podemos machaca-gigante, o arrojarle encima a esa nube devora-todo...Agrega, como si quisiera darle una posibilidad al unico orco macho...
...++Despues de todo...Gagur tiene pinga!!

En eso, Nalfeim aparece de frente, y por poco no cae en el medio de la nube de insectos....

¿Plan? repite embobada, la semiorca...hablando en común
Que es plan? ...es como...engañar al gigante?..?..sin espada ni sangre-tripas de gigante?