Partida Rol por web

    Tergrar se sumó a sus compañeros espetando a Shanshar a que expusiese su gran plan. El mago alzó el dedo pidiendo silencio para no romper su concentración y Nalfeim habló por él:

   -Shan va  a lanzar un conjuro de grasa al gigante con la idea de prenderle fuego a él y a las moscas aprovechando las antorchas...Si lo he entendido bien- Añadió mirando al mago.

-¡Bien pensado!- Opinó Tergrar. -Voy castigando a esos bichos, por si no fuera suficiente. Ya habéis visto que cada vez que chupan sangre, se hacen más fuertes- Dijo apuntando con su varita.

Podemos dejarlo ahí, como carnada de gigante...¿?

...++Después de todo...Gagur tiene pinga!!

     Las orcos cacarearon la observación de Klurca en un nuevo batiburrillo, distrayéndose hasta el punto de que rompieron la formación y dejaron de agitar sus antorchas.

Köyu puso su ojo sano en blanco y se llevó la mano libre a la cabeza ++Nu-Chukk Pinga*++  Dijo en su idioma. La orca silbó de nuevo y centró a las mineras más cercanas en seguir ahuyentando a las motas. -Ojo con achicharrarnos- advirtió con su voz ronca mirando a Nalfeim.

    Tergrar sacudió su varita y una nueva hilera de rayos iluminaron la cueva hasta alcanzar a la plaga que estalló en chispas doradas. Cuando se disipó el resplandor, apenas quedaban unas cuantas revoloteando en el pasillo y pasados unos segundos, estas se habían dispersado por completo. El viejo se quedó mirando la cueva con incredulidad.

-¡Bah!- Dijo al cabo de un rato henchido de orgullo. -¡Chúpate esa Shanshar!- Dijo guardando la varita entre sus ropas.

Alguien podría pensar que el plan consistiría en empujar al enjambre con fuego para que atacara al gigante, para debilitarlo. A su vez, el potente corazón del tamaño de una sandía tiene que bombear con mucha fuerza la sangre para que recorra ese enorme cuerpo. Por tanto, la presión arterial haría explotar como granos con pus a las motas sangrientas que se alimentasen del gran guardián. ¡Pues chúpate esa, ciencia! ¡El equipo del Gran Tergrar va a derrotar al gigante con un conjuro de grasa! ¡Magia 1 - Ciencia 0!

Por favorrrr... ¿Podéis dejar de decir lo de pinga y lo de chuparse esa?-dijo Jess, avergonzada.

Jess sacó un saco de su morral y con él hizo girones para enroscar alrededor de las flechas, dejando algunos retales para las de Tran. Le dió su antorcha a Jagga y pasó la mano por el fuego.

¿Ves? Este fuego no quema. Es una antorcha siempreardiente. ¡Es magia! Ilumina sin quemar. Pero tampoco sirve para prenderle fuego a las cosas. Necesitamos convertirla en una antorcha de verdad.

Enroscó el resto de saco sobrante alrededor de la antorcha y prendió la tela acercándola a una de las antorchas de las mineras. Después le entregó la antorcha a su proveedora de Stum.

Quédate a mi lado y sujeta la antocha muy quietecita, ¿lo has entendido? Así Tran y yo podemos encender nuestras flechas y disparar al gigante.

Ve como las motas se separan perdiendo la coordinación tan sumamente peligrosa que demostraban antes y sonríe, su opinión sobre sus compañeros mejora substancialmente viendo que puede contar con ellos en circunstancias tan peligrosas.

Solo falta el gigante...

La armadura rechinante de Fornund es suficiente aviso para cualquiera y todo el mundo sabe del odio de los enanos y los gigantes, además de la legendaria resistencia enana.

Prenderemos fuego solo al gigante. Fornund deberás entretenerlo con cuidado de no entrar en la zona cubierta de grasa, todos los demás utilizad vuestras armas a distancia si disponéis de ellas.

Su voz surge de un punto en el aire  cercano al de Nalfeim; calmada y fría, debido a la concentración necesaria para mantener el conjuro casi listo en su mente.

Dejaré un pequeño hueco en un lateral para poder rodear al gigante Fornund, desde todos los flancos atacaremos a sus rodillas hasta hacerlo caer como un tronco podrido.

Su voz se va moviendo mientras avanza hasta colocarse en el recodo donde advierte a todos, incluso a las apestosas orcas al lado suyo -cuidado con las piedras que lanza, tiene una puntería endiablada.

Klurca pasa por el costado de Shansar, muy atenta a la inmediata aparición del gigante.
Pssst...Ten cuidado mago. No vayas a dispararme tu grasa! La orca, hace con la mano libre un hueco, (la antorcha la había apagado y guardado, al espantarse las motas), y le dibuja un arco en el aire.
Entiendes si? Por arriba...tirá con globito que estoy yo!

Al ver la cara de entendimiento en el rostro del mago -un mago siempre tiene cara de entendimiento-, Klurca asintió, y se escabulló en un recodo algo más adelante.

Cita:

¿Lateral? Que es eso? Hazle un hueco en la cabeza, que se muere seguro....siempre funciona, incluso con gigantes!
Susurra con un convencimiento que derriba arboles con el aliento.

   El eco de Grux retumba a lo largo del túnel: -Laz rataz nunca venen solaz-olaz-olaz- Comenta al escuchar el griterío de las mineras. Sus pasos se acercan lentamente hacia vosotros. Klurca se acerca a un saliente de la parad tratando de avistarlo, pero el taimado gigante parece haberse fundido con la roca.

-Sansssar-sar-sar- Se escucha de nuevo el eco de la voz del gigante resonando en la gruta. -Tengo un regalito para ti-ti-ti- Bromea cada vez más cerca.

Cuando la bárbara se adentró en la galería Nalfeim trató de prevenirla:

-Cuidado Klurca...- dijo tratando de no elevar la voz demasiado -Ese tramo es muy angosto. No podremos ayudarte- dijo alzando la mano, pero la medio orco, ya se había metido en el túnel. Tendrían que apoyarla con sus arcos y ballestas como había dicho Shanshar, de modo que Nalfeim avanzó unos pasos e invocó un conjuro de puntería bendita.

Jagga por su parte, siguió a Jess y sujetó la antorcha con cara de concentración.

Por fin el grupo se había reunido otra vez. Juntos podrían haber acabado con esos hongos mucho más rápido y Jess no habría estado en peligro de morir. Sin embargo a veces pasaban esas cosas. En cualquier caso habría que tenerlo en cuenta para la próxima vez.

El pícaro había corrido unos pies por delante del enano pero con idea de no dejarle atrás... al llegar junto con el grupo, se explicó el plan de Shanshar. Esta bién, pensó Tran, prepararé mis flechas para prender fuego al gigante.

Tras enrollar en las flechas los girones de tela que Jess le había dado, el pícaro miró hacia el final del recodo desde donde provenía la monstruosa voz del gigante. Le pareció ver su silueta frente a las rocas y disparó su flecha hacia esa zona. Sin embargo el disparo salió desviado e impactó contra una de las paredes de la cueva. - Maldita sea! - Con el peso de los arapos para prender fuego a las flechas, tendría que recalibrar su puntería. - La próxima vez no te librarás de esto - murmuró el pícaro como si hablara con el gigante.

    La flecha incendiada de Tran vuela hacia la oscuridad y aterriza junto al pie del gigante iluminando la parte inferior de su cuerpo. El coloso resopla divertido:-Jojojo. ¡Te pillé chiquitín!-

Una roca del tamaño de un barril vuela a toda velocidad siguiendo la misma trayectoria de la flecha, pero en sentido inverso, golpeando duramente a Tran en un hombro. El pícaro es lanzado hacia atrás rodando como una peonza, hasta que apoya su brazo sano en el suelo.

-Oh, perdona ratita...- Se burla en gigante -Te tomé por tu amigo el brujo-

El joven, impresionado por la rápida reacción del coloso, regresa dolorido a su posición, esta vez con más cautela.

PARA ATRAS!! RETROCEDAN UN POCO, LEJOS DE LAS PIEDRAS!! Grita Klurca, en una especie de "estrategia" alocada, con todo su estilo...tras lo cual se mete en una visura de la piedra, tratando de quedar a cubierto de los grandes pedruscos voladores.
La guerrera, sostiene el espadón a un lado, ocultándolo con su propio cuerpo.

Glups. Pobre Tran. Esto va a ser una matanza... ¡No! El Guapo Shanshar tiene un plan, así que lo conseguiremos. Es la persona más lista que conozco, no puede estar equivocado. Además, tiene unos ojazos...

Ensimismada en sus pensamientos sobre el Guapo Shanshar, para cuando volvió a la realidad se había quedado rezagada. Jess rodeó a Jagga Caradecaca y al Gran Tergrar para poder tener una mejor posición de disparo, pero el gigante todavía seguía muy atrás en el túnel. Cogió aire mirando al resto de mineras orcas que parecían una panda de blancos andantes.

Casi me dan ganas de disparar a esas pieles verdes tontas.

Y esperó. En la punta de su flecha, el fuego crepitaba. Dejaría pasar la siguiente roca que lanzase el gigante antes de asomarse al túnel. Así tendría tiempo de disparar la flecha y retroceder hasta la cobertura antes del vuelo de un nuevo risco.

Una enorme roca vuela por el túnel de un modo que pareciera imposible, de no ser porque ya conozco la fuerza de esas criaturas. Tran no tiene los reflejos suficientes para apartarse de su trayectoria, y el proyectil lo golpea duramente, arrojándolo hacia atrás. Afortunadamente, hace falta más que eso para acabar con él.

Dándome cuenta de que la situación se ha precipitado rápidamente hacia la violencia, corro a toda la velocidad que me permiten mis piernas, arrojando pequeñas piedras sueltas y cascotes a cada paso, mientras sostengo firmemente mi arma. Atravieso todo el corredor del túnel hasta situarme junto a la poderosa Klurca, asegurándome de quedar a cubierto de las nefastas rocas del gigante.

—Klurca, vamos a esperar aquí a ese engendro y, cuando se acerque, le daremos una lección que no va a olvidar fácilmente. Juntos podremos con él.

Ese gigante va a toparse con un bocado más grande que el que podrá tragar...

PARA ATRAS!! RETROCEDAN UN POCO, LEJOS DE LAS PIEDRAS!!

Los gritos de Klurca atemorizan a las orcas.  Si su mejor guerrera se escondía entre las piedras como una lagartija, el resto de mineras no tenía nada que hacer. Las salvajes rompen la formación y se empujan unas contra otras agachando la cabeza tras sus escudos.

    Tergrar se acerca a Jess de nuevo para reclamar el libro de conjuros.

-¡Niña!- Dice con el ceño fruncido -Ya te puedes dejar de zarandajas de adolescente y devolverme mis notas- Espeta airado, pero guardando las distancias. Después señala hacia la galería de la que vino la enorme pedrada. -Voy a intentar engañar a ese monstruo. Pero no podré hacer mucho más si no me las devuelves- Dice agitando las manos con nerviosismo.

El viejo se aleja sacando un cordel y una vela rota que comienza a enroscar de forma dubitativa.

-Esto era...Mmm...¡Uish!, Ya: S°иuμ ᾏsus Rϒgarduμ- Pronuncia solemnemente en un pésimo dracónico. Tergrar cierra los ojos y apunta temblorosamente con su espada por delante de Klurca. Para sorpresa de todos, comienzan a sonar unos pasos que se dirigen hacia el gigante. -No lo hagas Shanshar, es muy peligroso...- Dice alzando la voz con dramatismo y después se tapa la boca para no reírse.

  Fornund es el primero en ver al coloso, después Klurca, Tran y varias de las orcas, que se aprietan contra las paredes atemorizadas. En lugar de lanzarles una de sus rocas, el gigante alza su inmensa clava de piedra con ambas manos y descarga una lluvia de golpes contra la ilusión, haciendo retumbar el suelo. Entre golpe y golpe se siguen escuchando los pasos, enfureciendo aún más a Grux que grita:-¡Muere de una vez mardito tramposo!-

    Nalfeim camina despacio hacia la pared de su derecha mientras continúa concentrado en su conjuro de puntería para el grupo.

    Tran toma otra flecha de su carcaj y sin tiempo que perder, aprovecha la oportunidad para disparar al gigante. La flecha vuela certera esta vez, pero rebota contra la dura piel de la criatura. -Vamos a necesitar un poco de suerte- Murmura agachando la cabeza para evitar otra pedrada.

¿Otra vez con lo del dichoso libro? ¿Y yo ahora qué le digo? Uhm... ehm... ¡Este no es momento de mirar las recetas de cocina! No se puede conquistar a un gigante por su estómago. Y... y...

Por suerte, el Gran Tergrar se marchó dejándola en un mar de balbuceos dubitativos. Luego llegó el vuelco al corazón, y el miedo por la seguridad de su amado Shanshar. Era el segundo apuro en el que la metía el travieso anciano en un pestañear de ojos. Menos mal que Jess sabía perfectamente cómo sonaban los andares parsimoniosos de su amorcito lindo, que si no también la habría engañado a ella.

El trozo de tela enrollado en la flecha ya empezaba a oler a chamusquina de todo el tiempo que Jess había dedicado a comerse el coco. El sentido del olfato hizo que volviese a la realidad. ¡Ya era hora de cargarse a ese gigante abusón! Salió hasta el cruce de galerías y disparó su arco corto normal y corriente de calidad regularcilla tirando a cutre.

¡Cachis! ¡Fallé!

Glups, mejor me saco de enmedio. ¡Cueeeeerpo a tieeeeerraaaa!

Se tiró al suelo, no tanto para no estorbar los disparos de Tran, sino para más bien que no le arrancasen la cabeza de cuajo con una roca gigante. Desde el suelo llamó con un gesto de la mano a Jagga, para que se acercase con la bendita antorcha para prender la siguiente flecha. Cuando ya estaba a punto de asomarse exponiéndose como blanco, la mano cambió a un "detente". Que a Jagga, una orca feucha, le arrancasen la cabeza con una roca, ya le daba un poco igual. Lo malo sería que, en el proceso, el gigante de piedra se cargase también su antorcha siempreardiente, a la que Jess tenía tanto cariño.

Observa las numerosas distracciones que sufre el gigante y se plantea rápidamente cúal es la mejor opción. Durante un instante casi llega a creerse que él mismo está avanzando hacia el gigante, quizá la pronunciación no haya sido la mejor pero la ilusión es poderosa.

Tal y como está colocado el gigante será difícil rodearle cuando lance el conjuro de grasa, pero es mejor si por lo menos uno le da que pensar a sus espaldas...

Con la magnífica cobertura proporcionada por Tergrar y los enemigos visibles y sumamente ruidosos se plantea algo un tanto audaz, pero nadie está en mejor posición que él para hacerlo. Susurra a Tergrar para que avise a los demás, no queriendo que el gigante escuche lo que dice.

Rodearé el gigante y crearé la grasa, estad preparados. Si huye avisará a Yazlik.

Avanza a la par que los pasos durante unos metros y luego se desvía buscando no ser escuchado, su invisibilidad ha demostrado ser un escudo mejor que su sigilo, pero si logra estar a la espalda del gigante sin que este lo descubra serán todo ventajas más adelante.

Vuelve a torcer el gesto al oler el penetrante hedor del gigante, incluso peor que el de un enano en armadura completa tras una semana de marcha sin lavarse y se pregunta si no estará arriesgando demasiado cuando se vuelva visible, aunque tales dudas rara vez ocupan su mente demasiado tiempo.

O el mago es muy muy tarado, ...tanto como para acercarse a tratar de golpear las rodillas del gigante, o acá hay otra brujería del viejo peligroso! Razona la orca, al oir las extrañas palabras pronunciadas por Tegrar, y ver como reacciona el gigante, golpeando el piso.

Por suerte, se da cuenta de que la voz que suena frente al gigante, parece la del mismísimo Tegrar, hablando dentro de una campana gigante, y sospechando brujería, permanece al lado de Fornund, espadón en mano.

++Hummmm....gigurton muru muscustrengto!... Masculla al oir el plan del enano.

Al ver que las mineras se mantienen distantes, sin siquiera lanzar piedras, jabalinas, odres o yelmos contra el inmenso ser, Klurca sostiene con la izquierda el espadón, apoyado en el suelo, y tras descolgar una pequeña hachuela del cinto, --la misma que arrojara contra el hongo_alarma--, la arroja con todas sus fuerzas directo a la frente de Grux.

++KANISHCA! Gritó luego al grupo de orcas, tratando de mantener alguna cobertura contra futuras pedradas del gigante.

   Tergrar se acerca a Jess que está agazapada en el suelo, saca de su bolsa una alpargata de cuero, la rasga con la ayuda de sus dientes y la agita en el aire mientras dice: -Mago Testarudo...digo...Testículo. ¿No? Pues...Ah: ¡¡Testudo Magis!! - El trozo de alpargata arde y las cenizas rodean a Jess con un fulgor rosado -No te lo mereces. Es solo por lo que has hecho por esa criatura- Dice señalando a Jagga. -¡Y dame mi maldito libro!- Refunfuña una vez mas -...O voy a tener que seguir sólo con mi ballesta y no veo un pimiento sin mis lentes- Jess apuesta, a juzgar por la expresión de Tergrar, que el siguiente virote que lanzase el viejo podría acabar en su culo.

Jagga se agacha junto a la espadachin sin entender nada. -¿Taz caído? ¿Tu ver pajarilloz en cabeza o argo azí?-

Sin darse cuenta la minera acerca su antorcha peligrosamente al pelo de Jess, pero el fulgor rosado crepita frente a su cabeza y repele la llama.

-Rodearé el gigante y crearé la grasa, estad preparados. Si huye avisará a Yazlik.-

Al oír las palabras de Shanshar, el posadero se olvida de la joven y grita a las orcos:-¡Lanzar las antorchas!-

    Kurca lanza su hachuela que se que clavada en la ceja de Grux. El gigante deja de dar bastonazos al vacío y se vuelve con una expresión de odio e indignación. La medio orca siente un extraño cosquilleo en las piernas. El hachazo que habría derribado a cualquier granjero, no parecía dolerle al monstruo. Sin embargo sus compañeras de cuadrilla jalean el soberbio lanzamiento coreando grito de ++KANISHCA!++ y se arremolinan a su alrededor de su heroína.

   Köyu lanza su antorcha que rebota en la dura piel del gigante y a continuación el resto de la cuadrilla (salvo Jagga) iluminan el techo de la galería con sus lanzamientos. Las antorchas alfombran el suelo entorno al coloso sin que ninguna de ellas le cause verdadero daño, de hecho Shanshar tiene que esquivar los lanzamientos más largos que apunto están de chamuscar sus elegantes ropajes.