Partida Rol por web

Se acerca a Fornund y Nalfeim con curiosidad, los ámbar casi no merecen más que un vistazo, pero la vela... ah, aquí hay algo más interesante, la magia siempre es interesante.

Está escrita en enano arcáico, aunque me precio de saber hablar vuestro idioma las runas son antiguas. Pero esta vela debe tener más, nadie escribe una críptica frase en ella ni esta sobrevive como pertenencia de un gigante sin poseer algo de magia...

Con un simple gesto y la palabra 'visión' en dracónico sus ojos se iluminan brevemente de azul mientras la Urdimbre se despliega ante él lentamente.

Sin duda... no puedo decir más hasta que pueda preparar un conjuro para identificarlo pero...

De pronto todos parecen alterarse, incluso alguno ataca al cadáver del gigante, pero Shanshar parece demasiado distraido observando la vela y las fluctuaciones de la Urdimbre.

El gigante yacía muerto ante el grupo. La verdad es que no había sido fácil acabar con el. - Si no es por la magia de Shanshar y Tergar no hubiéramos tenido ni la más minima oportunidad – concluyó pensativo mientras observaba al porbre Fronund magullado.

En fin, tras buscar por la cueva al orco sin encontrarle, por fin dieron con el pielverde en las entrañas del gigante. La verdad es que era mejor que estuviera allí que no avisando a más enemigos y dificultándoles la marcha.
Pero lo que había parecido un éxito y un alivio terminó por volver a una situación de total alerta cuando Nalfeim avisó de una cosa que se movía en el gigantesco cadaver.

Pronto la mitad del grupo estaba intentando atacar a la cosa profanando el recien creado cadaver.  -Está bien, habrá que acabar con todo lo que  se mueva antes de que acaben con nosotros – afirmó para sí mientras trataba de escuchar los movimientos del nuevo "bicho".

Entre el sonido de los tajos de Klurca y el sonido sordo que hacían las flechas que disparaba Jess al clavarse en el cuerpo del gigante, a Tran le pareció escuchar el viscoso movimiento del ser. - Creo que está aquí !! - dijo mientras clavba sus espadas en el cuerpo del gigante con la esperanza de haber acertado.
 

    Shanshar examinó la vela con detenimiento, se trataba de un objeto de gran calidad, confirmando sus sospechas de que se trataba de una vela mágica. Sabía que los enanos no eran propensos a la poesía por lo que examinó el texto desde un punto de vista más práctico. Las runas del "agua" y "conocer" eran notaciones arcanas de naturaleza distinta al resto del texto. Pertenecían a algún conjuro de adivinación y eran la clave para activar la magia del objeto.

   Algo se movió en el cadáver de Grux y Nalfeim descargó un golpe descendente sobre las costillas del monstruo pero no quedó claro si alcanzó a la cosa que se movía por dentro.

El viejo Tergrar cargó un virote en su ballesta, pero el temor a alcanzar a alguno de sus compañeros le hizo perder un tiempo precioso....De uno de los tajos abiertos en el gigante surgió uno de esos ojos-gusano que saltó sobre Nalfeim. El bicho enroscó sus apéndices intestinales entorno al cuello del clérigo mientras este forcejeaba por evitar ser estrangulado. La cosa se rebullía con agilidad intentando introducirse por la boca de Nalfeim, y este con los dientes apretados gruñía ferozmente. El aventurero consiguió blandir su maza y golpear al bicharraco en el ojo, el ser aflojó su presa y el clérigo aprovechó para lanzarlo al suelo y rematarlo.

-Por Boccob, ¡qué cerca lo he tenido!- dijo asqueado.

Uno de los apéndices excretó una pequeña bolsa de huevos sanguinolentos. Nalfeim, que aún jadeaba lo miró con repulsión y los chafó con su maza.

-¡Vale ya!- Gritó golpeando una y otra vez hasta espachurrarlo todo.

    Nalfeim se quedó recostado contra el gigante con las piernas abiertas. Tras recuperar el aliento miró a Köyu:-¿...Y esta era la entrada fácil?- Después se volvió hacia sus compañeros -¿Cómo estáis de fuerzas?- Dijo apoyando las manos en las rodillas. Fornund y Jess tenían un aspecto lamentable y cuando finalizase su conjuro, se sentirían aún peor. -¿Queréis descansar?-. Tergrar dio un paso al frente y negó con la cabeza. -Yo no soy de esos clérigos que pueden curarlo todo así como así- Continuó Nalfeim. -Si necesitáis de esos conjuros, tendré que descansar igualmente para prepararlos- Mientras los demás decidían cuál era la mejor opción, se acercó a Shanshar. -¿Cómo crees que podríamos usar esa vela?- Dijo mirando el objeto con interés.

Tergrar, decidido encontrar a su hija cuanto antes, rebuscó en su bolsa y sacó una seta gorda con cepellón. -La infusión es un poco fuerte...- Dijo con ojos traviesos -Pero recupera las fuerzas- Aseguró pasando la mano por la abollada armadura de Fornund.

-Os sentiréis sentiréis como osos- Insistió frotándose el pecho.

El enano conocía lo suficiente a su amigo para saber que los efectos secundarios de su brebaje no pasarían desapercibidos.

Todo sucede tan deprisa que no me da tiempo a hacer nada. Antes de que me decida a atacar al viscoso horror que emerge del profanado cadáver, mis compañeros se arrojan sobre él y lo destrozan, sin permitir que cause más daño al ya debilitado grupo.

Cuando todo vuelve a estar tranquilo, me alegro de poder tomarme un respiro. De ahora en más deberíamos intentar ser más precavidos, especialmente yo, que me he lanzado al combate contra el gigante de un modo absolutamente temerario. Pero he sobrevivido, y he aprendido de mis heridas.

Al oír las palabras de Nalfeim y Tergrar, frunzo los labios.

—Tergrar, todos agradecemos tu buena disposición, pero no me fío de las setas. No tiene nada que ver contigo, pero desde que nos enfrentamos a esos hongos ahí atrás... —maquillo ligeramente la verdad para no herir sus sentimientos—. Creo que prefiero las atenciones de Nalfeim, si a él le place.

Necesitamos actuar con sentido común. Llevar nuestras fuerzas al límite y rehusar descansar solo nos llevará a una muerte pronta y terrible.

Las sorpresas no terminan nunca -piensa con asco al ver el enorme gusano destrozado. Finalmente con un instante de calma hace un breve recuento y escucha el intercambio de palabras de Tergrar y Fornund.

Debemos considerar tres factores a tener en cuenta.

Enumera con la mano mientras va hablando -primero, hemos actuado de forma descoordinada y varias orcas han muerto, también muchos estamos heridos. Segundo, las setas han gritado y el combate con el gigante no ha sido silencioso, no sabemos quienes podrían haber oído el ruido y estar de camino, o emboscándonos.- entonces suspira y con el tercer dedo dice en tono desalentado - Tercero, Ely ha sido raptada, ¿porqué ella? Podría haber sido casual, o Yazlik podría buscar forzar un acuerdo para obtener el libro. En el primero su vida corre peligro -obvia decir que podría estar muerta - en el segundo mientras crea que puede obtener el libro su vida no correrá peligro - cuando habla del libro mira intensamente a Jess un instante antes de seguir dirigiéndose a los demás - y también existe la posibilidad de que nos haya querido atraer aquí.

Su voz va perdiendo energía ante la falta de soluciones sencillas a la vista.

Desafortunadamente no tengo la respuesta a estas preguntas, pero si tengo varias sugerencias. Deberíamos escoger a un líder, alguien que sea capaz de imprimir un sentido al grupo - sin detenerse añade en enano apresurado - y controlar a las orcas - y continúa en común - y también debemos escoger si proseguir como estamos ahora o buscar un sitio seguro donde descansar.

Finaliza diciendo - si seguimos ahora dudo que todos logremos salir de aquí con vida.

Aaaaaaaah... pero qué bien habla el Guapo Shanshar...

Sobre que alguien haya escuchado a los hongos chillones del penúltimo combate, hay una cosa que los que no examinaron lo alto de las escaleras desconocen. Esta cueva termina en una puerta. Una puerta de las grandes, de esas de madera vieja y tamaño Grux. Pero por el ojo de cerradura había un montón de telarañas como si no se hubiese usado en siglos, así que no creo que nadie más haya escuchado el ruido, más allá de un puñado de arañas.

Se estremeció. Jess odiaba las arañas. Y los orcos. Y los próximos días estaría rodeada de todas las cosas que odiaba a la vez.

Eso también significa que quizás haya una puerta secreta en algún rincón de la cueva. Los heridos podemos descansar mientras el resto examina el suelo en busca de trampillas y las paredes en busca de pasadizos.

La propuesta del liderazgo no le interesaba. Eso le obligaba a elegir entre sus tres grandes héroes: el Gran Tergrar, el Gran Nalfeim y el Gran Fornund. A eso tendría que añadir al Guapo Shanshar, al que no sabe decir que no. Era una caca que ponía a prueba sus lealtades. Es como preguntarle a una madre que a quién de sus hijos quiere más. ¡Menudo compromiso!

Jess miró con recelo la seta que el Gran Tergrar sostenía en la mano. Eso de ponerse como un oso le hacía recelar de una repentina y vergonzosa crecida del vello facial. No podía permitir que el Guapo Shanshar viese a Jess con barba enanil. En cualquier caso, si Jess no lograba identificar los efectos secundarios de esa seta, Jagga siempre podría servir de conejillo de indias.

Mientras el grupo se dedica a discutir acerca de quien será lider, quien dormirá, o quien buscará una cueva, la mayoria de las orcas disfrutan su tiempo acumulando cuanta piedra-verde logran cargar entre los brazos.

Klurca no se queda atras, aunque tan solo toma una de las piedras de Ambar antes de pisarle la cabeza al gigante...
La guerrera, alza entonces la vista hacia Shansar, mientras intenta acomodar de alguna forma los restos de Grux...

Humm...lider? Köyu-lider. Ella decidir ahora. Extrañamente, la inmenza salvaje parece tener alguna especie de especial respeto por la minera, a pesar de tener menos ojos y menos fuerza que ella misma...

Mientras tanto, Klurca al fin logra acomodar y sujetar la cabeza del gigante, para asi pisarla y sostenerla de una oreja con una mano, mientras con la otra, le arranca la nariz con dos o tres certeros hachazos.

Ya con su trofeo en mano, se lo guarda para poder armar más adelante, una mascara que le cubra el rostro y aterrorice a sus enemigos....algo asi...hecho enteramente de la piel de la nariz de Grux.

Creo que prefiero las atenciones de Nalfeim, si a él le place.

Nalfeim asintió con la cabeza - Eso implica descansar. Por mi no hay problema-

Después se giró hacia Shanshar- Si Jess tiene razón y la puerta que había al final de la escalera estaba bien atrancada, tal vez aún no nos hayan descubierto- Dijo mirando a Fornund y Tran que habían sido la avanzadilla de exploración.

Humm...lider? Köyu-lider.

El sacerdote envainó su maza y respondió con diplomacia -...Si Klurca, Köyu es una gran minera, pero creo que Shanshar está pensando en otra persona- Y sonrió levemente al mago.

    Las orcas aprovechan para saquear la bolsa de Grux y la fortuna de piedras traslúcidas desaparece en un abrir y cerrar de ojos.

    Tergrar lanza una mirada de reprobación a Klurca. -Me da igual las guarradas que hagas con tus trofeos- Dijo señalando la cabeza de Grux -Pero en nuestras aventuras siempre vamos a partes iguales- Comentó refiriéndose al saqueo del ámbar. Sin embargo la única prioridad de esta misión  (al menos para él) era rescatar a Ely, así que no dijo más. -Además, ya me da igual- Añadió con tono nostálgico.

Tergrar puso las manos sobre los hombros de Shanshar:-He liderado este grupo desde que se juntó, pero los años me han adelantado en su carrera y hacéis bien en elegir a alguien más joven para tire del carro.-

El envejecido guerrero se sentó en una piedra, se quitó el sombrero y se rascó su canosa melena. -Mientras tanto, voy a preparar algunas infusiones de todas formas- Dijo sacando algunas setas más de su bolsa.- No creo que Nalfeim tenga pueda atender a tantos heridos sin agotar su magia.- Añadió mirando a las orcas.

Jess se agachó a mirar las setas de cerca: Eran Spiras-Pulgosas o setas pulgosas como las llamaba la gente. Eran las favoritas de los druidas y chamanes para entrar en éxtasis y tener visiones de todo tipo...Si además servían para curar, desde luego tenía que ser un efecto secundario.

-¡KLURCA-KLURCA-KLURCA!- Las mineras comenzaron a vitorear a la guerrera por repartir el ámbar entre ellas. La salvaje se sorprendió de que sus voluntades se vendieran tan barato.

Mientras tanto Köyu guardaba silencio y clavaba su único ojo sobre la bárbaro como si la acabara de apuñalar por la espalda.

¡Gran Tergrar! Mmmmph...

Jess se dedicaba a tirar del grueso brazo de Jagga sin moverlo ni un ápice, mientras la orca se hacía con su parte de botín ambarino. Por una vez que necesitaba a la muy hija de Gruumsh para algo, ésta estaba demasiado ocupada.

Gran Tergrar, Jagga dice que le encantaría probar una de las infusiones. ¿Verdad, Jagga?

En cuanto terminó de recoger ámbar y Jess se la pudo llevar junto al Gran Tergrar, la sentó y descalzó. Entonces empezó a masajearle los pies, con sonrisa ladina.

Pobre, poooobre Jagga... Hoy has vivido una experiencia muy dura, con todo eso de estar al borde...-frunció el ceño y contuvo la náusea ante las callosidades, berrugas y olores de los pies de la minera, pero siguió masajeando-al borde de la muerte, y eso. Te mereces un descanso, querida.

La muchacha estaba más o menos convencida de haber identificado correctamente a la spira-pulgosa, pero no sería la primera vez que alguien pasea por el campo y recoge setas que da por sabrosas al haberlas confundido con una especie venenosa parecida. Así que encandiló a Jagga para que hiciese de catadora, porque el Gran Tergrar estaba más que dispuesto a tomar las setas, y había que protegerle de acabar con dolor de barriga, muerte o incluso algo todavía peor: diarrea.

Luego estaba el tema de que si eran las setas que Jess pensaba, las alucinaciones podrían suponer algún problema. Por precaución, trató de despojar a Jagga de su pico, y de cualquier objeto puntiagudo que pudiera usar inconscientemente contra ellos cuando estuviera drogada.

La infusión estará en poco tiempo... ¿me permites?-dijo, alargando la mano hacia el pico de Jagga-Te debe de pesar mucho, podemos apoyarlo contra esa estalagmita de allá mientras te relajas con una buena infusión de setas...

++CA-KLUR....CA-KLUR!....CA-KLUR....CA-KLUR!!!

La orca, por poco escupe un buen pasticho de seta que estaba comiendo, al escuchar su nombre sonar al revés de tanto repetirlo.

Y es que Caklur, en orco, significaba justamente, "quien practica felatio tan duramente que termina arrancando un trozo"

JA JA JARR JAR JAR! Se rie a carcajadas, una vez logra terminar de tragar la seta sin atragantarse.
JAR JAR!!!...++EHR! NIER SIGLU, JARANA KLUR! JAJAJAR!

(Jess): la sentó y descalzó. Entonces empezó a masajearle los pies, con sonrisa ladina.

Jagga miró a la joven humana con perplegidad.

-No sé-qué buscar-tú-ahí...Pero gustar muy-mucho- Dijo sonriendo al fin. ++Humanos no ser malos-del-todo, tal vez locos...o un poco tontos++ Comentó en orco al resto de mineras que observaban la escena con grimosa curiosidad.

La orco bebió el brebaje de Tergrar sin pensárselo, cuando se trataba de comer, los orcos no daban problemas.

-¡QUEMA!- Gritó Jagga a pleno pulmón. Tegrar sin inmutarse, la respondió con tranquilidad:

-Claro, te has bebido la infusión sin dejar que se enfríe-

-NO-NO...¡QUEMA DENTRO!- Aulló la minera abriendo la boca de par en par y saltando enloquecida. Tras la sensación de escozor, le sobrevino unos picores terribles. Jagga comenzó a rascarse frenéticamente: -¡PICA, PICA MUCHO!- Se quejó saltándo como una chinche, para rebozarse después por los restos de grasa que quedaban sobre las piedras.

-Ya me acuerdo por qué las llamaban "setas pulgosas".- Murmuró Jess llevándose la mano a la barbilla.

La orca, rasca que te rasca acabó haciéndose girones las mangas de la justilla que piel que vestía hasta que finalmente se la quitó, quedándose con el torso desnudo.

El resto de mineras rieron a carcajadas y pidieron a Tergrar que le ofreciese otro trago a la pobre Jagga. El posadero se negó en redondo. -Solo en caso de necesidad- Respondió arqueando sus pobladas cejas.

Jagga continuó saltando de un lado a otro y a juzgar por sus incoherentes palabras parecía sufrir algún tipo de alucinación. Jess se alegró de haberla quitado el pico y minutos más tarde la salvaje se sumió en un profundo pero agitado sueño.

    Klurca no sufrió efecto secundario alguno y en poco tiempo sintió que el pequeño hongo cerraba sus heridas.

    Aun quedaban un par de sorbos y otra de las orcas malheridas, inspirada por la decidida Klurca, dió un buen trago. Al principio creyó haberse librado, pero en pocos segundos sufrió los terribles picores. En lugar de desnudarse echó a correr hacia el fondo de galería gritando ++¡ABO, ABO*!++

Tergrar rió hasta que le sobrevino la tos y ofreció el último trago a Jess. -Ocurre...A veces- Explicó con cara inocente refiriéndose a los efectos secundarios.-Yo sólo he sufrido un rasguño- Añadió zanjando cualquier discusión sobre quién de los dos necesitaba la curación.

Shanshar centró de nuevo su atención en su única pasión, la magia. Los hermosos ojos azules del mago observaron la vela con un leve fulgor mágico.

El hechizo era demasiado básico para explicar los pormenores del funcionamiento de la singular vela, pero confirmaba sin lugar a dudas, que estaba imbuida de poder. Tras unos segundos haciéndola girar en sus manos, determinó que se trataba de un objeto menor con poderes útiles, pero inofensivos.

Termina el estudio de la vela y alza la mirada para ver que todos siguen igual, incluso poniendo en peligro a los demás pegando gritos.

Orcas... ojalá hubiesen muerto todas... nos hubiesen hecho un favor a todos nosotros y a toda la creación.

Con el gesto ceñudo dice -la vela es un objeto menor, no podré saber que hace exactamente hasta que la pueda examinar con atención y mas tiempo.

Después observa a los demás humanos ignorando a las orcas y dice -creo que Fornund sería un buen líder. Nadie mejor que un enano para guiarnos en unas minas infestadas de gigantes. Y necesitamos a alguien con... estómago para tratar con -en enano -esas dementes insensatas- nuestras amigas antes de que alguien salga herido debido a una insensatez.

Se encoge de hombros desanimado, no ve una forma clara de que todos se muevan y logren rescatar a Ely, si es que sigue viva teniendo en cuenta el estado actual de las cosas y la compañia carente de cerebro que acompaña al grupo.

En cuanto Jagga quedó dormida y dejó de contornearse con movimientos espasmódicos, Jess sacó una manta de su mochila para tapar el torso desnudo de la orca.

¡Prohibido mirar, cochinos!-dijo a los chicos.

Jess miró al cuenco que le tendía el Gran Tergrar.

No... no tengo miedo. Yo no me rajo. Dos orcas tuvieron alucinaciones, Klurca no. ¿Cincuenta por ciento de posiblidades de que te toque?-conjeturó-Entonces a mí no me pasará, ¿no?

De esa estadística había sacado al Gran Tergrar, porque por mucho que el viejo dijese, Jess no le vió beber. Tiempo tuvo, mientras la atención de la chica se la llevaban las dos orcas con alucinaciones y comportamientos extraños. Pero con tanta fama de bromista que se gasta, vete tú a saber.

Cogió el cuenco y se vió reflejada en el agua. Su imagen serpenteaba por culpa de las perturbaciones de la infusión y de una mano temblorosa. Casi como si predijese las convulsiones que le iba a producir.

¡De un trago!-y bebió un sorbo-Ugh...-y otro sorbo; y otro.

Un escalofrío. Temblaba. Con las uñas empezó a rascar su garganta con avidez. Y cuando ya parecía que Jess iba a ser una víctima más de las setas pulgosas, sacó la lengua y arrugó el gesto.

Puaj... sabe a medicina... qué asco.

A parte del ataque a sus papilas gustativas, no notó ningún otro efecto secundario. Eso sí, Jess lamentó no tener un odre de agua en su equipo para quitarse el mal sabor. Entonces se acercó a los héroes más jóvenes y dejó al Gran Tergrar con su veneno. Les susurró...

Me parece bien que el Gran Fornund nos lidere. Y aquí traigo la primera decisión que debe de tomar. El Gran Tergrar no deja de darme la murga con que le dé el libro un rato para estudiar sus conjuros. Lo de la telaraña que atrapó a Grux fue cosa suya, y salvó muchas vidas. No sé quién tiene el verdadero libro. Dadle el original y la copia al Gran Shanshar, y que él me pase a mí el correcto, pues yo soy la que él cree que tiene el libro, y la que tiene que entregárselo para que no sospeche...

...o que el Gran Fornund decida mantener al Gran Tergrar alejado del libro. Pero entonces echadme un cabo, que yo ya no sé cómo darle largas. Podríamos desviar su atención... no sé... ¿instándole a que comiese amanita del valle? ¿Esa seta que le vuelve un poco loco? ¿Un poco más loco? Así ya no pensaría en el libro. Aunque creo que las va a tomar de todas formas.

Entonces, ¿qué hacemos, líder? ¿Le dejamos el libro, pasándonoslo entre nosotros a destranjis?

—Creo que lo mejor es que hablemos abierta y honestamente con Tergrar, pues hasta el corazón impaciente se rinde a la sinceridad —respondo al oír las palabras de Jess—. Tergrar, amigo mío, lo lamento, pero no es juicioso que estudies ese libro. No es sabio que nadie lo haga. El libro está maldito, y bastante nos está costando mantenerlo con nosotros, oculto a los ojos de Nalfeim, quien os recuerdo que está sujeto a un conjuro de geas ligado al libro, como para que debamos enfrentarnos a problemas inesperados derivados de actuar sin el debido cuidado. —Sonrío, para relajar un poco la sequedad de mi negativa, aunque me mantengo firme—. Tergrar, seguro que lo entiendes. No podemos correr riesgos innecesarios. Por Ely.

Dicho lo cual, me giro hacia el resto de mis compañeros.

—Me honra que algunos de vosotros queráis que os guíe, pues eso demuestra el afecto y la confianza que depositáis en mí, pero yo no me siento ni más sabio, ni más sensato o juicioso que la mayoría de vosotros. Me contento con que escuchéis mi opinión antes de tomar decisiones importantes, como debería ser escuchada y sopesada la opinión de todos. Y mi opinión es que necesitamos encontrar un lugar adecuado y reponernos de la fatiga y las heridas. Después de eso, se me ocurre que quizá deberíamos retroceder; más atrás, Tran logró abrir la puerta que daba acceso a otra sección de la mina. ¿Qué pensáis vosotros?

Sin más, paso discretamente a un segundo plano, dando a los demás la oportunidad de hablar.