Partida Rol por web

Justo cuando parecía que todo había acabado, que todo se resolvería, se viene lo peor: ¡un incendio! La posadera y Xander estaban indefensos frente a las llamas. Y lo peor de todo, al llegar veis con estupor que quién ha provocado las llamas. El caballo era enorme y oscuro como la noche y el jinete estaba pertrechado con una armadura de acero negro. Su capa negra ondeaba bajo la brusa nocturna y su cabeza... bueno, había una ausencia de ella. En la mano tenía una calabaza en llamas que lanzó con una fuerza sobrehumana al tejado de la posada, provocando otro estallido de fuego y humo.

Jack no podía entrar en edificios protegidos pero sabía hacer salir a la gente. Jack necesitaba una cabeza antes de acabar la noche y en la posada había dos opciones para satisfacer su venganza: la de la posadera, que gritaba ayuda y que si nadie la escuchaba acabaría por tirarse de la ventana, o la de Xander, puesto que una vez las paredes sucumbieran a las llamas no habría protección ni muros bendecidos que evitaran al jinete su entrada.

No tenía rostro pero sabías que ese espectro estaba sonriendo en ese momento.

-¡Ayuda, ayuda, por favor!

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   Pues si que es verdad. ¡Alguien ha prendido fuego a la posada SIN mi permiso! Mientras miro de reojo al bicho feo, voy buscando agua del pozo o fuente que tienen estos andurriales anexo.

   La idea es, que no creo que de tiempo a apagar fuego alguno, humedecer a la moza está monja, para que entre a patada limpia y rescate lo rescatable. Una vez humedecida (con agua, la moza), ya puede entrar a puño y patada a por su mozo.

   - Moza, mira a ver si puedes pillar a tu chico al menos, y de camino una de las dos a la otra, - señalo a la histérica de arriba. - Tú que estás ágil, mira a ver si echas abajo la puerta, ten, - si he encontrado agua, empapo la manta de agua para que se la eche encima y no respire humo ni pille tanto calor.

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Yinhe no se lo pensó dos veces. Primero había que sacar a los que más lo necesitaban, y ponerlos a salvo.

Ella era rápida y ágil, así que, en cuanto la monja estuvo húmeda, se abalanzo sobre la pared tratando de llegar a la ventana de la que gritaba la posadera. Saltó sobre la pared, buscando un apoyo que le permitiese llegar hasta arriba.

No veis ningún pozo cerca pese a que Yinhe esquiva las llamas y trepa hasta la ventana.

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   Ante la duda, no  hay agua, salvo quizás, algún odre. Pero no importa, ahí que sube la moza como cuando Azabache trepa por las cortinas con un bufido. Bueno, la moza no bufa. Al menos, no ahora, pero no importa, el caso es que sube.

   Sin perder de ojo al tipejo, examino la puerta con interés... empujo un poco, pero nah... está cerrada. Y si no está cerrada, no la he movido. Pero hay que reconocer, que no he puesto mucho esfuerzo, la verdad. Más que nada, era hacer tiempo mientras sube la moza arriba.

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Yinhe entra en la posada ¿qué haces? ¿Intentas adentrarte en las llamas para salvar a vuestro amigo o salvas de momento a la posadera?

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   Ahí que se va la moza a salvar a su mozo y aquí que me quedo yo plantada... miro arriba y veo que la posadera tiene pinta de acabar un poco abrasada, así que examino la estructura y miro por donde puedo entrar sin abrasarme o si se me ocurre otra forma de entrar.

   Ya que no soy ágil como la monja, toca discurrir a ver si encuentro forma de llegar arriba sin que se me chamusquen las enaguas.

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Yinhe coge a la posadera y la pone en el marco de la ventana.

-Gertru, ¿puedes evitar que se mate con la caída? ¡Nos vendría muy bien la capa nubosa que tiene el elfo! Intentaré llegar hasta él mientras piensas algo

Tras decir esto, mientras la bruja piensa una manera de amortiguar la caída de la posadera, Yinhe entra en las llamas para sacar al elfo. El humo es muy espeso y apenas puede respirar mientras que se quema las piernas. Su adiestramiento en el templo es tan bueno que ello no le impide seguir avanzando. Su calabaza protectora cae pasto de las llamas.

-Mierda

Hay al otro lado de la calle un carro lleno de heno. Parece pesado pero con un poco de suerte podrías tirar de él hasta llevarlo justo debajo de la ventana.

-No aguanto más, ¡por favor ayuda!

Los tres héroes y el perro mecánico se dirigen a la posada cuando de pronto, oís unos cascos yendo al galope. Ahí está el causante del incendio, el mal que durante todo este tiempo habíais logrado evitar.

El caballero no tiene cabeza pero veis arquear la espalda para "observar" su obra: un incendio que se puede llevar por delante a la posadera (que está en la ventana, a punto de tirarse), a Yinhe y a Xander. Solo va a esperar pero no va a dejar a nadie acercarse a ninguna de sus tres presas. Lo veis desenfundar una enorme espada y descabalgar su corcel de pesadilla para acercarse al edificio en llamas.

Ni el caballo ni el jinete va a dejaros acercaros al edificio. Tenéis protección y no os puede matar pero si puede combatiros. El caballo, en cambio sí.

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   Me arremango las enaguas, me escupo las manos, y voy dando un par de zancadas al carro ese dichoso y lo agarro y lo empujo contra la pared, con cuidado de no dejarlo demasiado pegado, no sea que arda. Pero los suficientemente cerca para que la posadera pueda saltar.

   - Jodíos mozos, cuando hacen falta un par de brazos fuertes siempre están por ahí, divirtiéndose cavando, peleando con bichos y dejan el trabajo duro a pobres mujeres, - mientras mascullo y me enfurezco, me doy cuenta que masculla, mascullando, ahí que he puesto el carro de heno en posición.

   - ¡Salta, que el fuego no espera, el heno amortiguará la caída! -

   Con un ojo no pierdo de vista al caballo y al tipo, que estoy con ganas de lanzarle una esfera llameante, ya que le gusta tanto jugar con fuego.

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"Es el... Es Jack"
"Yinhé! Lo tenemos! Tenemos el objeto! Salva a la posadera y completemos nuestra misión" le exhorto a la feroz entre feroces, la del puño de hierro

El giamarga chasqueó la lengua, Lo sabía! Mira que os lo dije.. masculló. La única manera de conseguir huir a tiempo, es dejarlo sin caballo.. comentó a sus compañeros. Intentemos darles el tiempo suficiente para que salgan de ahí..  dijo mientras invocaba su lanza sobrenatural en forma de descarga para intentar impactar a la montura..

   Mientras los mozos hacen el tonto y discuten a lo lejos, me arremango los brazos, agarro un carro de heno y me lo llevo a rastras cerca de la pared de la posada (pero sin acercarlo al fuego, para que no prenda) para ver si salta la jodía posadera o no. A ser posible al carro de heno.