Partida Rol por web

J.J. Comenzó a subir las escaleras que llevaban al ático y a medida que subían empezó a sentir aquel olor nauseabundo, que obligó al chico a taparse con la mano la nariz y boca. — Ugh… huele a muerto— murmuró una vez llegó arriba junto al resto.

De pronto, tensó su cuerpo en el momento que la música de la radio saltó otra vez de manera repentina. Eso ya había pasado varias veces como cuando entraron en la cocina. Debía ser la señal de que algo debían encontrar allí, o eso pensaba J.J. Y otro bote que pegó al notar a Phil agarrarse a su brazo, no se lo esperó. — Eh… Eh… espera… calma… Tú cálmate… — dijo estando él también acojonado, no era capaz de transmitir la calma que ella o cualquiera que estuvieran a su alrededor necesitaban. — Habrá que buscar… Hagámoslo con cuidado. No manipular nada hasta estar seguros de que no es ninguna trampa… Cuidado con los cajones si veis alguno… — aquel que le cortó la mano y desangró a Kimani.

J.J. se acercó a una de las cajas y le dio una patada intentando que ésta se volcara y ver su contenido. Cada vez que arriaba una patada, retrocedía hacia atrás. No era una actitud muy valiente pero para él la prioridad era la supervivencia.

Madison dio un pequeño salto cuando se encendió la radio, acompañado de un gritito agudo.

-¡MALDITA RADIO DE MIERDA! -gritó, asustada. Cuando recuperó la compostura, miró de nuevo hacia las cajas y a los demás. Jeremy parecía muy dispuesto, pero aquella peste no auguraba nada bueno.

-Chicooos, si huele a muerto... es que hay un muerto.

Pero nadie le hizo caso y Jeremy comenzó a darle patadas a las cajas. ¿Cómo demonios se le ocurría hacer eso? ¿Y si es una cabeza o algo así? Uaggh

Madison fue pegándose cada vez más a Ash, colocándose a su espalda, y sin dejar de mirar hacia atrás. Si algo iba a salir de allí, sería ella corriendo a toda pastilla escaleras abajo.

El olor no dejaba lugar a dudas, en aquel lugar había algo en descomposición. Si fuera una situación normal, se podría pensar que se trata de algún alimento en mal estado. Pero estaba viendo como poco a poco, las leyendas de muerte sobre este lugar cobraban fuerza. No había duda. Allí había un cadáver o parte de él.

No era un olor que le desagradara especialmente, por lo que se decidió a entrar, cuando de pronto el sonido de la radio inundó la sala.

“Esto no es bueno, nada bueno ¿Qué es lo que la activa?”

No le gustaba esta situación, era casi como si alguien jugara con ellos y lo malo de eso no era verse inmersos en el juego macabro de un loco, sino la certeza de que, además, los estaba observando siempre. Si esto era así, tenían pocas posibilidades.

“Al menos si vamos todos”

Por un momento se le ocurrió que tal vez podía buscar esa última llave, escondérsela, conseguir las otras del grupo y salir el sólo de aquí. No sería muy difícil debido al estado mental de todos y una vez a solas, podría escapar rápidamente.

“Pero no lo haré”

Pareciera que su moralidad se impuso, pero nada más lejos de la verdad. En estas situaciones, el que se separaba del grupo era el que moría. Si les observaban, no le costaría mucho al loco ver sus acciones. Solo quedaba una ruta de acción. Debían seguir colaborando. JJ pateó una caja.

- ¿¡Estás loco!? Así no evitarás las trampas, las activarás todas y no sabemos como funcionarán. Lo mejor es buscar con cuidado, primero inspeccionemos el lugar sin tocar nada, intentando evitar las cajas pasando entre los huecos. –

Se giró entonces hacia Madison.

- Si tu aportación va a ser decir obviedades y gritar, por favor, hazlo para ti. La situación ya es bastante mala. –

Y empezó a avanzar entre las cajas, despacio, midiendo cada paso, intentando tocar y mover lo menos posible mientras buscaba cualquier cosa que le llamase la atención.

Madison, que estaba a la espalda del gigante Asher, no se dio cuenta cuando este avanzó demasiado en linea recta. Podría haberle pasado a cualquiera*, pero le tocó a él. Con el sonido de la radio, que pobrablemente os estuviera advirtiendo, no se oyó el crujir desmesurado del suelo, que cedió bajo el peso de Asher. Por el sonido de la caída, y la posterior rotura de tablones de madera, deducís que han sido varios pisos. No pinta bien. 

Madison solo escuchó que algunas tablas crujían y de repente, Asher desapareció delante de ella. No pudo hacer otra cosa que gritar y gritar; un alarido que hubiese asustado al mismísimo demonio y que retumbó por toda la casa, mientras su novio caía por el suelo.

Inmediatamente, se puso a dar, de forma muy inteligente, pequeños saltos en el suelo, con los brazos pegados al cuerpo y mirando el lugar en el que hasta hacía unos segundos, se encontraba Asher.

-Estámuertoestámuertoestámuertoestámuertoestámuertoestámuertoestámuerto... -decía rápidamente y sin control.

Phil observó con ojos como platos cómo Asher, el fornido quarterback, desaparecía ante su mirada cuando crujían las tablas del suelo. No necesitó echar un vistazo al vacío para comprobar cuál era el estado del joven. Estaban en el ático y todo apuntaba a que el musculoso cuerpo de Asher había atravesado la madera de varios pisos. Estaba muerto, era imposible que hubiera sobrevivido a semejante caída...

-¡ASHER! -gritó la nerd, desesperada.

Primero Kimani, ahora Asher... ¿Aquella casa seguiría cobrándose las vidas de todos ellos?

Oyó el crujir de las maderas tras de él y por un momento temió lo peor. Pero al ver que nada ocurría, se giró lentamente entre dos cajas donde se encontraba para ver que donde antes se encontraba el quarterback, ahora había un agujero.

Una parte de Kevin se horrorizó ante lo que veía, pero otra sonreía burlonamente. Finalmente, el fortachón había caído. Justicia poética lo llamarían algunos. Su corazón bombeaba rápidamente y ahora el miedo le atenazaba ¿Y si el suelo volvía a ceder? Pero debía seguir buscando si quería salir de aquel lugar. Ya tenían a la animadora para llorar a su novio.

El joven avanzó lentamente, con sumo cuidado sobre donde ponía los pies mientras buscaba cualquier cosa que le llamara la atención.

Por cierto, que de la caja pateada salen fotos, tanto en marcos como en álbumes, libros sin importancia, más ropa...

Junto al hueco que deja Asher, tenéis un montón de ropa en el que se arremolinan las moscas. (¿en qué estado estará lo que haya debajo?). Cuidado con el agujero. 

Un tanto más recompuesta tras la pérdida de Asher, Phil se aproximó hasta las fotos para observarlas con detenimiento, tratando de ver si en alguna de ellas había números y letras similares a los que ella ya había encontrado con anterioridad desde que habían comenzado a dar vueltas por el pueblo.

Algo captó su atención mientras recorría el lugar. Era ese cúmulo de ropa, el fuerte olor invitaba a alejarse de allí lo más rápido posible, pero en su fuero interno, sospechaba que dentro podía estar la respuesta sus problemas. Al fin y al cabo, las llaves que habían ido encontrado estaban siempre en los sitios más siniestros. Si ahí abajo había lo que sospechaba, sería muy apropiado.

Despacio y fijándose donde pisaba, avanzó hasta el cúmulo de ropa y plantado frente a él, tuvo que aguantar una arcada. Su mano temblaba mucho, pero tragó saliva y cuando sintió que el vómito volvía su estómago, empezó a retirar ropa.

Las fotos no tienen nada de especial, son de la familia. Del mismo tipo que encontrásteis en el dormitorio de los padres. 

El bulto de ropa es otro cantar: cuando Kevin comienza a quitar ropa, su oscuridad se esfuma por un momento entre aleteos de insectos: un cadáver. Pero no un cadáver cualquiera, una señora mayor blanca que ha pasado a mejor vida... recientemente. Eso sí, no tiene síntomas de violencia. Además, parece que ha sido desenterrado, pues viste muy elegante. 

Sus manos están cruzadas sobre su vientre. ¿Esconderá entre sus dedos vuestro premio final?

Sin tiempo para recuperarse por la caída de Asher y  todavía de los nervios, el descubrimiento del cuerpo apestoso de aquella anciana fue lo que acabó por desquiciar a Madison, que volvió a ponerse a gritar, sin poder controlarse.

-¡AAAAAAAAAAAH! ¡Qué asco, qué asco!

Y sin poder evitarlo, vomitó hasta la última gota de bilis que tenía dentro.

-¿Qué... q-uién es? ¿T-tiene algo e-entre las manos? Oggffff

El joven se giró rápidamente hacia el sonido de la madera romperse pues había sonado muy cerca de él, e incluso notó la vibración hacerle perder el equilibrio pero quién cayó al vacío fue su colega Asher.

- ¡Asher! ¡Asheeeer! - gritó pero sin asomarse. No sé fiaba de hacerlo y caer también. Se olvidó de la investigación pues uno de sus colegas había caído y pensó que como Kimani también había perdido la vida. Pero de pronto sintió con mayor intensidad el olor a muerto. Aún así no se centró en ello, estaba demasiado asustado como para prestar atención de lo que estaba haciendo Kevin, ni lo que estaba a punto de hacer para poder encontrar una posible salvación.

Lo que sí hizo una vez logró controlarse un poco fue bajar por las escaleras por la que habían subido. De nada servía que todos se quedarán allí investigando y buscando, pero sí que podía resultar útil que uno bajará para ver el estado de Asher. J.J. se negaba a creer que hubiera muerto.

Al ver lo que ocultaban las ropas, la sangre se le va al estómago y un sudor frio le resbala por la frente. Aunque no es el primer muerto que ve en la noche, el estado del mismo le deja helado. A pesar de la impresión, Kevin no podía dejar de mirarlo.

“Así que así es como quedamos cuando el tiempo toma el control de nuestra descomposición”

Entre fascinado y asustado, reparó en la postura en la que tenía las manos y cayó en la cuenta de que entre las mismas podría encontrarse las llaves que faltaban. Empezó a inclinarse y alargó las manos para descubrir lo que ocultaban, pero cuando sus dedos estaban a apenas unos centímetros, el recuerdo de Kimani volvió a su mente y se frenó en seco. Sus ojos volvieron al rostro del muerto y lo recorrieron de arriba abajo. Entonces se volvió a centrarse en las manos y tuvo miedo. Cada llave estaba guardada por algo, ya fuera una trampa o un perro loco.

Finalmente se incorporó sin tocar nada y se dirigió al resto.

- ¿Alguien tiene o ve por ahí un palo o algo con el que podamos mover las manos de… esto? – y señaló el muerto – Visto lo visto, no quiero arriesgarme a caer en una nueva trampa. –

Entonces se fijó en la preocupación de todos por Asher y parecían prestarle poca atención.

- Seguro que está bien, de todos modos, dos de nosotros deberían bajar a la primera planta para ver si necesita ayuda. Madison, Jeremy ¿Por qué no bajais? En cuanto terminemos aquí nos reuniremos con vosotros. –

Todo sonaba cliché y su tono tampoco demostraba mucha preocupación, pero nunca se le dio bien fingir o ser lo que no era. Entonces empezó a buscar un palo o cualquier cosa alargada que le sirviera para intentar mover las manos del muerto.