Partida Rol por web

-¿Qué el conserje entró? ¿De qué edificio es ese conserje, reverendo? Igual él sabe bastante más al respecto y... y... Y nos da el trabajo prácticamente solucionado...

Miré a Kimani. Ella, lógicamente, parecía asustada. Aunque Kimani siempre parecía asustada. Aunque estuviera viendo una película de Hello Kitty. Bueno, igual estaba exagerando un poco, jeje. Pero la verdad era que las revelaciones de aquel hombre, me estaban entusiasmando y podía ser que aquella noche, finalmente, se pusiera interesante.
Sonreí a Kimani. Parecía claro que, fuera lo que fuera lo que nos contestaran, la siguiente parada sería aquel conserje.

Pero qué gusto encontrarse de nuevo con Madison, es toda alegría, dulzura y amabilidad… Ejem…

Doy una rápida repasada con la mirada a los alrededores buscando a Kimani y a Kevin, no podemos continuar con esto sin ellos pues también forman parte del grupo.

— Podemos intentarlo ahora que ha oscurecido pero deberíamos esperar al resto antes de entrar, no pueden haberse ido muy lejos.— Miro a Ashe — Traje conmigo mis herramientas, ¿pruebo con ellas o con tu navaja?

Asher se inclinó para besar a  su novia en la mejilla y luego, tras algunas charlas, se giró hacia JJ

-¿Probamos con la navaja?

Esperaba una aceptación antes de disponerse a asaltar aquella mansión.

- Venga, probemos primero con la navaja. Nunca he hecho esto pero soy un manitas para otras cosas, tal vez con un poco de suerte...- espero a que me la entregue si es que no quiere él hacerlo.

JJ pifia y rompe la navaja. ¡La navaja de Asher! Habrá que ver qué sucede. 

Se trata del conserje de la escuela. Pero es verano y de noche... no sé si lo encontraréis. 

-Oh-oh -musitó la pelirroja, observando alternativamente a Asher y J.J., preguntándose cómo reaccionaría el quarterback tras la pérdida de su navaja.

Sabiendo que habían perdido la mejor oportunidad de entrar sigilosamente en la mansión encantada, se aproximó hasta la furgoneta, examinando la parte trasera.

-E-esto, chicos... ¿Y ahora cómo entramos? -sugirió, pensativa-. Yo-yo no me arriesgo a saltar si no me ayuda alguien...

Yo he saltado sin problemas. No sé a qué viene tanto miedo. Lo único difícil aquí es abrir la puerta, pero no puedo hacerlo si rompes todo lo que nos puede servir, Ash.

Madison se coloca con los brazos en jarra al otro lado de la verja, visiblemente molesta por el retraso.

-Venga, yo te ayudo -le dice finalmente a Phil -. Empujadla por ese lado y yo la recogeré por éste.

Ash le entregó la navaja y observó como a los minutos más tarde esta se hacía añicos ante su mirada. 

¡NOOOOOOOOOO! - gritó como si de una película de drama se tratase. Para él  , la señora Z, había sido un regalo de su primo de Alemania cuando le llevó a ver su primer campeonato de waterpolo. Habiéndose quedado a la señora Z como referido de aquella experiencia -. 

Miró a Madd con cara de cordero degollado. ¡Si él no la había roto! Y su corazón hubo hecho, prácticamente, un '' crush''. ¿Cómo podía ser su novia tan poco sentimental con él sabiendo que había perdido lo que más apreciaba en su vida aparte de Bill y Mill?

Así que, dolido como si de su ego se hubiera tratado, Ash se crujió los dedos. Lo que , al parecer, iba a ser un golpe a J. J molesto, se trató de coger a Phil del brazo. Le hizo un poco de daño,  puesto que no hubo controlado bien la fuerza  y la trajo hacía sí. Con ese brusco movimiento, la pelirroja de estampó contra su pecho.

Yo os ayudaré a saltar.

Y la cogió en brazos . 

“Crack”

No voy a poner la excusa de que la hoja de la navaja era tan fina como una de papel, ni que estaba en mal estado no… He sido yo el único culpable, aquel que se ha confiado demasiado en su habilidad de “manitas”. Se me dan bien estas cosas pero nunca lo he hecho un una navaja, ese ha sido mi error.

Trago saliva viendo como Ashe se cruje los dedos, espero un buen puñetazo por su parte pero justo cuando voy a cubrirme con los brazos veo sus verdaderas intenciones. — Lo siento, colega… No fue mi intención romperla. Me confié demasiado. — Recojo la otra parte de la navaja y se la entrego. Es inservible pero al menos puede quedársela si es que de verdad le tiene cariño. — Con tranquilidad, luego puedo intentar arreglarla, eso se me da mejor.

Prefiero no usar mis propias herramientas para abrir la cerradura, se ve que no es mi momento y también que la cerradura es bastante dura. Espero a que vayan saltando todos y luego lo intento yo.

La joven se acercó y tironeó con suavidad de la camiseta de Kevin.

- Vamonos... - susurró. Esperaba que a su amigo no le diera por buscar a un asesino loco, por mucho que se hubiera reinsertado.

Sintió como Kimani hacía lo posible porque aquella conversación se acabase lo antes posible... Seguía recordando sin duda el hotel aquel de los masajes y los spas. Se volvió hacia ella y le dijo algo en una voz que quería ser baja, pero que oían perfectamente todos. Incluido el cura, desde luego.

-¿Qué quieres, Kimani? Habíamos decidido ir al caserón y al final...

Se interrumpió al darse cuenta que el cura se estaba enterando de su conversación y que no le interesaba que se enterase de sus verdaderas intenciones:

...Mmm! Al final, digo que si localizamos a ese conserje y hablamos con él... Igual no haría ni falta volver allí, ejem! ejem!
¿No crees?

- No se yo, kevin... - le susurró visiblemente asustada mientras se apretaba mas contra él. Ojalá hubiera hecho caso de su conciencia y se hubiera quedado en casa. Pero ya estaban allí y no pensaba volver a casa, pero tampoco iba a animar a su amigo a lanzarse a los brazos de un homicida

Le gustó el suave contacto de Kimani y las leves cosquillas del pelo ensortijado en su cuello cuando se apretó contra él. No se lo esperaba e inconscientemente rodeó sus hombros con el brazo en actitud protectora. No esperaba nada en especial de su compañera, pero fue algo así como un impulso irracional.
Total, se volvería a separar seguramente en unos instantes, pero si el reverendo se hacía idea de que eran una atolondrada pareja de jovencitos, igual les seguía ayudando de alguna manera.

- ¿Es un hombre peligroso ese conserje, o Ud. cree que nos recibirá con ganas de hablar sobre todo eso? Creo que nos sería de mucha utilidad para completar nuestro trabajo... 

La respiración de Kimani se cortó al sentir aquel contacto tan cercano. Un aleteo en el estómago y una ligera sensación de protección provocaron que la tensión de sus hombros se relajara mientras esperaba poder salir de allí cuanto antes. ¿¡Qué iba a pensar el cura!?

Casi al momento de tocar el hombro de Kimani, se sintió inquieto y notó también la inquietud de ella. Su forma de ser, le llevó a retirar su brazo lo antes posible. Sabía que de Kimani seguramente no le cayera una bofetada, pero tampoco quería incomodarla más de lo que ella podría estar en aquella situación, así que se centró de nuevo en esperar las indicaciones del cura y ver si podía sacar algo más en claro de sus palabras.

¿El conserje? Pues del colegio de primaria, por supuesto. 

Si me preguntáis a mí, no viene mucho a la iglesia, pero... bueno, eso no quiere decir que no se haya reinsertado, ¿no?