Partida Rol por web

Tras desayunar adecuadamente, y tras aseguraros de que todos estáis preparados para el viaje, os ponéis en marcha tan sólo un par de horas después de amanecer. Camináis por las calles de Eterlund, que ya se ha despertado y comienza su frenética actividad. En realidad no veis mucha actividad, pero sí que es frenética. El tiempo no acompaña demasiado. Aunque no hace demasiado frío, si que llueve de forma intermitente. En lo que tardáis en ir desde la posada del Perro Astado hasta la puerta de la ciudad por donde entrasteis, llueve y deja de llover en dos ocasiones.
La lluvia es débil pero molesta, y los caminos pronto estarán embarrados...

Una vez fuera de la ciudad parece que tiemplo mejora un poco y deja de llover. Por desgracia el camino de tierra ya se ha convertido en una pista de barro. No tanto como temíais, pero si lo suficiente para ser molesto.

Un par de horas después hay que tomar una decisión. Podéis seguir por el camino principal, hasta el punto donde os encontrasteis con el elfo la primera vez y seguir a partir de ahí, o confiar en las indicaciones que tiene Auris y vuestro sentido de la orientación para tratar de atajar por el bosque.

Propongo un acercamiento por el campo a través, tendremos cobertura y en caso de que algo ocurra podremos usar el bosque para dispersarnos y volver cada uno por nuestro camino a la ciudad.

Aparte de lo ocurrido hace unos días en el claro donde encontramos al elfo sólo he participado en combates simulados en el templo de Tempus. Permanezco en silencio esperando que se me asigne una posición en el despliegue. Mientras tanto amartillo la ballesta cargando un virote.

-Tranquilo, Olaf, habrá tiempo para eso y no podéis viajar con la ballesta cargada... -dice la hermosa elfa en tono amable, carente de reproche.

Aunque no es en absoluto una persona experimentada en el combate, Naurnes parece poseer cierta capacidad de organización, tanto a nivel estratégico como a nivel de trato personal, tratando de hacer colaborar al grupo en el camino y procurando que nadie se sienta ni infra-utilizado ni explotado, preguntando a todo el mundo qué tal llevan el viaje, dado algo de conversación y alegrando con su mera presencia y encantadora sonrisa. Así, impele a los compañeros bien dispuestos a formar un grupo de avance en el que los recios guerreros (y los más perceptivos) abran la marcha y la cierren, dejando a los más "delicados" entre ellos, dispuestos a utilizar sus habilidades para ayudar a los demás.

El silencioso humano camina en el medio del grupo, donde se habia colocado sin que nadie le preguntase. Habia decidido que los demas serian su escudo en la mision y no necesitaba dar explicaciones, era claro el papel que representaria por su parte... Repasando mentalmente los conjuros preparados en la mañana, y cotejando los datos recolectados tanto por los demas como los que el mismo ha decifrado, distrae su mente en esas cosas, sin hablar con nadie. El misterio del Mueveestrellas es mucho mas interesante a su parecer que la mera conversacion o conocerse con lo que, basicamente, son carne de cañon.

Algo le rondaba por la cabeza a Klaxtor, no había abierto la boca desde anoche. Abría la marcha con el ceño fruncido, mirada fija al frente. Buscaba algo, el qué? donde desatar su descontento. Desconocía cómo había terminado aquí y porqué? De vez en cuando miraba a su compañero y la acariciaba, pronto muy pronto...

La jornada de viaje le estimula la mente y los sentidos, el prefiere estar fuera de los poblados... Durante la marcha va el primero o cerca de la cabeza, fijándose en todo lo que le rodea... más por curiosidad que por temor o ansia.

Cuando llegan al lugar donde encontraron al elfo, no puede reprimir un escalofrío. Más por la posterior refriega que por el hecho de encontrar un cadáver.

--"No me parece mal, pero si queréis puedo intentar encontrar algo parecido a un sendero si lo hay." Comenta distraído mientras mira hacia la linde del bosque...

La presencia del cadáver donde lo dejamos indica que no nos hemos desorientado. Sigo permaneciendo atento con la ballesta, seguramente de aquí unos años tendré mas seguridad para esperar a preparar las armas.

Las palabras de Elessar me sacan de mis meditaciones. – Seguramente será lo mas practico para encontrar el lugar que buscamos.

Con Elessar a la cabeza del grupo, os internáis en el bosque. Caminar entre la maleza húmeda no es fácil, especialmente para los que no están acostumbrados, pero es un cambio agradable después del barro del camino.

Más callada y escuchado las conversaciones de  los demás, se iban a internar en el bosque, tomando la delantera, debería proteger a los demás.

Avanzo con el resto del grupo intentando detectar cosas y lo hago pero soy incapaz de distinguir los sonidos que oigo y las apenas sombras que se mueven apartándose de nuestro paso. Asumo que son pequeños animales que huyen pensando que somos cazadores pero no puedo saberlo realmente.

Desde su posicion central y abstraido en sus ideas, el mago sin embargo no pierde demasiado de los detalles del terreno. Al menos, ve lo suficiente para saber por donde caminar, confiando la vigilancia a los mas capaces para ello.

Bien el suelo al menos es mullido, pienso para mí mientras sigo a Elessar, y atento a todo lo que nos rodea.

Aunque el ruido de nuestros acorazados amigos hace que este constantemente des concentrado.

Avanzáis atravesando el bosque, con el elfo como guía y atentos a lo que hay a vuestro alrededor. A parte de algunos animales que huyen a vuestro paso, no veis nada de particular en el bosque. Camináis durante al menos dos horas antes de encontrar algo de verdadero interés.

Hay un pequeño claro, aunque un poco artificial. Alguien a talado algunos árboles para crear el claro, incluso ha dejado los árboles donde han caído. Casi como si alguien quisiera ver el cielo, y molesto por que los árboles se lo tapaban, los ha talado. También puede ser que quisieran la madera, pero tuviesen que irse sin ella.

Antes de proseguir vuestro camino, o quizás examinar en lugar con más detenimiento, Klaxtor os llama la atención sobre un rastro que parece abandonar el "claro". Cuando Elessar lo examina con más detenimiento, determina que quienes quiera que fuesen, eran al menos cuatro y se fueron de aquí hace apenas unas pocas horas y en la misma dirección en la que vais vosotros.

Puede que no sean más que unos leñadores, aunque se han internado mucho para talar unos árboles bastante comunes... En cualquier caso, si seguís el rumbo que lleváis ahora mismo, es probable que os los encontréis...

Parece que realmente es algo más que una vieja leyenda. Sino no habría pasado por aquí otro grupo hace unas horas ni se habrían talado los árboles. ¿Estarán intentando recrear como era esto hace siglos? – Por lo que decís no somos los únicos que han salido de excursión.

Mientras miro a mí alrededor intentando encontrar algo que apoye mis pensamientos.

Lo que decía el sujeto tenía mucha razón, no eran los únicos que iban por esa senda, Alma siguió en guardia - intentó tambien avistar algo mas en aquel lugar.

Elessar podrías determinar qué tipo de humanoides seguimos? Portaban equipo pesado? qué especto son sus huellas, grandes?