Partida Rol por web

Quedo a la espera apuntando a Caranthir pero sin decidirme a disparar el virote consciente de mi poca habilidad y de que posiblemente alcanzaría a uno de los orcos. – Caranthir da la cara de una vez.

Los elfos actúa atacando a los orcos que les rodean y tratando de salirse de su cerco, aprovechando que los orcos se distraen al llegar nuevos invitados. Uno de los orcos cae al suelo, moribundo, mientras otro es herido gravemente. Sigue en pie, pero es poco probable que pueda seguir luchando.

Disparo mi ballesta  contra el más cerno,el impacto en le pecho parece mortal.

Rapidamente vuelvo a cargar mi arma

Ohhh.... por fin.... fiesta!! Empezaremos primero con los orcos y luego.... seguiremos con la dulce sangre de elfo... habrá de sobra para todos...  jajaja 

Al ver como otros dos de sus orcos caen mortalmente heridos, el jefe del grupo carga con su hacha de batalla hacia los recién llegados, eligiendo como objetivo, por supuesto, a un elfo.

El golpe fue bastante fuerte como para obligarle a dar un paso atrás. La herida es grabe pero el odio se refleja en los ojos de Elessar... y disara a bocajarro con su arco.

El golpe del orco contra Elessar fue preciso y poderoso, pero para conseguirlo, el jefe tuvo que abrir levemente su guardia, lo que el explorador elfo aprovecha para clavarle una certera flecha al orco. Sin embargo, aunque acusa el golpe, el líder del grupo no cae, y su mirada de odio hace que su siguiente movimiento sea bastante obvio.

Algunos de los orcos se mueven hacia la nueva amenaza mientras el resto trata de terminar con los elfos. Esto ya no es un juego. Los orcos se mueven al rededor de sus presas, buscando un punto débil, y uno de ellos lo encuentra. Con un poderoso golpe de su alfanje por la espalda, uno de los orcos abre una enorme herida en la espalda de uno de los elfos, que cae al suelo desangrándose, para satisfacción, al menos, de sus enemigos.

Naurnes está aterrada por la situación, pero hace todo lo posible para recomponerse y se estruja rápidamente el cerebro para saber qué hacer que pudiera ayudar. Su mente da rápidamente con la solución: rápidos gestos y un tono calculado en el lenguaje mágico hacen que pronto surja un nuevo enemigo para el orco que había atacado a Elessar, un perro celestial.

El mago dispara al orco con apariencia de lider, sabedor a ciencia cierta que la caida de estos jefes de batalla siempre desmoraliza a sus seguidores. Por desgracia, su inexperto virote solo pasa cerca del orco, sin causarle mas que vientito...

Comienza a recargar, sin preocuparse por esto... Es la falta de practica, sin duda.

Ahora que lo tengo delante no estoy dispuesto a que vuelva a desaparecer de nuevo ese condenado Caranthir, si es que no nos mintió también al decirnos su nombre.

Mientras los otros se empeñan en ayudarlo intentaré dar la vuelta al árbol para impedirle huir en la confusión.

Poco a poco voy avanzando hasta colocarme a la altura de Klaxtor aprovechando las ramas del árbol para avanzar sin adversarios.

Sino responde a mi pregunta la siguiente se la hará mi ballesta. – Caranthir tienes alguna explicación para pagarnos el que te recogiéramos en el camino, sanáramos y dejáramos donde indicaste para burlarte de nosotros.

Caranthir lanza un desesperado ataque contra el orco que tiene más cerca, pero sin conseguir atravesar sus defensas. Entonces maniobra para colocarse junto a su compañero, cuya habilidad con la espada está resultando mucho más efectiva.
Al oír la increpación de Olaff, Caranthir responde, con voz rota por la desesperación.

Maldita sea, este no es momento para eso. Nuestro amigo se muere. Si no nos ayudas, nunca podré reparar el daño que pueda haberos hecho.

ando hacia atrás mientras sigo con mi arma la aproximación del orco en el momento en que lo enfilo en la cruz de mi ballesta y suelto el disparador una raíz saliente hace trompieze y mi virote salga directo al límpido cielo.

Al igual que pesaba Olaff no iba a dejar que el elfo nos la jugase por segunda vez, cono lo que rodeando al grupo de elfos me situé a sus espaldas buscando una buena posición para acabar ... por el momento... con el grupo mayoritario. Malditos orcos, estos elfos son míos...! Venga Hrunting acaba con todos ellos... !

Klaxtor le arranca la cabeza de un solo golpe al orco junto al que se sitúa, mientras Auris tiene problemas con la rama de un árbol.

El jefe de los orcos, parece deseoso de acabar con el elfo que tiene más cerca, pero un perro a su espalda intenta morderle y el jefe no quiere verse atrapado entre dos enemigos. Lanza un golpe de hacha descuidado para acabar con el perro, pero el golpe es tan descuidado que apunto está de perder su hacha.