Partida Rol por web

Vale... Aluria...

¿Recuerdan que Bramo era negro? Ya no: se puso blanco de pronto.

No quiero seguir bajo este techo. ¿Salimos de la casa y hablamos fuera? En la calle, dónde no hay cucharones voladores y lo más peligroso que puede pasarme es que un ladrón me pegue una cuchillada. Estaríamos más seguros que aquí. Aunque claro, es mi opinión.

Su cuerpo se escoraba con nerviosismo hacia uno y otro lado, buscando un utensilio de cocina que surcase el cielo dirigiéndose hasta él.

Supongo que podría falsificar unas pruebas para incriminar a la cocinera en el robo, y sacarla de una vez por todas de mi vida... Pero para colocar las pruebas falsas tendría que entrar en su cocina y jugarme el cuello... Ufff... ¡qué calor hace aquí!

Ufff... ¡qué calor hace aquí! ¿No tenéis calor? Porque yo tengo calor. Fuera estaremos fresquitos...

¡Es cierto! - Dijo Lewess recordando de pronto a la cocinera con la que estuvo flirteando en la primera misión. Luego, al ver los gestos de Bramo no pudo evitar reírse. - Vamos, Bramo, un hechicero hecho y derecho como tú no puede tener miedo de esa delicada cocinera, Ja ja ja ja -

Puedes reirte si quieres, pero esa cocinera tiene de delicada lo que yo de gnomo paladín. De hecho, me abrió la cabeza, y ese daño ocasionado me lo hizo a mí como se lo podía haber hecho a cualquiera.

Bramo se apuró en tomar la puerta principal y salir de la casa.

Meland escucha impasible, aunque a la mencion de que la cocinera le abrio la cabeza al mago, un ligerisimo asomo de sonrrisa aparece en su expresion.

Enarca una ceja ya que quieren retirarse, haciendo una tos educada

-No van a despedirse de Lady Wisp? +aunque formulada como pregunta, el tono puede sugerir otra cosa.

Bah, ya volverá, este bramo... cada vez me doy más cuenta de que es un bromista - digo a Meland, pero con intención de que las palabras le lleguen a Bramo. Si no le parece mal, Meland, ¿podría acompañarnos a Arávilar y a mí hasta presencia de Lady Whistp?, necesito consultarle una cosa - por último echo una mirada hacia Bramo a ver qué le parece la situación, si prefiere poder estar un rato a solas investigando por el jardín sin la presencia de Meland, o si prefiere venirse a ver a la dama.

Cuando estaba a punto de cruzar el umbral, la tos de Meland parece querer detenerlo.

Bueno... Supongo que una simple cocinera no pondrá sus pies en las estancias elegantes de la casa en las que se suele mover Lady Wisp... Así que no creo que me la vaya a cruzar. Está bien, vayamos a verla.

Cerró la puerta y dió unos cuantos pasos hasta replegarse a la seguridad que le ofrecía el grupo. Aún así, estaba nervioso y distraido.

¿lo ve? ja ja ja, es tremendo este Bramo- me río y lanzo un guiño disimulado hacia Bramo. - Y ahora busquemos a la dama a ver si puede responder a estas preguntas -- Y tras decir ésto pongo una mano en el hombro de Arávilar listo para avanzar por el pasillo.

Una vez mas los 4 son conducidos frente a Lady Wisp... La joven continua en la sala, con una expresion intrigada... Meland es sin embargo quien habla primero.

-Los aventureros se disponen a retirarse y desean despedirse, milady.

-... ya veo... Bien, espero que vallan con dicha y regresen pronto con mi anillo, caballeros...

Parece lista a despedirlos, pero con curiosidad añade.

-Diganmen, en sus investigaciones han encontrado algo más?

Bueno... al parecer los muros externos de la casa tienen unas extrañas hendiduras en la piedra. Podría ser ese el origen de la argamasa que encontramos en su habitación.

Bramo se calló y dejó hablar a los demás. Mejor así, porque cuanto antes aclarasen sus dudas, antes podría alejarse de la cocinera.

Mi compañero Lewess tiene una pregunta para usted, Milady.

Exactamente. Como muy bien ha dicho Bramo, aquí presente, en la pared exterior, bajo las ventanas de las habitaciones que habíamos estado examinando arriba, pues hemos encontrado unas marcas bastante extrañas. Tienen forma circular y además hay arañazos y otros signos. Pero Lo más extraño de todo, y aquí viene el origen de mi pregunta, es que dichas marcas no empiezan a ras de suelo sino ya a una cierta altura. - Lewess paró un momento para respirar - Entonces mi pregunta es si en esa zona del muro existe también algún artificio de tipo mágico que haya podido proteger la pared de quedar marcada, u ocultar a nuestra vista las marcas que realmente están ahí. De no existir nada de ésto, la única posibilidad que se me ocurre, por imposible que sea, es que el ladrón llegara volando, se posara en la pared y tras cometer el robo se marchara de la misma manera - finaliza lewess, dándole un tono de incredulidad a su última explicación sobre el ser volador.

Mira al elfo con un poco de increedulidad, pero seriamente. Al finalizar este su diatraba, contesta.

-No... el muro posterior es normal, salvo la parte que da a mi habitacion, donde una ilusion de ventana va por fuera de lado invisible... Sinceramente me dejais perpleja... No seria imposible que llegara alguien volando, pero en ese caso, por que no entrar por el balcon del estudio, en vez de trepar?... Y encima, ahora debere hacer reparar la argamasa de atras, no pueden quedar esas feas marcas... Uff! Realmente tratan de perjudicarme!

Su tono es mosqueado, cuando menos...

A no ser... Uhm... ¡Ajá!

Bramo se rascaba la barba pensativo. Parecía que se acababa de acordar de algo.

Desde luego, no es imposible lo que plantean sobre volar... Aguas profundas es la ciudad con mas magicos en el mundo, a exepcion, tal vez, de Argluna. No seria nada raro que alguien comprara un conjuro de volar para llegar al balcon, o de levitacion. Tambien podria haberlo lanzado por si mismo.

Ademas la ciudad es famosa por su ejercito de Jinetes de Grifos, lo que abre el mercado de bestias magicas y objetos voladores. Ella misma planea adquirir un unicornio... por que no un pegaso o alguna criatura alada que pudiera haber sido usado como montura?

Bramo entreabrió la puerta y miró a uno y otro lado del pasillo por si tenía vía libre para no encontrarse con la cocinera.*

Luego volvió a cerrar la puerta y dió unos pasos hacia Lady Wisp para despedirse.

Bueno, nada más nos retiene aquí. Debemos irnos, Milady.