Partida Rol por web

Ámfel es una villa de buen tamaño, con unas 600 personas que habitan justo a unos pocos días a caballo de Aguas profundas, a lo largo de el camino Largo. Se trata principalmente de granjeros, aunque la ciudad es muy conocida por sus sobresalientes caballos.

Fue nombrada asi en honor a Amfel el justo, uno de los primeros señores de la guerra de Aguas Profundas, hace cientos de años.

Anfel se encuentra a un par de dias de caballo al Norte de Aguas Profundas. Es un tipico pueblo, de unas 600 personas, dedicadas principalmente a la agricultura, pero tambien a la cria de exelentes caballos de guerra y trabajo. Su ubicacion junto al camino del Norte le hace paso obligado en el camino a Argluna.

Seria facil para un aventurero con dinero hacerse de propiedades alli y establecerse como terrateniente, aprovechando la posicion del lugar, tan cerca de un importante centro comercial y de camino a otro.

Arávilar respondió al saludo de Quarivian con efusividad, aunque su alegría se debía a que por fin se retiraba, y junto a él, ese aura siniestra que exudaba, que oprimía su benévolo corazón. Tomó los papeles de la mesa, donde el elfo los había dejado, y los inspeccionó con interés. A pesar de que disfrutaba sus ratos libres en las bibliotecas, añoraba la sensación de la aventura. Si bien la última había sido particularmente perturbadora, esta presentaba un pronóstico más alentador. Además, tendría la oportunidad de asistir a alguien, y eso le ponía de buen humor.

-¿Qué les parece?- inquirió, dejando los papeles a un lado para que el resto les echase un vistazo. -Parece algo complicado, pero nada que no podamos manejar, ¿eh?- dijo, dándole un toque amistoso a Lewess.

Lewess esbozó una sonrisa ante el gesto amistoso de su compañero. Luego sacudiendo la cabeza como para despejarse dijo con voz soñolienta - Sí, seguro que al final damos con ello. Pero el problema que se nos presenta ahora mismo es por dónde empezar. En fin, espero que en la casa estén las pistas esperándonos. - Dicho ésto echó una mirada en general a toda la estancia.

Sois demasiado optimistas, chicos.

Bramo terminó su desayuno y se levantó de la mesa.

Voy a estudiar un par de horas a mi habitación. No me molesteis, ¿vale? Ya veremos como conseguimos pistas de alguien que puede haberse marchado de la ciudad o tiene el anillo escondido. Tiene que ser complicado conseguir información.

Bramo pensó en sus fantasmas personales... En esta misión se vería de nuevo obligado a relacionarse con el servicio... mayordomos, sirvientas... y lo pero de todo: cocineras con cucharones. Todo un desafío para él.

-En ese caso- dijo el semielfo, levantándose de la silla enérgicamente -creo que también pasaré mis horas de manera productiva. Veré que puedo averiguar sobre el viejo hogar de la dama Wisp. Cualquier dato puede sernos útil, ¿no es así?- sugirió, mientras tomaba su bastón y se disponía a partir hacia alguna de las bibliotecas agundinas. Si su búsqueda no resultase tan fructífera como esperaba, simplemente haría las averiguaciones pertinentes de la población

Arávilar recordó, gracias a su costumbre de levantarse temprano para rezar, el tiempo que Bramo solía invertir leyendo su libro cada mañana. Poco menos de una hora, no es demasiado. -O, pensándolo bien- dijo, continuando la oración anterior -podría intentarlo luego de visitar a la noble. No podemos perder ni un minuto, así que estaré listo para la visita apenas hayas acabado, Bramo-

Bien, yo haré lo mismo, iré a buscar un lugar agradable donde entrenar con el arco, y si de paso encuentro a alguien a quien preguntar pues haré lo posible por sacarle información. Eso sí, me parece bien esperar algo de tiempo si Bramo lo requiere, pero dentro de dos horas creo que deberíamos estar todos aquí y dirigirnos sin más retrasos a la mansión de la dama. Cada minuto que pasa son metros que se puede alejar el anillo. Acabó Lewess con cara seria, y comenzó a encaminarse hacia la salida con el arco y los carcaj colgados a la espalda.

Bramo: prepara conjuros y estudia 2 horas

Lewess: entrena con el arco ese tiempo

Lilith, Aravilar, decidan que hacen con ese time y continuamos.

-Muy bien. Yo también tengo ciertos deberes por mi parte. Nos vemos en una hora-

Arávilar subió a la habitación con tranquilidad, aunque con su mente un tanto perturbada. No olvidaría fácilmente las tareas realizadas para Quarivian y sus malditos asociados, y aún así se embarcaría nuevamente en una aventura bajo su pedido. Pero esta vez es diferente. Nos estaban probando aquella vez. Ahora no sólo te estarás ganando la vida, sino que actuarás en nombre de una causa noble. Pequeña, pero noble al fin.

De todas maneras, el semielfo sentía la necesidad de expiarse, de obtener algo de paz mental. Aprovecharía su momento dedicado a Mystra para ello. Ya en la habitación, comenzó una inagotable letanía en nombre de la Dama de los Misterios, en un altar improvisado, hecho con algunos rústicos pero efectivos materiales reunidos durante su vida, que bien servían para adorar a su diosa.

Sus rezos fueron cortos, ya que era al segunda vez que lo hacía en la misma mañana. Cuando la tranquilidad reinaba, se sentía capaz de concentrarse una vez más. Pronto recordó, algo inacostumbrado a la práctica, que debía estudiar su pequeño tomo privado, al igual que Bramo. Tonto. ¿Después de tanto mencionarlo se te olvida?, pensaba con una ligera sonrisa, mientras hurgaba entre sus cosas en busca del libro arcano.

Finalmente el grupo esta listo, luego de un par de horas, para continuar su camino... El cuarteto no tiene ningun problema en localizar la casa, cuya direccion esta (oh sorpresa) en el distrito Norte, hogar de familias de clase media y nobles menores... La casa en particular esta en la esquina entre la calle Delzorin y el camino Wildborne, a solo una cuadra de la Gran via..

Es un terreno  de unos 100' de lado, con un bello jardin frontal. La casa en cuestion ocupa asi la mitad del terreno y es de dos plantas, construida en piedra y argamasa da una apariencia solida aunque algo vulgar, en relacion a otras mansiones de este barrio... El terreno esta cercado por un enrrejado de hierro de 10' de alto, artisticamente entrelazado aunque funcional, con puntas terminadas en lanza.

Del porton principal pende una cuerda,presumiblemente, que debe hacer sonar una campana en el interior para llamar al portero.

Lewess camina con los demás tranquilamente hasta llegar a la esquina, donde está la puerta con el llamador. Bueno, la casa no es enorme que digamos, pero si queremos revisarla entera puede llevarnos un rato. En fin, a ver a qué tipo de gente nos encontramos ahí, espero que al menos la dueña esté dispuesta a cooperar. ¿Llamamos, o queréis hacer algo antes?

Lilith camina junto sus amigos aquella mañana templada por los barrios altos, sin duda era un bonito lugar con sus jardines en flor

yo llamaria directamente de dijo a Lewess

No sería buena idea rondar los alrededores de la casa. Este es un barrio bien, y los vecinos que nos vieran podrían pensar que venimos a robar.

Invitó con un gesto de la mano a Arávilar para que se adelantara hasta la cuerda e hiciese tocar la campana.

Arávilar, cuando guste.

El devoto semielfo se detuvo a observar la casona que se azaba varios metros más allá de la reja. Desentonaba un poco con respecto al resto de mansiones lujosas, pero aquella apariencia rústica y un tanto simple era lo que agradaba a Arávilar. En cambio, aquellas estructuras innecesariamente ostentosas, a pesar de bellas, le resultaban menos deseables.

-Muy bien- dijo, acercándose al cordel y tirando de él con suavidad. -Ya sólo resta esperar-

No pasan ni 10 segundos cuando sale de la casa un hombre joven, vestido de cota de malla y espada, pero con uniforme negro encima... Camina hacia el portal con absoluta calma y un ligero aire marcial. Os observa por el enrrejado, inquiriendo en tono directo y friamente cortes.

-Buenos dias. Que se les ofrece, caballeros?

Este hombre no es ningún sirviente...

Arávilar observaba a la figura ataviada de negro a medida que se acercaba, preguntándose si no sería alguno de los amantes de Lady Wisp. Después de todo, si había entendido bien las exhaustivas indirectas de Quarivian, tenía ciertas costumbres liberales. ¿Tal vez hasta dionisiacas?

Se separó del grupo unos pasos, para mirar al hombre a los ojos, con una sonrisa sincera. -Buenos días. Hemos sido enviados para ver a la dama Wisp, de parte de Quarivian- agregó, como quien no quiere la cosa.

-Comprendo. Tienen alguna identificacion?

Su tono es correcto e impersonal, pero notan que los esta examinando, asi como las armas que portan.