Partida Rol por web

Los guardias te sacan afuera. Tienen una caja, donde encuentras tus pertenencias al completo, salvo Percival. Tambien hay un pergamino, en el cual te recuerdan la orden de alejamiento vigente para tus antiguos patrones... 

Hacia donde arrancar? El viejo Calamar dijo que en el templo de su amiga puedes encontrar ayuda, pero tu familiar queda justamente en la otra direccion. Anochece, asi que hay tiempo para una visita, más dos...

Bramo pasa un buen rato revisando el estado de sus pertenencias. En especial de su libro. El olor de la cubierta de piel... el dulce aroma de las páginas... Ese aspecto había perdurado libre del hedor de las alcantarillas. Era gratificante. Olor a libertad.

Valoró sus opciones. Lo primero que necesitaría era un lugar donde pasar esta noche. Necesitaba comer bien... dormir bien... Quizás después de eso estaría lo suficientemente despejado como para pensar en cómo recuperar a Percy.

¡Muy bien! Primer objetivo: gorronear a Meritid y abusar de su hospitalidad. ¡Rumbo al barrio sur! ¡Rumbo al templo de Umberlee!

El camino es largo pero no te cuesta tanto encontrar la espiral... es bastante llamativa. No solo por su diseño, un edificio en forma espiralada de 6 pisos de alto, sino porque esta fuera de las murallas de la ciudad!, asentado en un enorme banco de arena, oscuro y cubierto de humedad...

Dos hombres montan guardia en la puerta. Llevan tridentes en lugar de lanzas, y visten ropas marineras. Sus armaduras son de cuero, comunes, pero en el pecho llevan bordado en hilos claros, dos olas chocando.

Al ver a los guardias, Bramo dudó. Aquel templo podría ser un lugar de culto abierto a todos los feligreses, o algo más parecido a un monasterio en el que solo entran las personas que se han ordenado para llevar una vida devota hacia su dios. ¿Le dejarían entrar así como así?

Se aproximó a la entrada. Llegaba la parte delicada: socializar diplomáticamente con personas armadas. Y a Bramo no se le daba bien ni ser sociable, ni ser diplomático, ni llevarse bien con la autoridad.

Ehm... Buenas tardes. Busco a... a... ¿Cómo se llamaba? Busco a Meritid. Deseo hablar con ella. ¿Está aquí? Porque este es el templo de Umberlee, ¿no?

Como sea una taberna de marineros estaré haciendo el ridículo...

-Quien desea ver al Terrible Alto Tridente, y porque? +te pregunta como toda respuesta uno de los guardias, apuntandote con su arma.

¿El qué?

Bramo negó con las manos. Que le apuntaran con un tridente cuando a él le detienen por desenfundar su espada... (y algún que otro cargo más...). Pero claro, ahora está fuera de los muros de Aguas Profundas. Las leyes que aquí imperan son otras.

No, no... No quiero ver al alto tridente... a quién busco es a Meritid. Le traía un mensaje de un conocido común... ¿Hay que pedir cita o algo para verla?

-Lady Meritidh es el Terrible Alto Tridente +aclara por si hiciera falta. Al ver tu actitud, el otro guardia tambien apronta su arma+ Responde lo que te he preguntado, o alimentaras a los peces.

Agh... Soy Bramo, Bramo Nigister. El Calamar me pidió que hablase con Meritid... que la saludase, nada más.

En un interrogatorio, Bramo lo soltaría todo. Sobre todo ante amenazas de tortura y daño físico. El mago no es muy de fiar, sobretodo cuando está en juego su integridad física.

Ante la mencion del Calamar, la actitud de los guardias se relaja un tanto. Uno saca de su cinto lo que parece un cuerno, pero de cerca visto, resulta ser una caracola... Toca 3 notas, y de inmediato la puerta del lugar se abre hacia dentro, a lo que parece una gran sala de paredes oscuras. La iluminacion interior es muy pobre, apenas unas pocas antorchas que dejan el lugar en penumbras.

-Esta bien. Entra, si aun te atreves. +indican entonces los guardias.

¡¿Qué brujería es esta?! ¿Soplas por una concha y se abre la puerta? Bah, de qué me sorprendo: yo soy mago, puedo desatar poderes cósmicos más antiguos que los mismos dragones... o podré algun día, cuando complete mis estudios y tenga una larga barba blanca.

Supongo que eso significa que ella está aquí. Bien...

Dudó en olvidarse de todo y salir corriendo. La última vez que se metió en una torre, Tessalar le lanzó un proyectil mágico que casi le mata. Parece que Meritid es una mujer igual de ermitaña y de poderosa. Eso si es una mujer, y no una troll, una orca o... Trató de alejar los malos pensamientos de él. Esta vez sería distinto, con solo nombrar al Calamar dejaron de apuntarle con dos tridentes.

...entonces, entro.

Y entró. Y lo primero que hizo fue examinar una de las antorchas. "¿Siempreardientes?", pensó. Y la tomó para avanzar por aquel lugar tenebroso.

En efecto. Son antorchas magicas, aunque pocas. Es normal su presencia, sin embargo, ya que el aire dentro de la torre es sumamente humedo. Incluso ves brillar las paredes por las gotitas. Las antorchas comunes no durarian demasiado aqui. 

El salon donde entras esta vacio en su centro. Sin embargo, los muros sombrios contienen gran cantidad de adornos navieros. Timones y redes, trozos de velas con marcas, remos, espolones y otras herramientas o piezas de diseño naval, en distintos estados de coservacion.. Lo mas notable es una enorme concha marina, grande como un altar, y que ocupa el lugar del mismo en el extremo norte de la sala. Sobre ella, se encuentra un grabado pintado, representando a un torso femenino de color verdoso, vestido con conchas, y una capa de medusas, surgiendo de las olas. Sus manos terminan en garras, tiene aletas en los codos, ojos palidos y cabello de algas. Esgrime un tridente, y no deja muchas dudas que debe tratarse de la deidad Umberlee.

A sus pies, una mujer reza. Se incorpora al oirte. Viste ropas de aventurera, y al igual que los de afuera esgrime un tridente, aunque este parece ser de plata con adornos de oro y grabados en el mango. Tiene la mirada intensa, y te escudriña unos momentos antes de saludar.

-Bienvenido a la Espiral de la Reina, turmishano... Cual es el interes que te ha impulsado hasta aqui? +su voz es profunda, algo masculina, y muy tranquila.

Ah, bien... ¿Eres Meridith?

No sé porqué, pero me la imaginaba de la edad del viejete. Algo así como un amor de juventud.

Estos días he estado haciendo trabajos forzados para la ciudad, y en la cárcel coincidí... No, no, no... No te preocupes, no me enjaularon por nada serio. En la cárcel coincidí con un anciano muy simpático que me dijo que te viniera a ver...

Así que... Saludos de parte del Calamar.

-Ahh... asi que sus inquietas manos estan todavia entre nosotros, aunque ahora con los condenados... Una lastima. +sonrie ligeramente+ Pero te agradezco la informacion... ¿Hay algo más que desees decirme?

Si Meredith expresó algún sentimiento al saber la noticia, a Bramo le pasó desapercibido. Pobre viejo... seguro que creía que los suyos estarían preocupados por él...

Bueno... no es fácil para un expresidiario con antecedentes encontrar trabajo. Si necesitas un par de manos extra para cualquier tontería, me gustaría que me tuvieses en cuenta.

-Mm... eso depende de varias cosas... En que eres habil... y en que crees.+responde, acariciando la gran concha, y mirando la imagen de Umberlee+ No tengo interes en tu pasado criminal, pero eso otro sí me concierne si deseas empleo.

Bueno, no puedo hacer una demostración ahora porque no me han devuelto mi libro de conjuros hasta hoy, pero en cuanto tenga un poco de tiempo para repasar el tomo podré demostrarte que soy un mago. ¿Tenéis a alguien que identifique los objetos mágicos? Porque podría ocuparme yo.

Ah, sí... y mis creencias no son nada del otro mundo... Me considero una persona eminentemente pragmática. Reconozco que desde pequeño me inculcaron las enseñanzas de Laira, pero... No sé cómo explicarlo... La felicidad de los demás siempre me ha parecido una rareza digna de estudio.

Espera... ¿este sitio es un templo? Oh... ¿Aún estoy a tiempo de decir Umberlee? Porque en serio, necesito el trabajo.

-Si fueras un verdadero creyente, lo sabria...  +contesta, en tono enigmatico+... no,  pero acepto tu respuesta. 

Tabaletea los dedos sobre la mesa.

-Asi que un mago... bien, que tan poderoso? Es decir, cual es tu conjuro mas dañino.

¿Más dañino? ¿Qué quieres decir? Soy un transmutador, yo me limito a alterar mi entorno para beneficio propio. Soy una mente dedicada a la táctica y a la estrategia...

Dejó de echarse flores. No era la primera vez que le hacían estas preguntas, sabía a qué se refería Meretidh. A los catetos, o profanos de la magia, les encantan los rayos. Si Bramo quisiese ser popular habría estudiado los principios de la evocación; manipular energías y esas cosas.

Oh, qué diablos... También lanzo proyectiles mágicos.

-Una pobre habilidad entonces... pero para empezar, puede servir. 

Cruza los brazos.

-Todos los barcos que parten de Aguas Profundas deben hacerlo con la bendicion de Umberlee, o arriesgarse a sus caprichos. Algunos, mas prudentes, tambien llevan seguridad adicional. Los piratas abundan en el Mar de las Espadas, asi como otros monstruos, y un mago de batalla puede ser de mucha ayuda en esos casos. Claro que con ese nivel de poder, lo más que podrias guardar seria un pesquero. Es lo unico que puedo ofrecerte, dadas tus circunstancias. Si aceptas, la paga es adicional a la manutencion, aunque espero que te guste el pescado.