A las afueras de la ciudad se encontraba la hermosa capilla de la diosa Ramy, no habia que andar mucho para dar con ella.
Junto a la puerta Luc llamaba a la puerta sin optener respuesta, la capilla estaba cerrada de noche.
- ¡YA VA, YA VA!.- escucho protestar al viejo sacerdote, importunado por ser despertado a deshoras.
Antes de que el viejo llegara a la puerta Kalthorin llego corriendo, seguido de Natalia y Geoff, alcanzando el principio del puente.
-¿Alguien me puede explicar qué demonios está ocurriendo aquí?- No me gustaba ser arrastrado como una oveja al matadero. Luc estaba sacado y Nat y Kaltorin parecían creer a pies juntillas "la visión"... parecía que el único que no tenía afectada la razón era yo.
Cuando alcanzo a Luc, lo detengo.
Luc...¿donde esta Hundra?,¿no estaba...contigo...?
Le preguntaba con dificultad puesto que estaba cansada de tanto correr.
Al acercaros veis que Luc tiene a la pequeña en brazos y Hundra esta a su lado como pidiendole que recapacite, pero Luc parece muy dispuesto a algo....
-¡Luc, Hundra! ¡Serenaos de una vez y explicadnos qué está ocurriendo aquí!- Esto estaba todo muy raro... ¿qué podría haber pasado entre ellos para que se comportaran así?
A ver...¿que esta pasando aqui...?
Les pregunto a Luc y a Hundra mirandolos seriamente.
Lo primero. La niña se viene conmigo y con Kalthorin. Asi lo ha decidido nuestra Diosa, aun puedo salvarla de un destino peor que ser poseida por la oscuridad. ¡Entregadmela y hablaremos del asunto!
Les dije a ambos mostrando una actitud seria y de impaciencia.
Me giro cuando les oigo llegar y al ver a Kal frunzo el ceño. Ahora mismo no es alguien a quien tenga ganas de ver.
Geoff, me alegro de verte y de que mi mensaje te llegara...aunque tal vez puntualice muy poco el apartado de que vinieras solo. Le sonrío aunque me cuesta un poco no mostrar cierto desagrado.
Lord Kalthorin...esto es un tema privado, así que le agradecería que no interfiriese en lo que esta a punto de suceder. No es bien recibido por motivos que bien conocéis. Os pido amablemente que abandonéis este lugar y no nos importunéis. Ya tendréis mañana vuestro pago en sangre si eso es lo que os priva del sueño.
Luego miro a Nat, y aunque por mi no estaría allí, tal vez Hundra quiera que este...aunque a mi no me llene de alegría personalmente. Luego, cuando habla ya no me queda duda alguna de que no quiero tenerla por allí.
Preferiría que no pusierais vuestras manos sobre la niña...a saber lo que le haríais. Esta claro que la parte oscura de vuestra familia os tiene muy atrapada.
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- No, no... no esta bien....no quiero que discutan.- Luc, tranquilo no pasa nada.- le susurro y luego me giro.- Kal solo hemos venido al templo con la niña, no pasa nada, no voy a hacer nada malo
Pese a las palabras de Hundra. sujeto a Yadra con mas fuerza y me pongo entre Hundra y los dos monstruos que de nuevo están dispuestos a torturar y matar a quienes amo.
¡Luc,detente!,¡esto es una locura!
Me acerco a él.
Suelta a mi sobrina, le haces mucho daño.
Le digo en un tono de preocupación y de enfado a Luc.
¿Acaso no te importa la pequeña?
¡No me hace daño, tonta, solo me sujeta fuerte para que no me caiga!.- exclama la niña.-¿Vosotros no quereis que mi mami se case con Luc?.- pregunta la niña sin entender que esta pasando y luego se abraza al herrero que la sostiene.- Mi mami me a dicho que Luc es mi papa y que vamos a ser una familia.
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¿Qué...?, entonces...era eso...
Les repondo un tanto confundida.
Lo...lo siento...de verás...
Les doy la espalda, me sentía avergonzada por mi actitud erronea de antes...
Miro con el ceño fruncido a la maldita mujer. Esta claro que siempre tiene que estar en medio para destruirlo todo con su ponzoñoso contacto.
Te lo repito para tratar de que lo entiendas harpía. Si quieres una niña, búscate a algún pardillo que se lo quiera hacer contigo, ya que Kal no quiere nada de ti y Geoff es demasiado sensato como para yacer contigo.
Luego respiro hondo y miro a Geoff.
Bueno Geoff, pensaba pedirte lo en privado, pero Yadra tiene prisa, así que...quieres ser mi padrino?.
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-Lo siento Luc, estos dos escucharon a su diosa y salieron para aquí antes de que pudiera hacer nada- Hubiese querido estar allí solo, para aclarar las cosas con el herrero, pero el destino nos jugaba una mala pasada.
Estaba por acallar a Nat, pero Yadra se me adelantó. Realmente esa niña era toda una guerrera. Los norteños habían hecho una buena profecía.
En fin...aqui no se me ha perdido nada...me voy.
Salgo corriendo de ahí corriendo entre lágrimas.
Editado para quitar un caballo fantasma XD
¿Por qué,gran Diosa?, ¿acaso se ha equivocado con la profecia...?
Pensaba mientras recorría un largo camino bañandolo todo en lágrimas.
Ya he perdido la confianza de Luc, la de Gaunt, la de Kalthorin y la demi hermana, ¿que más va a ser ahora?
-¡Claro que quiero! he esperado por este momento cinco largos años... por fin los veo juntos... ¡no me lo perdería por nada del mundo!- la alegría de la noticia hizo que no me fijara en cuanto le habían dolido las palabras de Luc a Nat, ni si Kaltorin realmente creía en la supuesta conversación de la diosa con ella. Por fin, Hundra y Yadra podrían completar su familia.
No marco a Nat porque creo que se fue. Si debe escuchar, master, arregla la escena porfa
Asiento con energía al ver que Geoff acepta ser el padrino. Que Nat se marche corriendo es un extra deseado. Ahora solo queda esperar que Lord Kalthorin tenga la decencia de seguirla y llevarse su fanatismo con el, antes de que eche a perder la ceremonia.
Me alegra de que aceptes Geoff y siento la premura...al parecer no hay mucho tiempo para hacerlo como es debido. También me alivia ver que sigues siendo nuestro amigo...no como otros. Evito de forma muy ostentosa no mirar hacia el templario al decir esto ultimo.
-Luc, he sido y seré vuestro amigo... y me alegra veros juntos... por eso no voy a sermonearte ahora. Pero no debes ser tan duro al juzgar a los demás... todos actuamos por razones que creemos correctas.- Al decir esto último, no pude evitar mirar hacia donde estaba el paladín y luego hacia la fugitiva Nat. Ellos también seguían siendo mis amigos.
Con una gran sonrisa, alejé los pensamientos tristes y abracé al herrero y besé a Hundra en la mejilla. Ya era hora que las historias comenzaran a tener sus finales felices.