Partida Rol por web

Descubriste que el demonio cambiaba su apariencia para hacerse pasar por Natalia, que era el a quien veias burlarse de ti y no a la niña que volviste a ver 10 años despues.

Las pesadillas se apaciguaron con la venganza pero te quedo el sabor amargo de no volver a saber nada sobre Hundra, durante 5 largos años.

La pluma que encontraste te trajo suerte. Te ganaste un fama como forjador y el rey mismo te envio una carta llamandote para fueras al imperio. Ahora armas a los mejores caballeros y tus obras se pasean con orgullo en desfiles y son buscadas para el combate

Cuando hagas tu personaje cuentame que ha hecho ademas de forjar, si hecho de menos a Hundra, si la odia por dejarle, lo que piensa de su nueva vida y de su trabajo...

El rey te pidio un encargo especial, que forjaras una espada unica para ser entregada como presente al lider de una tribu del norte, con quien el imperio queria firmar la paz.

El presente debia ser perfecto y trabajaste duramente en el. Al terminarlo se te ocurrio ir a beber una cerbeza fria a la taberna de la ciudad.

Nada mas entrar una torpe camarera, en su primer dia, tropezo contigo tirando la bandeja al suelo y rompiendo una jarra.

- ¡Es la segunda que rompes, Dara, otra mas y empezare a descontartelas del sueldo!.- le grito el dueño ¿Dara? ¿Podia ser la peliroja que te tuvo loco un verano entero?

- Dispulpe señor, es mi primer dia.- se disculpa ella, con la misma sonrisa que hace 15 años.

Trabajo día y noche en la espada, sabiendo que ha de ser perfecta...no solo perfecta, sino que ademas debe expresar algo mas que una imagen solida y firme. Dedico un tiempo en conocer algo de la cultura de su tribu y hago la empuñadura en una forma concreta que imita lejanamente la cabeza del animal que representa a su tribu. También le engarzo dos joyas en la cruz del arma, del mismo color que me dijeron que son los bosques que hay en su región natal.

Luego, en un gesto inacostumbrado en mi, me siento satisfecho y me dirijo a la taberna para disfrutar de una buena jarra de cerveza y un asado.

Por fortuna, aun llevo mi ropa de trabajo cuando la camarera choca contra mi y derrama el liquido en parte sobre mi persona. Suspiro resignado antes de mirar a quien se debe este recibimiento.

Cuando veo de quien se trata, casi no puedo creerlo. Lo cierto es que los encuentros con gente de mi pasado nunca han salido demasiado bien.

Sin decir nada, me aparto y me siento en una mesa tranquila.

Dara se acerca a tu mesa y te pregunta.- ¿Que va a tomar el señor?.- con dulzura. Ves que te mira como si le fueras familiar pero no dice nada.

Cuando le respondes se aleja a buscar tu bebida. La taberna esta medio vacia, mañana tambien es dia laborable.

Por el rabillo del ojo ves una cabecita rubia que se mete bajo tu mesa, como si se escondiera. Es una niña de unos 6 años mas o menos.

Sonrío a medias a Dara, pensando en que quizás lo mejor sea portarse como alguien decente y no sacar el tema de quien soy. Seguro que de todas formas no me recuerda apenas....

Me gustaría tomar una jarra de cerveza y un plato de guisado por favor.

Luego miro de reojo a la chiquilla que se mete bajo mi mesa, tardando unos segundos en pensar que hacer. Realmente quizás no haya sido una buena idea lo de la taberna.

No obstante, como parece huir de alguien me callo y espero acontecimientos.

La chica te trae tu jarra con mucho cuidado y el plato de un guiso que huele realmente bien.- Que lo disfrute señor.- dice la mujer antes de volver a su trabajo.

La niña se asoma debajo de la mesa mirandote fijamente. Pone el dedo sobre sus labios para que no la delates.- Guraner darak.- susurra. No tienes idea de que dice, es un dialecto del norte, propio de barbaros.

Tomo la comida y bebida que me ofrece Dara y asiento cuando me habla, pensando en que si alguien descubre a la joven bajo mi mesa, no sabre que decir...

Luego no puedo evitar mirar de nuevo hacia abajo, y me limito a asentir cuando me habla, sin tener la mas mínima idea de lo que ha querido decir. Solo espero que no proteste porque mis pies huelen o algo así...

Aun así, me parece que la posibilidad del acuerdo, y que la cría este ahí escondida no es casualidad. Solo espero que este jugando con sus hermanitos y que no me meta en un lío.

Por si acaso, aflojo el nudo de mi querido martillo, sujeto a mi cinturón, como siempre.

Ves entrar a un hombre robusto, es un barbaro sin duda. Los presentes clavan sus ojos en el. Solo pasaron 5 años desde el fin de la guerra y su recuerdo no trae nada grato en la memoria de la gente.

Mira a su alrededor. Sabes lo que esta buscando, lo tienes bajo la mesa. Escuchas una risita infantil junto a tu pierna pero la cara del hombre es seria y su gesto arisco.

Suspiro resignado por lo que va a suceder. Supongo que la cría aun no es consciente del poco sentido del humor que poseen sus compatriotas...al menos con los sureños como yo. Esto es muy posible que acabe en pelea.

Levanto mi jarra en dirección al hombre y llamo su atención.

Buenas noches buen hombre...puedo ofrecerle un trago y mi ayuda, si la necesita?.

El hombre se te queda mirando fijamente y la niña te suelta una patada bajo la mesa poniendo cara en enfado.

- Es posible.- dice el hombre, con un fuerte acento.- Busco a una niña, creo que se metio aqui.

Hago un gesto a Dara, alzando mi jarra para que entienda que quiero otra mas para mi nuevo amigo y luego, ignoro con una sonrisa la patada de la niña.

Mientras que no atine mas en otro punto...

Y puedo preguntar, sin que parezca que me interpongo, cual es su interés en tan hipotética niña que puede o no puede haber entrado aquí?.

- Es de mi clan.- dice por toda explicacion.- Es curiosa como toda mujer y escapo de su madre para verla. Si estuvieramos en mi tierra no me preocuparia pero no lo estoy. Si sabe donde puedo encontrarla, maestro armero.- dice tras hojear tus manos.- Me gustaria llebarla con su madre.

Quizás si se sienta y toma un trago conmigo...le ofrezco con un gesto la silla enfrente de mi, mientras le doy un leve y juguetón empujón con la pierna a la traviesa niña . Le doy mi palabra de que esta en buenas manos... o pies, en este caso.

El hombre se sienta mirandote aun con mayor serieda.- ¿Como podeis estar tan seguros de ello?.- te pregunta y notas que no tolera bromas con la seguridad de esa criatura, tal vez por ser hija suya o un pariente muy proximo.

La niña tira de la pernera de tu pantalon, no le a gustado que la movieras con la pierna, es un gesto como diciendo.- ¡No me des!

Trato de contener una sonrisa al notar el tirón de la niña. Menudo carácter que tiene...y bien poco respeto ademas. En casa les espera una fierecilla. Casi sera mejor que la dejasen ir.

Le doy mi palabra de honor, que si la niña que me habla es la misma que yo digo, esta en un buen sitio, a salvo de todo peligro. Excepto tal vez un pisotón o alguna patada accidental.

Hace muy a menudo esto?...lo de escaparse digo.