Partida Rol por web

Situado en la base de la torre oscura, el Club de Duelos es una estancia de forma rectangular y de gran tamaño, en la que justo en el centro hay una alargada tarima recubierta por una alfombra con las distintas fases de la luna. Los duelistas suben cada uno por la escalera de cada extremo, deben avanzar hasta estar frente a frente, saludarse levantando las varitas, y tras cinco pasos en direcciones opuestas y prepararse para el combate, iniciar a la señal del profesor que hace de juez. El resto de alumnos tienen permitido colocarse en los bordes de la tarima para contemplar el combate, pero bajo ninguna circunstancia pueden intervenir. Una pizarra mágica anota el resultado de los combates y actualiza los resultados justo al finalizar, cada combate se compone de tres asaltos, siendo el ganador quién logra sumar dos de ellos antes que el oponente. En caso de dudas, los jueces dictaminarán quién es el vencedor del duelo.

Apurado llegue al club de duelos, me había apuntado en el gracias a las orientaciones de mi madre para ser auror, así que ahí estábamos, frente a la puerta del club esperando ser seleccionado, no sabía si podría hacerlo o no pero había decidido inscribirme, -Permiso- dije mientras me mezclaba  entre los chicos que ahí se encontraban, los pocos hechizos que sabía eran los mas básicos pero no por ello menos efectivo, estaba emocionado por todo.

Por un lado me sentía tranquilo el profesor Melker, el Profesor Rowle y  el profesor Scamander estaban ahí, y ellos me agradaban no eran malas personas, pero el profesor Snape me daba miedo, aun así daría lo máximo.

Una vez fueron abiertas las puertas y los pequeños empezaron a acceder al lugar, el profesor de Encantamientos, Filius Flitwick, subió a la tarima y comenzó a hablar.

- Bienvenidos un año más al Club de Duelos, pequeños. Para los que no me conozcáis, soy Filius Flitwick, el responsable del Club y profesor de Encantamientos al igual que Drake Scamander. Saludó cordialmente a su compañero de departamento. Confío en que todos seamos conscientes que aquí venimos a aprender y mejorar nuestras habilidades como duelistas, siempre respetando a nuestro adversario y ciñéndonos a las normas y el protocolo. Cualquier acción que se salga de las normas escritas en la pizarra, será penada con la descalificación del combate, y si se reincide, expulsado de la competición... Flitwick pretendía ser claro desde el inicio. Los duelos eran una tradición milenaria que se había convertido en una competición, y no un simple escenario donde pelear contra el oponente y hacerle daño. Todo duelista debería inscribir su nombre en la pizarra mágica, y mediante sorteo se le asignaría un oponente al azar contra el que pelearía limpiamente, siguiendo el protocolo. Las normas vienen claras en la pizarra, pero lo explicaré en el día de hoy para todos. En primer lugar, para competir hay que inscribir el nombre en la pizarra, y una vez se deciden dos contendientes, cada uno subirá por un lateral y se acercará hasta quedar frente a frente con su oponente. Después levantará la varita hacia arriba en señal de respeto al rival, y tras aquello, dará cinco pasos en dirección contraria hacia donde ha venido, para terminar colocándose en posición de ataque y esperar a mi señal. Una vez de inicio, podrán lanzarse hechizos preestablecidos, de mutuo acuerdo, para hacer caer al contrincante, inmovilizarle, noquearle o imposibilitarle seguir combatiendo, a la vez que se defienden o esquivan los del adversario. Los jueces dictaminarán quién es el vencedor del duelo a tres asaltos, siendo el que gane dos rondas proclamado automáticamente vencedor, y anotada su victoria en el registro. ¿Alguna pregunta?

Llego con calma y tranquilidad al club de duelos, en verdad estaba bastante emocionado por poder poner a prueba mis habilidades como duelista.

Al llegar al club, logro ver la hermosa plataforma y la pizarra que esperan a ser ocupadas, sobre la plataforma se encontraba el profesor Flitwick quien estaba explicando las reglas del club.

Escuché atentamente las mismas y me acerqué hasta Dani para saludarlo.

Hola Dani, que gusto vertehombre, parece que seremos compañeros, que te parece si vamos a anotarnos a la pizarra juntos. 

-Claro Artie, viejo esto me pone nervioso- admití al chico, quizás si Artemis no me hubiera sugerido ir juntos a anotarnos en la pizarra, me hubiera quedando observando, así que por una parte era bueno tener un amigo dentro.

Con mucho cuidado escribí mi nombre  en la lista de duelistas, aunque la verdad las competencias y concursos siempre se me daban mal, aun así no perdería las ganas de anotarme si quería ser auror debía superar el reto.

El club de duelos era uno de los que más interés había despertado, algo que me parecía completamente lógico. Así que en cuanto entré, descubrí que ya había bastante gente dentro, entre otros, Victoria y todos los slytherin. Al ver a Victoria le guiñe un ojo para indicarle que la había visto, y me fui a saludar a los míos.

Hola, Kayla, Gin, Thad, Raven. Veo que estamos todos.

En ese momento, el profesor Flitwick se subió a la tarima y empezó  a darnos las intrucciones. Yo miré al resto, inspiré profundamente y me adelanté hasta la pizarra para escribir mi nombre:

"Altair Edevane"

Me giro y me voy.

Tras anotar mi nombre en la pizarra, salgo un momento del lugar con la intención de hablar con Thad.

Thad, disculpa, ¿Tienes un minuto? Hay algo de lo que me gustaría conversar contigo. - le comento mientras lo alcanzo.

Claro, dime Artemis. El chico no había hablado conmigo en todo el curso o por lo menos no recordaba haber hablado con él en todo lo que llevaba en el colegio, pero no era algo extraño, al fin y al cabo todo el colegio sabía que era el novio de Kayla, querrá decirme que Kayla lo siente mucho y bla bla bla. Espero que no sea eso...

Este era uno de los clubes mas esperados para Alex, y no tardó en apuntarse a la pizarra, luego fue a saludar a los que serian sus compañeros de club.

- Espero que aprendamos mucho y nos divirtamos todos juntos-

Apunto mi nombre en la pizarra pese a no conocer ningún hechizo de índole duelística.

Escuché que Kayla y tu tuvieron un desencuentro, la verdad es que no vengo a pedirte que la perdones, sólo me gustaría que te pusieras un momento en su lugar y si pese a ello sigues sin querer hablarle, pues bien, prometo no volver a mencionar el tema. 

Dime que hubieras hecho tu en su lugar, si hubieras visto que una amenaza inmediata se acercaba a ustedes y ella no guardaba silencio a pesar de todo.

Si hubieras podido, ¿La habrías petrificado o simplemente te hubieras marchado y escondido dejándola a su suerte? - pregunto con voz calmada intentando obtener una respuesta sincera por parte de Thad.

Como imaginaba, el caballero de la flamante armadura viniendo a proteger a la pobre damisela en problemas, eres muy predecible, espero que en los duelos te vaya mejor, me voy a sincerar contigo ya que parece que es lo que quieres. Respiro profundamente.

Cuando te has acercado he pensado, "Buff espero que no venga por el tema de la noche de los dragones, ni para intentar que perdone a su novia". Sonrío levemente.

La verdad es que no tenía muchas esperanzas en esta conversación, tu y yo somos muy distintos, kayla es una chica fuerte y sin duda habrá visto algo en ti que la guste, por el momento al menos, pero si sigues protegiéndola de esta forma pronto se cansará de ti, las princesas siempre han podido salvar a los caballeros de flamante armadura Artemis, lo que pasa es que vosotros, los caballeros, no creéis en ellas.

Por cierto, me parece genial que estés con Kayla, bueno no, la verdad es que no, me parece horrible que una chica como Kayla se fije en alguien como tu, un simplón que lo único que la va a ofrecer es su mediocridad y su machista visión del mundo en dónde todo es blanco y negro ¿Verdad? Me apuesto conmigo mismo mil galeones y no los pierdo a que quieres ser Auror para combatir al mal y salvar al mundo. Por cierto, no se si estuvo contigo la noche de la torre de Astronomía, me imagino que si porque no estaba en su cuarto cuando el recuento, pero si metes en problemas a Kayla te las verás conmigo, que sepas que no soy de los que avisan y ponen la varita hacia arriba en señal de respeto, soy más bien de los que esperará a que pases por delante de una ventana y entonces usar un flipendo a traición para que te vayas a echar una siesta, no se si lo entiendes. Me giro y me voy.

Habla con tu novia, Sir Artemis, quizás si hablas con ella entiendas esta conversación que acabamos de tener.

Cuando asoma su cabeza en el salón de duelos, se da cuenta de la presencia de varios conocidos y de Daniel, la chica estuvo apunto de arrepentirse de entrar, pero al final lo hace y sin mirar al joven Gryffindor, se puso al lado de Alex tras haber anotado su nombre en la pizarra. La chica se mantuvo en una postura solemne, con su atención en la explicación del profesor, sin embargo, de tanto en tanto, miraba a Daniel cuando él no se daba cuenta. 

Por otra parte, Alex tenía razón, muchos la llamaban Gin sin que ella les hubiera dado permiso o que tuvieran una relación cercana, quizás no había sido tan clara en esos límites de cercanía, pero lo haría, seguiría llamando a la gente por su apellido, a menos que los sintiera cercanos. Lástima que a nadie lo llamara así, a excepción de Daniel, pero luego de lo que pasó con su amigo, volvería a estar sola... Ginevra ocultaba lo que le producía esa situación, casi pareciera que estuviera acostumbrada a la soledad, sin embargo era todo lo contrario, pero tampoco tenía las habilidades suficientes como para hacerse cercana a las personas, a los chicos de su edad sobre todo. Nadie lo notaba, pero Ginevra era muy tímida y esa coraza de dureza y cinismo no era más que lo que había construido por años, sin saber ser de otra manera a pesar de querer serlo. 

Como quieras Castle, sólo te advierto que como vuelvas a llamarme simplón o mediocre vas a terminar escupiendo los dientes, no tienes idea de quien soy yo, pero sólo te advierto que hay más en mi de lo que un idiota patán como tu puedes ver. - le increpo a Thad mientras me doy media vuelta y regreso al aula.

Regreso al aula con cara de pocos amigos, por no decir que se me veía bastante cabreado.

Al ver a Ginevra y Alex, los saludo, para luego seguir caminando hasta reunirne con Altair y Dani.

Hola Ginevra, Alex. - digo con tono serio para luego hacerles una leve venia con la cabeza y continuar mi camino.

Uy, otro Drako Malfoy. Que miedo os tengo.

Miro a Artemis, parece ¿Enfadado? No conozco de mucho a nadie en este colegio pero ver a Artemis enfadado era algo bastante extraño, o por lo menos eso creía, así que cuando pasa cerca le pregunto en bajo.

Eh, ¿Qué pasa men? ¿Y esa cara que traes?

Al escuchar la voz de Ruben me sobreparo y ledigo algunad cosas en voz baja.