Partida Rol por web

Viernes 27/09/1991 Mañana

La profesora Foxier estaba aquella mañana bastante desmejorada. Se le notaba la piel pálida, tenía ojeras y aspecto realmente cansado. De hecho en vez de dividir sus clases había juntado a todos los miembros de las casas para hacer una conjunta, algo particularmente extraño teniendo en cuenta que en todas las sesiones anteriores habían sido divididos por casas.

La seriedad de la mujer estaba más marcada que nunca y su mirada verde se perdía entre los alumnos que comenzaron a llegar, observándoles uno a uno, como si en cada rostro pudiese leer algo que para ella fuera importante. Estuvo callada durante bastante tiempo, a pesar de que ellos estaban allí, sentados, en silencio, esperando que les diera las indicaciones de la clase, pensando quizás cómo en aquel día la docente iba a hacerles la vida imposible cual era su costumbre.... Pero la clase no comenzó como las anteriores, si no que el inicio fue extraño, tanto como la actitud de la mujer en aquella sesión.

- Buenos días.... hoy..., quería hablar con vosotros... - ¿hablar? ¿ella?... aquello debía tener algún tipo de trampa -... me gustaría hablar de... vuestros miedos y que me comentaseis cuál ha sido la peor experiencia de vuestra vida.... - La docente observa a los niños y espera que alguien decida participar -... siempre que deseéis hacerlo..., no tenéis obligación....

La mujer cruza los brazos delante de su pecho y suspira, tenía la cabeza en demasiados sitios a la vez, y pocas veces reflejaba su sentir, pero aquel día era distinto... La noche anterior había marcado un antes y un después, y aunque ella no quería reconocerlo, un sentimiento se agarraba en el fondo de su alma como las serpientes cuando engullen a sus presas. Todo en esta vida tenía un inicio y un final, y ella no sabía si estaba comenzando algo, o acabando con todo.

Hablar del miedo era algo que no me gustaba, en especial porque me hacía recordar muchos eventos que no quería, pero sin embargo esto era una clase y el profesor Rowle antes me había incitado a ser valiente, además solo era hablarlo, a pesar de que varios chicos se encontraban ahí  me adelante un poco y tome la palabra.

-Mi más grande miedo se puede dividir en 2, profesora, le temo a la muerte sobre todas las cosas y es algo que no me gustaría ver- recordé inevitablemente la cara de Xavier, a sus abuelos el día que vinieron a recoger su cuerpo  todos esos sentimientos de tristeza, era un miedo que conocía bien, pues la muerte había estado cerca de mi mucho más cerca de lo que algunos hubieran creído por un momento quise dejar de hablar pero ya era tarde para frenarme.

-La segunda parte es que le temo a las serpientes- admití sinceramente – cuando tenía 8 años acudimos a la  reunión familiar de los Graves en Texas, al principio todo iba bien, pero me encontré un crótalo cornudo de cobre del desierto, una de las serpientes más letales de Texas, me mordió la pierna y casi morí- no quería entrar más en detalle pero si mi madre se hubiera atrasado un segundo más probablemente no lo hubiera contado – aún tengo la marca de su mordida en la pierna, un recuerdo horrible que no me gustaría revivir- finalicé.

-Creo que eso es todo- volví a mi lugar a pensar si haberlo contado era bueno, después de todo esto no era un grupo de superación personal de Alcoholices Anónimos, como que el Tío Andrew había pasado, esto era diferente, al menos me había quitado un peso de encima al contarlo.

Las clases de pociones, a pesar de ser interesantes y de sentirme fascinada por preparar nuevas mezclas, no me apasionaban desde lo sucedido con Chloe, o más bien, desde que la profesora se había aprovechado de nuestros miedos para "motivarnos". De hecho, había asistido al club de pociones porque ya me había apuntado, pero dudaba de verdad si continuar en ella. Por muy buena que fuese en su trabajo, no aprobaba sus métodos.

Seguramente por esa razón, por primera vez desde que estaba en Hogwarts, no solo no levanté la mano para responder a su pregunta, sino que ni siquiera tenía intención de hacerlo. Solo faltaría eso, que de nuevo le comunicase a ella cuál era mi principal temor, lo que nunca deseaba encontrarme. ¿Para qué? ¿Para que creara una poción y me ayudase a superarlo o en lugar de eso, para acrecentarlo?

Fuese lo que fuese, haría esa dichosa poción e intentaría que estuviese lo mejor posible, pero participar en clase... eso era una cuestión muy distinta.

Así que apreté los labios. No apartaría la mirada de la profesora ni de la pizarra salvo para copiar, pero no respondería de forma voluntaria.

De eso, na-da.

El primer muchacho en levantar la mano fue Daniel Anderson. La docente le concede permiso para hablar mientras su rostro sigue serio, cansado, aunque ya no se mostraba tan ausente, escuchando los argumentos de su alumno, determinando que sus miedos, eran sin duda más que justificables.

Por otro lado estaba Altair, la cual no se animó a levantar la mano como solía hacer en todas las clases, al menos en las de pociones. A Cyllene le habría gustado sonreír, esa chica valdría para Ravenclaw, era evidente que desconfiaba abiertamente de ella, como medio claustro, como todos los alumnos... Y hacían bien...., no podías fiarte de nadie.

La docente no le dijo nada a la señorita Eldevane, ni la iba a forzar a ser más comunicativa, había dado su palabra de que no estaban obligados a responder en la sesión, y si algo caracterizaba a la mujer, era que cumplía lo que decía, tenía un sentido del honor a pesar de todo.

- La muerte y las serpientes.... - susurra la fémina -... la primera es parte de la vida..., inevitable..., la segunda un animal que quizás debas cuidar en Cuidado de las Criaturas Mágicas.... ¿Cómo lo harías o superarías llegado el caso?... Y ya de paso..., si pudierais hacer cualquier poción en el mundo... ¿cuál haríais?... ¿qué efecto tendría?.... ¿para qué serviría?...

A aquello sí podía responder. No había que ser muy inteligente para saber cuáles eran las dos aplicaciones posibles de una poción relacionada con los miedos. Así que levanté finalmente la mano.

-Podríamos hacer una poción para eliminar nuestros miedos y no permitir así que otros los aprovecharan, pero también una que proyectara los que tenemos cada uno, paralizando cualquier acción que quisieran realizar nuestros enemigos... si los hubiera, claro.

Me alegraba no haberle dicho a qué tenía yo miedo. No es que fuese un secreto, pero prefería que nadie lo conociera, o al menos, nadie en quien no confiase.

Finalmente y gracias a la lógica y ánimos de Jason, Victoria acudió esa mañana a clases.

Llegó al aula de pociones y se sentó en el lugar más apartado que encontró intentado pasar desapercibida.

La profesora que ese dia parecia cansada, los había juntado a todos, y ¡quería hablar! ... "guay" ... Victoria puso los ojos en blanco y escucho a sus compañeros, ella no pensaba abrir la boca, haría su poción y se largaría.

Que estupidez, Yo no tengo miedo de nada y de muchas cosas a la vez, me dan miedo las tormentas eléctricas porque me puede caer un rayo encima, pero eso no evita que salga a la calle, lo importante es no dejar de vivir por culpa de esos miedos. Miro a la profesora con los ojos abiertos esperando su respuesta.

Me gusta la idea de Altair, pese a ser una serpiente pensaba y era lista como un tejón, ¿Por qué el sombrero la habrá puesto en Slytherin? En fin, ¿qué se le va a hacer... Una poción para eliminar los miedos sería interesante y muy útil sin duda. 

Guiño el ojo a Altair y la sonrío.

Como siempre, la reacción de Thad no se hizo esperar y no era nada agradable. Sí, él no necesitaba de esas cosas puesto que conocía sus miedos y sabía enfrentarse a ellos. Bien por él. Supongo que por ese motivo intentaba enfrentarse a todos de cualquier manera, para demostrar que estaba más allá de todo lo que le convertiría en una víctima.

Entendía que no estuviese de acuerdo en utilizarla, pero no en que fuese una mala idea. No todos éramos tan "valientes" como él. Algunos sabíamos que había muchas cosas en esta vida que nos daban miedo y no solo era aquello que amenazaba nuestra vida, sino la de nuestras familias o seres queridos, como perder a Chloe, por ejemplo... o a mi madre.

La de aquel chico de Hufflepuff, en cambio, Ruben, fue diferente. A él le gustó mi idea y hasta me guiñó un ojo. Eso me animó, así que le devolví el guiño, acompañado de una sonrisa.

Ya había coincidido varias veces con él y me caía bien.

Me quedé mirando a la profesora estaba actuando extraño y realmente no sabía si podía fiarme de ella ,era muy posible que intentara usar nuestros miedos como temática de una poción o algo pero también había la posibilidad de que simplemente quisiera conocernos más.

A pesar de aún tener algo de desconfianza quería hablar y contarlo,me mantuve sentado y nervioso -Bueno...si hablamos acerca de tener miedo...yo tengo claustrofobia- me quedé mirando a mis compañeros y a la profesora a ver qué tipo de reacción tendrían respecto a lo dicho.

Cuando la profesora escucho la respuesta de Dani, inmediatamente intentó hacerle comprender que la muerte era una parte inevitable del ciclo vital.

Sin embargo, no porque sea parte del orden natural debemos aceptarlo como un dogma de fe. Habían varios casos documentados de magos que la habían vencido.

Mi tatarabuelo era uno de ellos, otro era Herpo en loco, entre algunos más.Vencer a la muerte no era una utopía, sino una obligación de la magia, al menos eso pensaba yo.

Decidi omitir mi respuesta y procedí a concentrarme en el resto de la clase, mientras tanto decidí quedar con Kayla para dar un paseo más tarde.

Princesa quieres ir a dar un paseo más tarde, tengo pensado organizar un espectáculo de fuegos artificiales. 

¿Qué opinas? Aun me queda algo de tiempo libre antes de que Filch vaya a buscarme para ponerme a limpiar medio castillo de la forma tradicional. - le digo en un susurro a mi novia, esperanzado de que acepte acompañarme un rato antes de mi suplicio diario.

Tal y como siempre hacía llegue a clases de los primeros y tome asiento en la primera fila, por alguna razón la profesora parecía sentirse mal lo cual no comprendía del todo aunque tampoco tenía razones ni forma de comprenderlo por lo que poco importaba. Su pregunta voluntaria me hizo meditar bastante ¿a que tenía miedo? Siempre me había mostrado como alguien valiente que cuando los demás retrocedían yo me mantenía ahí, el primero en llegar y el último en marcharse, así había sido pero tras meditarlo había un grandes miedos muy relacionados entre ellos y con sucesos ocurridos hace poco. Dejé que mas gente respondiera antes de levantar yo la mano.

- Tengo miedo a la pérdida de lo que mas quiero y tengo miedo al fracaso -no pensaba dar explicaciones al respecto, eso si que no- Y si pudiera hacer una poción cualquiera... eso es fácil, una poción que burlara a la muerte y pudiera traer a una persona de vuelta a la vida.

Muchos otros no respondían, tal vez por los actos pasados de la profesora ¿en mi caso porque lo hice? Quien sabe...

La pelirroja estaba más callada de lo habitual, después de su espectáculo en el club de duelos lo que menos le apetecía era simpatizar o sociabilizar con la gente, tan solo con Artemis, que al fin y al cabo, era la persona con la que más confianza tenía. Era curioso, la profesora hablaba de miedos y la Slytherin tenía muy claro a qué temer.

- Mi miedo es al fracaso..., a no estar a la altura... - lo dijo abiertamente, al fin y al cabo, su miedo ya se había cumplido y estaba en la fase de desesperanza -...y si pudiera hacer una poción, sería sin duda una que me asegurase siempre el éxito de todo.... - queda pensativa -... temo al dolor, a la soledad, a la muerte..., casi es mejor decir a qué cosas no temo... - responde abiertamente y con sinceridad.

Tras permanecer un rato callada observa cómo Artemis le hace un comentario por lo bajo, y ella le responde

- Más tarde te acompaño a dar un paseo..., pero va a ser uno muy desagradable..., ayer cuando Snape me mandó a hablar con Dumbledore..., me pidió que fuese con Filch y le dijera la verdad...., que yo soy tu cómplice..... El director lo sabe..., y no va a avisar a mis padres si doy la cara por lo que hice y asumo mi parte de culpa.... - le dice ella muy seria -... también me dijo que te rebajarían el castigo al hacerlo.... Así que más que fuegos artificiales..., podemos asistir a mi pila funeraria...

La pelirroja sonríe levemente, pero se notaba que estaba nerviosa, y es que su actuación en duelo fue deplorable, tanto como el genio vivo que la niña tenía y que hasta el momento, no había sacado a relucir.

Al oír la voz de Kayla a Thad le viene a la mente la escena que hizo en el club de coleccionistas, un escalofrío recorre todo su cuerpo y de pronto se siente totalmente avergonzado.

Profesora, puedo salir un momento al baño, creo que no me encuentro bien, solamente serán unos minutos si no la importa.

Al salir del aula todo su ser le dice que no la mire, que siga avanzando hacia la puerta y que no mire a la chica pelirroja, sin embargo, sus ojos se encuentran con los de ella por unos instantes y el chico agacha la cabeza para seguidamente salir por la puerta, al estar en el pasillo a solas las lágrimas caen por sus mejillas sin control, se dirije al baño lo más rápido posible y se lava la cara para que no se le noten los ojos enrojecidos y llorosos, tarda tan solo unos tres minutos en volver y sentarse en el pupitre.

Fue inevitable que Kayla mirase a Thad, y es que en aquel momento era extraño que alguien decidiese abandonar la clase. La mirada verde de la pelirroja al momento se desvía hacia un lado, avergonzada, solo esperaba que el resto de sus compañeros no se fijasen en aquel encuentro de miradas, o moriría... Aquí venía otro de sus miedos, que Artemis supiera lo que pasó...

Cuando el Slytherin regresa, Kayla observa su semblante en silencio. Estaba muy incómoda.

Mientras converso con Kayla noto que algo la incomda, sigo su mirada y me percato que está observando a Thad.

Descuida, yo voy a ayudarte con las tareas que te asignen. - digo mientras noto la incomodidad en el rostro de Kayla.

¿Qué ocurre princesa? ¿Sigue incordiándote? Sólo dímelo y me encargaré de ponerlo en su lugar, es un patán y un engreído. Sí ya sé que no te guste que hable así, pero no pude evitar notar que su presencia te incomoda. - sentencio con total seguridad.