Partida Rol por web

Avanzas junto al grupo de trasgos siguiendo las huellas de la carreta que llevan tus compañeros hasta que por fin, te alejas de las montañas. Tras avanzar durante casi toda la tarde de ese día, la noche empieza a caer, por lo que el rastreo será más dificil.

Está oscureciendo, quizás vendría bien un descanso. Sugirió el trasgo guía.

Mientras oteas el horizonte, logras ver movimiento en el camino por el que vinísteis, pero parece estar demasiado lejos como para poder distinguir bien de quien se trata.

Lo mas probable es que ellos acampen, si vamos a emboscarlos el momento es ahora, ademas cargan con una carreta, no pueden sacarnos una gran distancia.

Observo las huellas, si nos detenemos podriamos perder el rastro.

A partir de ahora ire yo delante junto a ti, el restos seguirnos a unos 30 metros, que nadie se pierda, y si por un error erramos el camino avisarnos.

Estar pendiente de cualquier cosa que pueda ser enemiga, organizaros antes de atacar y sobra decir que no lo hagais sin mi.

Decido arriesgarme un poco mas para saber si se acercan enemigos o amigos. Asi que salgo del lugar donde me encuentro y acorto un poco mas la distancia hacia mi objetivo mientras busco un mejor lugar desde donde divisar lo que pasa, y claro, hacerlo bajo la seguridad de estar bien escondido...

Te acercas al camino lo más sigilosamente posible que puedes, y te escondes entre los árboles más cercanos para poder ver bien. Pero debido a la intensa oscuridad de la noche, acentuáda por la poca luminosidad de la luna, no logras distinguir bien de quien se trata, ni siquiera del número exacto, que aún así parecen ser más de 7, uno de ellos a caballo.

Los extraños avanzan por la senda directamente hacia la posición del campamento, y al estar más cerca logras distinguir la voz de Enialis, dándo órdenes a los que van a pie, mientras éstos asienten con voces más que familiares... ¡Trasgos¡

De dichas órdenes logras distinguir una frase más que significativa:

Cita:

Alarmado por lo que escucho y sacando rapidas conclusiones, empiezo a retirarme rapidamente del lugar, con todo el sigilo que me es posible ante la apremiante situacion.

Todo parecia indicar que Enialis nos ha traicionado... pero, ¿Por que? Es un enemigo infiltrado? O es una estrategia para engañar a los trasgos? Por desgracia, aunque pensaba en diferentes posibilidades para explicar el comportamiento de Enialis, la mayoria y las mas probables no eran halagadoras para mi y para el resto del grupo. A pesar de no conocer a Enialis de antes, su traicion era algo que no me esperaba. "Bien, si es un enemigo, estaremos preparados" pienso con ira mientras avanzo rapidamente hacia el campamento oculto por las tinieblas de la noche...

Mientras el resto descansa junto a la hoguera y se repone de la dura batalla acontecida, veis llegar a Lido, que se acerca apresuradamente y por el semblante que trae parece que algo grave ocurre.

Llego al campamento con algo de tiempo, asi que me tomo un pequeño respiro para recuperarme de la agitacion que llevo por las prisas con que recorri la distancia, sin embargo, durante todo ese tiempo no pude mostrar ninguna sonrisa, no estaba de animo para ello en ese breve instante...

Luego de reponerme, les hablo a los demas:- Sera mejor que os despereceis... Enialis viene en camino - digo con ironia antes de soltar lo demas - Viene a la cabeza de una comitiva de trasgos para matarnos... - me quedo callado por un momento para disfrutar burlonamente de la expresion de sorpresa de los demas, "Al fin de cuentas, es justo que no solo yo ponga cara de estupido".

Al instante dejo de perder el tiempo con mis pensamientos y poniendome serio, actualizo a los demas con la situacion:- Fui a otear el camino para ver si divisaba a Enialis, y lo encontre ya acercandose hacia aca. Viene con unos 6 o7 trasgos al menos, y lo que escuche dando instrucciones y decir que nos van a emboscar mientras estamos acampados... no se si es alguna clase de engaño que ha montado Enialis para salvarse de los trasgos o si en verdad viene a atacarnos, pero ante lo que se ve, yo prefiero estar preparado y tratarlo como un enemigo mas... prefiero que seamos nosotros los que le demos la sorpresa y no al reves - despues de este rapido monologo, mientras los demas asimilan la noticia y sacan sus propias conclusiones, me acerco a donde estan mis cosas y empiezo a prepararlas para aparentar que hay un cuerpo (el mio) durmiendo alli.

- No tenemos mucho tiempo, organicemos el campamento para hacer ver que estamos durmiendo y tendamosles algunas trampas a esos trasgos y a Enialis...¿Quien hara de señuelo como si estuviese de guardia? Yo tengo planeado ocultarme a alguna distancia del campamento, al lado del camino, para encerrarlos entre dos flancos, quien me acompañara? - empiezo a hablar de trampas y tacticas con rapidez, no disponemos de mucho tiempo y hay que aprovecharlo.

Aram escuchó las palabras de Lido, primero sospechando que fuera una broma del mediano, luego al ver que iba en serio prestó más atención. Al terminar la narración, el enano se puso en pie de un salto, hacha en mano.

-¿Pero qué estas diciendo? Aunque sea un elfo, no me puedo creer que se haya aliado con unos seres tan viles como los trasgos. ¡Ni los elfos son tan indignos como para llegar a eso! Tiene que haber una explicación.- Recogió luego el escudo- ¡En cualquier caso! Yo no voy a esconderme por ahí, si quieren guerra que vengan,¡aquí mismo les estaré esperando!- terminó, tozudo.

Jacobus responde con incredulidad tras oír las palabras de Lido. 

- No es posible que nos haya traicionado, sin duda debe de ser una artimaña para salvar su vida o algo así. No ataquéis a Elianis hasta que veamos sus intenciones, esperó que nos ayude a acabar contra esos trasgos cuando empecemos a atacarlos.

Jacobus se ubica en una posición adecuada para atacar a distancia.

Me quedo mirando a Aram por un momento...:- El hecho de que seas un enano no significa que debas tirar por la borda el factor sorpresa - comento algo enojado, el trago amargo de saberme traicionado no me dejaba mucha paciencia para los demas.

Luego, respirando profundamente, hago uso de mis habilidades de oratoria: - Aram, no querras que esos despreciables trasgos salgan huyendo, cierto? Eso es lo que haran cuando vean a un aguerrido enano con el hacha dispuesta esperandolos para cortarles la cabeza. En lo que se den cuenta de que no tienen la sorpresa ni la oscuridad de la noche a su favor, saldran huyendo y tu perderas tu oportunidad de acabar con ellos - termino sonriendo a sabiendas de que lo que digo es cierto.

Mientras culmino de arreglar mi lugar donde se supone que estaria dormido me dirijo a Aram y a Jacobus tambien:- Aram, como ha dicho Jacobus, hay que darle la oportunidad de Enialis de explicarse, pero a la vez debemos estar preparados para no ser sorprendidos en batalla si es cierta su traicion... para ello lo mejor es buscar posiciones estrategicas desde donde atacar usando la sorpresa y la oscuridad, las mismas ventajas que querian usar los trasgos contra nosotros - sigo intentando convencer a Aram de seguir lo mas conveniente para el grupo.

Me levanto del lugar que he preparado como engaño y termino soltando un rapido plan en palabras igual de rapidas: - No te quieres ocultar Aram, no lo hagas, pero finje que eres el que esta de guardia cuando llegue Enialis con esos trasgos. Yo me ocultare cerca del camino a la entrada del campamento, para atacarlos por la retaguaria. Yargor, deberias acompañarme. Careus bien podria acompañar a Jacobus y ambos ocultarse buscando un sitio alto o resguardado desde donde poder salir y atacar una vez los trasgos esten dentro del area del campamento. Contigo Aram al frente contra los trasgos, los tendremos rodeados y tu tendras el placer de estar en medio de la batalla - vuelvo a sonreir porque ambos sabemos, Aram y yo, que el no tendra mejor ubicacion para acabar con los trasgos que esa.

Mientras Aram escuchaba a Lido, su cara se iba poniendo más y más rígida, con un aspecto totalmente fiero y, después de que el mediano terminase, parecía que iba a estallar en cólera. Pero en vez de eso, de forma inesperada, se echó a reír.

-¡Ja, ja, ja! Menudo mediano tenemos aquí. Tienes toda la razón, chico, a veces no me paro demasiado a pensar. ¡Quizá por eso termino a puñetazos en todas las tabernas, ja, ja, ja!

El enano empezó a mirar alrededor, buscando un buen lugar donde sentarse y vigilar.

-Me gusta el plan de quedarme fingiendo estar de guardia. A mi eso de esconderme entre los arbustos no se me da muy bien. ¡Vamos! Los demás, poned vuestras mantas encima de vuestro equipaje, como si estuviérais vosotros durmiendo. Que ya deben estar al caer...

Finalmente se sentó contra una roca o un árbol, para que no le pudieran sorprender por detrás, y empezó a escudriñar en la oscuridad, bien clara para él gracias a su vista de enano. Tenía el hacha bajada, pero el escudo preparado por si tenía que bloquear alguna jabalina que cayera de repente.

Sigues avanzando seguido del grupo de trasgos mientras seguís las huellas dejadas por el carro, hasta que ves que unos metros más adelante se separan del camino y siguen a través del bosque.