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La plaga española

Capítulo III: El antígeno.

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31/01/2017, 13:04
Luis Ramón Navarro

Luis Ramón aceptó el brazo que le daban con un gracias mudo que no llegó a salir de sus labios.

Él también creía que era hora de irse, pero no porque no los detuvieran. Sólo porque quería meter la cabeza debajo de las sábanas y no tener que levantarse nunca, nunca más, o al menos en muchos días. Los soldados detendrían a los... los zombis... ¿y luego qué? ¿Acabarían como él? Pensó en qué hubiera pasado si después de todo lo que había hecho llevara una ametralladora y se le cruzara alguien que estaba estorbando.

La respuesta, honesta, no le gustó mucho.

-Amén. Vámonos de aquí... esto ya no es cosa nuestra.

Dijo, casi como un suspiro de alivio. La pesadilla había terminado. En el mundo real, el ejército se encargaba de ella.

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02/02/2017, 17:03
Director

En cuanto se incorporó, Enrique sentía como le dolía en el pecho, como si aún siguiese comprimiéndose contra el suelo rezando porque no le hiciesen levantarse delatando así el arma que había tomado del vehículo. Aquel arma le señalaba como responsable de la desaparición de los agentes por la razón que fuese no le habían pillado...

El resto permanecían silenciosos, lo peor había pasado, fuera el sol se había puesto en el firmamento apagando así su desesperación. Caminaron hacia el exterior, rumbo a la salida, fue Enrique quien abrió la puerta primero. En ese momento varias ráfagas de ametralladora se solaparon una sobre otra, ya había empezado, pronto acabaría todo convirtiéndose así en un mal sueño. Alguien les pediría responsabilidades y cargaría todas las culpas en ellos, sin embargo ahora sólo querían descansar, ver a sus familias y mandar todo a la mierda.

Estaban ya en el exterior, donde las multitudes se agolpaban sobre las grandes extensiones de césped que servían como frontera entre facultades gritando ajenas a todo lo que había ocurrido.

-¡Eh!- Exclamó el decano -¡Eh! ¡Vienen!- Fue entonces cuando advirtieron que ya no sonaba ningún arma. El punto que les era señalado atrajo su atención, apenas un puñado de ex-estudiantes acababa de salir de la escalera, todo lo que quedaba de lo que parecía un cataclismo eran cinco personas, y Segrellos, el muy hijo de puta seguía allí.

Notas de juego

Ahora estáis fuera del edificio. A la altura del umbral de la puerta.

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02/02/2017, 18:27
Luis Ramón Navarro

El aire de la ya caída noche les recibió.

"...ya es de noche?"

Había pasado. Había pasado mucho rato ahí. Ni siquiera se había dado cuenta. De todas las cosas, mientras escuchaba las ametralladoras retumbando atrás poniendo fin a aquel infierno, le sorprendió que se le echase la noche tan encima: tenía gracia dentro de toda aquella locura. Salieron por la puerta, sudados, cansados, machacados, con manchas de sangre ya seca y otra aún reciente por las ropas medio rotas, alguno con alguna quemadura por el ácido. Agotados. Cansados. Con los huevos hasta el cáliz a rebosar de hinchados.

"¡Eh! ¡Eh! ¡Vienen!"

No

Miró por detrás. Un puñado. Aún allí. Venían.

¡No!

Joder si venían. No corrían, pero ni falta que les hacía: llegarían.

¡Me cago en Dios y en el Copón y en San Peo Bendito! ¡NO!

-¡SALGAN DE AQUÍ!

Gritó a la multitud, rápido, agitando los brazos.

-¡SALGAN DE AQUÍ CAGANDO LECHES! ¡POR EL AMOR DE DIOS! ¡HAN DERRIBADO A LOS GEOS! ¡SALGAN O MORIREMOS TODOS! ¡TENEMOS QUE IRNOS TODOS DE AQUÍ!

- Tiradas (1)
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02/02/2017, 18:35
Marcos Santana

- ¿Por qué siguen gritando si ya hemos salido y la policía vaa aa arrestar a los mordedores? - ¿Creéis que me devolveran mi ratón?

Se acordó que aún tenía que limpiar el traje a Juan Ramón; pero al mirarse las manos vio que había perdido la bayeta y que no tenía desinfectante. - No pienso volver a entrar, que si no seguro que no me dejan irme a casa. Mañana se lo limpiaré.

Ahí seguía el decano dando órdenes y Juanra le ayudaba haciendo de altavoz. En fin si no quedaba más remedio les haría caso una vez más antes de irse a casa; pero cuando estuviera con su madre uno de los dos se lo tendría que explicar todo.

Marcos fue alejándose de la puerta de entrada sin prisas, tratando de que nadie le tocara y de no mirar a nadie demasiado tiempo a la cara.

Queda solo el silencioque hace 
estallar la noche fria y larga 
la noche que no acaba 
Solo eso queda... 

- Tiradas (1)
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04/02/2017, 12:37
Miguel Rodríguez

Miguel se alejó a zancadas todo lo que pudo de la escalera de salida del edificio mientras gritaba.

- ¡Huid! ¡Huid! - los chavales se mostraban ajenos a lo que estaba pasando. Frenó en seco y se dirigió a un grupo de unos 12 chavales. - Eh, eh! - Cuando consiguó su atención, señaló a la entrada del edificio - Tenéis que iros de aquí echando leches joder. ¡Que corra la voz!

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06/02/2017, 19:08
Enrique Yamaguchi

Enrique consigue salir con el resto a la calle y entonces ve el monto de estudiantes que hay alrededor de las puertas. Confundido mira a su alrededor sin saber bien que hacer pero de pronto un ruido acompañado de los gritos de dos de sus compañeros hacen que el botánico reaccione y se gire para ver que pasa.

Al ver a esos seres a Segrellos la cara del medio asiático se descompuso para que dos segundos después cambiara por completo mientras se giraba hacia la multitud de estudiantes que estaban allí de botellón. 

MACHAOS INSENSATOS!!!!!!!! Grita Enrique mientras saca con su mano derecha la pistola de la parte de atrás de su pantalón y la levanta hacia el cielo. QUE OS LARGUEIS COJONES! Grita de nuevo mientras empieza a caminar y da dos disparos al aire con la intención de que todos se marchen de alli. 

Si esos seres conseguían infectar a todos esos estudiantes el caos comenzaría y se esparciría a toda velocidad en todas las direcciones. Tras el segundo disparo Enrique se gira y soltando un momento la escopeta y apoyando en el saca las llaves que le dio Manolo y se las lanza al rector. Haga algo bien y cierre esas puertas para que no salgan.

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06/02/2017, 21:08
Director

Las primeras advertencias formuladas por Luis Ramón cayeron en saco roto, sus gritos lo único que recibieron como respuesta fue el jaleo que se formó en algunos grupos, todos por supuesto ajenos a lo que sucedía unos insuficientes metros más allá. El ruido incluso resultaba excesivo para un tímido Marcos, quién aún intentaba sobreponerse a todo lo vivido, de alguna manera ajeno a lo que estaba por suceder. Como rezaban las estrofas de Bunbury, y había vivido demasiado...

-¡Ehhh!, ¿no tendrás unos hielos? - Le preguntaron en cuanto le vieron acercarse un poco uno de los que componían uno de los heterogéneos grupos de ruidosos que desoían a Luisra.

A unos pocos metros de allí otro grupo de un perfil similar al que reparó en el joven Santana vieron como un hombre visiblemente más mayor que ellos, no llegaba a ser un carroza pero los diez años de más no se los quitaba ni el Tato. +

-¿Viene la secreta? - Preguntó uno de ellos mientras levantaba su mirada.

-Vinieron algunos polis pero creo que se fueron.

-El coche sigue por allí- Contestó un tercero.

-Joder tío que te pires y no des la murga. No te vamos a dar nada así que deja de inventarte cosas. 

No había remedio, no había quien razonara con ellos, Jimmy lo había intentado por su parte pero ya le estaban confundiendo con un camello que se había tomado la mercancía. El otro Marcos bueno estaba en su mundo, ya desde la muerte de su última compañera había perdido parte de la consciencia de su alrededor. 

Afortunadamente el hispanojaponés no dejó que la situación le dominase había llegado el momento de utilizar el juguete que había encontrado en el coche.

-¡Marchaos insensatos! -Exclamó antes de alzar el arma al cielo y disparar.

BANG BANG

-¡Que os larguéis cojones!- Volvió a exclamar levantando el arma nuevamente apuntando al cielo. No hubo necesidad de utilizarla, primero se agacharon al ver oír los tiros, era una reacción natural, casi instintiva. Un instinto de supervivencia recuerdo de hace milenios y que nunca se llegó a extinguir se hizo presente traduciéndose en una estampida. Algunos cayeron bajo la estampida, pero parecía que la mayoría iban a sobrevivir. Al fin parecía que tendrían una buena noticia.

Ajeno a todo, el decano observaba como la muerte se estaba aproximando, podría intentar sujetar la puerta sin embargo esta era de cristal. Mas pronto que tarde caería, y no caería él en esa breva. No había llegado hasta ahí para morir, morir salvando a unos que se estaban destrozando los hígados. 

El decano echó a correr, una carrera que resultaba cómica de no resultar por lo dramático de la situación, desoyendo la llamada que hacía el que acababa de convertirse en una especie de líder natural del grupo con ayuda del arma. Atrás quedan Sara, Enrique y Luisra. 

Marcos y Miguel un poco más alejados de la entrada se encontraban. Y el peligro potencial de una plaga se encontraba a tan solo unos 7 metros.

Notas de juego

Tirada de percepción con malus -2 plis.

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06/02/2017, 22:33
Luis Ramón Navarro
- Tiradas (1)

Notas de juego

+2 por Conocimiento de la Situación, -2 penalizador

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06/02/2017, 22:59
Luis Ramón Navarro

Luisrra lo intentó y lo intentó, pero convencer a casi cientos de estudiantes borrachos de fiesta resultó estar por encima de sus posibilidades. Por un momento incluso acarició la idea de reventar una botella, en el suelo o contra ellos, por si le tomaban en serio. Pero... pero...

"No puedo hacer nada. ¡Van a morir! ¡VAN A MORIR!"

...

El sonido de los escopetazos reververó por toda la plaza.

Aún aturdido por todo lo que había pasado y por su situación, vio como toda la gente empezaba a desalojar, y casi tuvo ganas de llorar. ¡Bendito doctor Yamaguchi!

Le miró, esperando nuevas instrucciones. Si alguien iba a tomar el mando estaba más que dispuesto a dejárselo: ahora que habían salido de aquel infierno los que estaban... no quería volver a tener que tomar la decisión. No iba a volver a tomar la decisión. No. No. ¿¡No había hecho ya bastante, Jesús!? Sacudiendo la cabeza de esos pensamientos, sacó la pistola después de que pasaran las llaves.

-Vamos, Dº Martín. Yo le cubro. Sara, conmigo. Que no se lleve un susto mientras cierra. ¿Vamos?

Se giró para mirarle y... el Decano había decidido después de todo sucumbir al pánico y salir por patas.

-Ay, ¡pero la maaadre que me parió!

Gritó apretando los dientes, frustrado. Y cabreado. Y de todo. Nada como aquella patada en las pelotas para devolverle de golpe a una horrible realidad, ¡mano de santo!

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09/02/2017, 22:13
Enrique Yamaguchi

Tras los disparos y pasarle las llaves al Decano, Enrique observa como ese viejo cobarde se aleja corriendo llevándose las llaves con el. ¡Maldito! Exclama enfadado y poco después ve a esos seres a escasos metros ya de Luis Ramon, Sara y el. 

Sin decir nada el botánico guarda el revolver de nuevo mientras empieza a correr hacia el coche patrulla de donde cogió las armas. Rápido, el coche patrulla es nuestra oportunidad de salir vivos de aquí. Mientras corre hacia el coche Enrique saca las llaves y apunta al coche para abrirlo. Por un instante Enrique se gira para ver si sus compañeros le siguen y después mira a su alrededor en busca de los otros que se habían alejado mas de ellos. 

La situación se había ido de madre y ya era imposible detenerlos, en estos momentos la única opción era huir e intentar alejarse de esa zona lo mas rápido posible.

- Tiradas (1)
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10/02/2017, 00:09
Sara Gómez Gutierrez

Mierda! Me había quedado bloqueada y con un lapsus metal impresionante. Necesito mis pastillas... susurré mientras las buscaba por los bolsillos de mi uniforme.

Los disparos me hicieron reaccionar mirando a mi alrededor, recordando donde estaba y lo que pasaba. Vamos Sara, no puedes perderte ahora, centrate. Aún empuñaba el arma del policía y quedaban balas en el cargador. Corrí junto a Luis Ramón cuando mencionó mi nombre.

No quise mirar atras, pues los recuerdos se iban agolpando en mi cabeza, desde el brote de todo aquello hasta la llegada y muerte de los miembros de la policía y finalmente la del grupo de.. Geos? quienes murieron por no escuchar nuestros relatos y creernos. Joder! ¿Por qué serán todos tan incrédulos?

Pero este no era momento de pensar ni lamentarse, era el de correr y salvar el culo. Y eso hice, salir corriendo junto a Luis Ramón, tratando de dejarlos atrás. ¿Cuantos son? Quizás tengamos balas para todos! Si no los paramos aquí.... Si no lo hacemos nosotros..! Exclamé mientras corría.

Seguirán contagiando y propagando eso que llevan dentro. Para cuando alguien por fin decida poner medios, la plaga se habrá extendido lo suficiente como para que no la puedan frenar. Acabaremos huyendo de nosotros mismos, matándonos por un refugio seguro, hasta que nos exterminemos o pasemos a ser parte de esas criaturas.

 

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10/02/2017, 19:00
Miguel Rodríguez

Al ver que los estudiantes pasaban de los avisos que les estaban dando, Miguel decidió preocuparse por su culo. 

Malditos descerebrados. ¡Ni a tiros! Esto va a ser una masacre...

Miró alrededor buscando a sus compañeros y vio cómo Yamaguchi hacía señas para que se dirigieran hacia el coche patrulla - ¿Tienes las llaves?  - le gritó mientras corría en su dirección.  

¿Cuantos son? Quizás tengamos balas para todos! Si no los paramos aquí.... Si no lo hacemos nosotros..! 

¿Cómo? ¿Estás loca? ¡Vamonos de aquí! - le gritó sin dejar de correr. La sola idea de enfrentarse a ellos en vez de huir le hizo sentir un escalofrío. Sacudió los hombros y giró la cabeza levemente para echar un último vistazo a los convertidos. 

Quizás.... quizás arrollarles con el coche no sea tan peligroso. Quizás...

Quizás estaba escrito que murieran allí todos.

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12/02/2017, 19:09
Director

En cuanto te metes en el coche ves que algunos de los estudiantes han vuelto y con cara de pocos amigos, parece que van a tirar un botellazo...

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12/02/2017, 19:41
Director

Todo el mundo corrió en tromba, fue Enrique quien resolvió dirigirse al coche patrulla que allanó anteriormente a fin de huir de la situación y que fuesen otros los que se encargasen de encararla y tal vez resolverla... o tal vez sucumbirían ante ésta. Enrique entró, no tardaron en seguirle Miguel y Luisra tan pragmáticos como siempre. Sara estuvo a punto, sin embargo pistola en mano empezó a evaluar la amenaza, tal vez podrían eliminarla...

¿Dónde estaba Santana?

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12/02/2017, 19:45
Marcos Santana

-No... -Dijo Marcos - No... Voy a entrar allí. No debo montarme en coches... -Se estaba poniendo muy nervioso moviéndose alrededor de sí mismo, en ocasiones dando pasitos desplazándose de un lado a otro, entonces golpeó el coche. -No lo haré, no me esperes porque no lo haré. -Empezó a cantar antes de aturullarse.

-Nooo, vienen los chicos. -Empezó a decir-. no me gusta la gente. No quiero, ¡Sara! ¡Sara ayúdame!

La puerta se abrió bruscamente y por primera vez la plaga viviente salió del edificio...

- Tiradas (1)

Notas de juego

Pnjotizado

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12/02/2017, 19:54
Luis Ramón Navarro

Siguiendo a los demás, Luisrra corría, pistola en la mano.

No quería decir abiertamente que estaba de acuerdo con la idea de Sara de abrirse y matar a toda aquella gente antes de que pudiesen matar a nadie más, y que si alguien más se quedaba estaba dispuesto a hacerlo. No quería admitirlo en voz alta... pero sí había sacado la pistola. Se quedó vigilando por si venían mientras iban entrando.

-Vamos, vamos. Doctores, Sara, Sant-

MI. ER. DA.

-¡¡¡SANTANA!!!

Se giró y se le escapó la color cuando vio lo que pasaba. Miró a Sara que estaba allí y decidió por unos segundos si meterse en el coche o no. Se encontró que su cuerpo había decidido por él y estaba en dirección a ellos, cagándose en todo lo que se meneaba. Preparó la pistola.

-¡¡¡SANTANA!!! -gritó tratando de convencerle mientras se preparaba con Sara para lo peor- ¡¡¡ÓRDENES DEL MÉDICO!!! ¡¡¡VAYA AL COCHE CON EL RESTO!!! ¡¡¡SU MADRE VA A ESTAR MUY ENFADADA SI NO CUMPLE CON LAS ÓRDENES DEL MÉDICO, SANTANA!!!

Miró a Sara mientras apuntaba con la pistola hacia la puerta de la que salían. Rediós. Qué coño estaban haciendo.

 

- Tiradas (1)

Notas de juego

Tirada de elocuencia para ver si conseguimos que Santana pueda reaccionar y sobreviva usando un gancho posible... y según lo que pase, casi seguro de disparo contra los zambambos x_x

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13/02/2017, 10:06
Marcos Santana

No quería entrar en el coche,  Si entraba seguro que alguien le tocaría y no le gustaba que le tocaran.  Que los mordedores hubiesen salido no le importaba a fin de cuentas ya habían ganado a los del sótano y a lo mejor podía recuperar a su mascota.  Había sido mala idea dejarlo atrás, lo echaba de menos por lo que estaba decidido a volver al sótano cuando Luis Ramón le dijo que que subiera al coche,  que era orden del médico — No me gusta el médico, me hace preguntas tontas — y luego añadió que lo había dicho su madre. 

Lo miró y una duda le asaltó — ¿cúando ha hablado con mama?  —pero la descartó — Si lo dice será verdad. 

— Vale, hacedme sitio,  pero no me toquéis — abrió la puerta del copiloto y se sentó.  Por nada del mundo iba a ir en el asiento trasero rozándose con los demás — a lo mejor debería conducir yo y así aprendo. 

Notas de juego

Siento el retraso,  con las lluvias en Málaga ha sido complicado conectarme

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14/02/2017, 20:21
Enrique Yamaguchi

Tras subir al coche patrulla Enrique observa como varios de los chicos del botellón se aproximan lentamente al vehículo con la intención de tirarle unas botellas. -Me cago en la puta... Comenta para si mismo el botánico enfadado mientras arranca el coche y espera a que los demás se metan en el.

Nervioso Enrique mira hacia la puerta y ve como estas se abren de una dejando salir a esos seres. Miguel y Luis Ramon no tardan en subir al coche y una vez en su interior ve como Luisrra intenta convencer a Santana para que se les una. Enrique en ese momento mira hacia los chavales que siguen aproximándose al vehículo ajenos al peligro que corren al seguir ahí. Sin pensárselo Enrique levanta su arma y les apunta con el semblante serio, amenazante como intentando hacerles comprender que tirar esas botellas al coche seria mala idea. 

Poco después Santana sube al al coche y escucha como le pide si le deja conducir. Sin apartar la mirada de los chavales Enrique habla con tono de enfado a Luisrra. Estamos jodidos, lo ultimo que quiero es mas problemas y mas ahora que estoy al volante. No dejes que meta las mano donde pueda crear alguna problema. Le comenta refiriéndose a Santana. 

 

Notas de juego

Bueno la intención de Enrique es amenazar a los chavales, imagino que tendría que hacer alguna tirada, pero como no se hacerla te lo dejo a ti dir. Ya dirás si surge efecto lo que hago o no. De no ser así, si empiezan a lanzar botellas Enrique ya tiene el motor encendido para alejarse de esos chavales y de esos seres que salen de la uní jejeje.

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14/02/2017, 20:47
Sara Gómez Gutierrez

Todo el grupo parecía estar bien... salvo el decano, pero ese ya había vivido demasiado. Corrí hacia el coche, pero no se me quitaba de la cabeza la idea de enfrentarme y acabar con todo aquello ya. Pero frente a mi vi al oriental apuntando con su arma a un grupo de jóvenes.

QUIETOS! exclamé con fuerza, viendo que Santana ya estaba en el coche patrulla metido. TU! Si quieres disparar, hazlo hacia los que vienen detrás mío. Sino.. dame tu jodida arma y lárgate de aquí. Me mantenía seria y recia. El arma del policía seguía en mi mano. Y vosotros! exclamé a los jóvenes. Esas botellas.... lanzarlas hacia los que vienen... guardé silencio un momento. Espero que sean bebidas con mucho alcohol! Las más fuertes que tengaís!

Si tienen suficiente carga de alcohol, podemos hacer barbacoa de zombi! Expliqué a todos. Es más, si os vais, dejadme todas las armas que podais... Esto debe acabar aquí y ahora. No voy a permitir que esto pase de aquí... Y sin mi medicación, en unas horas, los zombis serán el menor de vuestros problemas..

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14/02/2017, 22:15
Director

Estaban demasiado lejos para escuchar una mierda. Tal vez era el alcohol en sangre que había llegado al cerebro... Fuese la causa que fuese, les importaba una mierda y por ello uno de ellos empezó arrojando una botella de cristal la cual voló atravesando el firmamento estrellado hasta que decidió descender sobre la cabeza de Luisra quien se encontraba a la intemperie. 

PAF

Sucedió a toda leche, el golpe en la cabeza, y unos instantes después yacía sobre el suelo, inconsciente sobre un pequeño charco de sangre que parecía peor de lo que era...

Podrían salir y alejarse de unas bestias y de otros locos dejando atrás a Luisra... Tal vez dejarles entenderse entre ellos, igual una manifa violenta era lo que necesitaban esos mordedores, o tal vez lo último que necesitaba la humanidad. En sus manos quedaba la decisión. 

- Tiradas (6)

Notas de juego

Jaja todas las tiradas están siendo par