Partida Rol por web

Todos sintieron un escalofrío y abrieron los ojos, cuando lo hicieron pudieron quedarse unos momentos cegados por la luz, aquello realmente era otro lugar, no sabían como habían llegado allí, o mejor dicho lo sabían perfectamente, pudieron ver como no estaban todos, Chris, Lia, Katar, Kath, Rina, Kurt, Makoto, Nyara, Rox, Vicky, del resto realmente no sabían nada.

El clima era bastante más cálido que el lugar en el que estaban, por lo que las ropas que llevaban era demasiado abrigadas y tenían un poco de calor, observando un poco vieron que estaban en una gran ciudad, los sonidos de la ciudad, las charlas de las personas, el sonido de los coches, para la mayoría realmente no sabian donde estaban, pero Rina y Makoto lo sabían perfectamente, estaban en Tokyo, el año? aun no lo sabían, pero por fortuna había un puesto donde comprar el periódico y pudieron verlo, era el año 2012, poco antes de la fiesta de los cerezos, el Hanami, en primavera, pero lo que más importaba, tenían 15 días antes de la muerte del novio de Maki, pero, sería suficiente?, serian suficientes 15 días para encontrar a dos personas en una de las ciudades más grandes del mundo?

Al llegar hasta el lugar le asaltaron multitud de sonidos, olores e imágenes. Ya se había acostumbrado a la tranquilidad del hielo, pero esto claramente sería mejor. Kurt amaba a los japoneses, o más bien a la riqueza de su arte, porque la vida aquí era bastante dura.

El joven querría haber sonreído, pero acababan de perder a varios amigos. Y luego estaba el hecho de que Ben y Liz se habían fugado.

- La pareja se ha ido.

Seguramente ahora estarían en otra época. O mejor dicho, habrían ido a otra época y ya estarían muertos de viejos. Iban a tener dos vidas, qué listos ellos.

Kurt se acercó a Nyara para rodearla con sus brazos y acariciar uno de los suyos, despacio.

- Teníamos que haber pensado en aparecer en el castillo. 

Dijo a todos, porque ahora les iba a costar un viaje extra. Menudo fallo no haber pensado en eso antes.

- ¿Sabemos el nombre completo de Mika y de su novio?

Todo el rato había ido pensando que esos datos los tenían Ben y Liz, pero estos ahora no estaban. Aún así, si no salvaban al novio, el concierto era en 2014, tenían dos años para cambiar la vida de Mika. Parecía tiempo de sobra. Dos semanas también tenían que ser suficientes para dar con el chico, si es que sabían el nombre. Porque en 2012 ya había Facebook y seguro que ambos tenían perfil. 

Después  de que una sensación de angustia y miedo por lo desconocido invadiese todo mi cuerpo y prácticamente me hiciese temblar, una luz blanca brillante cegó mi visión durante unos escasos cinco segundos. Pude sentir un repentino calor en todo mi cuerpo, rayos de sol recorriendo mi rostro, y cómo el miedo y la angustia se disipaban a medida que iba abriendo los ojos, lentamente.

─¿Estamos... todos? ─pensé mientras recorría con la mirada las caras del resto del grupo, aún con la visión borrosa─ Parece que si...─

Ni siquiera había caído en la cuenta de que Ben y Liz se habían esfumado, tal vez hubiesen permanecido en la cueva o simplemente estuviesen pensando en otro lugar al que ir. Simplemente no presté atención a eso hasta más tarde.

─¿Donde...? ¿Dónde estamos? ─murmuré para mi misma. Entonces Kurt confirmó la ausencia de la pareja y formuló una pregunta que me extrañó─ ¿Mika? ¿No era... Maki? ... ¿Y dónde se han metido Ben y Liz? ─pregunté en alto, girando sobre mi misma─

Contemplé una ciudad totalmente desconocida, un laberinto de letras que no entendía, de conversaciones que no podía comprender. Estaba en un laberinto, a ciegas, con los ojos vendados y tapones en los oídos. Tal vez sí, hubiese sido buena idea aparecer en aquel castillo. De hecho, tal vez Ben y Liz fueron allí directamente.

─¿Y estáis todos bien? ¿Qué, qué vamos a hacer ahora? ─pregunté mirando al resto, y después pensé─ ¿Vamos a empezar a buscar a ese chico sin más, o a Maki, o qué vamos a hacer? Por que tendremos que dormir... comer, y yo no tengo dinero de éste país... ¿tal vez no lo hemos planeado todo bien?─

Sintió como su estómago se revolvía en medio de aquel extraño viaje en el que todos se habían enmarcado por un bien mayor, aunque si Nyara era sincera en esos momentos únicamente lo hacía por volver a ver a su hermana con vida.  Al abrir los ojos se encontraba en una ciudad que no había visitado en su vida, rodeada de algunas de las personas que se encontraban en la cueva junto a ella.

-Tokyo… este lugar te encantará cuando te traiga.

Lo que sucedía a su alrededor se le antojaba como una extraña pesadilla de la que no podía huir, pero como le habían dicho en ese mundo su hermana estaba viva.  A muchos kilómetros de allí Kyara estaría probablemente hablando por teléfono mientras criticaba con su hermana.  No se percató de que faltaban El Penas  y La Otra hasta que Kurt lo dijo, pero lo cierto es que no podía esperarse otra cosa de aquellas dos ratas.

El cálido contacto del cuerpo del alemán contra el suyo provocó que dejara de sumirse en su dolor interno y en la penosa necesidad de autocompadecerse. Está bien, vamos a salvar el mundo. Deja de parecer la chica que necesita que la salven.  Le dedicó una breve sonrisa a Kurt y chocó su cabeza suavemente con la del varón, queriendo decirle que estaba todo lo bien que podía.

-La verdad es que yo no tengo ni idea de sus nombres completos. La información la manejaban El Penas y su inseparable, y ninguno de ellos está aquí.  ¿Alguno de vosotros sabe algo o empezamos a dar palos de ciego?

Cierro los ojos, y en lo que duran dos parpadeos, todo ha pasado. Los abro y me encuentro con una ciudad, ruidos y luz. Parece que ha funcionado, pero no sabemos hasta que punto.

Veo que mi cuervo se ha quedado en el pasado. Supongo que el pobre realmente no podía pensar como tal, o quizás al no ser físico no podía trasladarse, no lo sé. Da igual, ya invocaré otro cuando lo necesite, aquí sólo habría llamado la atención.

Lo primero que hago cuando me habituo a todo este lio es hacer recuento silencioso. Está Lia, lo cual me alivia, y también Kurt y Nyara, Kat y Kat 2, Rina, Mako, Rox y Victoria. Los que se quedaron fuera obviamente no han venido. Ni tampoco Ben y Liz...lo que significa que me he quedado sin móvil y que voy a tener que empezar a tatuarme los hechizos para que esto no me vuelva a pasar. Menos mal que dos hechizos los tengo memorizados, el otro es fácil de recordar y el otro si hago un esfuerzo me acuerdo fijo...espero.

En fin, en cualquier caso por mí esos dos pueden haber acabado en el Cretácico.

Lo siguiente que hago mientras los demás se preguntas sus cosas es mirar a mi alrededor. Todo está en arameo para mí. Pero un kiosko cercano tiene periódicos, y los periódicos tienen fechas que están en números. 2012. ¿Esta era la fecha, no? Pues entonces perfecto.-Estamos en 2012. Al menos sabemos que hemos llegado más o menos al momento que queríamos.-ahora, todo lo demás...no creo que sólo esos dos idiotas lo supieran. Así que mejor esperar a que quien sepa algo abra la boca.

La verdad es que me alegro de haber salido de ese puto sitio de una maldita vez. Esta nueva misión parece mil millones de veces más fácil que estar allí entre soldados hijos de puta.

Un escalofrío recorrió mi cuerpo seguido de una luz blanca cegadora. Tarde unos pocos segundos en asentarme. Al mirar vi que no estábamos todos. Tal vez el hechizo no hubiera salido bien del todo o puede que no tuviera la suficiente fuerza. Pero lo que estaba claro es que al menos para nosotros había funcionado.

El clima era bastante mas calidad de eso no había dudas. Rápidamente me quite la chaqueta estaba empezando a tener calor. 

Estábamos en una gran ciudad Y no pude evitar sentir alegría. Había funcionado. Habíamos vuelto . Eso significaba que todos mis seres queridos estaban vivos. Aunque no podía quedarme en eso teníamos una importante misión que realizar. Después ya habría tiempo de encontrarlos y fundirnos en una mar de abrazo y lagrimas.

Encontramos un periódico y vimos que teníamos quince días antes de la muerte de Maki. Solo esperaba que eso fuera suficiente.

Lo hemos logrado chicos. comente bastante alegre.Si no estamos todos. Puede que el hechizo no saliera bien. Pero si lo logramos no importara si no han venido . Ya no hará falta que vayan a ese tiempo . Por lo que estaban bien de todas formas.

Escuche como estaban preocupados por los nombres de Maki y su novio.

Tranquilos en esta época Arthur y yo estábamos aquí tratando de acercarnos a ella. Por lo que investigamos bastante bien el asunto. De hecho Maki suele tocar en un parque. Creo que lo primero que tenemos que hacer es conseguir un sitio donde alojarnos. Tenemos quince días y no podemos estar dando vueltas por las calles. Por lo que lo primero es encontrar alojamiento. Lo cual puede ser problemático.

Cuando abrió los ojos necesitó un par de segundos para acostumbrarlos a aquella luz. Habían pasado de una cueva algo oscura a un destello y ahora estaban a plena luz del día. También sintió el cambio de temperatura en la piel y agradeció infinitamente haber dejado la nieve atrás, puesto que con el disparo que había recibido el día anterior sus ropas térmicas habían quedado inutilizadas, además que ensangrentadas, por lo que las tuvo que dejar en el Castillo.

Repasó con la mirada los presentes y se sorprendió de no ver a la pareja de telenovela presentes. Lo agradeció profundamente, ya que después de su intento de dejarlos morir, si no desaparecían ella misma se habría encargado de que lo hicieran. Pero el resto estaban allí, y eso eran buenas noticias. Cada vez eran más capaces y tenían más habilidades a su disposición, de modo que la misión parecía más optimista y possible.

Se acercó a Chris sólo para recomfortarse al notar su presencia cerca y miró al resto de presentes. Katherine parecía saber qué hacer, así que fue todo un alivio. Sonrió ampliamente, sin reparos. Se sentía de mejor humor y aliviada.

-Suerte que estás aquí, ragazza. Algunos nos tenemos que poner al día con todo ésto-era una clara alusión de que la italiana no tenía la más mínima idea de qué hacer, pero estaba dispuesta a ayudar en todo. Luego miró a Rina y Makoto-Aquí sois vosotros quienes entendéis el japonés, así que os vamos a necesitar. Quizás si buscamos la manera de contactar con el señor Ryuji Yamamoto, del castillo de Kyoto, nos facilite un lugar. Claro que sólo es una idea...-entonces se percató de algo.

Todos se habían podido entender en una especie de idioma común en el Castillo por su aura mágica, pero ahora que ya no estaban en aquellos terrenos, ¿cómo podía ser que aún se podían comunicar? ¿También entendería a los no-mágicos si hablaba con ellos?

Las palabras de Katherine indicando que conocía a Maki le resultaron una novedad, ¿ya conocían a Maki? No entendía muy bien el asunto, pero eso suponía una gran ayuda.

- Tenemos que invocar a Natuk, pero yo al menos no sé dónde podemos hacerlo. Y tampoco sé si llevamos el hechizo o se lo quedó Liz. Lo de conseguir alojamiento dependerá del dinero también. Podemos vender la ropa de abrigo y sacar algunos yenes para comer o para ir a Kyoto.

Se fijó en si Rina y Makoto aportaban algo. 

- La verdad es que yo hablo un poco de japonés. Hice mis pinitos siendo crío.

Kurt llevaba consigo el portátil, enrollado de modo que parecía un extraño tubo. Desde luego, si caía en manos de los japoneses, dominarían el mundo. Se alivió por haber tirado el teléfono en la cueva, en el futuro. Pero lo que seguía transportando era un spray curativo. Eso aún podía ser útil para salvar la vida de alguien.

El joven, que seguía arrimado a Nyara, agarró con fuerza el portátil.

- Como un mangui me quite esto la lía buena.

Todo fue lo suficientemente rápido como para marearlos y ponerlos de cabeza. Entre tantos ruidos, y ahora con la idea de que estaban en el pasado, las ideas se agolpaban y claro, la misión que debían cumplir, ante todo, invocar a Natuk, pero para eso, debian contactar a los magos del castillo de Kioto, y de ahí a Beni, y habían aparecido en medio de la ciudad de Tokyo, lo que si bien era bueno para la misión inicial, no lo era para invocar a Maki. Error de cálculo. 

Rina debió ocultar sus colas, aunque seguramente si se paseara con ellas, no parecerían extrañas en aquella ciudad llena de tan peculiares personajes. la chica buscó en sus bolsilos, y miró su billetera, aún tenía su identificación, y seguramente sus fondos, aunque de usarlos, pondría en alertar a la Rina de ese momento. 

- en realidad...- acariciaba su mentón - Lia-chan tiene razón, debemos contactar aquel hombre, pero estamos muy lejos, como a seis horas, - mira a su pareja, y acaricia su mano - imagino que podemos usar mi dinero, aunque seguramente eso pondrá en alerta a mi yo del presente, pero con Mako-kun estuvimos un tiempo en esta ciudad, y conocemos un hostal bastante barato, para ir y ver desde ahí, qué hacer, y sobre aquel hombre... ummmmmm pues... no creo que esté en la guía telefónica, pero sería una forma de iniciar ¿no? - 

Se queda en silencio un momento, y mira el día, otra vez su mano a su barbilla.

- habría una forma... de contactarse con el castillo, y es llamarnos, nosotros - mira a Makoto- ya estamos en ese lugar, y deberíamos estar con nuestros celulares, uno de ustedes puede llamarnos, y hacer el contacto - no le parece tan descabellada la idea, siempre y cuando su yo del presente no se encuentre con el yo del futuro.

Kurt asintió a las palabras de Rina, aquella no era mala idea.

- Suena bien. Habría que intentar establecer contacto con los profesores. Pero me imagino que aquí en Japón sólo funcionarán tu móvil y el de Makoto. Les podemos pedir a los maestros que vengan a buscarnos, pues no tenemos casi fondos. En fin, que alguien os llame desde una cabina y pida que se ponga Ryuji.

yo de japonés nada de nada. Puedo leer la mente y entenderla pero cuando hablan nada. comente cuando hablaban del ídioma. Y mire sorprendida a Kurt cuando dijo que algo hablaba. 

Joder con el adonis rubio....guapo y con cerebro. Menos mal que la única he lee la mente soy yo.

Pues si podemos vender algo de ropa o lo que sea por que necesitamos dinero.

 Había oído que a los japoneses les gustan las cosas raras como las bragas usadas. Aunque mejor no decirlo por si se ofenden a Makoto y Kitsune.

Empezaron a hablar del castillo y sus yo de ahora

Yo ahí estoy perdida en esa época estaba aquí intentando contactar con Maki. Creo que tendríamos que conseguir algún teléfono de prepago. Por si nos separamos. 

Mientras ideaban el plan a seguir tomó la mano de Chris y entrelazó los dedos con delicadeza. Lo miró de cerca y pudo ver como aún tenía los rasguños que le había hecho el momento de descontrol en el castillo. Sintió un pinchazo de culpabilidad que calmó besando con ternura su mejilla de forma espontánea.

Lo miró y sonrió con cierta timidez por el gesto en público. Fue discreto, pero si alguien casualmente los miraba no se habría escondido. Parecía que el viaje había dejado atrás algo más que el Castillo. La estancia en el futuro solo había traído angustias: la muerte de TJ tan directa y fulminante, cómo se desató con Erik y sobretodo lo cerca que había estado de morir y dejar a Chris solo. 

Para ella, habría sido imposible recuperar la sonrisa sin él. Quizás habría muerto simplemente. Y allí seguía él, dando saltos en el tiempo a su lado. Las vivencias hicieron que lo quisiera más de lo que habría podido imaginar. 

Y yo pensando que no había nada de interesante en Estados Unidos...E poi l'ho incontrato.

Acarició su mano con el pulgar con gesto cariñoso. Les esperaban quince días ocupados, pero la esperanza del decimosexto día como el primero de una nueva vida con Chris sería ahora la mayor de sus razones para sobrevivir. Lo miró con sus ojos verdes como si ninguno de los idiomas de la tierra pudieran expresar todo aquello en una simple frase, de modo que se limitó a mirarle amorosamente con un leve suspiro mientras el resto seguía aportando ideas.

Mientras el resto habló, Lia había tomado de la mano a Chris y se había quedado cerca de él. Escuchó las opiniones y miró el resto que aún parecían recuperarse del viaje*. Por suerte llevaba los tejanos con los que salió de Venecia, de modo conservaba la cartera. El problema es que en efectivo tampoco llevaba una fortuna, y sacar dinero de la targeta podía dar problemas si en Venecia ya había una Lia.

Aun así salían buenas ideas y cada uno iba poniendo de su parte lo que sabía o lo que podía hacer.

-Veamos... Por ahora es importante buscar ayuda en el Castillo. Quizás ellos nos puedan ayudar con algún móvil o dispositivo para hablar entre nosotros, aunque fuera un walkie-talkie de ésos, ¿no?-comentó, en alusión a la idea de Katherine, que aunque buena, se escapaba de sus actuales posibilidades económicas-Llamar a Makoto o Rina es buena idea. El problema es que nosotros no sabemos japonés, a no ser que estéis al lado y nos vayáis chivando qué decir...-y quizás era jugársela, pero era la única opción para llamar a la pareja de incógnito. 

Suspiró aunque esbozó una sonrisa. Luego miró a Kurt.

-Bueno, mazanita. Te toca hacer desmostración de tus dotes de Japonés entonces. Necesitamos una excusa creíble por la que estés llamando a la Rina o Mako de éste tiempo para hablar con Yamamoto... ¿ideas?-era casi un juego, pero peligroso. Respiró profundamente por si a alguien se le ocurría alguna idea.