Partida Rol por web

Los cinco días habían pasado, algunos los habían podido aprovechar más que otro, pero en definitiva fueron unos días bastante provechosos en realidad donde pudieron descansar y hacer cosas. Yamamoto les proporciono unas habitaciones en una pequeña posada en los barrios residenciales de la gran urbe, en donde podían estar bastante tranquilos. El lugar tenía a su lado unos baños públicos en donde algunas personas acudían. Al principio les miraban extraños, sobre todo los niños pequeños con preguntas que solo la inocencia de los niños podría hacer, pero pronto parecieron acostumbrarse. El asiático también les suministro ropa más acorde con el tiempo en el que estaban

Aquellos que se dedicaron a vigilar a Maki pudieron comprobar que era una chica realmente tranquila y educada, incluso tímida, que todos los días iba al parque a cantar y que eran los momentos en los que la chica parecía mas feliz y animada, en el parque algunas personas compraban el disco que de forma amateur habían gravado ella y sus amigos, realmente era una cantante mas en el parque no destacando especialmente. El chico que era su novio siempre procuraba estar cerca de ella y la animaba y ayudaba muchísimo. Fue a partir del tercer día que la tal vez demasiado tranquila vida de la chica empezó a cambiar. Siempre que llegaba a su casa , una casa no demasiado grande ni pequeña, aparentemente de clase media, se escuchaban gritos y discusiones, cuando fue alguien que entendía japonés pudo entender el rumbo de las discusiones.

Al parecer las discusiones siempre eran por lo mismo, el padre de la chica insista en que debía hacer algo, que la música era una tontería y que no era para personas decentes ni para personas de provecho, que nunca podría vivir de la música y se dejara de sueños infantiles. Según fueron pasando los días se hacían mas graves las discusiones y la última noche se escucharon fuertes golpes.

A la mañana siguiente Maki apareció con la muñeca vendada y varios moratones y arañazos, pero hizo lo mismo que hacia todos los días, sonreír y en esta ocasion decir que se cayó por las escaleras, pese a que no se lo creyeran al principio finalmente creyeron a la chica.

Aquellos que no estaban vigilando o los que vigilaban mientras no lo hacían fueron capaces de entrenar un poco sus habilidades para manejarlas mejor ( +2 a las tiradas cuando uséis algún poder) y darles mejores y más eficientes usos.

Fue a la hora de comer del día indicado cuando Yamamoto apareció:

- Buenos dias, chicos... ya está todo preparado para el conjuro, no ha sido fácil y sin duda nos ha costado mucho trabajo... vamos a realizarlo en la sala común de la taberna la cual como supongo habéis supuesto esta dentro de la red de los castillos, su dueño es un sacerdote con poderes de magia curativa que nos ha ayudado muchísimo para el ritual.

Terminan de comer y les lleva a la sala, les llama la atención que realmente no hay nada especialmente llamativo, salvo un pequeño altar con varias inscripciones, Beni esta ahi delante y al verles dice.

- Bienvenidos... el hechizo se esta preparando, por favor colocaros todos ahí y pensad intensamente en la chica... Natuk, recordad todo lo que podáis de ella, lo que sentíais por ella, los lazos que formasteis, su imagen, sus ropas, lo que pensáis que sentís, cualquier cosa por minúscula que os resulte puede ser importante.

La mujer se coloca frente al pequeño altar y empieza a susurrar algo, al mismo tiempo Yamamoto, entonces puede ver cómo tras la espalda de Beni se despliegan 9 colas de zorro de color blanco que brillan intensamente, la misma mujer parece brillar y todos sienten un escalofrío en todo su cuerpo, en sus mentes saben que lo que sienten es el poder de Beni, un poder realmente grande, pero que les transmite tranquilidad, ya habían notado parte del poder de Natuk, y el de la chica del futuro era mayor, sin embargo, era como si fuera un poder tosco, sin refinar, como si fuera una gran roca llena de diamantes que había que encontrar, sin embargo, el de Beni eran esos diamantes, ya pulidos y con forma dada una forma perfecta y fue entonces cuando lo vieron, un haz de luz azulada y entonces apareció delante de ellos acurrucada y cubierta de nieve, esa chica que tenia tanto poder y que era tan frágil y vulnerable, Natuk, en ese momento Beni y Yamamoto parecían agotados, pero podía verse que en sus caras había una sonrisa de satisfacción por haberlo conseguido

Durante el primer día, Katarzyna había remoloneado con lo de Maki.  Estuvo lo que podrían haber sido horas en un cuasi eterno y bien merecido baño, aunque lo que más le ilusionó fue disponer de la ropa nueva: aún con el handicap de que la ropa hubiera sido adquirida por un hombre, no parecía que Yamamoto tuviera mal gusto del todo.

Durante los siquientes días, sin embargo, Kat pasó más y más tiempo de vigilancia, pues la alternativa era entrenar con los poderes, algo que prefirió dejar a sus compañeros.  Puesto que sabía japonés, tuvo la excusa perfecta para ello.

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Cuando, al quinto día, llegó Beni, a la joven polaca no le costó tanto disimular su antipatía, pues significaba que por fin iban a a volver a ver a Natuk.  Cuando la kitsune les pidió que pensaran en la última, a Kat le resultó tremendamente fácil.  Pensó, algo avergonzada, en lo fría que fue con ella cuando la encontraron en la aldea pero que luego (por la forma de ser de Natuk y su entereza ante las penalidades que pasaba, unido al contagio de la simpatía que Rina, Roxana e incluso Angie sentían por ella) llegó a encariñarse con aquella chica-esquimal.

- ¡Natuk!  -  cuando la joven apareció, Katarzyna no titubeó y pegó un brinco para acercarse.
- Oye Natuk, despierta  -  le cogió el antebrazo y zarandeó sin miramientos a la última.

Durante un instante pudo contemplar la sonrisa de satisfacción de Beni y Yamamoto ante el éxito del conjuro.  Recelosa, Kat no pudo evitar sospechar de aquellos dos.

 -  ¿Acaso esto era su objetivo final? ¿usar el poder de Natuk para sus propios fines?  -  no pudo evitar pensar.

La primera parte del plan estaba en marcha. Los magos se habían puesto manos a la obra, mientras ellos descansaban, lo cual seguramente agradecieron con toda su alma. En esos cinco días, Kurt había conseguido el termo, que había ahuecado para alojar dentro el ordenador, de manera que aquello pareciera una simple botella con líquido, en lugar de un aparato electrónico que podía cambiar la tecnología actual de forma insospechada. Había estado prácticamente encerrado, vigilando el artilugio para que no le sucediera nada. Practicando de paso el hechizo de la telequinesis y esperando la oportunidad de hablar con Kath, cuando el tema de Natuk estuviera resuelto.

Al finalizar el hechizo, esa hermosa luz azulada anunció la llegada de la joven. Esperó que les recordara. Él no iba a hablarle, pues había tenido poca relación con ella. En su lugar, se mostró satisfecho, porque todo parecía ir bien.

Lo que no sabía era qué hacer con el ordenador. Ya no servía de nada y debía de ser destruido. Pero ya lo comentaría después. Ahora la protagonista era Natuk.

Los cinco días se me pasan relativamente rápido. Me he dedicado a vigilar a Maki, a entrenar con mis poderes, a repasar bien en mi cabeza los conjuros hasta que los he aprendido de memoria, a pasar el tiempo que he podido con Lia y a evitar a los niños que rondan por ahí.

He seguido con una paranoia guapa durante los cinco días, pero cuanto más se acercaba el momento de invocar a Natuk más me tranquilizaba. Pronto estaría aquí y ya no tendría que preocuparme por provocar su desaparición por matar al escarabajo que asustaría a la señora de la limpieza del quinto, la cuál gritaría, alarmando y retrasando al tatatarabuelo del tío que la clonó, evitando que este muriese atropellado por un camión de helados de Hello Kitty. O cosas así, vamos, estoy seguro de que se podría liar por cualquier pollada de forma similar.

Lo que sea. Con paranoia o no estos días me han venido bien para relajarme un mínimo. Que coño, llevábamos una buena tralla de mierda muy muy seguida.

Cuando por fin los dos magos invocan a Natuk, me noto ligéramente aliviado. No es que haya tenido relación de algún tipo con la última, pero me siento algo más libre de la paranoia que yo mismo llevo retroalimentando días, y además en cierto modo me alegra que al final saliese bien. Me alegra que no hayamos caído en la mierda totalitaria de "uno para salvar a miles" que proponía Ben. ¿O nunca se le ocurrió que quienes cometieron genocidio contra los nuestros también pensaron eso en algún momento?

En cualquier caso, yo me mantengo al margen un momento, que tampoco vamos a ir a atosigarla, y si alguien tiene que hacerlo, que sea mejor quien se llevase mejor con ella.

La primera parte del plan estaba en marcha y salió bien . Los magos estaban ya ahí. Y lograron traer a Natuk del futuro. Yo seguía pensando que era una mala idea. No sólo tenía un gran poder si no que estaba traumatizada. Por lo que decir que podía ser difícil de controlar era decir poco. 

Mientras el conjuro seguía su curso me mantuve apartada en un discreto segundo plano. 

Cuando Natuk llegó no me acerqué a hablar con ella. Al fin y al cabo no es que la conociera como para que me reconociera.

Natuk parece recuperarse poco a poco y se incorpora, mira a su alrededor, parece sorprendida, se le había acercado Katarzyna y se queda unos segundos mirando, entonces la chica comienza a llorar de alegría y se abraza a esta mientras dice:

- Sois vosotros... me alegra tanto veros

La chica parecía realmente contenta y aliviada con la imagen de todos allí, se notaba que estaba un poco sucia, sus ropas, pelo y cara estaban llenos de nieve y de tierra, mira a todos y sonríe mientras dice:

- Me alegra tanto veros... sabia, sabía que no me abandonaríais

La chica realmente parecía emocionada y se agarraba a Katar puesto que era la que tenia mas cerca pero se notaba que no sabía donde mirar

Victoria observaba la escena, realmente se alegraba porque todo hubiera salido bien y que Natuk estuviera perfectamente, aquello sin duda era una alegría, ya con una sonrisa en la cara mira a Beni y a Yamamoto y dice:

- Supongo que debemos daros las gracias por lo que nos habéis ayudado estos días y por traer a Natuk

La chica se acerca un poco y dice:

- Hey Natuk, te lo dijimos, que te íbamos a traer, ahora deberías darte una buena ducha, o mejor aun un baño en esos baños tan raros de ahí al lado donde la japos planillas te las miran

Termina diciendo en un tono jocoso y de broma para animar un poco el ambiente

Tras aquellos días centrada en entrenarse y disfrutar los días (y noches) con Chris, el quinto día se le antojó tan esperado como inquieto. Tenían que pasarlo para poder seguir avanzando en la misión y ninguno parecía dispuesto a rechazar al hecho de tarer a Natuk de vuelta. Lia lo habría hecho, pero porque no se había sentido unida a aquél clon en ningún momento. Era frívolo pensarlo así, pero si era honesta consigo misma así era.

En cambio sí le preocupaba lo que contaban los que vigilaban los episodios violentos de Maki, pero si no estaba previsto que se desatara antes de tiempo aún estaban a salvo.

En el ritual pensó en el sueño que tuvieron en su tiempo cuando empezó a llamarles y pedirles ayuda. Abrió los ojos y allí estaba, como en su sueño. La miró en la distancia, dejando que los más cercanos a ella fueran a recibirla. Ella podía ser educada y cortés, darle la bienvenida. Pero no dejaba de estar inquieta por tener a una fuente de poder tan grando y tan inestable con ellos.

Suspiró.

Deseó equivocarse y que realmente fuera a ser de ayuda, aunque se esperaba que cuando salvaran la misión y Maki no se descontrolara, Natuk se evaporaría. Era la ley de acción-reacción.

-Bienvenida de nuevo, Natuk-la recibió con una suave sonrisa. Luego reverenció a Yamamoto y Beni-Mille Grazie-les agradeció educadamente. Luego se giró hacia el resto-Ahora que ya estás aquí, tenemos que pensar nuestro próximo paso. Espero que nos puedas ayudar en ello, Katherine-fue contundente normbrándola a ella ya que era quien más decía y más callaba.

El tiempo se había esfumado como la niebla que había aprendido a invocar en mis ratos libres, cuando no me tocó el turno de hacer de vigía de Maki, en concreto el tercer y quinto día. Adoraba la sensación de rutina que, a mi por lo menos, me invadió durante ese breve periodo de tiempo. Ni siquiera duró una semana, pero fue intenso.

Tuve tiempo y espacio para aceptarme, aceptar mi nueva yo, aceptar mis pros y mis contras, amueblar de nuevo mi cabeza y dejar una habitación en blanco para una parte sellada de mi mente. También estuve con el resto, en especial con Kat, sentía que debía pasar unas horas con ella.

─Y ahora... ahora está ahí... y ya se ha acabado su pesadilla... ─pensé mientras suspiré aliviada y cerré los ojos por un par de segundos─

Crucé mis dedos entre si, enlazándolos unos con otros, sintiendo las palmas de mis manos tocarse, cálidas y ligeramente humedecidas por los nervios. Allí estaba, lo habíamos hecho, habíamos cumplido nuestra promesa.

Pude sentir como un tremendo peso se liberaba de mi espalda, no recuerdo una carga tan grande en toda mi vida. Supongo que es el precio de prometer algo que nunca sabes si acabará por cumplirse.

─Te dije que te traeríamos... ─sonreí de forma cálida, como días atrás, y me acerqué a Natuk dando un par de escuetos pasos al frente─

Me encontraba bastante emocionada, y un brillo cristalino en mis ojos daba constancia de ello. Quizás yo hubiese estado equivocada, quizás realmente esta historia tuviese un final feliz, y quizás no tuviese que seguir amargando mi existencia pensando que todo acabaría en ruinas.

Natuk poco a poco comenzaba a despertar. 

Hola Natuk. Comente cuando nos saludo a todos. Y es que seguía con la corazonada de que esto no era buena idea. Esperaba equivocarme la verdad.

Y escuche el comentario de Lia. Me giré hacia ella.

Claro. Creo haberlo hecho siempre. No es quisiera ser suspicaz. Pero notaba algunos un poco extraños. Y qué demonios. Ser telepatía servía para algo.

Hay veces que las pedillas duran incluso estando despiertos.

Con la emoción de saber que les recordaba, Katarzyna se encontraba achuchando a la última, abrazándola del cuello, como si ésta fuera un peluche gigante (y más grande que ella).  Iba a decirle algo, a contarle cosas sobre el 2012, pero la conversación ya se había trasladado sobre Kateherine, a raíz de Lía y Kurt: lo cierto es que éste último ya había manifestado antes su recelo sobre lo que sabía Kath sobre Maki.

- Ummm  -  torció los labios, mirándoles.

Nyara había pasado los últimos días en su habitación, sola. Se había dado tiempo a sí misma para pensar en todo lo que estaba pasando y para aceptar ciertas emociones que no le gustaban en absoluto.  También tuvo el tiempo que necesitó para llorarle a su hermana, a pesar de que sabía que podían traerla de vuelta, pero el futuro le parecía demasiado incierto.

Había hecho sus guardias intentando hablar lo menos posible. Por su cabeza no dejaba de revolotear el pensamiento de que, en unos días, todo lo que hiciera con esas personas desaparecería, como si jamás hubiera ocurrido. A la Nyara del futuro poco le importaría esto, pero ella no quería cogerle cariño a nadie para luego tener que renunciar a ellos.  Era un mecanismo de defensa tan bueno como otro cualquiera.

El quinto día salió con los demás para observar la invocación de Natuk. Seguía sin estar convencida de que eso fuera una buena idea puesto que, aunque quería ayudar al clon, tener un poder incontrolado en el mundo aumentaba las probabilidades de que en el futuro volvieran a estar en problemas.  Tenían que enfrentarse ya a demasiados problemas como para tener que controlar otro más.

No tenía demasiados recuerdos sobre Natuk, pero igualmente trató de pensar en los últimos momentos que pasó con ella y en las pocas palabras que compartieron. Lo cierto es que esperaba que la chica no viniera traumatizada y con ganas de destrozarlo todo.  Cuando salieron a relucir las colas de Beni, la afroamericana agarró de forma inconsciente la mano de Kurt porque le asustaba que aquello saliera mal.  No obstante, tras el despliegue de poder de la mujer que culminó con aquella luz azulada, todos pudieron contemplarla. Natuk.  Estaba en su época, junto a ellos.

Dejó que los demás hablaran y ella se quedó observándola desde su posición.  La magia guardaba demasiados secretos para ella y realmente prefería que siguiera así, puesto que cuanto más supiera más dudas tendría.  Al final esbozó una sonrisa cuando escuchó que la chica les agradecía que la trajeran de vuelta.

-Bienvenida.

Lo que no iba a hacer, ni mucho menos, era darle las gracias a aquellos dos cuando todavía ellos tenían que comerse todo el marrón de Maki y el novio.  Bastante estaban haciendo ya como para encima tener que ir de buenas con todo el mundo.  Que trabajen, como hacemos nosotros.  Si al final lo que acabará salpicado de mierda si las cosas van mal es este grupo-  desde luego seguía molesta por tener que vivir toda esa situación, pero así era ella. Era otra de las cosas con las que se había acostumbrado a convivir. 

La chica reaccionó y les reconoció. Habían conseguido sacarla de aquella cueva y ponerla a salvo. Ahora estaba con ellos, pero no estaba nada claro su destino. No sabían si iba a permanecer, quizá tan sólo le habían dado diez días de vida.

- Natuk, hola.

Fue escueto y sonrió con sinceridad. Era genial que esto hubiera salido bien. Miró entonces a Nyara, que había cogido su mano. Apenas la había visto en los últimos cinco días. Era una forma, quizás, de perder el tiempo, pero en una situación tan compleja no sabían qué pensar.

- Lo hemos conseguido. La hemos traído. Ahora hay que destruir el ordenador, ya no sirve de nada. Hay que desintegrarlo de alguna forma.

Si se conseguía librar del ordenador, ya podría respirar tranquilo y dormir mucho mejor. La otra opción era venderlo y hacer millonarios a sus yos actuales, pero no creía que fueran a tener en cuenta ese camino.

Kurt sujetó con fuerza la mano de Nyara, evitando que fuera a soltarse. Estos días habían sido una mierda y era fantástico que ella estuviera mejor.

Makoto y Rina se dedicaron a usa sus habilidades, sus compañeros podían vigilar a Maki, y aunque ella también ayudaría en la vigilancia, prefería entrenar mejo sus habilidades, y conversar con su espíritu interior. había un truco que esa niña aún no le enseñaba, y estaba en ese combate el día en que anunciaron que el hechizo estaba listo. Rina ladeo su cabeza al escuchar a Yamamoto y a Beni y se acercaría a ellos, obedeciéndolos en el acto cuando pidieron que recordaran a la chica. 

Cuando Natuk volvió, no pudo evitar sentir de nuevo que la chica no sólo era una copia física de Maki, sino que también su personalidad, la pobre Maki parecía aceptar su destino con una sonrisa en los labios, sin revelarse. la kitsune sonrió y se acercó a Natuk para abrazarla, la habían traído a ese momento, pero al desaparecer ellos, Natuk estaría sola, y con una copia idéntica. 

- me alegra tanto que estés aquí - le dice, pero debe soltarla al escuchar a Kurt - eh... mejor no, déjalo - le sonríe con cierto nerviosismo, sin querer decir en voz alta que quizás esos datos sean necesarios para mantener a Natuk en ese tiempo si las cosas cambiaban demasiado. Rina era consciente de las repercusiones éticas de ese acto, pero pesaba más la palabra empeñada.  

- umm bueno - se separa de Natuk, pero mantiene su brazo pasado por sobre los hombros de Natuk, ¿qué sería de ella cuando se fueran? ¿se mantendría en ese mundo?, intentó despejar esas preguntas de su cabeza - ahora... el resto delas cosas que debemos hacer - la kitsune se gira hacia los magos y hace un reverencia ante ellos - muchas gracias, Beni-sama, Yamamoto-sama, nos han ayudado mucho para cumplir nuestra palabra - 

Katarzyna estaba bastante contenta de que todo hasta ahora estaba saliendo bien (al menos desde que habían vuelto al presente), por eso se permitió tomarse las cosas de forma menos seria.  Ante la negativa de Rina de destruir el ordenador, añadió:

- Y si luego hay que destruirlo luego, alguno le puede lanzar una bola de fuego y listo.  -  bromeó.
- En todo caso, ....  -  titubeó antes de hablar
- ... puesto que ya Natuk está ya aquí, me alegra que podamos ser más directos con Maki.  -  torció los labios de nuevo.
- La pobre no es que tenga una vida muy agraciada, la verdad  -  se atusó la barbila, mirándo disimuladamente a Katherine.

Esperó a que alguno de los chicos comentara lo que deseaban hacer: tal vez abordar a a primera, o repartirse el trabajo en distintos planes, uno de ellos decidir qué haríamos con el ordenador:  quedaban solo diez días para salvar al mundo, para salvar a T.J., Erik, y a Angie y Kya.

Sonreí a Kurt cuando apretó mi mano, aunque lo cierto era que no pensaba moverme de su lado por el momento.  El rubio seguía preocupado –y con razón- por el ordenador, pero a mí hasta me hacía gracia verlo ya viajando con el chisme a todos lados.

-Heartbreaker, creo que no te lo vas a quitar de encima tan fácil, ¿eh?- dije cuando la Kitsune prefirió que nos lo quedáramos por el momento.  Luego le guiñé un ojo. No te preocupes, yo te ayudaré a que no se lo lleven.  Acaricié su mano con el dedo pulgar y me quedé viendo la conversación entre los presentes.

-Bueno, ya solo nos queda salvar al novio de Maki y entrenar a esta para que no la líe al activar sus poderes. Fácil, ¿verdad?- dije con ironía.  Podemos ser directos y explicarle lo que está pasando y que la entrenen… o seguir vigilando e impidiendo mierdas. Pero si salvamos a este chico ahora no hay nada que nos diga que en el futuro no lo matarán.  Es una putada igualmente- reflexioné en voz alta, aunque ellos  tenían que tener una visión parecida. 

Katarzyna llevaba un tiempo pensando en lo de acercarse a la primera.

- Bueno, alguien podría hacerse amiga de Maki.  -  empezó a cabilar
- Umm, no sé, una chica sería mejor ...  -  su tono delató que algo tramaba
- Quizás una japonesa, como Rina, o mejor ... -  miró de forma pícara a las chicas
- ... alguien que ya la conociera en otra linea temporal, como Kath.  -  soltó, sin miramientos.

Sin embargo, entonces se dio cuenta de un detalle importante.

- Aunque ... - ennubleció los ojos por un instante, ensimismada en su pensamiento
- ... ¿no nos encontraremos a la otra Katherine conociendo a Maki? - dijo con cierto temor.

A pesar de que Natuk estaba ya con ellos escuchó la negativa de dos de sus amigas y luego el comentario de Nyara confirmando lo mismo que él había entendido.

- Lo destruiremos.

Dijo con un notorio cambio en la tonalidad de su voz, más imperativo. Había estado los cinco días apartado del resto, preocupado porque no le pasara nada al trasto. Tenía unas ganas enormes de acabar con él, pero ahora se oponían a aquello. No le bastaba con un "a lo mejor nos sirve de algo". El aparato era un maldito peligro, o quizá no, quizá desaparecería en diez días, pero lo correcto era desintegrarlo. 

Por el momento se contuvo de decir nada más del portátil, porque no era una buena ocasión, pero miró a Beni y a Miyamoto como tratando de ver alguna opinión en sus rostros.

- No nos podemos despedir, Rina. Hay que llevar a Natuk al castillo. Maki también tiene que ir al castillo. Hay que cambiar el pasado, entrenarlas desde ya, mientras protegemos a su novio hasta que desaparezcamos.

Soltó la mano de Nyara y miró fíjamente a la kitsune. No entendía su plan. Esto lo tenían que haber hablado antes. Quizá es que lo habían hablado entre ellos. Pero él no lo comprendía y los dos maestros tenían que saber el peligro que suponían esas dos chicas, porque ellos se iban a esfumar, cual fantasmas, en poco tiempo. Tenían que delegarles el trabajo. Kurt se puso nervioso.

Bajo mi punto de vista tanto Rina como Kurt tenían parte de razón. Había que deshacerse de la información que aquel ordenador almacenaba, pero también podría ser útil buena idea conservarla por si las cosas acababan por torcerse.

Había que determinar el siguiente paso.

─Kurt está en lo de correcto, en cuanto a que Natuk y Maki deberían ser trasladadas al castillo... es el sitio más seguro para ellas y para todos los demás. En cuando al ordenador... conservarlo es arriesgado, pero es una buena idea, ¿quizás podría ser enviado también al castillo? Dejarlo a cargo de Natuk, por ejemplo ─sugerí, eran mis primeras ideas y no esperaba que todos estuviésemos de acuerdo─.

Me crucé de brazos y suspiré, le di un par de vueltas al tema del ordenador.

─Si estás demasiado cansado de él, por así decirlo, puedo llevarlo yo. Si quieres, claro.

Y realmente entendía el peso que dejaba sobre los hombros algo que suponía tanta responsabilidad, compartir dicho peso con el resto de compañeros podía aliviar su carga.

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Ciertamente, el ordenador era peligroso: abría la puerta a más clonaciones de Natuk, así como muchos cabos sueltos si alguien lo encontraba e investigaba cómo era posible un objeto cuya tecnología no se había inventado aún.

- No sé, como se pierda o alguien lo robe, puede dar al traste con todo.  -  dijo Kat, preocupada.

La verdad es que no se fiaba del castillo, de magos ni nada relacionado con todo lo anterior.