Partida Rol por web

Es el atardecer del día 20 de marzo. Han pasado ya el último día de viaje hacia Cornes en una caravana de comerciantes que amablemente aceptó llevarlos.
Entraron en Siebenvolken hace varias horas y ahora recorren los caminos de tierra que cubren toda esta zona agrícola. Siebenvolken se divide en varias aldeas pequeñas, y Cornes es una de ellas.

Por esas casualidades del destino, aunque para mí las casualidades no existen, se encuentran los tres en la misma carreta, con la oportunidad de charlar y conocerse (si es que es la primera vez que se ven) durante todo el trayecto que ha durado ya varios días.

Ha comenzado la primavera. Sopla una brisa suave que mece los árboles, y a medida que va anocheciendo comienzan a pulular algunas luciérnagas que presagian una noche cálida.

Como ya parecía ser na costumbe en los caminos de Gaïa, en un momento juego con Wolfi, unos extraños que llevan una caravana se detienen junto nuestra, con ánimos de atacar al animal para espantarlo, pero yo mismo lo defiendo, explicando que es mi mascota, ya que es el único termino que los humanos normales conocen para lo que ocurre, ninguno entendería que este lobo realmente es parte de mi familia y que incluso es aquél que me ha salvado de una muerte segura en una horripilante jaula

Como disculpa, los viajeros me ofrecieron ir con ellos hacia el siguiente pueblo, Cornes. "Por qué no? No tenemos nada mejor que hacer y así no estaremos caminando en solitario por el lugar". La única condición es que Wolfi no diese ningún problema, por lo que, hablando con él tranquilamente, decide ir al lado de la caravana, jugando de vez en cuando con él y estando conmigo en las paradas nocturnas para dormir

Cuando entro en la caravana, me fijo en dos persnoas que claramente han sido recogidas como yo, que no pertenecen a esta gente. Las vestimentas, armas, olores... no coincidían con los hombres tan amables que me han recogido

- Hola, hola!!!- Expreso con entusiasmo mientras estoy entrando en la caravana.- También os han recogido a vosotros? Por qué queréis ir a ese pueblo llamado Cornes?.- mi voz, cuasi infantil, es aguda y rápida, costándo entender a cualquiera que no domine a la perfección el idioma.- Qué educación la mía!! Mi nombre es Sarob y este de ahí.- señalando al lobo adulto que acompaña la caravana un par de pasos por detrás.- es Wolfi! Vamos juntos a todos lados.- hago una pequeña pausa, más para recuperar el aliento que para esperar una respuesta.- Yo no se nada de ese pueblo! Estoy de viaje con mi amigo, por todo el continente, a donde el viento nos lleve. Menos mal que esta gente tan amable me ahorra el tener que ir andando, verdad?.- finalizo con una gran sonrisa, esperando, ahora si, la respuesta de mis acompañantes.

Más de dos años han pasado ya desde que abandoné mi ancestral hogar, cada mañana aún miro al este, no por arrepentimiento si no para reafirmarme en mi decisión. Volveré cuando esté preparado.

Desde entonces he atravesado medio continente y he visitado muchos países. Desde el comercial Phaion hasta el lóbrego y peligroso Moth. Contemplo una vez más la extraña ciudad que se alza ante mi, Hécate la llaman, “desde luego tomar por la fuerza tal metrópoli debe ser tarea casi imposible”, asiento inconscientemente mostrando mi aprobación. Hécate en sí fue tan sólo un sitio de paso, lo que a mi me llama la atención son los valles y el céfiro que se ocultan más allá de sus cordilleras guardianas. Al poco de proseguir mi larga epopeya un pequeño grupo de comerciantes me ofrece ir al oeste, a Sie, Siebenbloken, la pronunciación aún me es complicada en las palabras raras. No vi razón alguna para objetar, los componentes de la caravana parecen amables y sencillos y como ya he tenido ocasión de comprobar, las noches pueden ser muy desapacibles con tanto viento.

No soy el único extraño que recoge la caravana pues pronto en nuestro camino se unen dos personas más. Una chica con la que aún no he tenido oportunidad de hablar demasiado y un chico que soluciona esa falta de comunicación con creces. El problema es que habla demasiado y con celeridad haciendo que tenga que hacer un gran esfuerzo para seguirlo en la conversación.

- Hola Sarob, encantado de conocerte, mi nombre es Sh Tomohisa, Tomohisa Shiraiwa. Cuesta quitarse las viejas costumbres. Aunque a estas alturas ya hablo correctamente el latín, aún se puede notar mi acento.

- Yo tampoco sé mucho sobre ese pueblo, estos amables comerciantes me recogieron y el destino me pareció correcto. Creo que como tú, sólo estoy de viaje, sin importar el destino.

Las primeras casas aparecen ante nuestra vista. Una apacible aldea en un valle, el sentimiento de nostalgia golpea con fuerza al recordar mi pequeño pueblo natal.

Miro sin mirar a los otros dos presentes, sin hacer mucho caso, en apariencia. Cuando terminan de presentarse, se hace un silencio incomodo...

-¡Ah! Quereis saber mi nombre?-pregunto a los chicos que me miraban, como esperando algo-Pues... podeis llamarme Yashiro...-aaaains... ¿por que tengo que relacionarme con estos, si es probable que tras terminar el viaje nunca los vea de nuevo? Esto es una lata...-Eeee... sobre el motivo del viajeee...-¿esto es realmente necesario?-Mmm... digamos que busco relajarme antes de una... "gran aventura"-eso, dejales con la duda, seguro que no preguntan nada mas...-Aunque nada peligroso, solo un agradable trabajo de arte.-dicho esto, agarro mi bolsa y extraigo un par de objetos envueltos en tela. Con cuidado, los desenvuelvo y muestro a los presentes-Hago cosas como esta y luego las vendo, no se me dan bien del todo, pero tampoco se me da mal, asi que me sirven para vivir. Por desgracia, estas esculturas, por llamarlas de alguna manera, las hago en materiales de bajo coste, por lo que no puedo venderlos a precios muy elevados, no seria justo ¿Quereis una?-les pregunto, ya que he sacado algo de las escasas existencias que tengo, a ver si logro sacar dos o tres oros por ella

Wooooo. Como mola!!- Exclamo mientras observo la extraña piedra que Yashiro saca de su mochila, intentando vendérnosla.- Wolfi!! Sé educado, saluda a nuestros nuevos amigos!!- Justo después de estas palabras, el lobo que se encontraba en la parte trasera de la caravana, se acerca a nosotros y, con un muy extraño gesto proveniendo de un animal de esa categoría, hace lo que parece ser una reverencia, inclinando momentáneamente las patas delanteras y dejando la cola bien levantada, para destacar todavía más la situación. A continuación, da un suave ahullido, solo audible a pocos metros de él. La verdad, parece que el animal es más educado que la persona a la que acompaña- Así me gusta. Cada día te sale mejor!!!- Termino exclamando entre risas

- Has dicho que quieres ir de aventuras?? Yo adoro las aventuras!! No estarás interesado en un guardaespaldas, explorador o algo parecido, verdad??? Soy muy bueno en lo mío. Suelo percatarme de cosas que otra gente parece no sentir aunque... he de admitir que es raro... será por los años que pasé entre los lobos??- las últimas palabras, aún siendo en un tono de voz alto y rápido, claramente son pensamientos  que se me han escapado en voz alta. Y esa piedra?? Cuanto cuesta?? Te lo cambio por dos días trabajando para ti!! Yo me encargo de mi comida y hospedaje, así que no tienes que pagarme nada más!!- Termino, mirando intensamente la piedra y casi ignorando los gestos que puedan hacer mis nuevos compañeros

-Bueno... he dicho aventuras, si, pero es mas bien como una busqueda...-mi mirada se desvia hacia el voluminoso paquete que descansaba a mi lado-Estoy buscando a una persona, el dueño de esto-lo señalo con la cabeza-Lo malo es que no hay muchas pistas sobre donde se encuentra, asi que viajo mucho tratando de encontrarlo...

De repente, la sugerencia del chico me da una idea

-Espera, ¿has dicho que eres explorador? De ser asi ¿que tal se te da seguir el rastro de una persona? Si confias en tus habilidades, podria... mmmm...-me fijo en el lobo, al que parece tratar con el mismo cariño que a un hermano-Te hago un tallado de... ¿Wolfi?-digo, dudando si he dicho bien el nombre del animal

Por supuesto que confío en mis habilidades!!!- Exclamo, golpeándome el pecho con mi mano derecha.- Pero... buscar un rastro de alguien que no sabes nada de él... Tendríamos que llegar a un lugar que por casualidad él haya vistado no hace mucho.- Hablo en un tono algo más serio, pensativo, pero a la misma velocidad de palabras que hasta el momento. De un pequeño salto, me levanto de mi asiento y me arrodillo delante de Yashiro, arrimando mi cara al paquete que señaló y olisqueándolo profundamente... Mis otros 5 sentidos se nublan, casi quedando mi mente en blanco. Parece que todavía hay un pequeño rastro de la persona que ha dado el objeto, sea lo que sea. Es muy débil, incluso me costaría diferenciarlo de algunas personas que ya he visto, con un "olor" similar... Pero quien sabe. Puede que algún día me cruce con esa persona y la pueda rastrear bien. Me separo del paquete, olisqueando a mi alrededor.- Cerca ya te puedo decir que no está.- comento sonriente cuando vuelvo en mi, volviendo a sentarme en el mismo sitio que estaba, moviendo las piernas hiperactivamente.- Pero si algún día nos lo cruzamos, creo que podré diferenciarlo, si no cambió demasiado su olor desde aquella!!

-Llegar a un lugar donde haya estado no hace mucho... si, eso hago viajando, suelo preguntar por la zona sobre viajeros raros y cosas asi...-no me doy cuenta y muestro claramente en mi rostro que no tengo ni idea de a quien estoy buscando-Por cierto... ya que parece que vas a acompañarme ¿Podrias ayudarme a llevar el paquete? No es muy ligero precisamente

Con movimientos algo torpes, revelando asi mi muy deficiente fuerza, agarro el paquete y se lo acerco al chico

Por fin la chica revela su nombre.

- Un placer conocerla. Pequeña reverencia.

Escucho con interés acerca de los motivos de su viaje, al parecer un descanso antes de algo importante. Me llama la atención cuando habla de su futura aventura, “otra aventurera” una palabra que aprendí al poco de empezar a viajar por el viejo continente.

- Oh, una artista con espíritu de aventurera, que hallazgo tan poco común. Digo mientras Yashiro comienza a desenvolver ambas piezas.

No siento un especial interés por el arte o la joyería en general, pero si por las cosas bellas, evocan armonía. Observo ambas obras, apunto estoy de rechazar el ofrecimiento de su adquisición cuando Sarob ofrece un espectáculo aún más curioso. Sorprendido contemplo a Wolfi, parece un lobo normal pero, ¿domesticado?, entonces será un perro de esos que se parecen mucho a uno.

El resto de su conversación se sucede con rapidez, no siento la necesidad de intervenir y tampoco me parece apropiado. Así que me hago un poco a un lado para no dificultar su charla mientras la escucho sin ser un entrometido. Un extraño viajero que abandona sus armas y una chica que parece no conocerle y aún así parte en su búsqueda para entregárselas, el mundo es fascinante.

- Otra apacible mañana más. Mascullo en voz muy baja, otra vieja costumbre.

El hombre que conducía la carreta era ya entrado en años, con una barba picuda y cobriza, calvo, que lleva una boina gris y un atuendo de tela gruesa haciéndole juego ceñida con unos cinturones gruesos que sujetan un arma a su izquierda, que bien puede ser una espada o un estoque, o algo parecido. -No sé qué aventuras habrán venido a buscar aquí.- Les dice sin voltearse a mirarlos. Su voz es ronca, como que la ha usado mucho en su vida y ahora ya la tiene gastada. -Solo hay granjas.- Señala con un gesto a su izquierda. -Y para allá también hay granjas.- Y a la derecha, a ambos lados del camino hay plantaciones de trigo, cebada, girasol, vid, algodón. -Y ahora estamos llegando a Cornes, donde saben qué? También pueden encontrar granjas! No, de hecho, el pueblo está hecho de granjas.

-Pero tal vez pude haber oído mal, estoy algo sordo de este lado.- Se voltea por la izquierda, ven sus ojos bien azules que ya han presenciado muchos inviernos. -Mi nombre es Fothe, por si acaso. Ya estamos por despedirnos y he caído en la cuenta de que no me he presentado.- Sus labios quedan totalmente ocultos bajo la barba cuando sonríe.

La caravana entra al pueblo. Y por entrar al pueblo quiero decir, que llegan a una plaza central, con una alcaldía rodeada de tiendas de alimentos, artesanías, armas...
En esa plaza se está congregando gente con guirnaldas y globos para decorar el lugar. Están agrupando mesas con comidas, hay bardos practicando canciones, niños que juegan con molinetes... uno bastante pequeñito se cae al suelo mientras intenta correr para seguir a sus compañeros, llora un poco, se levanta y sigue. A la carreta se acercan unas señoras a ofrecerles pastelillos, los cuales Fothe rechaza gentilmente. Las damas insisten y el hombre toma uno y come. Le da un mordisco al pastel y le queda el azúcar en la barba.

-Aquí los dejo chiquilines.- Fothe se baja de la carreta y ata las riendas del caballo a un poste. -Deberían bajarse, yo voy a ayudar a los demás a desempacar y a montar la tienda para vender los productos.- Luego se dirige a sus compañeros. -Eh! Antes de que se oculte el sol quiero todo listo!- O sea, en una hora más o menos.

-Nosotros estaremos una semana aquí, mi sobrina quiere visitar a una amiga suya y hay otros en el grupo que tienen parientes que hace meses que no ven. Regresaremos a Falsten para la mañana del domingo, por si les interesa el dato.- Les dice a ustedes.

Agarra una bolsa que venía con ustedes en la carreta, pero antes de echársela al hombro se queda quieto unos segundos pensando, y luego mira a Yashiro. -La piedrita esa, te interesa dejarla con nosotros? Te daré lo que consiga por ella.- Se aleja unos pasos y suelta la bolsa en el suelo, de la que saca algunas estacas que se pone a clavar en el suelo. Los demás miembros de la caravana están haciendo lo mismo, montando tiendas, alimentando los caballos, ordenando los bienes.

-Bueno, si, parece haber oido mal-le contesto al hombre-dije que estoy de descanso antes de una aventura, no que la busque aqui. El motivo de mi visita en este sitio en un hobby que tengo: herbologia. ¿Que mejor lugar para jugar con las plantas que un lugar lleno de granjas?-saco un pequeño librito y lo abro, orgullosa. En el interior, pegados a las paginas, se encontraban diversas semillas sobre una breve descripcion del nombre y procedencia-Trato de crear un almanaque de todas las semillas de Gaia, y, si luego encuentro un lugar amplio, plantarlas, pudiendo crear el primer "zoologico" de plantas de Gaia, conteniendo todas las especies en un mismo lugar.

Luego, escucho su pregunta sobre lo de mi gema

-Mmm... bueno... podriamos hacer eso, si, aunque agradeceria si pudiera ayudarme a completar la coleccion con las especies propias del lugar, que seguramente habra varias

Recojo el paquete que Yashiro quiere que lleve en vez suya. "¿Qué hace una chica como ella con dos espadas de este tamaño? Que mas dá. Es como si me preguntan que hago yo con un lobo a mi lado todo el tiempo. aunque me interesa, no es de mi incumbencia."- Claro, no pesa tanto!!- Exclamo mientras las cojo con una mano para comprobar realmente su peso.- Pero... De verdad vas a confiarme algo tan preciado para ti?.- pregunto, sonrojado cuando me doy cuenta de la carga que realmente me está dando... Es el paquete por lo que su "aventura" se basa. Si por cualquier razón nos separásemos, dificultaría todavía más la enorme gesta que intenta alcanzar.- Prometo cuidar bien del paquete, aunque preferiría un par de vainas para llevarlas en lugar de un paquete tan descarado... ¿Te importa si le hacemos un apaño y las pongo en mi espalda debajo de mi arco?- Pregunto, pensando en una forma más cómoda de llevarlo. Soy un explorador, después de todo. Si tengo que cargar con algo pesado mejor hacerlo de forma cómoda, por si en algún momento necesito moverme como dios manda

Parece que finalmente llegamos a nuestro destino y el señor que nos ha recogido tan amablemente nos despide e incluso nos comenta que si queremos, en una semana, saldrán otra vez hasta otro nuevo destino. "Quien sabe... puede que me anime en lugar de seguir a pie"- pienso mientras salto de mi asiento y, con una tosca reverencia le agradezco el que nos halla recogido. También escucho a Yashiro. Esta chica cada vez es más interesante. Un gran jardín con todas las especies de plantas del continente? No creo que pueda ser posible, ya que por experiencia se que algunas plantas solo crecen con climas completamente opuestos a otras pero... Si se encontrase la forma de hacerlo sería grandioso!

- Entonces que quieres que hagamos?.- espeto mientras bajo del carro y acaricio a Wolfi.- Quieres que busquemos semillas o plantas que solo crezcan por estos lares? Visitar un poco las tiendas? Ir de caza? Ver si tienen algún trabajo de cacería para sacarnos un poco de dinero y un lugar donde dormir estas noches?.- hecho la mano a la pequeña bolsa que tengo en el cinto. "Todavía tengo bastante dinero, pero preferiría no gastar de aquí, siempre me voy apañando con los diferentes trabajos que consigo por los pueblos"- Yo apuesto por ir a la taberna y ver si hay algún animal tocando las narices al ganado!! Los exploradores siempre son bienvenidos en estos lares y eso también nos valdrá para explorar y encontrar plantas raras!!

-¿No deberia?-le pregunto, extrañada-En mi tierra, cuando hacemos un trato, lo primero que hay que hacer es mostrar confianza mutua, si no, no habria posibilidad alguna de futuras negociaciones. Sobre las vainas... hacia tiempo que pensaba en hacerles unas, pero no terminaban de salirme bien...-a mi mente vienen aquellos prototipos de vainas que ni de lejos lo parecian-Aunque si sabes hacerlas, no te lo voy a impedir

-Y lo de ir a la taberna... bueno, no es mal plan-miro al otro hombre que nos acompañaba-¿Vienes tambien?-le pregunto

La caravana continúa con su traqueteo mientras ambos acompañantes prosiguen con su charla. Yashiro sorprende a ambos cuando revela su idea. Sin duda un jardín así sería digno de contemplar, por imposible que parezca esa es una empresa a la que merece la pena dedicar la vida. Sonrío mientras la observo con renovado interés.

Me sorprende también Sarob; por su actitud tan jovial lo imaginarías como alguien despreocupado, pero su manera de apreciar el gesto de la chica indica que parece un buen chico.

Tras el largo viaje arribamos a nuestro destino y me apeo del carro. Agradezco al mercader el transporte y su comentario sobre su agenda. Le dedico una pequeña reverencia.

- Gracias señor Fothe, estaré atento a su marcha por si necesito transporte. ¿ Quiere que le ayude a descargar ?.

Estiro la espalda tras el largo viaje y ajusto la espada*. Miro a mi alrededor observando a toda la gente de la bucólica aldea preparar algún tipo de festival.

- ¿ Qué se celebra ?.

Tras terminar de ajustarme la ropa y el arma y coger mi ligero equipaje, Yashiro me pregunta algo.

- Si claro, aunque es probable que un pueblo tan pequeño carezca de posada y tengamos que pedir que nos acojan.

-Claro.- Le responde Fothe a Tomohisa mientras le da mazazos a la estaca. Luego señala con la herramienta a unas muchachas que hay en otra carreta y que les está costando trabajo bajar unos sacos enormes de arpillera que parecen contener varios kilos de semillas. -Ticca debe necesitar ayuda con eso, dale una mano.

Las doñas que ofrecían bandejas con pastelitos le responden risueñas al samurai. -Oh! Es nuestra fiesta más importante, y llegan justo! Es el aniversario de la reconstrucción de Cornes.- Fothe deja de clavar y toma otro bocadillo de la bandeja, se ve que le gustaron. La señora le dedica una sonrisa y continúa explicando. -Honramos a los Tres Héroes, que hace más de trescientos años impidieron una gran masacre aquí mismo.

-También es el primer día de la primavera.- Continúa la otra, que es bastante más joven y bien podría ser la hija o la nuera. -La tradición exige que los enamorados expresen su cariño mutuo con un regalo. Ven aquel quiosco de allá?- Señala una tienda que destaca frente a las demás, las dependientas llevan unos vestiditos muy preciosos. -Esas chicas de allí son de Providence, y han venido desde Hécate con chocolate.

Mientras las señoras hablan con el samurai, Fothe se acerca a Yashiro y a Sarob. -Zoológico de plantas? Eso le podría interesar a Ticca... a mí no, yo soy más dado a la herrería.- Se rasca la cabeza. -Si quieres plantas a cambio de tu piedra habla con ella, sabe más que yo.
Luego mira confundido a Sarob, que no para de moverse. -Esto... ustedes dos... Quién es mascota de quién?

Al poco tiempo se acerca otra muchacha, esta lleva un vestido bastante escotado, y trae dos jarras de cerveza rebosantes de espuma en cada mano. -Bienvenidos a Cornes!- Les dice a todos, y Fothe con los ojos abiertos de par en par y un "ooooooh" bien profundo coge una de esas jarras y se la empina, bebiendo la mitad de un sorbo.

-Aaah!- Le queda la barba llena de espuma. -No, nada que ver con la de Grafthon, pero le doy un ocho.- Le da tres cobres a la mujer, que pasa la jarra que le queda a la otra mano para tenerla libre y recibir las monedas.

La chica de las cervezas llega justo cuando Tomohisa hace el comentario de la posada, y le indica que por supuesto existe una. Es un edificio humilde al otro lado de la alcaldía, cruzando la plazuela, tiene un letrero colgante en el frente que dice "La Jarra de Oropel". Allí en frente a la puerta hay varios señores de edad charlando entre ellos y bebiendo al aire fresco.

- Fiesta?? Acabamos de llegar a una fiesta?- Los ojos de Sarob se iluminan al igual que su pelo se eriza como si de un animal excitado se tratase. Mira alrededor, observando toda la decoración que hay por ahí.- Fiestaaaa!!!!- Sale corriendo en ese mismo momento, ignorando que una chica acaba de llegar a darles unas cervezas además de ignorar el comentario sobre las mascotas. No tardo ni medio minuto en volver a aparecer rápidamente, pegado a Yashiro.- Vamos, vamos, vamos!!! Hay que ver los puestos que han puesto!!!- Me giro rápidamente hacia Fothe- También hay fuegos? Juegos? Algún espectáculo que ver?- pregunta completamente entusiasmado.- Dígame que si!!! He escuchado sobre estas fiestas pero es la primera vez que estoy en una!!!- No espero a escuchar la respuesta de Fothe, pues cojo a Yashiro de la mano y salgo disparado otra vez en dirección a la posada.- Primero cojamos una habitación y guardemos nuestras cosas!! Después aprovecharemos para buscar todo lo que quieras!!- Termino, mientras voy corriendo en dirección a la posada

Cuando el chico me agarra la mano, no puedo evitar dar un respingo y apartarlo de un empujon

-Q-q-q-q-que ha-a-acess!!!!-le grito, muy colorada. Nunca me habia dado la mano ningun chico y ahora mi corazon late muy rapido ¿Quien se cree que es?-N-nno hagas eso asi de sorpresa, ¡no es divertido!

Con la cabeza gacha, mirando al suelo, sigo al chico hacia la posada, lanzandole miradas hostiles de vez en cuando

Escucho con atención a las señoras de los pasteles mientras rechazo con educación su ofrecimiento.

- Un poco más tarde gracias.

Me veo tentado de preguntar por el incidente de hace 300 años pero si lo hago, estoy seguro de que las señoras me entrendrán demasiado y Ticca necesita ayuda, ya he dado mi palabra. Celebrar la primavera es celebrar la renovación el ciclo, el fin del duro invierno, la vida y eso es universal.

- Voy a echar una mano, enseguida voy a la posada. Digo a mis dos compañeros de viaje a modo de despedida.

Dirijo mis pasos hacia la muchacha que me ha indicado Fothe, apuro el paso al ver que Ticca carga con demasiado peso y cojo el saco acomodándolo al hombro.

- No hace falta que cargues con tanto, dime, ¿ dónde te lo dejo ?.

Ticca sonríe y agradece la ayuda de Tomohisa. -Vamos a apilarlas allí, gracias.- Señala un espacio donde una señora corpulenta está dejando la bolsa de otra carreta.

Como ve que nadie toma más jarras de cerveza la mujer va a ofrecércelas a los del resto de la caravana y una pareja joven acepta alegremente las bebidas y les entregan las monedas.
-Sí, habrá fuegos artificiales, y... ey!- Una de las doñas de los pasteles le responde contenta a Sarob, pero el chico ya tomó del brazo a Yashiro y se fue sin esperar respuesta a sus propias preguntas. -Si no vas a escuchar para qué preguntas?!

Cuando Yashiro y Sarob se dirijen a la posada Ticca le entrega una cantimplora con agua a Tomohisa. -Es suficiente, gracias. Mamá me seguirá ayudando. Ve con tus amigos, que ya están yendo a pedir albergue.

La recepción de la posada es un lugar muy modesto y rústico, las paredes son de madera y en algunos tramos cuelgan guirnaldas hechas de plantas, ristras de ajo, hierbas secas y materiales de cocina; hay un olor a mezcla de especias en todo el lugar. Hay varias mesas redondas hechas con troncos muy gruesos, y los asientos también hechos con troncos tallados, algunos tienen almohadones.
Hay dos ancianos y un joven jugando cartas en una de las mesas, bajo una nube creada por el humo de las pipas de los viejos. El resto de las mesas están vacías y una joven no mucho mayor que Yashiro está limpiando una de ellas.
Los atiende un anciano muy encorvado que se encuentra detrás del mostrador, con una melena canosa y un par de bigotes blancos enormes que sobresalen de su rostro arrugado. -Críos? Dónde están sus padres?- Luego mira al lobo y arruga las cejas. -Esto...

Tomohisa entra poco después, y el viejo alza la vista para hacer contacto visual con él. -Buenas tardes extranjero, estos dos..tres... vienen contigo?

Uno a uno voy apilando los sacos en el lugar indicado. La tarea toma menos tiempo de lo esperado y sólo unos minutos después Ticca me dice que es suficiente. No me gusta dejar una tarea a medias pero insistir sería descortés por mi parte, así que asiento mientras tomo la cantimplora que se me ofrece. Bebo despacio, a grandes sorbos, paladeando el frescor que recorre mi garganta.

- Gracias, si necesitáis más ayuda estaré en la posada o paseando por el pueblo.

Aún me siento en deuda con esta amable gente, así que si no han aceptado dinero por el transporte esto es lo menos que puedo hacer. Recojo una vez más mi bolsa y el mi hatillo tras ajustarme el arma a la cintura y voy a la posada según me han indicado.

El pueblo parece apacible y quizá este sea uno de los momentos del año en que más animado esté. Antes de entrar en la posada sopla un ráfaga de viento, así que me detengo y miro al este. Tras un instante susurro una vieja norma de educación de mi país mientras entro en el local. Huele a rústico y hogareño y aunque el edificio es muy sencillo resulta de mi agrado, no así los modales del hombre que limpia las mesas, aunque ya me he acostumbrado a la manera occidental por lo que no le doy importancia.

- Buenas tardes señor, mi nombre es Tomohisa y, digo mirando a los tres señalados en cuestión, - hemos viajado juntos.

Entro para acercarme al supuesto posadero, por la mirada del hombre es fácil adivinar que la presencia de la mascota del muchacho le incomoda.

- No se preocupe, hasta donde se el perro es del joven y parece estar adiestrado. Acabamos de llegar tras un largo viaje, ¿ dispone de habitaciones libres ?.