Partida Rol por web

La Purificación de la Bruja

Capítulo I: El inicio del viaje a San Ponape

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21/09/2015, 12:56
Director

Con la primera luz todos se reunieron en el patio del Palacio, que estaba muy concurrido aunque sólo estaban ellos y el Vicario.

Denia había bajado con el Vicario antes de que nadie hubiera llegado, pero puesto que lo hizo para recibir el caballo que la prestarían y supervisar cómo lo cargaban con los atavíos más básicos - para su gusto más de lo que necesitaba - llegó al patio en sí cuando el resto ya entraban con sus respectivas récuas. La chica llevaba puesto el mismo vestido que la tarde anterior, cuando se conocieron, pero aún así estaba perfectamente planchado y límpio como recién lavado; a Edgar, que estaba acostumbrado a verla con la misma ropa siempre y que estuviera perfecta incluso después de una tarde sentados en la hierba junto al río, fue al único que no le extrañó. Ahora llevaba, por encima, una armadura de cuero con la heráldica del Episcopado de la ciudad, que ella estiraba y acomodaba, visiblemente desacostumbrada a su uso. Llevaba el caballo - que parecía tranquilo y contento con acompañarla - por las riendas cuando se acercó al grupo puesto que no era su

Edgar había llegado el primero, su carrito con caballo era más fácil de manejar por las calles que las récuas de animales, dado que ya estaban bastante concurridas por la multitud de trabajadores que iniciaban la jornada. La pintura de su carro, que no era nuevo, estaba cuidada, dándole un aspecto inusualmente aseado para lo que era habitual en esos objetos cuando recibían el uso que el desgaste de las ruedas aseguraban para ese en particular, su carga era notable evidenciando la costumbre de satisfacer las necesidades de acampar por el camino, dejando apenas el hueco justo para deslizarse en el a dormir encogido bajo una manta. Vestía ropas muy distintas de las del día anterior, menos llamativas y más orientadas al viaje pero igualmente de calidad, aunque tenía un aspecto más taciturno propio de quien no acostumbra a madrugar.

Navief había llegado más o menos a la vez que los caballeros, con sus caballos uno atado al otro cargados con habilidad de modo que la notable carga no parecía afectar mucho a la bestia de carga, cabalgaba de un modo cómodo y casi sin usar riendas como si el caballo supiera dónde quería su dueña que fuera. Estaba mucho más preparada que la tarde anterior, con una armadura de pieles como no habían visto otra igual, que cambiaba su aspecto dándole un aire guerrero y duro que desmentía su imagen femenina anterior, cambio confirmado por un arco corto de guerra digno de un boyun mongol. Si se ignoraba su condición femenina, por lo demás parecía un explrador de élite del mejor ejército europeo.

Los caballeros, con tres caballos cada uno al mejor estilo de las unidades de caballería pesada, transitaban despacio de camino al Palacio Episcopal puesto que aunque la gente se apartaba a su paso, ésta no lo hacía con la premura suficiente para trotar y dirigir la récua no podía hacerse con soltura entre el gentío. Llegaban plenamente pertrechados, en condiciones para la batalla incluso, si fuera menester; aunque ninguno de los dos vestía las armaduras de guerra que, probablemente, poseerían pero que serían un engorro infernal para lucir durante un viaje como aquel. En especial sin escuderos que les ayudaran a vestirlas y desvestirlas. La cantidad de aperos en sus caballos indicaba que no eran caballeros de palacio y cuartel, sino que estaban acostumbrados a vivaquear y tenían todo lo necesario para ello.

El Vicario recibió a todos con parabienes y bienvenidas, antes de dirigirse a Denia:

-"Hermana, os dejo en las capaces manos de los caballeros de Cristo, rezo por veros retornar pronto reafirmada vuestra Gracia a los ojos de Dios Nuestro Señor y renacida como hija de Maria, Madre de Dios, y Jesucristo."

Luego se giró a los caballeros y concluyó:

-"A vuestras señorías encomiendo la guardia y custodia de la buena hermana Denia. Ruego a Dios que os proteja en el camino y cuide de vuestra carne, como hace con vuestras almas."

Y tras bendecir a los cinco en latín, se dispuso a retirarse.

Notas de juego

Edgar (hasta ponerse al día) y Denia (hasta el 29) por ahora están pnjtizados, pasamos a tomar los tiempos de posteo estrictos para todos los que no se hayan declarado out.

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21/09/2015, 20:42
Sir Ulrich Ulfgart

Ambos caballeros llegaron al punto de encuentro a la hora acordada. Totalmente pertrechados y preparados para la travesía que se les presentaba en el horizonte, avanzaban silenciosos con la confianza de saberse acompañado por un hermano.

Ulrich permanecía con el rostro serio. Sobre el lomo del caballo, observaba a los transeúntes que se apartaban poco a poco impidiéndoles un ritmo mayor con cara de resignación, incluso pareciese que desilusionado con el nuevo cometido. Avanzaba como ausente en sus propios pensamientos hasta que llegaron al patio del Palacio.

Con tranquilidad Ulrich bajó del equino y acariciando el hocico de su montura se acercó al grupo. Una leve inclinación de cabeza fue su saludo general. Cuando el Vicario depositó en su confianza la custodia de Denia y se retiró, Elrich se despidió del mismo:

-Dios os guarde.

Ulrich dejó que el Vicario se alejase lo suficiente antes de comentar:

-¿Están listos? Cuanto antes partamos antes encontraremos fin a nuestra encomienda.

-Navief, ¿habéis traído el inventario que os solicitamos? Dijo tendiendo la mano esperando recoger aquel listado.

 

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22/09/2015, 03:29
Sir Rudolph del Escudo Brillante

A diferencia de su compañero, Rudolph se mantuvo montado cuando llegaron al patio del castillo. Sus ojos recorrieron el grupo, deteniéndose un momento en cada uno de los integrantes y en sus cabalgaduras después de levantar la punta de su lanza y apoyar el astil en su propio estribo, manteniendo su escudo luminoso firmemente embrazado

- Su excelencia, cumpliremos vuestra voluntad, que es la voluntad del señor - contestó las palabras del vicario antes de asentir ante la pregunta del caballero más veterano

- Quizas el carro no sea tan mala idea - le reconoció a Edgar tras una pausa - Creéis que podremos atar los cabestros de nuestros caballos al mismo? Así podremos, en caso necesario cargar sin que debamos ocuparos de ellos - propuso antes de preguntarle a Sir Ulrich, al que consideraba el jefe de la comitiva - Deberíamos organizar un orden de marcha para cuando salgamos de la ciudad. Uno de nosotros delante y otro atrás del carro, con la novicia al lado de este? - preguntó como si el resto del grupo no estuviera presente - Y todos siguiendo los pasos de la guía? -

Notas de juego

Master: yo estoy con coraza puesta y el escudo embrazado, no necesito ponerme la completa para combatir

Y dado que tengo ambas manos ocupadas (lanza y escudo) llevo los cabestros de los caballos atados al arzón de mi silla

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22/09/2015, 07:51
Director

Notas de juego

Así es lo de la armadura, pero eso la plebe no lo sabe :) siempre se imaginan los caballeros como los de los cuentos, con armadura de campaña como si fueran a matar dragones.

Respecto al caballo, también correcto, llevas las riendas a modo de batalla apoyandote con las rodillas para dirigirle. El caballo de Navief lleva las riendas de adorno, no las está usando ni dirigiendo con las rodillas, lo que hace va más allá de un caballo bien entrenado.

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24/09/2015, 07:48
Edgar Elric

Edgar contuvo un bostezo mientras asentía al caballero joven, bajando del carro para buscar un buen lugar al que atar las riendas.

-"Claro, si cree su señoria que los caballos seguirán al carro, busquemos un buen lugar al que asirlos. Debo reconocer que no soy un experto carretero, justo me llega para dirigirlo."

Tras ello se dedicó el resto del tiempo a charlar con Denia en voz baja, de intrascendencias pudo intuir cualquiera que pasara lo bastante cerca para escuchar.

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24/09/2015, 07:51
Denia

Denia, por su parte, rebullendo incómoda dentro de su armadura ligera, había saludado a todos con alegría y sonrisas. Se quedó a pie del caballo, acariciando su flanco mientras charlaba con Edgar, puesto que no hallaba sentido a cargar al pobre animal con ella sin necesidad, ya habría tiempo de montar y hacerlo trabajar.

Su equipaje era sorprendentemente ligero - insignificante sería la palabra de los más previsores - comparado con el resto, más considerando que no tenía casa y, por lógica, debería llevar encima todas sus posesiones. Si era así, éstas se reducían a sus vestidos, un bastón, un hatillo, una diadema de cuero y una manta acolchada.

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24/09/2015, 07:57
Navief

Navief por su parte no descendió del caballo, permaneciendo la más cercana a la puerta de salida, lista para tomar el control del viaje cuando los templarios asi lo ordenasen. Cuando Sir Ulrich le solicitó el papel, su caballo que mordisqueaba distraído los brotes que surgían entre las piedras buscando comida más sabrosa, se movió hacia él como por voluntad propia, porque la chica seguía llevando las riendas de adorno.

-"Aquí tenéis, sir. Confío que sea lo que necesitáis." - Le extendió un papel con dos columnas, la primera parecian los productos caros propiamente: un par pociones y ungüentos de propiedades místicas relacionadas con la salud y la resistencia y armas deflagradoras variadas. Había sido bastante metódica y previsora, pues la segunda columna incluía algunas cosas sencillas que, en principio, no eran de consumo pero que en situaciones excepcionales recibían usos alternativos que salvaban el día al abandonarlas atras, en ésto incluía cuerda en abundancia - 30 metros -, abrojos como para rodear a una persona, antorchas para todos y vino como para tomar en las comidas todo el viaje, por lo que parecía Navief era más de agua.

Al orden de marcha sugerido por Sir Rudolph asintió:

-"Me parece correcto, en especial cuando nos acerquemos a Stuttgart. Mis fuentes indican que el territorio de Maguncia es seguro todavía, pero soplan vientos de guerra en toda la región. Los pasos de la Selva Negra están mal, son peligrosos y muchos guías y caravanas han cambiado los objetivos para ir a Flandes, París y Calais. Las noticias de Edgar son peores."

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24/09/2015, 08:08
Edgar Elric

El bardo dejó la conversación con Denia con un comentario que la hizo sonreir y habló para el resto.

-"Si, son historias que cuenta la gente, hay que cruzar unas con otras para sacar la verdad. Pero de ellas se destilaban algunos datos muy probables, aunque tiempo habría para estudiarlos más despiertos, podemos adelantarlos, para que cada uno pueda rumiar sus pensamientos sobre ellos: últimamente se ven pocos, si es que alguno, elfos en los pasos, parece que se han retirado a las profundidades de su reino. Las bestias salvajes se han vuelto más osadas, salen del bosque y parece que hay indicios de que han atacado poblados. Hay evidencias de que gente que debía atravesar la Selva para llegar a la región de Baden desde el Milanesado o los cantones de la confederación no han llegado a sus destinos, por margen de semanas: se puede decir que han desaparecido."

Notas de juego

Los tres están pnjtizados éste turno. El lunes volveré a pnjtizar los que no hayan podido contestar, para después probablemente habrán podido volver al menos Selene y tal vez Dedrith.

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25/09/2015, 01:16
Sir Rudolph del Escudo Brillante

- Si, no va a haber problemas, están bien entrenados - contestó Sir Rudolph a las palabras del buhonero mientras, sin descender de su montura se acercaba al carro y observaba los tirantes de la caja, buscando el mejor sitio para enlazar los cabestros

- Ulrich, creo que podemos atar los tuyos también - le propuso a su compañero una vez que encontró el sitio adecuado

Tras escuchar las palabras de la guía y el trashumante asintió moviendo su cabeza arriba y abajo antes de acotar - Ummmhhhjuuu, entonces el problema más serio parece que será al llegar a nuestro destino. De cualquier manera, estaremos atentos durante todo el camino. Incluso en las zonas "civilizadas" existen bandidos. Y, desde el punto de vista de la seguridad, pueden ser tan peligrosos como los elfos, o las bestias salvajes - tras pensarlo un momento añadió - Me corrijo, pueden ser MAS peligrosos que las bestias salvajes -

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26/09/2015, 12:14
Sir Ulrich Ulfgart

El veterano guerrero asintió a las palabras de su compañero:

-Sea pues como comentáis la distribución de nuestra marcha, Sir Rudolph. Comentó dándole una palmada de ánimo. Al viejo caballero le gustaba cuando Rudolph proponía cosas e iba poco a poco asumiendo más responsabilidades.

Cuando Navief le entregó el inventario, Ulrich lo ojeó y guardó bajo su tabardo. Agradeció a la mujer con un asentimiento de cabeza el papel y espoleó a su montura para acercarse hacia el carro y enganchar también sus caballos. Eso le permitiría estar presto rápidamente en combate. Aunque esperaba que el viaje no dispusiese tal necesidad.

Ulrich esperó pues a que la comitiva se pusiese en marcha indicando a Navief con un gesto claro que abriese camino.:

-Rezemos pues a nuestro Señor para que no nos crucemos con ninguna de esas bestias. Comentó con sorna. Si su rostro mostró quizá un atisbo de risa, era algo a lo que pocos podrían haber prestado atención sin conocer bien al caballero. Fuese lo que fuese lo que encontrasen en el camino estarían preparados. O al menos darían lo mejor de ellos. No habían sobrevivido a la guerra contra el infiel para terminar devorados por unas bestias.

Notas de juego

por mi enfilamos hacia la salida

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26/09/2015, 14:38
Denia

Sonrió al ver que todos tenían todo tan bien preparado y que Edgar iría con ellos. Realmente no tenia por el viaje, confiaba en que saliese bien, la asustaba más aún el resultado, seguía sin saber como era aquel ritual que querían hacerle.

-Si están listos podemos partir ya- ayudándose subió al caballo ágilmente.

Notas de juego

Ya estoy por aquí, aun no al 100%, pero creo que podre postear.

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26/09/2015, 17:25
Sir Rudolph del Escudo Brillante

Notas de juego

Adelante...

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29/09/2015, 00:11
Director

Navief les condujo a la puerta del sur en un camino lento, entre carros, carromatos y recuas de animales que también pretendían abandonar la ciudad con las primeras luces. Unos iban cargados, chatarreros, quincalleros y repartidores que irían a las aldeas de los alrededores a cambiar productos manufacturados por materias primas que traer de vuelta a la ciudad. Otros, carromatos grandes normalmente, salían de vacío listos para traer la producción agrícola y ganadera de todos los alrededores.

No parecía que la gente tuviera muchas ganas de distraerles o hablarles siquiera, probablemente intimidados por la presencia de los caballeros templarios a modo de escolta. Aunque a Denia le parecía que la otra chica del grupo no resultaba menos intimidante con aquella extraña armadura de piel con aspecto metálico y su arco recurvado lleno de runas élficas.

Tras un par de horas de marcha pasaban junto al bosquecillo en que había vivido Denia durante toda su vida, un estrecho sendero, lo justo para pasar un carro se internaba entre árboles densos que tenían un aspecto más amenazador y oscuro de lo que la joven recordaba. Había algo definitivamente ominoso en el sitio que había llamado hogar, su caballo, notando su inquietud, piafó y corcoveó, inseguro de seguir avanzando sin saber por qué. A la vez un escalofrío inexplicable recorrió la espina dorsal de Rudolph, con si aquel caballo hubiera tocado una fibra sensible de su mente, un instinto cerval.

 

 

 

Notas de juego

Acompañad a vuestro post, con el diálogo (o falta de él) que queráis una prueba de percepción, avista o escuchar a gusto de cada uno.

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29/09/2015, 00:58
Navief

No habían avanzado casi nada en aquella jornada, pero los agudos sentidos de Navief le indicaban que las tierras del sur habían cambiado en las semanas que no los había frecuentado. Su fiel compañero, Linker, no parecía avanzar con la gracilidad habitual, algo que al mismo tiempo la inquietaba un poco, aunque a simple vista pareciera que todo estaba igual que siempre. Se preguntaba qué era esa sensación tan extraña que la abordaba. Luego, escuchó la agitación tras ella causada por el corcel que conducía la doncella y casi al instante su montura se detuvo. Linker y ella, como ya algunos habrían notado, poseían una especie de conexión extraña, por lo que el caballo obedecía sin dificultad las necesidades de su dueña. Se giró sobre su cintura para hablarle a la novicia.

-¿Estáis vos bien, hermana Denia? ¿Requerís ayuda con vuestro animal? -Preguntó, dando a entender que si ese era el problema ella podría ayudarle.

Sin embargo, algo le decía que la incomodidad de dos animales en aquel sendero no podría ser casualidad. Decidió, pues, afinar sus sentidos para intentar percibir aquello que se le escapaba.

Notas de juego

Ya estoy de vuelta, máster. Emocionada porque ya comienzan a rodar los daditos, pero tengo un par de dudas antes de lanzar que te dejaré en el OffTopic.

Saludos, caballeros. Excelente organización Sir Rudolph. Como siempre tan organizado, Sir Ulrich, eso me agrada. Don Edgar, espero que no tengamos que dejar su carrito en el recorrido. Por último, pero no menos importante, noble damicela Denia, es un placer para mi conducirla en esta empresa.

Éxitos en nuestro viaje y que esta partida resulte de lo más agradable.

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29/09/2015, 02:02
Sir Rudolph del Escudo Brillante

Las primeras horas, fueron tan aburridas como lo eran las correspondientes a cada viaje. Rudolph solo agradecía no tener que llevar su recua atada al arzón de su silla. Estaba acostumbrado, pero debía reconocer que esta vez, con su animal libre para galopar si era necesario se sentía más tranquilo

El caballero, una vez eliminadas las molestias de la salida de la ciudad, se adaptó al ritmo de los caballos al paso. "Firme y lento, cansino y seguro" se planteo a si mismo mientras en forma casi inconsciente movía sus ojos por los alrededores, atento, aunque sin prestar demasiada atención

- Tiradas (2)
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29/09/2015, 13:39
Denia

Acaricio el cuello del caballo y le susurro dulcemente -Tranquilo, no pasa nada- luego miro a Navief, cuando se dirigió a ella -no, muchas gracias, solo esta algo nervioso, quizás por no haber pasado nunca por aquí, o por la oscuridad que proporcionan los árboles- le dijo sonriendo

- Tiradas (1)

Notas de juego

Si vale, que tiradón, creo que estoy mirando como poco a los pájaros :S

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29/09/2015, 17:06
Navief

Pese a la respuesta de la doncella, Navief puso el ojo al frente atenta a cualquier eventualidad.

 

- Tiradas (2)
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29/09/2015, 20:09
Sir Ulrich Ulfgart

El camino se tronaba lento y silencioso, tal y cómo Ulrich imaginaba. Eso le permitía desde la parte posterior de la comitiva observar a sus compañeros y evaluando el camino. Montaba con ambas manos sobre el lomo de la montura, con las riendas bajo las mismas y dejando que su corcel siguiese los pasos de los que le precedían. Corrigiendo ligeramente con las rodillas la posición. Avanzaba pensativo, dándole vueltas una y otra vez a las palabras de Lord Wilhelm cuando el caballo de Denia bufó y se uso nervioso. Entonces Sir Ulrich observó a un lado y a otro mientras se acercaba hacia la muchacha. A medio camino, Denia contestó a Navief y el veterano caballero al no localizar nada anormal asintió para sugerir que se continuase con el viaje.

Esta vez el caballero dejó de lado sus pensamientos y se centró en el avance.

- Tiradas (1)

Notas de juego

tu ves pájaros, yo dragones. ;)

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30/09/2015, 13:02
Edgar Elric

El bardo había salido de la ciudad bastante distraído, tratando de conversar con Denia todo el trayecto, aprovechando que viajaban cerca, para aliviar las preocupaciones de su espíritu y relajar su más que probable inquietud con el destino indeterminado que le esperaba. Alguna historia cómica y anécdotas de vidas de santas famosas - las menos escabrosas, por supuesto - deberían ayudar en el tema sin soliviantar a los caballeros.

Daba por supuesto que la guía y el caballero se encargarían de asegurar que llevaban la dirección correcta por lo que sólo necesitaba seguir el caballo de delante y asegurarse que la récua que le seguía no se soliviantase y mantuviera el ritmo.
 

- Tiradas (1)

Notas de juego

Edgar pnjtizado hasta que encontremos nuevo jugador.

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30/09/2015, 13:08
Director

Edgar dio un frenazo al carro y levantó la cabeza, preocupado, en dirección a la linde del bosque, buscando algo.

Navief primero, y Rudolph un segundo después lo encontraron mucho antes.

Ambos habían cruzado miradas con una figura embozada en verde que se ocultaba entre los primeros matorrales del bosque, observándoles con atención - a Denia más que a ellos, podía precisar Navief - pero sin aspecto amenazador. Si quien quiera que les espiaba estaba armado no era evidente, aunque a la guía le parecía que algo de gran tamaño sí llevaba a la espalda.

A ninguno de los le cupo duda de que el acechante se había dado cuenta de que había sido descubierto. El escalofrío de Rudolph no había remitido al descubrirle, el caballo de Denia estaba más tranquilo ahora que la preocupación por el peligro de ser derribada había mitigado su aprensión por el bosquecillo.