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La Purificación de la Bruja

Capítulo III: El monasterio de San Ponape

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08/03/2016, 08:09
Director

Para cuando llegaron a la explanada frente a la entrada y comenzaron a desmontar, se abrió el enorme portón reforzado que daba acceso al edificio principal. Lo hizo despacio, mostrando que era difícil y que, probablemente, no se hacía a menudo. Dos figuras vestidas con túnicas de monje con capucha que les cubrían completamente salieron presurosas, la ropa estaba manufacturada sobriamente y con la pericia justa con lana gruesa y basta.

Los monjes se dirigieron hacia ellos, con las manos en las mangas y mirando al suelo. Primero llegaron ante Denia, miraron brevísimamente a sus ojos con rostros barbudos y curtidos, uno de ojos más claros y, tal vez, cinco o diez años más joven, y se arrodillaron a besar sus pies, sin decir palabra.

Siguieron con los caballeros y una reverencia leve pero apropiada a su estatus, sin dejar de mirarles a los ojos pero sin pronunciar palabra. Uno hizo un gesto invitando a los tres a entrar al monasterio, mientras el otro se ofrecía a tomar las riendas de sus caballos.

Tras ello se dirigieron a Edgar, a quien hicieron una leve inclinación de cabeza con sus miradas duras y francas, a Navief y Lirio no los miraron, bajando la cabeza y parando un segundo delante de cada para mostrar reconocimiento. La elfa no entendía muy bien qué pasaba, pero Navief ya había tratado antes con extremistas de clausura que no tenían permitido ni mirar a una mujer. Denia parecía ser una excepción.

A los otros tres los monjes, tras haber recibido apropiadamente a los religiosos, les invitaron, por gestos, sin una sola palabra a dirigirse junto a los caballos y el carro hacia el edificio auxiliar.

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10/03/2016, 02:34
Sir Rudolph del Escudo Brillante

Al ver el extraño recibimiento Rudolph desmontó ágilmente y dejó su lanza en el carro del bardo - Parece que solo quieren que entremos nosotros - comentó a su mentor y a la novicia - Supongo que deberán esperar junto con los animales - añadió, mirando al resto del grupo, sin parecer demasiado preocupado por la separación

- Veamos que tiene que decirnos el abad - continuó mientras daba los primeros pasos hacia su destino. Más allá de haber dejado el arma propia de los caballeros, la lanza, en el carro, continuó embrazando su escudo que continuaba con su eterno resplandor mientras en su cintura se balanceaban su espada y su maza - Y esperemos que nos den algo de comer, poder hacerlo sentado en una mesa será un buen cambio después de tantos días de camino- comentó mientras observaba a su alrededor en un acto reflejo. Sus palabras, joviales no implicaban que el caballero estuviese tranquilo. Tras todo lo que habían pasado, solo deseaba que los problemas hubiesen acabado

Notas de juego

Entendí bien, no? Ellos a los establos y nosotros al edificio principal? o es ellos afuera y nosotros a los establos?

Obviamente después de lo que pasó Rudolph ni piensa discutir por la separación ;-)

Al entrar... hay alguien (o algo) más que los dos que nos recibieron?

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10/03/2016, 08:53
Director

Notas de juego

Vosotros al edificio principal y ellos al auxiliar que es como un albergue (de piedra y bastante bueno pero no una obra de arte arquitectónica religioso-militar como el edificio principal). Los caballos y el carro son los que van a los establos, que están anejos al edificio auxiliar (forman parte de él, pero una parte aislada, no se convive con los animales).

El convento es de clausura, sólo se permiten religiosos, es relativamente normal. Es inusual que se deje entrar a Denia, por ser mujer, pero dado que ésto va de purificarla y sólo puede hacerlo ésta orden, pues es lógico que se haga una excepción casi única y la reciban en el monasterio en lugar de en el edificio de invitados y viajeros.

Pero, de momeno, si, los no religiosos y los animales van en dirección al mismo edificio (pero se ve que hay alojamiento y establos separados).

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10/03/2016, 22:33
Sir Ulrich Ulfgart

Cuando los monjes salieron a su encuentro el caballero saludó como correspondía a los miembro de la orden. El trato que le dieron a Denia en un principio le sorprendió sobremanera, pero pronto entendió la devota fe de aquellos hombres y aunque le pareció exagerada pudo llegar a comprenderla.

Dejando que uno de los hombres guiase a sus monturas al establo, cogió lo que necesitaba de la montura de carga y siguió a los monjes. Se giró para comentarle a la guía:

-Una vez concluido el ritual volveremos a Francfurt y se os pagará lo que se os debe. Habéis hecho un buen trabajo.

Nada más comentó y procedió a entrar en el monasterio. 

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11/03/2016, 01:36
Navief

Acostumbrada ya a los protocolos de trato con los monjes, Navief se tomó tranquilamente la actitud de los hombres. Ella misma también evadía mirarlos al rostro, para evitarles incomodidades. Al principio se sorprendió un poco de ver el trato tan distinto que Denia recibía, pese a ser mujer, pero estaba claro desde el principio que aquella novicia pertenecía a una esfera totalmente distinta la propia, por lo que pronto lo pasó por alto. Mientras desmontaba algunas cosas de su cabaldagura y entregar las riendas de su fiel corcel al siervo encargado de llevarle a los establos, sintió los pasos de Sir Ulrich que se aproximaba. Le dirigió la mirada serena, escuchando sus palabras, las cuales sonaban bastante formales. Estaba claro que ya no estaban en terreno agreste, y dada la situación, sabía que aquellas palabras representaban más de lo que parecían. De alguna forma, lo tomó como un intento de limar las asperezas surgidas durante el viaje de parte del caballero. 

- Agradezco inmensamente vuestras palabras, Sir Ulrich. Vos también habéis sido un buen líder, a pesar de las adversidades. Espero que podamos tener un viaje de regreso igualmente satisfactorio y mucho más sereno... -Desvió la mirada un momento- Y me disculpo si en algún momento pareció que cuestionaba vuestra autoridad. Solo quería mantener la paz entre todos.

Tras dirigirle una casi imperceptible reverencia de formalidad y un "con vuestro permiso", se dio vuelta y siguió a su lugar, que a pesar de ser el edificio auxiliar, daba la impresión de ser un lugar mucho más cómodo que los que ella acostumbraba luego de un viaje. 

"Será una buena noche", pensó para sí. De verdad estaba deseando poder descansar un poco.

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11/03/2016, 11:23
Lirio

Lirio estaba nerviosa. Le importaba un pimiento que aquellos hombres no la mirasen. Pero estaba claro que no podría acompañar a Denia sin montar una batalla, y eso no serviría.

- Denia, si crees correr peligro grita.

- Caballeros, depende de vos su seguridad en todos los sentidos: física, moral y espiritual. 

Después, sin más, dio la espalda a la comitiva que entraba. Resignada.

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15/03/2016, 11:02
Edgar Elric

Los monjes les separaron de Denia y los caballeros, indicándoles que debían entrar al edificio auxiliar.

Edgar se entristeció, pero no era algo que no esperase. Además, Ulrich y Rudolph iban con ella, y sabía que se podía confiar en los caballeros, al menos en cuanto a que protegiesen a su querida Denia.

¡Denia! ¡Buena suerte! ¡Estaré aquí mismo, volverémos a vernos antes de que te des cuenta!

Dicho esto se quedó observando hasta que las puertas del monasterio se cerraron detrás de ella, y sólo entonces siguió a Navief y Lirio hasta el edificio contiguo.

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16/03/2016, 11:21
Director

Uno de los monjes dirigió los caballos y el carro hasta los establos, por lo que pronto les perdieron de vista; ya que el otro monje, sin decir palabra, les dirigió hacia el edificio. Abrió con una llave enorme un portón recio y bien cuidado, pero que debía tener más años que la mayoría de los árboles de alrededor.

El distribuidor era grande, frío y de techos altos, el pasillo estrecho de la derecha tenía un tenue olor que evidenciaba que permitía llegar a los establos sin salir al frío exterior. Ellos siguieron por la derecha un pasillo más ancho y corto, hasta un cuarto comunal mucho más templado, lo bastante para ser agradable. Atras quedaba un tercer pasillo que parecía llevar a unas escaleras, probablemente para llegar al altillo.

Una gran hoguera calentaba el centro en una chimenea redonda, con leña y carbón abundantes en una leñera cercana. Las ascuas y cenizas evidenciaban, al ojo experto de Navief, que llevaba ardiendo ligeramente días y que había sido avivado hasta el infierno actual hacía un par de horas.

Al lado del fuego, dónde se mantendría caliente sin seguir cocinándose, había una gran olla metálica, muy usada pero bien mantenida llena a atiborrar de un estofado con mucha verdura variada y algo de carne de conejo. A su lado un perol igual de grande mantenía templadas unas gachas hechas con leche y sufiente pan para espesarla hasta hacerlas esponjosas. Un par de hogazas grandes aún humeaban a su lado.

El lugar era amplio, con una enorme mesa que podría haber servido para comer docena y media de personas acompañada de bancos corridos, ahora mismo sólo tenía cuatro escudillas, cuatro cucharas y cuatro palmatorias con una vela nueva cada una y cuatro o cinco cabos de vela a medio consumir adicionales. Los muebles eran bastos y funcionales, bien construidos y rematados pero sin concesiones a la estética ni derroches de material.

A un lado había seis literas de tres pisos y varias camas sueltas, con el mismo estilo tosco y bueno. Tenían gruesas mantas de lana y sin agujeros, pero muy remendadas y trilladas. Los colchones estaban rellenos de paja limpia y fresca, aunque la justa para no sentir el madero del somier en la espalda. En el extremo contrario se había colocado, se veía que apresuradamente y de forma temporal, un trozo de tela grande y tupido y detrás se habían llevado una cama y una litera que quedaban aisladas del resto de la estancia siendo la única zona que gozaba de intimidad.

El monje le dio la llave a Edgar y con una inclinación de cabeza al bardo se marchó tras esperar un par de segundos.

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16/03/2016, 12:31
Director

El monje les llevó a la interior del monasterio. Les sorprendió lo espartano del lugar, carente de estatuas, lienzos o tapices. Incluso su arquitectura era sobria y funcional, en buen estado de conservación y con calidad de construcción, pero sin ninguna concesión estética.

A mano izquierda estaba la salida al atrio, hacia el fondo un portón enorme, con su portazgo que podría servir perfectamente como segunda línea de defensa y a la derecha otra puerta enorme, en arco que era la única un poco más decorada y que daba acceso a la iglesia, frente a ella esperaba el abad, con rostro serio y no mucho mayor que Ulrich.

Sobre su túnica, blanca de sencillo lino a diferencia de la de sus hermanos, sólo se permitía como decoración un escudo heráldico bordado en los puños. A Rudolph sus rudimentarios conocimientos sólo le llegaban para reconocerlo como un símbolo de uno u otro noble de sangre de algún sitio; Ulrich reconoció un detalle que indicaba que correspondía no a la casa en sí sino que era un miembro menor, un pariente del auténtico Lord Frosch, de Maguncia: probablemente fuera un barón o algo similar para haber conseguido aquel puesto significativo.
 

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16/03/2016, 13:11
Abad Ludwig Frosch

El abad, serio y sereno, saludó a los caballeros con un levísimo asentimiento de cabeza, esperando la reverencia apropiada. Aunque detuvo la de Denia con una sonrisa tirante en una boca que no estaba acostumbrada a esa mueca.

-"No, vos, no, hermana. Pues si sois digna del Ritual de Congraciamiento, no se os aplican las leyes de los hombres pues no hay alma más elevada en la creación, e incluso la Regla de nuestra orden queda supeditada a vuestra gracia" - hizo un gesto ampuloso alzando las manos para señalar el amplio espacio abierto de la antesala - "Por tal sois la primera hija de Eva en contemplar el interior de éstos muros, pues como en la Madre de Dios, no hay pecado en vuestra alma."

Luego habló para todos.

-"Sed bienvenidos, soy Ludwig Frosch, abad de San Ponape. Muchos sienten frías nuestras recepciones, pero es por el voto de silencio de los hermanos, que les hace parecer menos hospitalarios de lo que son. Soy el único al que la Regla concede bula en el voto, por lo que soy el único que puede hablaros. Además a ellos les costará acostumbrarse a que pueden tratar directamente con vos, hermana Denia, pues tenemos por Regla, prohibido relacionarnos en modo alguno con las hijas de Eva."

Después pasó a hablar a los caballeros.

-"Os agradecemos vuestra ayuda, hermanos del Templo de Salomón, como siempre vuestra encomienda a servir a la causa divina con la fuerza de vuestras armas allana el camino de quienes tomamos el voto de servir al Altísimo alejados de los modos de los hijos de Adán. Damos por completa vuestra misión, el Obispo se encargará de todo lo que corresponda con mi misiva, pero me aseguraré de dirigir una también al Preceptor de vuestra encomienda ensalzándoos como corresponde. Descansad, pues, ahora nosotros cuidaremos de la hermana Denia y prepararemos su purificación. Cuando deseéis partir repondremos vuestras provisiones con tanta generosidad como nos sea posible, incluso si deseáis aprovechar lo temprano del día de hoy para volver a vuestra misión, en la cocina habrán preparado ya las provisiones. Si no yo os acompañaré a vuestras mercedes y a la hermana Denia a las celdas correspondientes."

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16/03/2016, 14:06
Denia

No estaba nada acostumbrada a ese trato que le daba el Abad y mucho menos estaba aun tranquila, quizás eran esos muros tan vacíos o esa sala tan poco acogedora, pero no conseguida que la invadiese la paz que solía tener. Quería con todas sus fuerzas creer en la bondad de esos hombres y en su ritual, pero no estaba tranquila.

-Si no es mucha molestia, yo estoy un poco cansada del viaje, me gustaría descansar un poco- dijo al Abad, a fin de salir de esa sala , y rogando por que los caballeros no se alejase demasiado.

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16/03/2016, 22:47
Edgar Elric

Muchas gracias, hermano. -dijo Edgar a modo de contestación mientras aceptaba la llave con una sonrisa.

En cuanto el monje se hubo marchado, se giró hacia sus compañeras, mientras indicaba hacia la litera con biombo provisional.

Vaya, parece que han pensado en todo... a última hora, jaja. Chanzas aparte, supongo que era de esperar siendo un convento masculino. De hecho, con lo escondido que está este sitio me ha sorprendido gratamente que tengan un edificio propio destinado a las visitas la verdad.

¿Sabéis si el ritual se iba a celebrar hoy o será mañana? Estoy bastante nervioso y se me cruzan las ideas... -lanzó la pregunta mientras se dejaba caer con su petate sobre una de las camas inferiores de las literas.

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17/03/2016, 02:19
Sir Rudolph del Escudo Brillante

Poco acostumbrado a tratar con la nobleza, y suponiendo que el abad entraría en esta categoría, Sir Rudolph permaneció envarado mientras este los saludaba e inclinó su torso realizando una leve, y esperaba apropiada, reverencia a modo de contestación

Escuchó sus palabras atentamente y frunció el ceño al escuchar el ofrecimiento de retirarse durante el mismo día. No dejaba de resultar curioso que, tras un viaje de dos semanas, su anfitrión hiciera una oferta de tal tipo, por lo que respondió mientras observaba su rostro en busca de alguna señal de... lo que pudiera detectar - Su excelencia, si bien agradecemos la oportunidad de partir de inmediato, pero sabed que nuestro viaje no solo fue largo, sino bastante accidentado. Aparentemente algunas criaturas del bosque se tomaron un interés personal, o quizás debería decir, animal, en nuestra protegida, por lo que debimos abrirnos paso por las armas -

- Seguramente se trató de alguna casualidad... - agregó sin poder dejar de pensar en la extraña vegetación que rodeaba el convento - ... pero quizás sea mejor que descansemos un par de días antes de emprender el regreso. Nos servirá para terminar de recuperarnos y, si os resulta necesario, contareis con un par de hombres de armas si es que dicha situación se repite -

Apenas pronunciadas sus palabras, Rudolph cerró la boca y miró a su compañero. Sabía que no era a el a quien le correspondía hablar, pero algo lo había impulsado a adelantarse. Un extraño presentimiento sobre la necesidad de quedarse en el lugar pese a que, o más posiblemente, precisamente porque les ofrecían retirarse

- Claro que, como corresponde respetaré la decisión de mi compañero, pero tras tan larga travesía se agradecerá dormir bajo techo y comer en una mesa - continuó - Y dejar que los caballos descansen un poco antes de emprender la retirada -

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17/03/2016, 22:18
Sir Ulrich Ulfgart

Cuando llegaron ante la presencia del abad el caballero realizó la flexión apropiada frente a la autoridad a la vez que exclamaba en actitud de respeto:

-Señoría.

Escuchó en tranquilidad y silencio las palabras que tuvo a bien dedicarles el abad de aquel lugar sin interrupción alguna esperando su momento para hablar. 

Su compañero parecía ser de opinión parecida a la suya con lo que asintió a sus palabras y las corroboró:

-Nuestras monturas necesitan de un descanso. Además su excelencia solicitó de nos asegurar la salvaguarda de Denia hasta que el ritual finalizase. Como ha comentado mi compañero, el viaje ha sido más complicado de lo esperado y no quedaríamos tranquilos de otra forma que asegurando la salvaguarda del lugar hasta terminado dicho ritual. Quedamos a vuestro servicio para la protección del monasterio, señoría. Es de vital importancia que nada inoportune el destino de esta joven. Así nos lo hizo saber su excelencia el obispo. Incluso tras el ritual podéis contar con nos para su protección de vuelta a Francfurt. Será todo un honor.

El caballero observó al abad en espera de una respuesta de aprobación por su parte antes de retirarse.

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18/03/2016, 00:03
Navief

Navief inspeccionó cuidadosamente en el lugar, aunque no de forma exhaustiva. Le gustaba reconocer los sitios en los que pasaría la noche, más si era la primera vez que lo hacía. Se despidió de los monjes con una ligera reverencia, y tras esto respondió serenamente las palabras de Edgar.

- Me atrevería a pensar que el ritual será al anochecer o al atardecer, todo depende de la urgencia del mismo. Pero de seguro que mañana tendremos nuevas de Denia y los demás. 

Se sentó a la mesa y tomó unas cuantas cosas para comer. Si había algo que nunca perdía Navief, a menos que sucediera algo muy grave, era el apetito. Y aunque le inquietaba el ritual, su razonamiento le decía que eso era algo ya fuera de su alcance, así que lo mejor que podía hacer era reponer fuerzas. 

- En todo caso, deberíais comer algo. Hemos tenido un largo viaje y necesitaremos reponer energías para lo que sea que suceda, y para la vuelta a nuestro sitio.

Dicho y hecho, la guía se dedicó a degustar tranquilamente los alimentos.

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18/03/2016, 01:44
Lirio

Lirio estaba muy nerviosa. Aún así comió algo, y solo cuando hubo satisfecho su cuerpo terrenal se permitió relajarse un poco.

Después miró a sus dos acompañantes y sonrió. Era realmente hermosa. Después comenzó a hablar en susurros apenas audibles aunque los otros estaban muy muy cerca. Sin duda tenía miedo a oídos indiscretos.

- Debo contaros algo, creo que es importante. Porque si algo sucede necesitaré vuestra ayuda. Estoy aterrada con el ritual, los poderes de Denia no vienen de Dios, aunque los caballeros y su iglesia crean que solo existe un Dios, es un error. Existen muchos, y los poderes de Denia vienen de una Diosa, la diosa de la naturaleza, a quien llamamos Gaia. Si el ritual buscase eliminar la magia que controla si no viene de su Dios, podría sufrir daños. Los caballeros creen que solo existe un dios del bien y uno del mal, se equivocan. Intenté explicárselo, pero me acusaron de blasfema. Mi vida ahora está en vuestras manos, si contáis esto, me quemarán, como quemaron a la mentora de Denia. Aunque si utilizaba la nigromancia... bueno, eso también es repugnante y contrario a todo lo que Denia, o yo, representamos.

- Además de eso, algo está corrompiendo los bosques, os he observado y creo que también lo habéis percibido. Vosotros lo notáis como algo extraño, un cambio en el ambiente. Yo lo noto de forma mucho más directa, como una enfermedad en mí misma, esa cojera que habéis visto. Porque una parte de los bosques y yo somos uno solo, y lo que les afecta a ellos me afecta a mi porque son parte de mi. 

- Yo... no soy una elfa -y en ese momento retiró la capucha y tras ello la corona de flores que siempre llevaba a modo de pequeño adorno recogiendo el pelo. Su aspecto cambió. Igual de hermosa que antes. Pero más extraña, más primitiva, más salvaje, más poderosa- Soy una ninfa. Soy un espíritu de los bosques, que cada cierto tiempo se reencarna en un cuerpo físico, pero que generalmente duermo y soy una con el bosque, una especie de representación en carne de lo que son los valles y las montañas.

Habían oído hablar de las ninfas, aunque como leyendas. Poderosos seres del reino de las hadas. Y además de poderosos, benéficos. Realmente la quemarían de saber que era un espíritu de los bosques, pero estarían quemando un ser absolutamente bondadoso y de corazón puro.

Por eso para mí es tan importante combatir esa corrupción. Que afecte al bosque y a mí es la misma cosa. Si la corrupción se extiende, yo moriré, pues no puedo vivir si mis tierras se mueren. Luché contra ella, pero no pude hacer nada. Pedí ayuda a la diosa Gaia, y esta me dejó ver que la salvación pasaba por Denia, y por eso salía a buscarla. Pero... quizás interpreté mal la visión. Padre Oso es otra encarnación de los poderes primigenios de la naturaleza, y él sostenía que Denia era la clave para que la corrupción se extendiese, y que su muerte pararía esa corrupción. Por eso luchamos. 

- Os cuento todo esto porque temo por Denia. Si le hacen daño moriré. Si pierde su poder, moriré. Si los caballeros la llevan de vuelta a junto al obispo sin dejarle ayudarme moriré. Y mi poder está reducido por la corrupción, no puedo luchar contra ellos. Si sobrevive sin daño y quiere ayudarme todavía, tres condiciones que aún tendrían que darse, necesitaré aliados para conseguir que la dejen quedarse y que le dejen luchar. Y ruego a la Diosa que el Padre Oso estuviese equivocado y yo tuviese razón.

- Creo que os lo he contado todo, mi vida está en vuestras manos en más de un sentido.

Y la ninfa volvió a colocarse el pelo, y con él su corona de flores, y con ello recuperó el aspecto de elfa que ya conocíais.

Por esto os contestaba elusivamente cuando me preguntábais por las costumbres de los elfos. Realmente no los conozco mucho mejor que vosotros... 

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18/03/2016, 09:17
Abad Ludwig Frosch

El abad asintió a las palabras de los caballeros, con gesto sereno aunque adusto.

-"Por supuesto, pueden vuesas mercedes reposar en nuestro retiro el tiempo que les sea menester. La Orden del Templo de Salomón es bienvenida en nuestros salones. Lo que no quisiera es que permanecierais alejados de vuestras obligaciones más de lo necesario por nuestra causa, en éstos tiempos tan convulsos. La protección de la Santa es ahora tarea de nuestra órden, hasta el último de mis monjes dará su vida por protegerla si alguien atacara éste lugar sagrado. Pero no alcanzo a ver quién podría asediar ésta fortaleza magnífica en tan remoto lugar."

Su expresión se hizo de gran extrañeza e incertidumbre cuándo Ulrich le dijo que el obispo les encargó escoltar a Denia durante el ritual y de vuelta a Frankfurt.

-"¿Eso hizo su Reverencia Ilustrísima? Cuán extraño. No puedo sino manifestar perplejidad por ello, no me consta que ese viaje esté planeado y no lo veo, siquiera, probable. Una vez que completemos el ritual, la Santa rediviva estará por encima de la autoridad de nos, y la cualquiera salvo la del Santo Padre y, por supuesto, la de Dios Nuestro Señor. Ella decidirá su camino. Y me sorprendería que no fuera fundar una nueva órden, algo que dudo que sea necesario o prudente hacer en Frankfurt; o en ningún lugar de Maguncia para el caso. No puedo decir que os vaya a permitir llevaros a la Santa, si es contra su voluntad, una vez finalizado el ritual. Tampoco podéis seguir escoltándola pues ahora debe meditar y prepararse para la purificación y luego tendrá que pasar los ritos místicos, que son complejos y delicados, sólo para iniciados."

Mientras el Obispo les había llevado por un pasillo lateral, hasta un gran comedor comunal, con la cocina aneja.

-"Este es el refectorio, todos comeremos aquí, salvo la hermana Denia, a quien serviremos en su celda. A pesar de su exaltación, comer con los hombres sería muy inapropiado. Aunque ella esté por encima de las hijas de Eva, nosotros seguimos siendo hijos de Adán. Las horas de desayuno, almuerzo, comida, merienda y cena son las habituales, respectivamente: tras las misas de prima, a la tertia, a la sexta, a la nona y a visperas. Luego la Misa de completas y todo el que no esté implicado en el ritual podrá retirarse a su celda para la noche, en la paz de Dios."

Salieron por el extremo contrario girando en torno al claustro hasta unas empinadas escaleras dobles. El Obispo señaló a la derecha, indicando que subía a la biblioteca, pero ellos subieron por la izquierda.

Así llegaron a la última planta y tomaron un pasillo que volvía en dirección contraria al del piso bajo, sólo que en lo alto del monasterio. En su inicio habían dejado un par de monjes que transcribían sendos códices, en silencio sepulcral, en bancos de trabajo que no quedaban muy coherentes en aquel rellano; después todo era un pasillo oscuro iluminado con palmatorias lleno de puertas de gruesa madera de entrada de arco.

El Obispo les llevó hasta las dos puertas del fondo y las abrió, mostrando sendas celdas pequeñas y bastante oscuras. Eran espartanas, con un arcón de tapa plana que servía a la vez de mesa para una palmatoria con media docena de cabos de vela medio consumidos y un aguamaníl con agua fresca y limpia, un brasero pequeño pero bien provisto de leña y carbón, una silla reclinatorio y una cama de poco más de medio metro con mantas de lana gruesa, cálidas y limpias pero bastas y remendadas. El cuarto tenía un ventanuco, más bien una aspillera, con un postigo de madera para evitar el frío.

-"Estas serán vuestras celdas mientras permanezcáis con nosotros, hermanos del Temple. Dispongas vuesas mercedes de ellas a vuestro gusto. Si nos disculpan ahora llevaré a la hermana Denia a sus aposentos, pues ella estará alojada en las estancias para invitados, como corresponde a su importancia."

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18/03/2016, 13:44
Denia

Miro al Abad -Si no es mucha molestia, me gustaría despedirme de los caballeros ya que hasta el ritual y después de este, no los volveré a ver y han cuidado muy bien de mi todo este camino- miro a los caballeros, su expresión era más serena que la que pudo tener anteriormente, algo la había relajado.

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18/03/2016, 12:36
Edgar Elric

La boca de Edgar tardó un rato en cerrarse, incluso aunque Lirio ya había terminado de hablar.

Yo... simplemente creía que erais recelosa con el conocimiento de vuestro pueblo por extraños... Esto explica muchas cosas. -comentó asombrado.

Media vida escribiendo historias fantásticas y esto ni lo he visto venir. Espero que no os moleste mi optimismo incontrolable, pero de aquí va a salir un cantar de gesta que ni el de Per Abbat... Lo que nos contáis es, sin duda, gravísimo. Insinuáis que el ritual podría ser perjudicial para Denia y, como ya dejásteis claro, eso os deja en muy mala posición a vos.

He de confesar que entraba en mis planes escaparme por mi cuenta a husmear acerca del ritual y presenciarlo yo mismo, ya sabéis, por si acaso. Con el clero nunca se sabe, eso lo he aprendido a la fuerza. Pero con lo que me relatáis de los poderes de Denia viniendo de otra fuente que no es Dios, entendido como Jesús, su padre o la jodida santísima Trinidad, esto ya no es una escapada casual. Ahora DEBEMOS cerciorarnos de que ese ritual no es dañino. No pienso permitir que ningún daño ocurra a Denia. Lirio, tenéis mi apoyo en todo, tanto ahora como en lo que haya de venir después mientras mi Denia permanezca a salvo y fiel a sí misma.

Expulsó todo esto a un ritmo progresivamente mayor conforme se iba calentando con el mal humor de saberse, en cierto modo, estafado otra vez por la Santa Madre Iglesia.

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19/03/2016, 01:59
Sir Rudolph del Escudo Brillante

Algo en la explicación del Abad le molestó al caballero del escudo brillante. Quizás tenía que ver con las palabras que en varias ocasiones había pronunciado Lirio, pero sobre todo con la idea de que quien hubiera sido su protegida se convirtiera, repentinamente en alguien tan importante como, según las palabras de su anfitrión, el Santo Padre

- Una nueva orden - Sir Rudolph observó al clérigo con curiosidad - Parece que ya habéis previsto sus próximos pasos. Quizás esté equivocado, pero por lo que observamos en el viaje, sor Denia no parece ser alguien que pretenda convertirse en la cabeza de ninguna institución. Mas bien suele actuar según sus impulsos sin analizar las obligaciones de quienes la acompañan - comentó pensando en la terquedad de la joven durante el ultimo combate

- Pero si su voluntad - casi sin darse cuenta, el joven recalcó el "su" - es que no la acompañemos nuevamente a la presencia del Obispo, seguiremos sus indicaciones -

Tras observar el refectorio y seguir a su guía a lo largo de los pasillos y escaleras, Sir Rudolph observo las celdas que les ofrecían y asintió con un gesto de su cabeza - Dejaremos nuestros enseres y, si no os molesta verificaremos que el resto de nuestros compañeros se hayan instalado. Debemos avisarles que los rituales demorarán algún tiempo y que deberemos esperar hasta saber la voluntad de vuestra invitada respecto a sus próximos pasos -

Tras pensarlo un momento preguntó - Es posible preguntaros que plazo estimáis que lleve el ritual? Seguramente nos lo preguntarán en cuanto les comuniquemos la demora -

Las palabras, más bien el pedido de Denia, lo sorprendieron pero, sabiendo que debía actuar como un huésped ante su anfitrion, espero la respuesta del abad antes de pronunciarse