Partida Rol por web

El viaje continúa y finalmente no debe faltar mucho para llegar a Winterhaven. Sin embargo algo os llama la atención ... ¿Sonidos de batalla? ¿Una explosión?

Os separáis del camino transitado para entrar en el bosque a través de un camino que pasa por una parte densamente poblada de árboles y termina en una claro, si bien no podéis ver su interior pues una formación rocosa lo bloquea. Aún así algunos árboles pueden verse por encima del obstáculo ... y no parecen normales. 

Los árboles están encendidos por un fuego sobrenatural que no parece consumirlos o prender en la naturaleza colindante.

El clerigo avanzo rodeando el monticulo para poder ver de que se trataba, pero el humo del fuego no le dejo ver con claridad.

Dejo el caballo con mi equipo a una cierta distancia, atado a una rama(*) y despidiéndome con un par de palmadas a su cuello y un susurro. - No te muevas. - Acto seguido me acerco con cautela al foco de la explosion, cubriendo mi cabeza en la sombra de la capucha y sin decir otra palabra mas.

Lo primero que aparece en el claro es un muro de rocas que ocultan el origen del fuego. Olisqueo ligeramente el aire, intentando percibir algún olor especial, para después intentar trepar las rocas sigilosamente. Buscando poder atisbar lo que ocurre con mayor claridad.

La maga andaba distraída en sus pensamientos cuando de repente se escuchó el clamor de batalla y un fuego de origen mágico o ilusorio iluminó la zona. Comprobó estupefacta como el resto de sus compañeros empezaban a reaccionar con celeridad mientras que ella aún estaba montada en su caballo.
 

Eva empezaba a trepar por la colina, buscando la ventaja de altura y una mejor perspectiva al posible campo de batalla, así que decidió seguirla. La muchacha invocó a Krew, pero esta vez en lugar de aparecer a su lado lo hizo en la cima de las rocas. Quienes estaban a su lado fueron testigos de como la mujer se convertía en fuego para después desaparecer como tal y ocupar el espacio de su familiar, el cual ardió en llamas para dar forma a Sizzly, quedando cerca de su compañera.

El viaje ya había comenzado a mostrar señales de que algo allí pasaba, nada aseguraba todavía que fuesen los sospechados gigantes ya que aquellas tierras salvajes podían albergar todo tipo de horrores.

Siguiendo a Eva nuevamente en busca de un buen punto de observación, Andet susurró una breves palabras y su piel comenzó a camuflarse con la roca que tenía delante. No le fue difícil encontrar puntos de apoyo para escalar, ya que lo hizo de manera rápida y segura.

Todos os acercáis, unos mas discretos que otros, para ver mejor que es lo que está ocurriendo al otro lado de la formación rocosa.

Una gran figura humanoide con tintes leonidos está cerca de uno de los arboles que queman. Cinco chispas de fuego elemental danzan a su alrededor de la criatura herida y llena de quemaduras, lanzándose con sus lenguas de fuego y apartándose antes que el debilitado leonido pueda responder.

Entre vosotros y ese ser en apuros, grandes elementales forman una barrera ... incluyendo a dos pilares de fuego y dos pedruscos ambulantes. A su lado, podéis ver a una fiera criatura envuelta en llamas y vestido en una armadura de placas bronceadas que lleva un escudo y una cimitarra.

Parece que se lo estaba pasando en grande, pero se da cuenta de vuestras presencia y se pone a ladrar ordenes en una voz que parece un rugido infernal. Habla en un idioma tan lejano y ajeno como el mismo y los elementales empiezan su avance hacia el hombre león con salvajes intenciones.

Dos de las chispas de fuego son capaces de reaccionar antes que cualquiera de vosotros, avanzan hacia el hombre león e intentan quemarlo, si bien solo una de ellas lo consigue, quemando parte de su antebrazo que ya muestra varias heridas.

Os percatáis que el humanoide intenta proteger algo con sus manos en su pecho, como intentando que el fuego no llegue a alcanzarlo.

Ademas uno de los elementales de piedra avanza tambaleante hacia el árbol de la victima dispuesto a arrearle un buen golpe, si bien la distancia recorrida no se lo permite hacer.

El fuego de los arboles es de origen elemental. No se están quemando realmente, es como si alguien hubiera abierto un paso entre el caos elemental y el plano primario y algunas de las propiedades de ese plano (como arboles siempreardientes) hubieran afectado este plano.

Por eso los arboles no se consumen. Y tampoco se pueden apagar.

La criatura esta recibiendo los ataques centrados en el. Que sera eso que protege con tanto que da su vida por el? Avanzo rapidamente hasta donde sus pies le pudo llevar y desde alli elevo su simbolo a los cielos. Amaunator ilumina con tu gracia a esa criatura y darle tu bendicion, que la sangre perdida vuelva a su cauce, como el ciclo de la vida que vuelve de nuevo a su origen.(vaya pegote que he metido). Un rayo de luz salio de entre los cielos e ilumino al ser, cerrando gran parte de las heridas sufridas por los ataques anteriores. Ahora que estaba mas cerca intento vislumbrar que era lo que protegia.

Varias de las chispas elementales de fuego continúan atacando al recién invigorado hombre león, este consigue zafarse de la mayoría pero uno de ellos lo alcanza.

Al mismo tiempo el Archon de fuego carga hacia el clérigo blandiendo su cimitarra, pero su golpe queda fuertemente menguado por las defensas mágicas de Iannes. 

Al menos a esa distancia Iannes puede observar que el humanoide está intentando proteger un pergamino.

Reconozco el hedor segundos antes de confirmarlo con los ojos. Alguien ha abierto una brecha entre los planos, para traer elementales y otras sucias criaturas, atacando a un extraño personaje de aspecto felino. No se quienes son, ni que es lo que quieren. Pero un intenso deseo para exterminar esas criaturas me hace hervir la sangre.

Agarrando con fuerza la daga, lanzo un par de cortes al aire, para después proyectárlos con una potente palmada. Al instante ambos cortes abren grietas sobre la piel rocosa de la criatura. Dresprendiendo un intenso brillo naranja.

Antes de que pueda darse la vuelta, salto de las rocas para empezar a moverme buscando una mejor posición de combate.

Mientras el monseñor se lanzaba a la carrera en pos de ayudar al desconocido felino que estaba siendo atacado por los elementales, el mago se decidió a ayudarlo, ya que se enfrentaba mano a mano con quien aparentemente daba las órdenes allí. Luego de unas largas zancadas sobre la roca, manipuló hábilmente su esfera cristalina, concentrándose en ella, dejando que las fórmulas repetidas sean amplificadas por el artefacto. Con un revoloteo rápido de sus dedos y unos susurros apresurados, tejió un rápido hechizo para confundir al elemental de fuego y provocar que caminase hacia el enorme árbol en llamas, juntándose con varios de sus aliados.

Elevó su mano izquierda, llevando el orbe a la posición más elevada que le era posible. Cerró los ojos y trazó en su mente el patrón de símbolos arcanos, siguiéndolo con una pocas sílabas expresadas en el tono correcto. El artefacto brilló sútilmente con miles de tonalidades, al tiempo que en el aire, cerca de la posición de Iannes, apareció una imagen esférica, formada por trazos, formas y colores que cambiaban de posición y se movían. Se retorcían, se unían, se separaban, se separaban... y entre ellas no se veía más que un vacío infinito que te invitaba a ir hacia él...

De nada, sacerdote...

Dayereth veía como la situación que tenían volvía a ser favorable para los enemigos. El eladrin veía al enemigo mas próximo, el cual podría ocasionar problemas a los lanzadores de hechizos, y como alguna que otra vez Andet le había recordado, si tus compañeros arcanos no pueden actuar, esa ventaja la pierdes.

Decidido pues, en un abrir y cerrar de ojos desapareció y apareció a la espalda de este, un gigante rocoso, y arrojandole la espada esta consiguió herir levemente a este y llamar su atención. La sonrisa del eladrin se ensancho cuando su espada reapareció en su mano por arte de magia dispuesto a la revancha y a golpear duramente a ese enemigo.

Era la primera vez que veía a un humanoide de rasgos felinos como aquel, pero la escena de un grupo acosando a los débiles le era familiar y aquello la enfurecía. El día anterior se había excedido al iniciar la lucha con un hechizo potente y descontrolado pero esta vez empezaría con algo que causara rápidas y múltiples bajas. Su objetivo serían los elementales de fuego ya que eran su especialidad, confiando el resto a sus compañeros.

Sizzly empezó a recitar el hechizo, a cada palabra parecía empezar a caldear el ambiente. Los pliegues de su ropa y el pelo empezaron a arremolinarse, anunciando la inminente llegada del hechizo de fuego. Del extremo de su varita salieron disparadas varias saetas ardientes que se trasformaron en una cadena de explosiones cuando impactaron contra el suelo.

Los conjuros de Andet llaman la atención de los elementales de fuego, si bien como simples pilares de fuego que son, es dificil entender sus intenciones o emociones.

Ambos producen un sonido similar al de un fuego descontrolado y columnas de fuego salen de sus cuerpos para impactar en la formación rocosa que utiliza el mago, salpicando el paisaje de forma abrasadora.

El elemental de tierra que ha provocado Dayereth se gira y el suelo a su alrededor empieza a temblar con fuerza. Un estallido de piedras hace que el eladrin tenga que retroceder unos pasos.

El hombre león se aparta del árbol ardiente, acercándose peligrosamente al elemental de tierra pero evitando que los fuegos elementales se abalanzaran hacia el. Viéndose rescatado ante la aparición de los héroes, decide contraatacar son sus fuerzas ... su zarpa surca el aire y se deshace de una de las chispas elementales, sin embargo esto produce una reacción en cadena y el pequeño elemental estalla provocando mas quemaduras en el leonido.

Aprovechando la distracción, otro de los pequeños elementales avanza hacia el torriano para causarle mas quemaduras y el elemental de su espalda le propina un golpe contundente agravando mas su situación.