Una figura y una voz salieron de las sombras que proyectaba uno de los edificios. Los allí reunidos en la plaza observaron sorprendidos como Gaius salía de su guarecido escondrijo, En su fuero interno el asesino vaticinaba las posibilidades de acierto de su arriesgado plan. A veces demostrar el control en una situación en la que no deberías tenerlo genera respeto, con frecuencia había acongojado a informantes con esa técnica consiguiendo mejor trato y más información. No veía por que esta vez iba a ser distinto.
- Nuestras intenciones son de pacifico intercambio de información Medus. No creemos necesarios que malgastes la habilidad de un buen tirador agazapado en aquel edificio, seguro que le das mejor uso en algún otro lugar donde realmente pueda correr peligro tu vida – comentó serenamente el asesinó, durante todo el tiempo que habían estado con sus compañeros no habían notado un tono tan diplomático en su voz que ahora afloraba cuando la situación lo necesitaba – Oh! donde estarán mis modales, soy Gaius Shelzar, ahora que tenéis nombre para este rostro me gustaría conocer vuestra faz para asociarle al vuestro - .
Respirando profundamente, el pequeño druida decidió hacerle caso a la voz. No tenía muchas opciones. Resultaba imposible atacar a quien no veía. Volviendo a guardar su cimitarra en la alforja, se elevó todo lo que su pequeña estatura le permitió y luego contestó - soy Rómulo - y acariciando a su mascota añadió, como siempre que se debía presentar - y este es mi amigo Remo -
- Os buscabamos a pedido de... eh... supongo que a el no le gustaría que lo nombráramos aquí. No a los gritos y sin saber con quien estamos hablando. Os sirve si os digo que vimos a nuestro común amigo en las afueras de la ciudad. En... eh... un lugar oculto. En cuando os veamos el rostro y os presenteis podemos detallar un poco más su nombre. Os parece justo? Lord.... eh nuestro común amigo nos lo agradecerá -
El mediano no estaría muy acostumbrado a las ciudades, pero las relaciones con los animales no eran tan distintas a las humanas. Un poco de ostentación, un poco de engaño y finalmente el encuentro. Orgulloso de su argucia espero que el resto se presentara ó que el gnomo respondiera a su "desafío"
Eres tu? dije que volveriamos a vernos aunque yo no pueda decir lo mismo ¿ donde demonios estas ?- dijo el enano escrutando a su alrededor intentando ver a su amigo. - Estos que ves aqui son mis amigos, han venido aqui para ayudarme en una noble mision, tan noble y.... como la anterior, peor este no e sel mejor sito para hablar. La ciudad no es la misma, las cosas estan mas dificiles. muestrate o dime donde podemos ir a hablar y vayamos alli.
Siempre has sido un tipo prudente, pero para llegar a este punto las cosas se deben haber puesto realmente mal.
¿Invitaras a una cerveza a un amigo de fatigas ?
Una figura apareció en ese momento a un lado de la fuente de piedra. Era un gnomo de edad avanzada, con un traje de color marrón en el que destacaban un sinfín de bolsillos cosidos sobre toda su superficie. Con un gesto teatral y un tanto artificioso echó a un lado su capa, como si al hacerlo apartase de sí la invisibilidad. En su cinturón colgaba un bello estoque de puño labrado en oro. Miraba hacia Bhain - y al grupo en general - con una cierta mezcla de curiosidad e ironía:
- Quizás la flecha no busque vuestro gaznate Gaius, sino la de alguien que pueda seguiros. No sois un grupo pequeño y ya habéis llamado la atención desde que accedisteis a los barrios bajos.
El gnomo avanzó unos pasos y palmeó el hombro del enano:
- Pero por los dioses que me encargaré de que nadie nos moleste si lo que haremos es tomar unas licores.- sus ojos escrutaron lo alto de los edificios, mirando hacia varios puntos como si esperase una señal - ¡No hay ogros en la montaña! - dijo utilizando una expresión común del sur de Predem - Seguidme. Os llevaré a un local que no aparece en ningún mapa, y del que nadie conoce ni su nombre, pero que sin duda tiene el mejor vino élfico que se puede catar en esta miserable ciudad.
Después se giró hacia hacia Rómulo:
- En cuanto a quien nombráis... No es tan amigo mío como él pretende, aunque le deba algunos favores y espere ciertas compensaciones por mis servicios.
Drim tiró de la manga del mediano:
- Señor... ¿Habíais dicho que me daríais otras dos monedas si os traía hasta Medus?
La sonrisa del niño estaba expresamente diseñada para encandilar a cualquier incauto.
- Pero yo entendí que... - el mediano, tratando de no quedar como un ignorante en lo referido a las relaciones "urbanas", se calla y presta atención al pequeño - Pues claro - le comenta animoso - Has cumplidio tu parte y yo cumpliré la mía - Con una sonrisa busca en su bolsa y le entrega las dos monedas de cobre prometidas a su guia.
- Un placer hacer negocios contigo - lo despide mientras se prepara a seguir al gnomo. - Cuando querais, Remo y yo estamos listos. Ese vino elfico parece algo que no nos podemos perder -
Bhain se quedo pensativo despues del abrazo y dle reencuentro con su viejo amigo - quiero que me lo cuentes todo, se que la ciudad esta sumida en serios problemas, cuentame como esttan las cosas y quizas podamos hacer algo. Pero antes de tratar temas oscuros y meternos a hablar sobre los problemas que se ciernen sobre la ciudad, vayamos a celebrar nuestro rencuentro, la primera ronda corre de mi cuenta. y espero quehaya una buena provision de ella por que te aseguro que ste rencuentro se debe celebrar como los dioses mandan, y se que mis amigos han venido con sed.
¿ conoces de alguna posada de confianza en la que podamos estar sin que nadie nos moleste ?
- Sí. Seguirme.
Medus se dirigió hacia un sucio callejón cercano.
¿Como va el grupo?
Drim lució una de sus mejores sonrisas y, a la carrera, se fue de la plaza mientras gritaba guardando sus monedas:
- ¡Gracias señor! ¡Si necesitan cualquier cosa solo tienen que llamarme!
Sonriendo ante el agradecimiento del niño, Rómulo sigue al gnomo acompañado por su perro.
Sus ojos observan recelosos el callejón al que parece se dirigir, pero con un leve encogimiento de hombros continúa caminando mientras le murmura a su compañero - Ya sabes... tu, atento a todo - como si el animal pudiera entenderlo
Si el enano no va primero, voy yo, sino segundo.
La mención de trolls y dragones había provocado que Mosest se pasara los últimos minutos divagando acerca de sus futuras aventuras. Asistió soprendido a la aparición del gnomo, al parecer la invisibilidad era algo común entre la gente de magia, ya lo había visto en el campamento y aquí también. Tendría que tener cuidado y no confiar en sus sentidos en aquel sitio. Siguió a Medus y, tras un momento de duda, se puso a su altura y le preguntó:
- Perdona, pero… en el sitio ese al que vamos… ¿aparte de vino élfico crees que tendrán también algo de hidromiel?. Es que el vino y la cerveza son dañinos y como tal, se nos están prohibidos a los servidores de Gloranai…
Yo voy a la altura del gnomo
Perdonad la prolongada ausencia, pero a los vecinos les está dando por poner contraseña a sus redes inalámbricas. Hay que ser egoista... xD.
Ante la pregunta del paladín el gnomo frunció el ceño inicialmente y luego soltó una sonora carcajada:
- ¿Hidromiel? Jaja. Que ocurrencia... Supongo que sí, supongo que sí...
Silvana siguió al grupo saltando de un tejado a otro. Cuando alcanzó uno de los tejados que estaban en la plaza vislumbró un movimiento a su derecha. Rápidamente se giró para contemplar a una figura que había permanecido desaparecibida hasta aquel momento para ella. Era un hombre alto, vestido totalmente de negro, cuya capucha cubría parcialmente su rostro. A sus espaldas portaba un arco largo de tan bella factura que Silvania sintió una punzada de envidia. Aquel arco era incluso superior al suyo, lo cual ya era mucho decir.
El hombre, que hasta ese momento había permanecido agachado, se levantó para decir con voz sibilante:
- No podrás seguir a tus compañeros desde aquí arriba. Se dirigen al subsuelo de la ciudad.
Desmarca a los demás cuando contestes este mensaje.
- Paga nuestros servicios.
Dicho lo cual, como si diera por concluída la convrsación, el hombre retrocedió por el tejado, sin duda con la intención de descender por el lateral que daba al otro lado dela plaza.
Robin sigue andando al lado de Mama Brigitte, sin dejar de sorprenderse por los comentarios del joven paladín. Acaso él había sido alguna vez tan ingenuo? Quería creer que sí, que no siempre había sido un vivalavirgen al que le gusta pensar que está de vuelta de todo...
Bhain le paso una mano por el hombro a Medus. -Es bueno estar denuevo en casa, casi habia olvidado el aire de la ciudad y sus calles y mas aun el de su cerveza ja ja ja -rie Bhian con ganas- Pero por las barbas de mis antepasados que voy a ponerme al dia
Silvania bajó a la calle, y se unió a sus compañeros.