Partida Rol por web

Siguiendo el consejo del elfo, Robin descolgó la maza que llevaba atada al cinto y se preparó para golpear a aquellas pseudoestatuas.

- Esperad.

Silvania apuntó con cuidado, y disparó a una de las estatuas para ver si reaccionaban de alguna manera.

Mientras Arthedaiin murmuraba las palabras arcanas moviendo su espada en el aire Silvania lanzó una flecha contra una de las figuras. La punta reboto en la piedra maciza, pero no hubo ningún tipo de efecto secundario. El elfo, mientras tanto, comprobó que efectivamente la fuenta de luz era mágica, algo que realmente no llegaba a sorprenderle. Pero era la única emanación de magia que había en el lugar.

- Parece que son solo una estatuas - comenta no demasiado convencido antes de mirar a su, para el, no confiable, guía y preguntarle - Entonces... esa puerta... la puedes abrir? -

Sin entrar, todavía en el hall, el pequeño druida esperó la respuesta de la mediana, con su varita en la mano.

Arthedain señala a las estatuas negando con la cabeza, y luego a la luz, diciendo: "Es mágica, pero no parece peligrosa". Luego hace con la mano la señal de desplegarse por el hall, pero antes inquiere de Rómulo con un gesto si arrancan o no.

La maga miraba fijamente y en silencio aquellas dos figuras pétreas, intentando recordar, a través de las enseñanzas de Adara, algún indicio de lo que pudieran ser. Aquellos colmillos, aquellos rostros ocultos tras los yelmos eran inquietantes y más todavía si aquellas figuras podían moverse y al parecer, según dijo la mediana, así parecía, pues no creía Mama que un grupito de enanitos esculpidores hubieran creado sendas estatuas en tan poco tiempo. Sin embargo, según el filo del ocaso, no desprendía esencia mágica...¿Qué demonios eran?

Cierto es que parecen estatuas de piedra, pero por que mover estas cosas hasta aquí y justo después del incidente con ella –Dijo señalando a la mediana. –Decís que no son portadoras de magia alguna, pero quizás se trate de alguna trampa. No olvidemos que esto no es una taberna donde la gente se viene a divertir.
Mi gente es capaz de crear trampas que desafían el ingenio y que son portadoras de la muerte a los intrusos ¿ por que ellos no pueden haber hecho algo parecido?

Mosest se concentró en las estatuas intentando averiguar si había un mal innato en ellas como su apariencia sugería.

- La puerta de acero es la que abrí en la otra ocasión... Pero su cerradura es mágica. Una vez abierta vuelve a rearmarse y cambiar de forma, de forma que no se pueden memorizar los pasos. Y está protegida por una trampa de hielo. La primera vez que pasé por aquí contaba con una gema mágica que me protegía del daño del frío y de unas herramientas mágicas. Ambas cosas me fueron arrebatadas. Como ya digo de las estatuas no sé nada...

Mosest se concentró en las estatuas que, sin embargo, no emanaron ninguna maldad. Eran aterradoramente normales.

Por otro lado la Mama observó las construcciones. Representaban bien las figuras de dos esqueletos armados, pero era algo frustrante no sacar nada más en concreto de las mismas.

Silvania se acercó a su congénere, y curiosamente su voz sonó cálida.

- Sin embargo, no tenemos más que lo que tenemos, y tú pareces ser nuestra mejor baza. Me gustaría que lo intentases, tenemos a dos compañeros capaces de sanarte si sale mal. Pero si no lo intentas, tan sólo nos queda retroceder, y lo que intentamos hacer es demasiado importante.

Tras las palabras, cordiales, de la mediana, las de Rómulo formaron un curioso contrapunto por su acidez - No solo eso... sino que sería una bonita forma de demostrarnos que tu historia es verdadera... O deberemos pensar que solo te interesaba unirte a nosotros para informar nuestros movimientos... pero no quieres liberarnos el paso hacia tu jefe? -

Gaius no parecía que estuviera por la labor de acercarse a investigar la puerta, sobre todo con la dolorosa probabilidad de que unas esqueléticas armaduras le atacaran por la espalda. En cambio había alguien que sí que lo haría mediante las motivaciones adecuadas.

-Toma prestadas mis herramientas otra vez, si así lo deseas – espetó el asesino dirigiéndose a Imanthia – O quizás debiéramos ver ya como ciertas las palabras de Rómulo… -

No sabía si sus palabras tendrían efecto disuasorio sobre la mediana. Lo que sí que sabía que es que aunque la picara abriera la puerta él se mantendría igual de escéptico hacia su persona.

La muchacha no ocultó una risa sardónica mientras recogía el instrumental cedido por el asesino:

- Hahaha.. Claro, se te ve muy cansado, enmascarado. No tengo elección ¿verdad? Yo lo haré por ti. Después de todo es trabajo para una profesional...

Sin mirar a los demás se giró despectivamente y se encaminó hacia la puerta. Una vez allí tanteó con cuidado su superificie murmurando:

- Sí... Aquí estás... Veamos si en esta ocasión la suerte me acompaña...

Utilizando las ganzúas trasteó durante unos instantes en la puerta.

- Que extraño...- murmuraba casi para si - La última vez no parecía tener esta disposición... ¿Será tan poderosa la magia que varía el tipo de trampa en cada ocasión? Y... sin embargo...- se giró con una sonrisa triunfante mientras empujaba la puerta - ¡lo he vuelto a lograr! ¿Quieren pasar sus señorías?- añadió burlonamente.

Los aventureros se detuvieron un momento. Incluso Imanthia dudó unos segundos con la sonrisa congelada en sus labios ¿qué ruido se escuchaba? ¿como que haría un mecanismo al moverse muy lentamente? Se oía lejano pero, en definitiva, se escuchaba...

- No, hace falta - el tono de Rómulo fue tan sarcastico como el de Imanthia - Puedes encabezar la marcha. Despues de todo... - repentinamente el druida enmudeció. El sonido no era lo que esperaba - Que es eso? - preguntó miraba con atención a las dos estatuas, esperando que no fuera ESO lo que se estaba moviendo.

El ruído provenía de las paredes, del techo... de algún lugar inconcreto oculto a la vista de los aventureros pero intimidatoriamente cerca. Era muy leve y quizás si hubieran avanzado haciendo algo más de ruido los de las armaduras no lo habrían detectado, pero al quedar en la entrada de la sala era evidente que algo pasaba en algún sitio...